Eduardo-Backhoff

En educación, el futuro ya nos alcanzó

El “futuro” es un concepto que alude a lo que va a suceder en un tiempo próximo, cuyo referente es el presente. Los futurólogos se dedican a estudiar los cambios que la humanidad experimentará con mayor probabilidad, considerando los avances de la ciencia y la tecnología, así como los cambios sociales que la humanidad experimenta en distintos ámbitos: económicos, morales, éticos y religiosos, entre otros. Desde hace algunas décadas algunos futurólogos preveían que las nuevas tecnologías digitales de la información y la comunicación, especialmente internet, transformarían el mundo de una manera radical que, hasta hace muy poco, el común de las personas no anticipaba. Esta tecnología ha impactado en prácticamente todas las esferas de la vida. Entre otras cosas, ha permitido: la comunicación entre las personas de todas las regiones del mundo, el acceso de información de manera generalizada y la globalización de la economía.

El arribo de estas tecnologías, junto con diversos avances científicos, no solo ha facilitado la comunicación, también ha cambiado muchas de las actividades comerciales instaladas en prácticamente todas las regiones. Así, grandes empresas han desaparecido o se han tenido que transformar. La telefonía alámbrica fue desplazada por la telefonía celular y, ésta, ahora se ve amenazada por servicios como Skype, Google y Whatsapp, entre otros. La fotografía analógica fue desplazada por la digital y las grandes compañías están cada día más amenazadas por los teléfonos celulares, que mejoran continuamente sus capacidades para procesar imágenes.

Los servicios de taxis tradicionales empiezan a dar paso a compañías digitales que ofrecen servicios más convenientes, seguros y baratos, como Uber y Cabify. Las grandes agencias de viajes ven perder sus clientes por servicios como Booking.com y edreams. Las mismas cadenas de hoteles empiezan a competir con nuevos servicios de alojamiento particulares, a través de empresas como AirBNB

Estos cambios han impacto también a las profesiones que, con mayor frecuencia, utilizan equipos electrónicos más sosticados, internet, robótica y otras tecnologías. Los médicos cirujanos operan con brazos electromecánicos, que se manejan a distancia por equipo de expertos; los ingenieros construyen todo tipo de construcciones con la ayuda de equipos geoespaciales; los automóviles son construidos con sistemas inteligentes de robots; los antropólogos utilizan equipos satelitales para identificar construcciones enterradas. Todos estos cambios hacen pensar que el futuro ya nos alcanzó en muchos aspectos, por lo que la educación debiera anticiparse para preparar a los profesionistas y ciudadanos a entender y hacer uso de las nuevas tecnologías.

Sin embargo, en México, no veo que esté sucediendo. Por un lado, todavía existe una gran cantidad de docentes que son analfabetas digitales, que se resisten a utilizar las computadoras y que no utilizan el correo electrónico, ni internet. Por otro lado, muchos docentes que han incorporado en sus vidas las nuevas tecnologías, no las utilizan en el ejercicio de la profesión docente con la intensidad y racionalidad pertinentes.

Entre otras razones, por ello fracasó el proyecto Enciclomedia, conformado por una base de datos digital, diseñada a partir de los libros de texto de quinto y sexto grados de primaria. Los docentes, simplemente, no sabían utilizar los equipos y preferían no arriesgarse a fallar frente a sus alumnos. Desde esta perspectiva, el nuevo gobierno deberá poner mucha atención en superar el doble reto educativo: alfabetizar a los docentes en el manejo de los medios electrónicos y prepararlos en el uso pedagógico de los mismos. Seguramente habrá resistencias, pero a n de cuentas todo el país saldrá ganando, especialmente, los estudiantes.

*Presidente del Consejo Directivo de Métrica Educativa, AC. Ex Presidente de la Junta de Gobierno del INEE

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