El derecho a la educación pendiente de un hilo

A las 15:30 horas del veintiocho de julio del año en curso recibí una copia del correo electrónico enviado por un alto funcionario de la Secretaría de Educación Pública (SEP). Fue filtrado desde las propias oficinas de algunos gobiernos locales. No tuve tiempo de confirmar su veracidad por eso me abstuve de circularlo. Lo constaté al leer en Educación Futura: “Cancelan actividades educativas en el país”. Durante el lapso que la noticia causó revuelo en las redes sociales me encontraba asesorando a un grupo de directores de educación secundaria. A ellos les confié el asunto. Por lo mismo, estuve desconectado de la avalancha que se veía venir. Los pormenores de la noticia se divulgaron en la transmisión en vivo desde la página de Erick Juárez. El también Director Editorial de Educación Futura compartió con su auditorio la postura que le comenté previamente en una plática informal. A propósito, escribí un comentario en su facebook: “No creo que la SEP se haga el harakiri. Paralizar el sistema educativo no es opción. La SEP lo ha evitado hasta el momento. Es comprensible, dada la emergencia sanitaria, suspender las actividades programadas a realizarse de manera presencial. Se decidirá al interior del CONAEDU (Consejo Nacional de Autoridades Educativas) las vías alternas. Está en riesgo el ciclo escolar, se pondría en duda el derecho a la educación.” Le ratifiqué mi punto de vista en la conversación telefónica que sostuve durante la transmisión especial.