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Los avances de la reforma según la SEP

IMG_9116El secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet, rindió ayer el “Informe sobre avances de la Reforma Educativa”. La Biblioteca México recibió a la cofradía de la educación. Se cumplió el ritual republicano de honores a la Bandera y el canto del Himno Nacional, se escuchó música de calidad y un video edificante donde maestros, padres de familia y estudiantes exponen las virtudes de la reforma.

El discurso del secretario fue el meollo del ceremonial. Hay que reconocerlo, su pieza fue concisa, clara y con un argumento lógico. Expresó las bondades de la reforma, describió los programas que se derivan de la enmienda a los artículos 3 y 73 de la Constitución, como la Ley General del Servicio Profesional Docente y la del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. No se quedó allí, dijo que llegó el tiempo de la materialización de la reforma en programas concretos, mencionó el Sistema Nacional del Servicio Profesional Docente y el Sistema de Información y Gestión Educativa.

El secretario defendió el proyecto del gobierno y ofreció información de asuntos visibles y de otros no tanto. Destaco tres puntos de su mensaje que indican con cierta precisión donde reside el interés del gobierno del presidente Peña Nieto.

El primer punto dice: “No se desesperen”. Es una réplica a los críticos que esperan resultados raudos, que acusan al gobierno de no hacer de inmediato lo que dictan las leyes: “La reforma es tarea de perseverancia y apertura, no de aislamiento ni de intolerancia… no puede ser vista como un acontecimiento que se consume en la fecha de la promulgación de sus leyes; es un proceso permanente”. El secretario Chuayffet pone el cambio de la educación en la perspectiva de un proyecto de aliento.

El segundo asunto se dirigió a los maestros. Hizo una referencia a los foros para discutir el nuevo modelo educativo que —presumo— pronto dará a conocer, tanto para educación básica como para media y las normales. Parecería obvio lo que expresó, pero no lo es. El secretario demostró que entiende que si el gobierno no se gana la voluntad de los maestros, el proyecto de “materialización” será de vaporización. Otra cosa es saber qué tanto persistirá en el empeño y qué instrumentos utilizará la SEP para seguir adelante.

En el tercer punto, el secretario Chuayffet porfió en su afán de abarcar las regiones donde no han penetrado ni siquiera los aspectos generales de las reformas. Fue contundente: “Somos respetuosos del principio del federalismo cooperativo, el cual distribuye recursos y facultades, entre los estados y la federación, pero ahora debe distribuir también controles y responsabilidades… De ahí que sea necesario modificar el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica, a fin de establecer medidas que garanticen en todos los estados del país la regularidad del servicio… De igual manera, la autoridad federal debe tener la posibilidad de asumir la función educativa, ahí donde la normalidad y continuidad del servicio estén en riesgo o la hagan imposible”.

No bastó la recentralización del pago de la nómina educativa, ni desaparecer al FAEB. El secretario quiere que se reforme la Ley General de Educación para permitir la intervención del gobierno de la República donde haga falta por cualquier motivo. Pero no es difícil imaginar que el primer blanco son los estados de Oaxaca, Guerrero y Michoacán.

En la impugnación que el secretario hizo a los críticos me sentí aludido. No es que me desespere por lo lento. Comprendo que una reforma de gran calado toma tiempo. Lo que me irrita es que el secretario denuncie a los gobernadores, pero que no mencione a quienes dentro del mismo gobierno boicotean la reforma. Me refiero al subsecretario de Gobernación. Tampoco me gusta que el gobierno en general —no nada más la SEP— siga rumbeando con el corporativismo. El secretario Chuayffet llegó escoltado por Juan Díaz de la Torre, presidente del SNTE, y aunque en su informe habló de la participación social como pieza clave de la reforma, no mencionó a las asociaciones de padres de familia.

Las tuercas más flojas de la reforma están adentro, en la Segob y en el SNTE.

Retazos

La ceremonia comenzó con sólo cinco minutos de retraso ¡Increíble en este país tan lejos del reloj!

*Académico de la Universidad Autónoma Metropolitana

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