Periodismo y política educativa

Erick Juárez Pineda*

Hay una idea constante en mi mente: “El periodismo es libre o es una farsa”.

Rodolfo Walsh “El Jefe”, enorme periodista argentino, lo tenía muy claro: sin periodismo real, de investigación, profundo y libre, no se puede fortalecer la libertad, democracia y justicia de las sociedades.

Esta sentencia, ha rondado últimamente en mi cabeza dando seguimiento al proceso de selección de los integrantes que estarán al frente del nuevo Organismo para la Mejora Continua de la Educación (OMCE), el cual sustituye al extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE).

El naciente Organismo Educativo estuvo lleno de dudadas desde el principio. Nadie sabía, ni siquiera las autoridades, cuáles serían sus funciones específicas, con qué recursos trabajarían cuando al INEE se le quitó más del 45% del presupuesto en el último año, con qué leyes y reglamentos se regirían, quiénes estarían al frente, cuál sería su relación con la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el magisterio en general, dónde quedaría la autonomía, entre otros cuestionamientos.

Sin embargo, los mayores tropiezos y deshaceos se presentaron en los procesos para elegir  a la Junta Directiva y Consejo Técnico del nuevo Organismo.

La Comisión de Educación y Junta de Coordinación Política del Senado emitieron la convocatoria para buscar a las personas que estarían al frente de este Instituto, las cuales, tendrían que presentar diversos documentos, ensayos y propuestas para ser consideradas.

Al cerrar la convocatoria, el Senado dio a conocer el 4 de junio a los candidatos que, según ellos, habían presentado los documentos completos para contender. Esto lo hicieron sin dar una explicación a los rechazados, el motivo del mismo.

Ahí, surgió la primer gran polémica, pues muchos participantes alegaban que, en efecto, habían enviado toda la documentación solicitada, pero por razones desconocidas y sin mayor razón, el Senado había rechazado. Esto lo comenzamos a documentar desde Educación Futura.

Toda la comunidad educativa sospechaba del proceso, el cual, pintaba de mala cara y comenzaba a sentenciar el nacimiento de una institución sumida en la irregularidad.

Fue entonces cuando, en colaboración con reconocidos académicos e investigadores, dimos a conocer desde este medio, que las irregularidades iban más allá: plagio por parte de una candidata, falta de documentación y poco conocimiento de los aspirantes sobre la materia.

En la nota que publiqué el 5 de junio, la cual titulé “Plagio e incumplimiento de requisitos en candidatos para integrar Organismo para la Mejora Continua de la Educación“, exhibimos que la candidata Andrea Contreras Ramírez, había cometido plagio en al menos, el 20% en el ensayo presentado ante los Senadores. Se había atribuido frases, párrafos e ideas completas de Gilles Ferry y Jaume Carbonell.

También detectamos que en el expediente público del candidato Earlt Beau Bunfild Baños, quien pretendía ser parte de la Junta Directiva del nuevo organismo, se localizó solo un resumen del ensayo, cuando la convocatoria claramente explicaba que se debía presentar un escrito de autoría propia, en un máximo de 7 cuartillas.

Esta publicación tuvo un revuelo importante entre la sociedad: expertos, investigadores, miembros de la comunidad educativa y otros medios de circulación nacional, retomaban y exigían al Senado que se repusiera el proceso. Incluso, la investigadora Arcelia Martínez, abandonó la contienda, argumentando que no existían las condiciones suficientes para su realización, acusando de opacidad y poca legitimidad.

Mientras tanto, los senadores callaban. Pasaban las horas y no había respuesta oficial al respecto. Por mi parte, insistía en una declaración de Rubén Rocha, quien está al frente de la Comisión de Educación y de Ricardo Monreal, de la JUCOPO; pero no tenía suerte.

Finalmente, después de un par de días y de constante insistencia de la comunidad educativa en las redes sociales, pude hablar telefónicamente con el senador Rocha Moya, quien se encontraba en Tijuana para acompañar al presidente López Obrador en el mitin con motivo de la crisis migratoria en la frontera norte. El activismo digital de investigadores como Alma Maldonado, Roberto Rodríguez, Pedro Flores, Annette Santos, Manuel Gil Antón, Vania Buñuelos, Sergio Martínez, entre otros, fue fundamental para que se evidenciaran estas irregularidades.

Igual de importante fue el trabajo de medios aliados como Voces Normalistas, Insurgencia Magisterial y Profelandia; así como el seguimiento de periodistas como Leti Robles de Excélsior y Mauro Jarquín de La Jornada. Tuvimos respuesta, pero no fue alentadora.

El senador, se limitó a decir, entre tanta verborrea, que el filtro y responsabilidad de candidatos y documentos es de la JUCOPO, y la comisión de Educación apenas iba a revisar los archivos (yo no fui, fue Teté); que a pesar de todo, no modificarían, cancelarían ni repetirían el proceso de selección y que celebraba que se haya hecho pública esta información pues “ayuda a tener un análisis más riguroso de los perfiles”. Sentíamos un ambiente de derrota.

Parecía que todo seguiría su camino: los candidatos se presentaron a comparecer y el Senado habría publicado una lista de “idóneos”, incluyendo a la candidata que había cometido plagio, la cual, se había justificado durante su entrevista que a ella “solo le habían faltado las comillas”, y que por la prisa no había puesto.

Pero, llegó, lo que creímos, había sido un gran triunfo: el 19 de junio  el Senado cancelaba el proceso y daba un par de días más para recibir nuevas propuestas para integrar el Organismo.

Hubo esperanza, pues nuevos y mejores perfiles podrían contender por un espacio en el naciente instituto. Vimos entonces, una nutrida lista de académicos, investigadores y experimentados profesores quepodrían darle vida a una organización  que de verdad podría mejorar la educación de este país.

Sin embargo, esa renovada alegría duró poco. El pasado dos de julio el Pleno del Senado llevó a cabo una de las negociaciones y sesiones más amañadas que jamás se haya visto. Se dio prioridad a los acuerdos políticos que a los educativos y técnicos.

La selección final: en su mayoría personas poco calificadas. Desde el mismo Senado se advertía que se eligió a los perfiles menos capaces de entre toda la lista, reconociendo que había mejores propuestas.

Incluso, la Senadora Guadalupe Saldaña, señaló que había gente sin perfil. “Dejaron fuera a maestros de excelencia para darle lugar a la profe cuyo único mérito es dar clases en la escuela donde estudia el hijo de AMLO”, criticaba.

Los ahora funcionarios, tomaron posesión del cargo de inmediato. Todo estaba acordado. De momento, recodé a Maricela Moreno, quien siempre me andaba repitiendo: “piensa mal y acertarás”.

Este proceso nos deja una gran lección periodística de incidencia política. El Jefe Walsh volvía a sonar en mi cabeza: “Creo, con toda ingenuidad y firmeza, en el derecho de cualquier ciudadano a divulgar la verdad que conoce, por peligrosa que sea. No puedo, ni quiero, ni debo renunciar a un sentimiento básico: la indignación ante el atropello.”

Si bien, somos pocos los periodistas especializados en temas educativos, creo con la misma firmeza que este oficio debe crear lazos de cooperación y sinergia con todos los actores del ramo. Nos hemos ganado como Educación Futura, poco a poco el respeto y credibilidad de la comunidad educativa. También, ahora saben los del poder, del partido. institución y organismo que sea, que somos una pieza clave de vigilancia , observación y de gran exigencia de transparencia y rendición de cuentas.

Si algo me han enseñado mis tres gatos (Osi, Bagheera y Shere Khan) al cazar bichos, es que uno no le debe quitar la vista de encima a su objetivo. Que la menor distracción te hacen perder el trofeo y que la práctica te hace mejor cada día. También a ser paciente.

Los periodistas seguro, tenemos algo de gato. Solo que sin dormir tanto.

Por cierto…

Ya viene la edición 2019 del Laboratorio de Periodismo y Política Educativa, un taller que impartimos de manera gratuita entre Educación Futura y el CEA-MOPE.

*Erick Juárez Pineda. Coordinador Editorial de Educación Futura

Twitter: @elErickJuarez

 

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