Estado otorga pocas y limitadas formas de participación política y social de menores

Miriam Martínez

El Estado mexicano tiene una deuda con Niños, Niñas y Adolescentes (NNA) para la formulación de Política Educativa, afirma Salvador Tenorio Maya, estudiante de la maestría en educación para la ciudadanía de la Universidad Autónoma de Querétaro.

Durante el Encuentro Nacional de Estudiantes de Posgrado (ENEPE) realizado dentro del XVI Congreso Nacional de Investigación Educativa (CNIE) organizado por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), Tenorio afirmó que el ejercicio del derecho a la participación de los NNA no se ha podido hacer realidad debido a las pocas y limitadas formas de participación con las que cuentan los NNA. 

Para ello, citó dos consultas infantiles realizadas por el Estado, en las cuales además de ser diseñadas y validadas por adultos, no expresan con claridad la utilización de la información obtenida con mecanismos para recuperar las opiniones de los NNA, salvo recomendaciones a voluntad de cada escuela para retomar algunas ideas recabadas. 

Por lo cual se hace evidente la demanda de procesos de participación que contemplen acceso a la información y libertad de expresión para tomar en cuenta las voces de los NNA en nuevas políticas educativas. 

Por su parte, Alejandra Luna Guzmán, estudiante del Doctorado Interinstitucional en Educación de la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México; afirmó que los Consejos Técnicos Escolares  pueden ser un “centro vital” para alcanzar la calidad educativa.

“Cada sexenio se llega con una nueva política educativa que se espera poner en acto de manera automática” afirmó Luna, añadiendo que no es factible que en la realidad sucedan tal cual los cambios, por lo que se requiere analizar desde la micropolítica escolar qué hace viable y qué no la puesta en acto de una política educativa dirigida a mejorar la calidad del servicio educativo.

Para lo anterior, Luna realizó un estudio desde la fenomenología interpretativa en el cual explicó con bases teóricas de Stephen Ball, control, intereses y conflicto que surgen en la intimidad del Consejo Técnico Escolar (CTE). 

En consecuencia, concluyó que sí existen prácticas dentro del CTE orientadas a lograr una calidad educativa siempre que haya consciencia de los alcances del colectivo, asimilación del rol de dirección, agencia de la política educativa y una contextualización adecuada que en conjunto superen las resistencias a la misma. 

Por otro lado, John Bautista Rosales, doctorando en Política por la Universidad Pedagógica Nacional, presentó avances de un proyecto de investigación en el que a partir de una predominante concepción electoral de la democracia y un contexto universitario poco democrático, se pregunta la posición que mantienen los profesores de la UPN, Hidalgo, respecto al poder.

Para lo anterior se apoya de la afirmación que indica que a diario se reproducen sistemática y visiblemente valores de una hegemonía cultural específica; destacando la necesidad de una cultura política participativa, aquella donde el conjunto de conocimientos, valores y actitudes reflejen el involucramiento de sus miembros.

Finalmente, Lucía Paredes Rojas de la Universidad Autónoma Metropolitana compartió el planteamiento de una investigación para caracterizar significados del proceso cotidiano de gestión escolar desde la perspectiva de los directivos de primarias.

Lo anterior, lo pretende realizar desde un acercamiento etnográfico a lo cotidiano analizando desde la visión de desarrollo económico, dominación y explotación, pues afirmó que al director se le ve como un gerente de cambio en el ámbito escolar y se requiere reflexionar sobre las subjetividades e identidades construidas en la vida diaria. 

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