La investigación en la transformación de las escuelas normales

Abraham Sánchez Contreras*

En un entorno animado por los aires de cambio y de polémicas sobre el rumbo del país, el debate en el marco del Congreso Nacional para el Fortalecimiento y Transformación de las Escuelas Normales Públicas sobre: el docente que se quiere formar; la proyección de estas instituciones hacía el futuro; el desarrollo profesional de los formadores; la autonomía y su ruta curricular, está en proceso. Al concluir la tercera edición del Congreso Nacional de investigación sobre Educación Normal (Conisen) la asistencia y la cantidad de contribuciones, indican que la investigación y sus prácticas inherentes, son un tema relevante para la comunidad.

El 3er. Conisen, realizado en Rosarito, Baja California, fue un evento esperado, en él se congregaron más de 1400 normalistas alrededor de ponencias, presentación de libros, revistas especializadas, carteles, videos y conferencias magistrales, entre los que destacan las impartidas por Angélica Buendía, Ángel Díaz Barriga, Giovanna Valentí, Armando Alcántara, Graciela Cordero, Patricia Ducoing, Sergio Dunstan, Manuel Gil Antón y el panel de normalistas encabezado por Karina Cruz, Alejandra Ávalos, Catalina Ortiz y Germán I. Martínez.

Pero más allá de la reseña del desarrollo de este significativo evento en que las autoridades educativas de Baja California y la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE) se coordinaron efectivamente, el evento en sí mismo, invita a los actores a la discusión y análisis del futuro del normalismo, a proponer un perfil docente que incorpore los saberes y competencias de la investigación como un elemento coadyuvante para fortalecer el espíritu académico y la gestión del conocimiento, pero en este caso, también es un elemento esencial para mejorar el trabajo en el aula, ampliar el diálogo entre docentes y estudiantes, así como la profundización en los contenidos de los espacios curriculares.

Los investigadores normalistas asumen que se les equipara con los investigadores de otro tipo de instituciones de educación superior, por ello, exigen recursos y programas que consideren criterios de acceso aplicables a su condición orgánica.

Su postura tiene argumentos a favor, tan solo en tres años, a partir del primer Conisen realizado en 2017 en la Ciudad Mérida, Yucatán, los cuerpos académicos de las Escuelas Normales se incrementaron en 30 por ciento, al pasar de 163 a 212 agrupamientos de este tipo, donde participan alrededor de 863 docentes normalistas. Asimismo, los docentes con perfil PRODEP se incrementaron en el mismo periodo en 198 por ciento al pasar de 157 docentes normalistas a 467 reconocidos actualmente por el programa (PRODEP, 2017 y 2018).

Una oportunidad de reflexión, debe de considerar que el desarrollo de investigadores en las Escuelas Normales, no se restringe solamente a procurar apoyos para la realización de eventos como el Conisen, también se necesitan programas específicos que apoyen su habilitación y obtención de grados académicos en posgrados de calidad; acceso a fondos concursables, sin el obstáculo de los requisitos que solo aplican a instituciones con personalidad jurídica y patrimonio propios, como es el caso del Registro Nacional de Instituciones y Empresas Científicas y Tecnológicas (Renyecit), que interfiere en el acceso de los normalistas a los recursos disponibles que ofrece el Conacyt y otros organismos con capacidad de financiamiento.

La investigación seguramente no quedará fuera de las propuestas que surjan del próximo Congreso Nacional para el Fortalecimiento y la Transformación de las Escuelas Normales Públicas, pero se debe reconocer sin titubeos que las fórmulas aplicadas con cierta eficiencia en algunas universidades federales, universidades estatales e instituciones de educación superior, no corresponden necesariamente a las estructuras y limitaciones orgánicas que imperan en las instituciones de formación docente.

Aspirar a un sistema educativo de calidad, de excelencia o como se le quiera llamar, implica la producción y gestión sólida de conocimiento original, para ello, se empieza por el principio y la atención de las Escuelas Normales es el primer paso de una transformación genuina de la educación del país, la evidencia lo avala. Los maestros y su formación son la variable crítica y el fundamento del alcance y los logros de cualquier sistema educativo del mundo.

* Director de Políticas de la DGESPE Profesor de tiempo completo de la UPN.

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