O te aclimatas o te aclimueres

Sergio Martínez Dunstan

A menos de una semana de que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) tome posesión como Presidente de nuestro país han ocurrido tres hechos relevantes para la educación en sí misma y que afectarán, de una manera u otra, a la política del próximo gobierno, a las políticas públicas en materia educativa y a la política educativa que defina la SEP. Estos hechos sucedieron en tres planos distintos: sindical, social y gubernamental.

El primero de ellos consiste en la realización del 47o Congreso Nacional Extraordinario del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE),  en el cual se aceptó la licencia definitiva de Juan Díaz de la Torre, la eliminación de la figura de Presidente en los órganos de gobierno sindical; la incorporación en los estatutos de gobierno el voto universal, directo y secreto para elegir a sus dirigentes, y la designación de Alfonso Cepeda Salas como Secretario General del Comité Ejecutivo Nacional. Alfonso Cepeda recibió la encomienda de convocar a un Congreso Nacional y emprender una política de reconciliación, así como fortalecer la unidad del magisterio con pleno respeto a la pluralidad; aunque él condiciona que la organización de dicho Congreso hasta el 2024, argumentando que no están dadas las condiciones para realizarlo antes. Maestros Comprometidos por México (MxM), grupo afín a Elba Esther Gordillo Morales, quien tiene interés por recuperar la dirigencia del SNTE, se entrevistaron con AMLO y le expresaron su inconformidad ante el proyecto de Alfonso Cepeda y propusieron que el Congreso Nacional se realizara en enero del 2019.

Lo que está claro, al menos para mí, es la irresuelta problemática del sindicalismo magisterial y sus repercusiones para la política del próximo gobierno. Inestabilidad, ingobernabilidad, divisionismo. ¿Quién ganará? ¿Cuál grupo será el más cercano e influyente en la confección del proyecto político, del plan de gobierno? ¿Cuál será el grupo que acompañará al próximo Secretario de Educación y coadyuvará para el diseño y ejecución de la política educativa? ¿Cuál de esos grupos serán actores fundamentales en la operación política y la implementación de las políticas públicas en materia educativa? ¿Tendrán cabida todos o alguien sobra? ¿Quiénes conservarán el control del SNTE? ¿La CNTE? ¿MxM? ¿O habrá un tercero en discordia, cuarto en este caso, afín al Presidente en turno? ¿Y el magisterio? Bien, gracias, esperando que “le haga justicia la Revolución”.

El segundo suceso fue la realización del Foro “¿Qué sigue? Debate sobre el futuro de las políticas educativas y científicas” (https://goo.gl/9apqhN), organizado por el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), el Departamento de Investigaciones Educativas (DIE) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). En la Mesa “¿Qué hacemos con la Evaluación?” se reveló el posicionamiento, hasta en ese momento desconocido, de Mexicanos Primero. Esto fue a partir de la intervención de uno de los participantes, Wenceslao Vargas Márquez, quien cuestionó a David Calderón Martín del Campo, Presidente de esa organización civil, y que se encontraba también como participante. Martín del Campo se pronunció a favor de desvincular la evaluación de permanencia de la relación contractual. Aceptó que en Mexicanos Primero han asumido recientemente esta postura: “Usamos y ‘mal usamos’ los términos mérito y evaluación con consecuencias. Contribuimos a la construcción de un imaginario que resultó negativo. En ese sentido, el aprendizaje para nosotros es ir cambiando con base en la evidencia. Nos equivocamos, y no me avergüenza decirlo, nos equivocamos muchísimo, me avergonzaría seguir en esa equivocación. Estamos buscando nuevos caminos y no los tenemos muy claros.”

Cabe agregar que Martín del Campo previamente había mencionado que se estaban discutiendo en la Cámara de Diputados cambios a la Ley General del Servicio Profesional Docente: la derogación del artículo 74 y modificaciones profundas al 22 y 53, referidos a la evaluación que tiene consecuencias de cese de nombramiento; así como a los transitorios 8º y 9º relativos también las sanciones para los maestros en servicio que resulten no idóneos. “Hoy [en el tema de la] evaluación en México, idoneidad quiere decir consecuencias que afectan el espacio laboral”. Mexicanos Primero es una asociación civil, no es una institución académica, aunque su pronunciamiento se haya dado en un evento académico se ubica en el plano de lo social y desde esta perspectiva debería valorarse. Una de las críticas a la evaluación del desempeño expresadas por académicos había advertido algunas inconsistencias paradigmáticas, conceptuales, técnicas, metodológicas e instrumentales, que afectaban al docente en su condición de sujeto laboral y profesional. Este grupo exigió al INEE considerarlas y modificar la manera como se venía concibiendo la evaluación a los docentes. Estas inconsistencias constituyen uno de los argumentos esgrimidos para exigir la desaparición del INEE, con iniciativas de Ley en el Congreso de la Unión y pronunciamientos específicos de quienes dirigirán los destinos de este país a partir del primero de diciembre, así como de los encargados directos de la ejecución de las políticas públicas en materia educativa.

Lo anterior, da pie para referirme al tercer acontecimiento, que se dio en el plano de la administración pública. Me refiero a las entrevistas que Teresa Bracho concedió a dos medios de comunicación. La Presidenta de la Junta de Gobierno del INEE señaló al periódico La Jornada que presentó al equipo de transición del próximo gobierno federal un nuevo modelo de evaluación el cual destaca “el trabajo formativo y la cercanía de la retroalimentación con el docente en relación a sus resultados” (https://goo.gl/Gc3EZq) en contraste con el modelo aún vigente que es de orden laboral, enfatizó. La propuesta no contempla sanciones para los educadores, aunque consideraría, según dijo, “valorar con más incentivos a quien tenga mejor desempeño”. En otra entrevista, concedida a 24 horas, el Diario sin límites, Teresa Bracho mencionó que “la evaluación del desempeño docente estaría más relacionado con el profesor en su grupo, en su escuela, en su contexto. Significaría una interacción más de pares con los docentes y sin consecuencias laborales […] debería ser un instrumento para enriquecer el trabajo de los maestros.”

“Odio decir se los dije”, pero se los dije. Lo advertí en mi colaboración titulada “Císcale, císcale diablo panzón que se quede el INEE en la siguiente administración”. Textualmente mencioné: “Percibo una doble intención detrás de esta benévola ilusión: encantar al maestro con la fórmula mágica de la evaluación formativa. Espero que ahora el INEE no busque valorar el quehacer docente a través de la evaluación de los aprendizajes y prescribir el trabajo en el aula […]. Ojalá no sea también una sutil manera de continuar con la evaluación de los docentes desde otra perspectiva. Consiste en restarle importancia, al menos en el discurso, a la evaluación del desempeño para juzgar la permanencia de los profesores en el servicio educativo y, en contraparte, enaltecer la evaluación de los aprendizajes en el aula”.

Los tres hechos referidos dan cuenta de como las organizaciones, asociaciones, y organismos han sido propositivos para adaptarse a las ideas del próximo gobierno, la llamada 4ª Transformación (espero que dentro de seis años no se le diga también “la mal llamada cuarta transformación”), adecuar los haceres y procederes en lo sindical, lo social y lo gubernamental. Es una estrategia de supervivencia a fin de conservar el estatus, de transitar entre una administración y otra. Estarán puestas y dispuestas al proyecto político en turno. “O te acomodas o te acomodan”. Una especie de darwinismo social el cual se basa en la idea de la sobrevivencia del más apto. Se concibe como un mecanismo de evolución social. Según se dice que Darwin dijo: “Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio. En la lucha por la supervivencia, los más aptos ganan a expensas de sus rivales porque consiguen adaptarse mejor a su entorno”. Los mexicanos tenemos un refrán que expresa de manera coloquial y sintéticamente esta idea: “O te aclimatas o te acli… mueres”. El SNTE, Mexicanos Primero y el INEE creo que actúan conforme a esta idea. O se acomodan o los acomodan. O cambian o los cambian. O se adecuan a los tiempos e ideas actuales o son condenados a la obsolescencia. O sobreviven o mueren. “O te aclimatas o te aclimueres”. No es cualquier cosa. Es un asunto de supervivencia.   

Carpe diem quam minimun credula postero

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