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INEE: atisbos de una nueva época

 

El martes 24 el Senado de la República cumplió con el ritual. Designó a dos noveles integrantes de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación; ya rindieron protesta del cargo. Me parece que los cambios no son menores, vislumbro el comienzo de un nuevo tiempo en el joven INEE independiente.

El relevo implica una mudanza generacional y de perfil, pero también puede indicar un movimiento —leve si se quiere— en la conducción del instituto hacia “una evaluación más amable”, como recomendó el senador Juan Carlos Romero Hicks. Empero, los nuevos consejeros no tendrán un camino adornado; el INEE y la Reforma Educativa están en la encrucijada electoral.

Margarita Zorrilla Fierro y Eduardo Backhoff Escudero cumplieron con su tarea en tiempos inaugurales y difíciles, su labor rindió frutos y heredan un legado de trabajo, disciplina y productividad. Hay que reconocerlo, no se amilanaron ante andanadas de los opositores ni ante reclamos de la Secretaría de Educación Pública; tampoco buscaron pleito.

Quienes los reemplazan pertenecen a generaciones subsecuentes. A Backhoff lo sustituye Bernardo Naranjo Piñera y a Zorrilla, Patricia Gabriela Vázquez del Mercado Herrera. Los consejeros bisoños son poco conocidos en el ámbito de la investigación educativa, pero tienen carrera de distinción en la consultoría profesional y el servicio público. Bernardo Naranjo obtuvo el doctorado en educación en la Universidad de Stanford, Patricia Vázquez es maestra en políticas públicas comparadas por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y, hasta la semana pasada, secretaria de Educación Pública de Puebla.

Naranjo, al igual que Backhoff, posee capacidades técnicas y analíticas en el campo de la evaluación, pero, además, la experiencia de haber realizado e innovado proyectos educativos. Patricia Herrera comparte con Margarita Zorrilla pericia en la conducción de sistemas estatales de educación. Ni Naranjoni Herrera desmerecen ante sus antecesores.

La diferencia de edad —y no insinúo que Zorrilla y Backhoff estén fatigados— y de trazo profesional indican que los poderes Ejecutivo, al enviar las ternas, y el Legislativo, al hacer la designación, buscan fortalecer al INEE y, al mismo tiempo, inyectarle un nuevo hacer. Los nuevos consejeros equilibran la balanza en los currículos; la Junta tendrá tres portes académicos con Sylvia SchmelkesTeresa Bracho y Gilberto Guevara y dos cercanos al quehacer de las escuelas.

El Ejecutivo fue responsable, no descartó la posibilidad de que los consejeros salientes se reeligieran, Zorrilla y Backhoff estuvieron en las ternas. Con todo, el presidente Peña Nieto no envió al Senado ternas con personas de bajo perfil para facilitar su ratificación; brindó al legislativo opciones. Las presentaciones de los candidatos ganadores ante los senadores fueron cruciales, obtuvieron 79 votos cada uno.

Pienso que el canje tiene que ver con expectativas del Senado; espera un INEE más vuelto a la práctica. La enmienda al artículo 3 constitucional (IX, a) estableció que es función del INEE: “Diseñar y realizar las mediciones que correspondan a componentes, procesos o resultados del sistema”. Sin embargo, en algún momento el INEE evadió la porción práctica; en su misión, definió que al INEE le corresponde “Evaluar la educación obligatoria, así como coordinar y regular las tareas de evaluación en el marco del Sistema Nacional de Evaluación Educativa”. El verbo realizar desapareció.

El INEE es un organismo autónomo del gobierno, pero es un aparato del Estado (evaluador). No tiene que subordinarse a la autoridad, pero tampoco en controversia constante con ella. Vienen tiempos confusos, quién sabe cómo marche el INEE en la nueva etapa por venir después del 1 de julio.

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