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Más sobre la edutopía

La maestra Carmelita Rebolledo me envió un mensaje glosando mi artículo de la semana pasada. Comentó que ella nunca ha perdido la esperanza de la que habla Paulo Freire y que conoce algunos textos de él. Nunca había escuchado la palabra edutopía ni la encontró en diccionario alguno, aunque sí referencias en la internet. Una de ellas de mi libro Educación, colonización y rebeldía.

moro_utopiaElla me sugirió que diera más pistas sobre la palabra y su significado. Lo hago con gusto; en entregas posteriores agregaré otras notas. En ese libro explico el origen del acrónimo y varios de sus usos. De 2012 a la fecha hay más personas e instituciones que lo utilizan; hasta encontré convocatorias a foros de innovaciones en educación que llevan edutopía en el título. Por mi parte, traté —y sigo en el intento— de darle precisión; por ello, le puse dos adjetivos: democrática y equitativa.

Cuando adapté el concepto, puse cuidado en señalar que no me refería al empleo popular que adquirió la voz utopía como algo irrealizable, producto de soñadores, personas que nunca ponen los pies en la tierra y cuya imaginación anda navegando en un cosmos ilusorio. Tomé la palabra en el sentido original que Tomás Moro le dio en su célebre novela, más citada que leída, al parecer. Primero, la Utopía es un manifiesto antiautoritario que le costó a Moro la cabeza; lo digo en sentido literal: Enrique VIII de Inglaterra mandó que se la cortaran a su antiguo amigo y consejero.

Segundo, Moro diseñó su novela con base en dos supuestos o principios que desarrolla en forma literaria, pero que son parte de una teoría del Estado. El primero de esos principios es que los seres humanos pueden ser mejores si se crían y educan en un ambiente social y político apropiado a la convivencia y en armonía con la naturaleza, es decir, en un Estado capaz de garantizar la vida social solidaria. El segundo, es que el Estado es una creación de los seres humanos y, por lo tanto, se puede cambiar, incluso, por medios radicales.

En consecuencia, la edutopía democrática y equitativa es un proyecto que implica los conceptos de libertad y justicia social; es incluyente. Su aspiración mayor es contribuir de manera eficaz a la construcción de un ambiente escolar que permita —como establece la Constitución mexicana— el desarrollo armónico de todas las facultades del ser humano.

Además, la edutopía se nutre de las aportaciones de educadores humanistas e ideas de la educación popular. Por ello, quienes nos asumimos como abogados de ese proyecto, pugnamos por incluir la mayor parte de sus elementos en los movimientos de Reforma Educativa. Buscamos mejorar el entorno político y social, aspiramos a una convivencia ciudadana civilizada y armónica, se trata de evitar que la democracia devenga en anarquía. ¿Difícil? Sí, ¿imposible? No.

Por supuesto, en la actualidad parecería que este proyecto no tiene asidero terrenal, que es artificioso. El régimen de partidos abusivos, la corrupción imperante en el cuerpo político, los efectos del proyecto neoliberal que clama por privatizar la educación pública y la ausencia del Estado en muchas regiones físicas y territorios simbólicos del sistema educativo, hacen que la edutopía democrática y equitativa parezca irrealizable.

Pero sobrevive en miles de experimentos aquí y allá, unos chicos, otros de mayor envergadura; maestros y activistas, pequeñas organizaciones civiles y grupos informales de padres de familia. Todos alimentan esa edutopía. Asimismo, los abogados del proyecto aprovechan cuanto foro se presenta para introducir ideas, convencer a más gente y seguir bregando sin hacerse ilusiones —pero también sin perder la esperanza— por cambios para dar vida a ese mejor contexto político y social.

La esperanza —evoco de nuevo a Freire— es para los educadores como el agua para los peces. Nunca debemos perderla. Al final, la gente común somos mayoría. Quienes corrompen a la democracia son los menos, pero bien organizados. Hay que romper con esas organizaciones.

educacioncolonizacion_ornelasRETAZOS

Gracias a la maestra Carmelita me enteré de que mi texto, Educación, colonización y rebeldía: la herencia del pacto Calderón-Gordillo, publicado por Siglo XXI Editores, ya está disponible como libro electrónico. Es fácil de adquirir en Google Books y más barato que la edición impresa.

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