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La forja de la autonomía escolar

EFKE, en el norte de Chipre. Mi amigo y colega, Hüseyin Yolcu, educador de renombre en Turquía, me invitó a presentar una ponencia en el VII Eğitimi Yönetimi Forumu (Séptimo Foro de Administración Educativa). Los anfitriones fueron la Asociación de Administradores de la Educación (una sociedad de profesionales de afiliación voluntaria que reúne a directores de escuelas de todos los niveles, profesores e investigadores de la educación) y la Universidad Europea de Lefke. Se llevó a cabo del 3 al 6 de este mes.

alumnos-destacados-pinos-snteNo me involucré en muchas de las mesas porque no hablo turco, pero donde hubo ponencias en inglés, las presentaciones y debates fueron de calidad. Trataron asuntos de interés para maestros de Turquía y de la Reforma Educativa en marcha en aquel país.

Uno de los organizadores me expresó que no deseaban quedarse con una visión local, donde nada más se trataran asuntos domésticos. Les interesa saber de proyectos y políticas concretas de reforma educativa que se llevan a cabo en otros países. A eso obedeció la invitación que me hicieron. Querían saber de la reforma mexicana.

Cuando conversaba mediante el correo electrónico con Hüseyin, me di cuenta de que no querían que fuera a tirar un discurso extenso, lleno de generalidades. Me pidió que buscara algo concreto, que pudiera ser de provecho para administradores de la educación y que, al mismo tiempo, ofreciera una perspectiva general de la reforma.

Preparé una ponencia acerca de la propuesta de autonomía de gestión escolar que el Congreso dibujó en el artículo transitorio 5 de la reforma constitucional de 2013. Proporcioné los antecedentes necesarios (el corporativismo, la colonización que ejerce el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación sobre la gobernación de la educación básica y el control que desplegaba sobre las carreras de los maestros). Como ha sucedido en otras partes donde expongo resultados de mis investigaciones, a mi auditorio le costó trabajo creer que en México se heredaran, vendieran y rentaran las plazas docentes (en varios estados la costumbre sigue, aunque de manera clandestina). Les parece asombroso. Exhibí que el proyecto mexicano de autonomía de la gestión escolar no coincide con las expectativas que organizaciones intergubernamentales y abogados de la Nueva Gerencia Pública. El propósito del gobierno mexicano es limitado, no implica autonomía pedagógica, ni puesta en práctica de iniciativas locales, menos aún potestad de los maestros para interpretar y poner en práctica el currículo. Aunque al mismo tiempo ofrece perspectivas de participación democrática. El tema paraguas del Foro fue “Política, filosofía, ética y liderazgo en la administración escolar”, por lo tanto, organicé mi presentación —con estilo telegráfico— con esos cuatro sustantivos. El asunto es nuevo, las escuelas mexicanas siguen aisladas del contexto social y, tras décadas de control burocrático sindical, tienen organización rutinaria, concepciones autoritarias y escasa cooperación entre maestros, aunada a contadas intervenciones de madres de familia.

Por esa razón, exterioricé que la autonomía escolar en México está dividida en dos frentes diferentes, aunque no antagónicos por completo, en cuanto a 1) relaciones de poder, 2) pensamiento y reflexión, 3) hábitos y normas y, 4) guía y supervisión.snte

Si prospera nada más la parte burocrática (asentada en la palabra gestión) tendremos escuelas mejor administradas. Pero si avanza la parte democrática (centrada en la participación de maestros, estudiantes y padres de familia) tal vez se lleguen a constituir comunidades de aprendizaje.Las propuestas están en el aire. De cualquier manera, ambas representan progreso en comparación con el estado desastroso que guarda la administración escolar.

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