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El Presidente responde

La semana que terminó fue rica en definiciones del presidente López Obradorrespecto al sistema educativo. Dos de ellas se contraponen. Comienzo por la más reciente y, pienso, de mayor trascendencia.

En mi artículo del miércoles 3 de abril expuse el reclamo de los gobernadores al gobierno central por el agobio (Héctor Astudillo, gobernante de Guerrero dixit) que representa la nómina educativa.

El reclamo más airado, y a la vez institucional, fue del gobernador michoacano, Silvano Aureoles, quien, incluso, promovió una controversia ante la Corte.

Arguyó que los estados pagan por los excesos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación —de todas sus facciones— que ahogan sus escasas finanzas. En suma, pedían la recentralización del sistema educativo.

El viernes el presidente López Obrador, en Zacapu, en la inauguración de la universidad 80 del sistema Benito Juárez, expresó: “Estamos en la mejor posibilidad de que se federalice todo el sistema educativo. ¿Qué significa esto? Para detallarlo. Significa que la federación se hace cargo de todo lo que tiene que ver con educación…”.

Respondió a una demanda urgente de los gobiernos estatales. Lo hizo, además, con el arbitrio de su memoria de cuando fue jefe de gobierno del Distrito Federal, donde la SEP lleva el control.

Pero creo que abusó de la anécdota al ponerla en tiempo presente: “¿Y han escuchado ustedes problemas que tengan los maestros de la Ciudad de México? No hay. No hay problema”.

Entonces, ¿cómo explicar por qué el viernes marcharon miles de docentes de las secciones de la CDMX?

El mismo viernes comenzó el V Congreso Político de la CNTE, donde ratificará su rechazo a la reforma que propone el Presidente, aunque le quite los “términos malditos” (Mario Delgado es el creador de la frase).

La CNTE y el SNTE, en general, quieren que repatrie el control del sistema a los estados, porque allí pueden recolonizarlo. De cualquier manera, el Presidente abre la puerta para analizar las posibilidades de un sistema unitario, que también tiene yerros.

Es de dudar que el Presidente tenga la información debida. En su conferencia del 4 de abril, alguien le peguntó: “La marcha que tendrán este viernes se estima a 40 mil marchando en la Ciudad de México, con bloqueos. ¿Esto no podría dejar a los niños sin clases y no tendrían los maestros algún tipo de descuento…? Él contradijo: “No, no, no, no habrá (descuentos), tienen derecho a manifestarse y durante el tiempo que llevamos en el gobierno no ha habido paros frecuentes, no han dejado los niños de tener clase y no ha habido problema mayor” (Milenio.com, 4 de abril).

No hay espacio para reseñar los paros y asedios que provoca la CNTE.

El Presidente desestima las broncas. ¿El bloqueo del ferrocarril en Michoacán no fue un problema mayor?

La buena: compensa a los gobernadores para quitarles problemas; respirarán de nuevo. La mala: invita a la CNTE a escalar su movimiento, no habrá sanción, ni descuentos. Impunidad, pues.

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