No hubo agradecimientos al iniciar el día, no hay nadie que entre y pregunte con un grito – ¿Cómo amanecieron? Y que comience a repartir abrazos, no hay quien escuche las historias del gato que rasguño a uno, de el rico lonche que lleva otro, de esa tarea que si fue hecha pero que se quedo sobre la mesa, de lo felices que se sienten por alguna experiencia que hayan vivido o que estén ansiosos por vivir.

No… mi aula esta vacía; puedo imaginarla… limpia, ordenada… silenciosa, sola.

Hoy no estoy ahí…  como no lo estaría si un día yo llegara a formar parte de las estadísticas que dicen que vivo en un país en el que el feminicidio va en aumento… y sin duda alguna triste y rápidamente me sustituirían en mi trabajo, por supuesto, los niños no pueden quedarse sin educación!!  Probablemente sería una noticia estremecedora del momento en redes sociales, pero que luego pasaría de largo para muchos porque no soy tan cercana; doloroso un tiempo para otros, para aquellos que estuvieran a mi alrededor… pero para los míos, sin duda alguna representaría una pérdida irreparable… Tal vez muchos opinarían y se sentirían capaces de juzgar o hasta justificar lo sucedido porque vivimos en una sociedad  en la que  se carece de empatía y no nos conduele el dolor ajeno.

Hoy como muchas mujeres me sumo a esta protesta, este “simulacro” (gracias a Dios) en el que con mi participación trato de hacer conscientes a mis cercanos de que sucedería si la próxima soy yo.

No sé si es una cuestión política, no tengo idea si las “feminazis” tienen algunos otros intereses, lo desconozco… pero no me importa. Porque aunque sé que para muchos es solo un “pretexto”, para otros “algo con lo que no se gana nada”, y para muchos hasta “una payasada”… yo he decidido tomármelo tan personal,  tan mío; he decidido ponerme en la piel de muchas víctimas que no pudieron regresar con los suyos, de las madres que con oraciones se quieren comer el cielo implorando un milagro, de los hermanos, hijos, esposos, padres que lloran una ausencia… Hoy yo he decidido ser todos ellos (rogando a Dios jamás serlo)…

Me queda claro que no es una lucha de mujeres contra hombres… y también considero que la generación de ambientes positivos, de educación socioemocional en los hogares y las escuelas propiciará grandes cambios y derivará en individuos (hombres y mujeres) sanos que no vean en la violencia el desahogo de sus frustraciones, la manera de imponerse o de considerar que el amor justifica el maltrato.

Por eso yo hoy participo… porque  la indiferencia también mata y yo no quiero ser cómplice

Se debe apostar a la prevención sí, pero también exigir a las autoridades un país sin violencia contra las mujeres… contra los niños… contra todos. Ningún crimen puede quedar impune

Por mí

Por mi hija

Por mi madre

Por mi hermana

Por mis alumnas

Por mis amigas

Por todas… por todos

Ya basta

*Texto publicado originalmente en El Puntero https://elpuntero.com.mx/inicio/2020/03/09/hoy-mi-aula-esta-vacia/