“Cabildeo” exhibió el poder político del SNTE

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El cabildeo del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) para mantener privilegios en la reforma educativa muestra “un problema grave porque hace prever que estamos ante sólo un reacomodo del pacto entre la dirigencia sindical con el gobierno federal, lo cual no está bien; o peor, es reflejo de la incapacidad para llevar la reforma administrativa de la educación a los estados” por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP), asegura Manuel Gil Antón, investigador del Colegio de México, reporta El Universal.

A 18 meses de iniciada la reforma educativa, “el gobierno federal no ha recuperado la rectoría de la educación, lo que ha hecho es reorganizar el pacto corporativo con el SNTE”, afirma el experto.

“Sí, estoy consciente de que en algunos estados trataron de acotar sobre todo las atribuciones de ingreso, permanencia, reconocimiento, promoción y son nulas de pleno derecho. La confianza que tenemos es que la Suprema Corte de Justicia de la Nación así lo determinará. Hay una práctica, en algunas ocasiones aislada, en la que el sindicato se convirtió en patrón y el patrón dejó de serlo. Es parte de lo que tenemos que corregir”, dice por separado el presidente de la Comisión de Educación del Senado de la República, Juan Carlos Romero Hicks.

El senador panista concluye que las leyes aprobadas en el Congreso de la Unión, la reforma a la Ley de Educación y la del Servicio Profesional Docente son muy claras, por lo que los “actos que se hayan realizado (para modificar las leyes estatales) son nulos de pleno derecho”, sostiene. Confió que al evaluarse cada caso, “habrán de corregirse”.

El Universal dio a conocer en su edición de ayer que la dirigencia magisterial cabildeó con un grupo de abogados y líderes sindicales para hacer prevalecer privilegios en los Congresos locales durante la modificación a las leyes educativas estatales para armonizarlas con la reforma constitucional.

Para Manuel Gil, a diferencia de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que se expresó en movilizaciones y paros de actividades, el SNTE practica un “silencio astuto, no inteligente, sí cómplice para abrir espacios en la reforma educativa”.

Explica que el nivel de cabildeo del SNTE es esclarecedor “porque lo suponíamos, que permanecería silencioso ante el temor de que otros dirigentes fueran encarcelados —como Elba Esther Gordillo Morales—, pero lo que vemos es al sindicato exhibiendo astucia política”.

El investigador, del grupo de especialistas que da seguimiento a la consulta para la reforma, advierte que “la prueba de fuego de la reforma no está en el ajuste a través de las controversias en la Corte, sino en su cumplimiento en los estados”.

El papel del sindicato magisterial y de sus legisladores en los Congresos locales durante la armonización de las leyes educativas hace ver que el magisterio “es factor de gobernabilidad local, el sindicato es parte de la clase política que coordina la gobernabilidad estatal”.

Nota completa en El Universal

 

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