Los proyectos educativos sexenales: entre mentiras, engaños y falsas promesas

Miguel Ángel Pérez Reynoso

Como parte de una costumbre fuertemente arraigada en nuestro entorno, al principio de cada administración política ya sea en la esfera federal o en el ámbito local (gubernatura) fluyen las ideas y las propuestas, se organizan Foros, Debates públicos, conversatorios en torno a lo que debiera hacerse en el campo educativo dentro de un sistema determinado. De esta manera la Nueva Escuela Mexicana (NEM) hizo su aparición en el ámbito federal y el Proyecto Recrea en lo que respecta a la demarcación del estado de Jalisco.

¿Qué queda de todas las promesas invertidas? Aunque apenas estamos a la mitad del camino, no es posible aventurar juicios de un balance final. Sin embargo, a partir de un “corte de caja” intermedio, es posible afirmar y poder darnos cuenta de que tenemos un panorama deficitario. Tanto en el ámbito federal como en el local los proyectos se han “torcido” para otro lado, muy distinto al de la idea de origen. 

Si bien en la esfera federal hubo un relevo de titular en la SEP, ahí se dio una vuelta de tuerca para cualquier lado, haciendo aún más tensa la serie de indefiniciones y de pérdida del rumbo del proyecto o la propuesta educativa de la llamada 4 T.

En el ámbito local (el estado de Jalisco), desde el inicio el proyecto Recrea, apareció más como una serie de ocurrencias o de ideas brillantes de fin de semana que, como una política seria y de largo aliento, que mirara en términos estratégicos las necesidades educativas de la población en edad escolar para niñas, niños y jóvenes en el estado de Jalisco, para poder responder a ellas. 

La iniciativa local, ha contado con recursos crecientes, acompañada de un cúmulo de oportunismo político de todas aquellas personas que suelen subirse al barco de la cercanía en el poder, aconsejar, asesorar, estar cerca de quien tiene poder y toma decisiones. Todo ello no se ha traducido en mejoras sustantivas, ni en el funcionamiento de las CAV, ni tampoco en mejores resultados para el aprendizaje. Los oportunistas viven de esa cercanía con el poder, a partir de convertirse en bufones al servicio del poderoso en este y en todo momento.

Sin embargo, en este contexto global, ya sabemos que el fenómeno de la pandemia se ha tornado en pretexto o en excusa para salvar las culpas propias y también las ajenas y de esta manera, responsabilizar al destino de todo lo que no ha salido bien, o de lo que hemos hecho mal.

Todo iba bien, se había dicho muchas veces, hasta que llegó la pandemia. Y efectivamente la pandemia se ha tornado en un parteaguas en nuestra sociedad: hay un antes y un después de las disposiciones y acciones de política educativa. Pero también se han maximizado sus implicaciones, la pandemia ha servido para desfigurar gran parte de la organización y funcionamiento del sistema educativo y en el fondo del asunto no se distinguen los ejes estratégicos para el desarrollo educativo ni en la esfera federal y menos aún en el ámbito local.

Los grupos políticos, las distintas corrientes y las fuerzas al interior del sistema, se han tornado en fuerzas irreconciliables entre sí y con ello, se han encargado de garantizar una parálisis al sistema. Aquella frase clásica de Jesús Reyes Heroles cuando definió a la SEP como un “paquidermo reumático”, metafóricamente podría significar un aparato complejo y muy grande, enfermo que camina o se mueve lento. También dicha definición, aplica al sistema educativo de Jalisco.

Recuérdese que, en el año de 1992 con la publicación del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica, se descentraliza gran parte del sistema, algunos rubros pasaron al sistema educativo estatal, la gran paradoja es que se centralizaron algunas cosas, pero siguen fuertemente centralizadas las importantes.

Así las cosas, el sistema educativo se mueve bajo una inercia en distintas direcciones, sin claridad acerca del puerto al que se pretende arribar. La pandemia nos sigue teniendo ocupados y debido a ella, hemos confundido los pasos con el camino, ¿hacia dónde vamos en educación? Ojalá y los titulares de las diversas dependencias, tanto en la esfera federal, como en el ámbito local pudieran responder.

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