Desconoce Serrano Migallón el problema de los estudiantes no aceptados

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Imanol Ordorika Sacristán, investigador de temas educativos del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que al menos en los pasados 25 años las autoridades educativas se han obstinado en abrir y promover institutos y universidades tecnológicas, cuando las cifras muestran que la demanda e interés de los jóvenes mexicanos está en opciones de educación superior profesional o disciplinarias.

Resulta que ahora por un tema de política pública un funcionario de la SEP, de muy alto nivel, se permite emitir un juicio en el que parece malo, obstinado, terco y equivocado que los estudiantes quieran estudiar lo que quieren estudiar, aseveró.

Desde hace dos décadas y media, al menos, los gobernantes han decidido que los aspirantes a ese nivel de estudios están equivocados (en su afán por ingresar a instituciones como la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma Metropolitana u otras de la misma calidad) y deciden abrir cada vez más colegios de carácter tecnológico.

Se debe respetar la decisión de los jóvenes de acceder a espacios en educación superior, por lo que el reto para el gobierno de Enrique Peña Nieto debería ser crear nuevas universidades públicas y ampliar en la medida de lo posible las existentes.

Ordorika planteó que una de las vías para el desarrollo de la educación superior en el país sería la generación de un sistema público de universidades metropolitanas en todo el territorio nacional.

Y es que si bien el gobierno de Peña Nieto ha planteado que para final del sexenio se alcanzará una cobertura de 40 por ciento en educación superior (hoy es menor a 30 por ciento), esa cifra –subrayó– es muy baja, ya que se espera una disminución demográfica entre los chicos que están en edad de asistir a la universidad, además que se sigue apostado por convencer a los estudiantes de ingresar a las opciones técnicas. Piensan que sólo con eso se resolverá el problema de la baja cobertura.

Por su parte, Hugo Casanova Cardiel, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, indicó que más allá de calificar a la juventud mexicana, hoy resulta indispensable saberla escuchar. El inequívoco mensaje de los jóvenes es que sólo confían en unas cuantas instituciones, que ya sabemos cuáles son.

Por ello, planteó que quizás uno de los mayores retos para quienes hoy conducen la educación pública en México sea lograr que tanto las instituciones públicas como las privadas merezcan el respeto y la confianza de la sociedad mexicana.

Nota completa en La Jornada

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