¿Educar o vigilar?

El diccionario de la Real Academia Española define la palabra alumno, como la “persona que recibe enseñanza, respecto de un profesor o de la escuela, colegio o universidad donde estudia”; y la palabra estudiante como la “persona que cursa estudios en un establecimiento de enseñanza”, a lo que podemos llamar sinónimo, pero si formuláramos una pregunta a los habitantes de cualquier ciudad, incluyendo a nuestro amable lector: ¿estaría usted de acuerdo en colocar videocámaras de vigilancia en las escuelas donde estudian sus hijos? Ya sean escuelas de educación preescolar, básica, media o superior; a lo que vendría inmediatamente el porque de su respuesta: ¿por qué si? ó ¿por qué no?

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365 Ceremonia de Graduación de la Universidad de Harvard

Un día soleado, de templado a caliente; pintado por los colores verdes de los árboles y pastos y rojos de los ladrillos de edificios centenarios. Un día de esos que a la vez que tensan, relajan. Al fondo, el famoso Teatro Sanders de la Universidad de Harvard, donde Carlos Fuentes dictaba sus sesiones hace algunos quinquenios o décadas.

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Los maestros: algo más que vándalos y huevones

A mitad de mañana me dirijo al estacionamiento de la escuela, entre los carros veo que la maestra Lupita sigue apresuradamente a uno de sus pequeños alumnos de primer grado, luego de algunos intentos finalmente logra sujetar al niño de uno de sus brazos y lo lleva de regreso al salón de clases. Una acción rutinaria que la profesora debe de hacer todos los días debido a que el niño presenta un problema de autismo, de allí su resistencia a estar dentro del aula. Una vigilancia celosa que la maestra tiene que combinar con la atención de los otros 40 alumnos que son parte del grupo, puesto que existe el riesgo latente de que el niño pueda salir de la escuela y extraviarse o simplemente sufrir un accidente dentro del edificio escolar.

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Abelardo-Carro-Nava

El SNTE: de vuelta a su origen ¿y la CNTE?

Muchos de los que nos encontramos en el medio educativo, hemos visto en los últimos años, cambios vertiginosos en el Sistema Educativo Mexicano (SEM); cambios que, sin lugar a dudas, han puesto en movimiento a ese monstruo reumático que por años padeció una enfermedad casi incurable. Sus causas, pocas veces comentadas pero ampliamente conocidas, han dejado entrever la podredumbre que por años prevaleció, y aún prevalece, en dicho Sistema, pero, vayamos por partes, porque de este asunto varias cosas se desprenden.

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