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Pedagogía Colectiva y ciudadanía Radio Tzinaka

Acercarse a la construcción de espacios de convivencia en donde se fomente el fortalecimiento y el respeto a las comunidades tienen que ver con prácticas relacionadas con la pedagogía colectiva, que desbordan el marco institucional de las escuelas en espacios para la construcción de saberes que surgen y se interrelacionan para el desarrollo local dentro de formas democráticas donde se construye ciudadanía.

Hay ciertas investigaciones que muestran que estas formas democráticas contrastan: “con la endémica crisis del sistema político y partidario y con el creciente descrédito de los políticos profesionales y de las formas de representación” (Arenas, 2009, pág. 212).

Las radios comunitarias son espacios de la sociedad civil en donde se construye y re construye el tejido social, donde se comparten punto de vista, intereses y expectativas que le son comunes y que a la vez constituyen la semilla de un tipo de solidaridad social.

Tomando en cuenta lo anterior, entonces hay que preguntarnos si la radio es parte de una pedagogía colectiva y si esa pedagogía impacta en el desarrollo de muchas comunidades no solo en nuestro país, también en otras partes del mundo.

Para muchos, la radio es un tema ya rebasado ante el uso masivo de las redes sociales, el internet y los medios de comunicación, pero ¿la radio todavía tiene futuro?

En este tiempo de pandemia, los medios se han ido acomodando y hoy se escucha más radio y vuelve a ponerse en el centro de la comunicación porque ahora hay muchos más medios tecnológicos que te permiten escucharla, como la diversidad de las App Radio que se pueden escuchar a través del celular o en la computadora o el podcast, con contenidos de audio digital que cualquier usuario puede descargar a un dispositivo personal para escucharlo en cualquier momento o lugar.

Así, una diversidad de radios comunitarias promueve una cultura con una pedagogía colectiva donde cobran especial importancia los derechos humanos, la sana convivencia, el rescate y preservación de sus tradiciones y de su lengua materna, condiciones de vida digna, así como la vivencia de lo público como una posibilidad para el desarrollo comunitario y sustentable con justicia y equidad. Muchas de estas condiciones he encontrado en mi reciente investigación, donde es significativo el cúmulo de saberes y experiencias que los integrantes de diversas radios comunitarias, van construyendo en el día a día.

Un ejemplo de ello es radio Tzinaka, en la frecuencia 104.9 FM, que nació desde la juventud y la resistencia de su territorio, fue inaugurada el 18 de noviembre del 2012 en la comunidad de San Miguel Tzinacapan, municipio de Cuetzalan del Progreso, en Puebla. Su nombre proviene de la lengua materna náhuatl y significa murciélago, ya que el nombre de la comunidad Tzinakapan es “Fuente de Murciélagos”.

Desde sus inicios busca, a través de la comunicación comunitaria, reivindicar y fortalecer la identidad indígena, ofreciendo información que contribuya a la mejor toma de decisiones personales y colectivas, a reconocer su cosmovisión, valorar la historia local, defender sus derechos y territorios para crear cohesión comunitaria y contribuir a la lucha por una vida digna, además de favorecer la autodeterminación a través de la apropiación de los medios de comunicación.

Una de sus características especiales, es que tiene el reconocimiento y la aprobación de la comunidad y además ejerce la democracia sobre lo que la comunidad requiere y desea escuchar en la radio:

Hicimos un sondeo, salimos a entrevista, a hacer un registro de datos y que la gente     dijera que era lo que quería escuchar en la radio y a partir de entonces empezaron         a surgir ideas.  Por ejemplo, hubo quienes dijeron que querían que se cuente como     es la historia de la comunidad, o que se hable sobre la siembra del maíz, o palabras             que ya no existen en náhuatl, fue así como empezamos a crear una barra             programática de las cosas que la gente quería escuchar” (PT. 06/11/2020).

Además, hay una explicación sobre el por qué no cuentan con el registro del Instituto Federal de Comunicaciones IFT, situación que no es privativa de ellos, porque es a la que se enfrentan muchas radios comunitarias:

            “Ha sido una situación complicada obtener el permiso, porque primero necesitamos       el dinero y es algo que no tenemos, sabemos que es muy caro y desgastante entre        que te piden muchos papeles, tres transmisores que es algo que no tenemos, por eso lo hemos dejamos, lo que puedo decir es que  se constituyó la radio a partir de una          asamblea en la comunidad, se levanta un acta de asamblea que avala el proyecto de        la radio comunitaria , por eso decimos que  tenemos la autorización de parte de la         comunidad” (PT.06/11/2020).

Su barra programática actualmente está estructurada con contenidos culturales, sociales, sobre medicina tradicional, defensa del territorio, augurios, usos, costumbres, danzas y cantos tradicionales, espacios sobre su lengua el náhuatl, avisos y “Xochipitzahua”, comunicación permanente sobre las medidas de prevención en esta pandemia e información cercana y cotidiana de la comunidad, con las niñas y los niños “Pipilkonemej”, “Ojtokalis” música regional y hasta clases con la maestra Lety de lunes a viernes.

Por ejemplo, el jueves pasado en el programa “Altepet Nechikolmej”, espacio en donde organizaciones y colectivos no solo del municipio de Cuetzalan sino de la región serrana, cuentan con un espacio para hablar sobre su labor a favor de la gente de las comunidades en defensa de sus tierras. En esta emisión estuvo el colectivo “Apolat Talpan Tajpianij”, que significa “Guardianes del Rio”, que se crea en el 2015 ante el surgimiento de una hidroeléctrica que abarcaba varias comunidades y municipios por donde atraviesa el rio Apulco y donde el proyecto se iba a implementar en esa región, por lo que, ante la necesidad de defender   su territorio fue como se agruparon.

Y así como este programa, hay muchas otras experiencias que nos permiten aproximarnos a esta pedagogía colectiva que considero importante no solo desarrollar, sino difundir porque desde mi punto de vista, son promotoras de la construcción de saberes en contextos diversos

La respuesta, por tanto, ante la pregunta si la radio tiene futuro, mi respuesta es que si, tan solo en este programa que les menciono, los jóvenes de esa organización han logrado, gracias a su unión, replicar acciones, compartir sus experiencias en otras organizaciones y en escuelas para inspirar a otros y en donde se muestra que, cuando el pueblo se organiza con un propósito común, logran avanzar en su causa.

¿Acaso eso no es parte de lo que todo proyecto formativo busca?  La radio, insisto, es una maravillosa herramienta de comunicación y considero que es afortunada aquella comunidad que hace vida cada día acompañada por su radio y en donde, a través de la pedagogía colectiva y de manera democrática, construyen ciudadanía.

Referencia

¿Arenas, G. (2009) “Puede ser la radio una herramienta pedagógica para la sana convivencia?” Revista de Investigaciones UNAD, V, 8, N, 1

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