México, sin derecho a la educación

INIDE. UIA

Al analizar el Programa Sectorial de Educación (PSE) 2013-2018, un grupo de especialistas reunidos en un foro para debatir el tema, coincidieron en que hoy en día con los datos que proporciona el Sistema Educativo Nacional (SEN), no sólo está ausente el derecho al aprendizaje en los rostros que dibuja la pobreza; tampoco existe el derecho pleno al acceso a una escuela digna para la infancia mexicana; un espacio donde el proceso de enseñanza aprendizaje se desempeñe con calidad y equidad, apuntaron.

La infraestructura educativa está en condiciones precarias, la capacitación docente no es pertinente, la educación que se da a los jóvenes en el nivel medio superior no les está sirviendo para desempeñarse en su empleo; la cobertura universal al concluir la educación básica no se está logrando y a pesar de la amplia cobertura en educación primaria; el logro en los aprendizajes o la calidad de los mismos es deficiente, coincidieron estos expertos reunidos en el Foro de discusión sobre el Programa Sectorial de Educación 2013-2018, convocado por el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE).

De acuerdo con el censo realizado por el Instituto Nacional de estadística y Geografía (INEGI), de los 261 mil cetros de trabajo dedicados a la educación: 2 mil 241 escuelas públicas están hechas de materiales ligeros y precarios; 14 mil 444 sin pizarrón en todas las aulas; 36 mil 264 escuelas sin agua de la red pública o de un pozo; 20 mil 152 escuelas sin sanitarios; 81 mil 718 sin drenaje; 18 mil 564 sin energía eléctrica; 45 mil 837 sin áreas deportivas o recreativas; 125 mil 552 sin teléfonos; 123 mil 511 sin conexión a Internet.

Retrato del devenir del SEN

En el encuentro organizado por el INIDE de la Universidad Iberoamericana (UIA), participaron los investigadores, Mario Rueda, Rodolfo Ramírez, Marisol Silva, Enrique Pieck, Carlos Rodríguez, Mercedes Ruíz, Jerson Chuquilin, Javier Loredo y Francisco Alvarado, quienes coincidieron en que es necesaria una política educativa que destine mayores recursos a quien más lo necesita, no obstante esto no se aprecia en el PSE 2013-2018.

Este Programa Sectorial, cumple con la obligación de la Ley de Planeación, se tiene el documento, es cierto; pero éste “no da luces sobre el rumbo” del SEN, planteó el investigador Rodolfo Ramírez, miembro del consejo editorial de Educación Futura.

Además, el PSE 2013-2018 no plantea disminuir las desigualdades que existen en el aprendizaje entre los niños que asisten a las distintas modalidades educativas,  “ya no hablemos de eliminar las diferencias, tan sólo de reducirlas”, expresó por su parte Carlos Rodríguez.

En Educación Media Superior (EMS), el propósito de disminuir el abandono escolar del 15 al 9 por ciento, si bien es un reto noble, es completamente insuficiente para lograr una educación de equidad y calidad; porque aunado a ello, no se está tomando en cuenta que este nivel de estudios presenta un índice de reprobación del 16.2 por ciento; señalaron los investigadores Javier Loredo y Francisco Alvarado.

Educación Superior desdibujada de la reforma educativa

En el marco de los cambios propuestos por la reforma educativa, se puede decir que la Educación Superior no se encuentra en ella o está desdibujada, planteó la directora del INIDE, al analizar las propuestas del PSE en este nivel de estudios, donde la marginación se refleja en el acceso que tienen a las universidades los jóvenes originarios de las entidades más pobres del país.

Si la cobertura en Educación Superior es de 30 por ciento, 19 entidades del país están por debajo de la media nacional; los ejemplos más significativos son Oaxaca y Chiapas con 19 por ciento,  Guerrero, Quintana Roo y Guanajuato con 21 un por ciento, mencionó Marisol Silva.

Aunado a esta desigualdad evidente, en el PSE no se encuentra una correlación entre las estrategias, las metas y las líneas de acción; por lo cual el documento, podría quedar en buenos deseos, advirtió Marisol Silva en su ponencia.

En este documento de planeación nacional, no se habla del modelo de evaluación, no se toca el tema de financiamiento a la Educación Superior, ni de la renovación de la planta académica, lo que significa un problema grave que afecta la calidad educativa recalcó la directora del INIDE.

Actualmente, hay un 40 por ciento de diferencia entre el acceso a la ES entre los sectores más favorecidos y los marginados; no obstante en el PSE, no se vislumbran estrategias que busquen acotar estas brechas de desigualdad. El 7 por ciento de los jóvenes de los sectores marginados tienen acceso a una carrera, mientras que 47 por ciento del sector más beneficiado tiene acceso a esta educación.


El origen

De acuerdo con el investigador Rodolfo Ramírez, el origen de estos malos resultados del sistema educativo se pueden encontrar tanto en factores internos como externos a la educación, entre estos últimos, destacó: la desigualdad social, el ambiente cultural familiar, la relación entre saberes escolares y las culturas familiares o comunitarias.

Entre los factores internos, el también director de Cero en Conducta, apuntó: las malas prácticas docentes: currículo realmente operante, la mala organización y funcionamiento de las escuelas: no hay tiempo efectivo de enseñanza, ni prioridades reales, y en ocasiones malas relaciones internas, aunado a que existen contradicciones e inconsistencias en la política educativa.

Los núcleos del cambio 

Para solventar las deficiencias anteriormente expuestas, el académico Rodolfo Ramírez, en su ponencia, expuso como indispensable, tres núcleos para el cambio: 1) Un currículo centrado en la comprensión y en el desarrollo de competencias intelectuales: el desarrollo de las capacidades de pensamiento; 2) avanzar hacia la construcción de una escuela pública: una unidad educativa con metas y principios comunes, con capacidades y facultad para tomar decisiones importantes y; 3) un sistema al servicio de las escuelas y el aprendizaje.

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