Roberto-Rodriguez

La noche de las barricadas

Ocurrió en el barrio latino de París durante la noche del viernes 10 al sábado 11 de mayo de 1968. Los historiadores del movimiento estudiantil francés de ese año coinciden en señalar la fecha, y los eventos que entonces ocurrieron, como el punto de inflexión de la lucha de los jóvenes que se rememora este año en su cincuenta aniversario.

Antes

¿Cuáles fueron las causas del levantamiento de los estudiantes? Hay varias, directas algunas y contextuales otras. Después de una década de gobierno, la presidencia de Charles de Gaulle mostraba claros síntomas de agotamiento. El general estaba por cumplir ochenta años, diez como presidente, y aunque logró la reelección en los comicios de 1965, el margen de su victoria, apenas ocho puntos encima de Mitterrand en segunda vuelta, hacía evidente la pérdida de popularidad y de base social del mandatario.

Las audaces medidas económicas y sobre todo políticas del gaullismo en los primeros años sesenta se habían acompañado de un enfoque de austeridad en lo económico y de un férreo conservadurismo político y social. En los años previos al 68 se registraron huelgas y movilizaciones por mejoras salariales y de condiciones del empleo, asimismo el desplazamiento de trabajadores y fábricas como efecto de la modernización industrial había derivado en expresiones de inconformidad y rechazo. En esa coyuntura las principales organizaciones sindicales optaron por una estrategia de acción común. El acuerdo, aunque frágil y provisional, tendrá una repercusión importante en los sucesos por venir.

La política educativa gaullista, encabezada por Christian Fouchet de 1962 a 1967, había modificado la escena universitaria. Según datos de la época, entre 1960 y 1965 se duplicó la matrícula al pasar de 215 mil a 414 mil estudiantes. La estrategia de crecimiento se acompañó de una política de diversificación con la creación de los Institutos Universitarios de Tecnología, el primero inaugurado en 1964, y de la reforma de la estructura curricular universitaria. Además se impulsó la ampliación del sistema de universidades de París, cuya primera sede descentralizada sería la Universidad de Nanterre, en los suburbios de la capital, inaugurada también en 1964. Fouchet era hombre de todas las confianzas del presidente. Fue su compañero de armas en la segunda guerra, un activo diplomático en la etapa de la reconstrucción, y según De Gaulle, su más ministro más fiel. Pero era un conservador irremediable: partidario de la disciplina escolar, incluso en las universidades, y contrario a cualquier expresión de política estudiantil.

En Nanterre, precisamente, habrían de desencadenarse las primeras protestas, en un principio contra el régimen disciplinario y el hacinamiento en las instalaciones y muy pronto por la libertad de expresión y contra el imperialismo norteamericano en Vietnam. Además, contra la presencia policiaca en el nuevo campus y contra la represión sufrida en las primeras manifestaciones. Muy pronto el movimiento habría de generalizarse en la capital francesa y tomar la forma de una auténtica rebelión de jóvenes contra el sistema.

Durante

El 3 de mayo fue cerrada por las autoridades la Universidad de Nanterre y decretada la expulsión de los líderes que habían activado el movimiento de protesta. En respuesta, los estudiantes de la Universidad de la Sorbona salieron a las calles en solidaridad y también fueron reprimidos por la policía. El lunes 6 de mayo se desarrolló una gran marcha y manifestación convocada por los universitarios de Nanterre y la Sorbona, en que además participaron otros contingentes estudiantiles y un elevado número de académicos e intelectuales. La represión alcanzó un nivel sin precedentes, los policías ocuparon la Sorbona, y se detuvo a más de medio millar de participantes. Las organizaciones de docentes y de trabajadores comenzaron a manifestarse en apoyo al movimiento y sobre todo contra la oleada represiva.

Los días siguientes la escena se repitió prácticamente cada día. El 10 de mayo el ministro declaró que podría dialogar con los líderes estudiantiles siempre y cuando cesaran las manifestaciones conflictivas. El mismo día, como demostración de fuerza, se organizó una mueva marcha, con decenas de miles de participantes en el centro de París. Al caer la noche los manifestantes decidieron atrincherarse en el barrio latino para contener un esperado ataque y arresto de la fuerza policial. La primera barricada fue levantada a las nueve de la noche y seguirían otras y otras más, hasta sumar sesenta, y asegurar la defensa de la zona. A las diez de la noche el rector de la Sorbona hizo un llamado urgente a los estudiantes para que se dispersaran e iniciaran, junto con él, una fase de negociación. Pero nadie le hizo caso, al contrario. Hacia las dos de la madrugada irrumpieron las brigadas de la policía y comenzó el combate. Se tiraron piedras y se incendiaron vehículos. Al cabo se impuso la fuerza represiva con un saldo de más de 350 lesionados entre policías y manifestantes, cincuenta de ellos hospitalizados, y 460 arrestos. Aparte, sesenta vehículos quemados y más de un centenar golpeados.

Después

La represión de la noche de las barricadas fue la gota que derramó el vaso. Los días restantes de mayo fueron escenario de uno de las mayores movilizaciones de trabajadores en Francia, que habría de culminar con el paro general del 20 de mayo en que, se afirma, casi dos terceras partes de la fuerza laboral aceptó participar. Se mantuvo la movilización estudiantil y creció la impopularidad del gobierno del general hasta que, el último día del mes, anunció la disolución de la Asamblea General y amenazó con el estado de sitio en caso de continuar la huelga y las protestas. Aunque en las elecciones de junio de 1968 el partido gaullista obtuvo la mayoría de los escaños legislativos, el año siguiente De Gaulle decidió renunciar al serle adverso un referéndum sobre la reforma del senado. Murió en 1970, víctima de un aneurisma.

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