Un triunfo el bloqueo a la rescisión de la acción diferida para los llegados en la infancia, DACA, y nueva esperanza para los jóvenes dreamers (Parte 3)

Ma. Mercedes Ruiz Muñoz

Ma. Fernanda Álvarez Gil 

Proyecto: Derecho a la educación en contextos migratorios

Universidad Iberoamericana Ciudad de México

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el Campo Estratégico en Modelos y Políticas Educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticias del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.

Este 18 de junio de 2020, la Suprema Corte de los EU dio a conocer su fallo contra la cancelación del Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (Differed Action for Children Arraival, DACA, por sus siglas en inglés), que pretendía ser rescindido desde 2017 por el gobierno de Donald Trump. El DACA, implementado en junio de 2012 por el entonces presidente Barack Obama, evita la deportación de una parte importante de la población migrante indocumentada en el vecino país del norte, de acuerdo con diversos criterios de elegibilidad, entre otros, el haber llegado durante la infancia y, según el estado donde se implemente, otorga varios privilegios a quien lo obtiene. Uno de los principales grupos beneficiados es el de los estudiantes o candidatos a estudiantes de educación superior sin estancia legal en ese país, conocidos como dreamers, que sin el programa de acción diferida no podrían acceder de manera legal a estos niveles de estudio. Sin embargo, el DACA también tiene limitantes y limitaciones para los jóvenes dreamers, como veremos a continuación. 

 

  •  La lucha Dreamer y los vaivenes de una reforma migratoria profunda y a gran escala que no se concretó en los EU

 

La Dream Act nació en 2001 y es acrónimo de Development, Relief and Education for Alien Minors Act que, traducida al español, significa Ley de Progreso, Alivio y Educación para Menores Extranjeros, y plantea facilitar la ruta hacia la ciudadanía estadounidense a estudiantes migrantes indocumentados que llegaron a aquel país siendo menores de edad, con todos los derechos que ello implica. Como su nombre lo muestra, la propuesta estaba muy centrada en los derechos a la educación de la población migrante, particularmente de los llegados en la infancia, quienes, de acuerdo con sus propios términos, no fueron los que decidieron infringir la ley al migrar sin documentos, sino sus padres, al llevarlos. Este anteproyecto de ley buscaba conseguir, entre otras cosas, las mismas tarifas universitarias para los estudiantes indocumentados que las que pagan los ciudadanos locales, así como la obtención un permiso de residencia temporal que, una vez terminados los estudios, se podría convertir en residencia legal permanente, con el derecho a trabajar y a ejercer su profesión. Después de los atentados terroristas de 2001 en los EU, las políticas migratorias se endurecen notablemente con la Ley Patriota, luego de cuya instalación miles de latinos fueron deportados en los siguientes años, mientras que con la ley Sensenbrenner se amenaza punitivamente no sólo a los migrantes, sino a sus familiares radicados en ese país y a todo aquel que los ayude. A raíz de ello, en 2006 estalla lo que se conoce como la “Primavera latina” (Castro, 2018), que lleva a protestar a las calles de diferentes ciudades estadounidenses a millones de latinos, familiares, amigos, así como a ciertos sectores de la sociedad civil. Estos movimientos ciudadanos significan, para los Dreamers, salir de las sombras de la ilegalidad para hacerse visibles y activos, para demandar sus derechos y convertirse en un movimiento político-pedagógico en defensa del derecho a la educación superior. Por su mismo nombre y aspiraciones, la Dream Act se vuelve un emblema de la lucha migrante indocumentada por conseguir el sueño americano: acceder a estudios superiores, obtener la ciudadanía y lograr, gracias al esfuerzo y empeño personal, así como a la buena conducta y a la organización colectiva, la movilidad social y la mejora en la calidad de vida que generaciones anteriores no lograron. La lucha por la aprobación de la Dream Act en la Cámara de representantes y en el Senado prosigue en los siguientes años y, aunque en 2010 se está muy cerca de lograrlo, no se consigue.

 

  • DACA: alivio y oportunidad temporal frente a la intención de rescisión de Donald Trump

 

En 2011, los latinos apoyan la candidatura del demócrata Barack Obama para la presidencia, quien triunfa en las elecciones. Como respuesta a estas circunstancias y ante el fracaso de la aprabación de la Dream Act en 2010, en 2012 Obama presenta la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés) como alternativa y medida paliativa de una reforma migratoria más profunda. El DACA otorga permisos de estudio y trabajo por dos años, con posibilidad de renovación, a aproximadamente 800 000 jóvenes migrantes indocumentados, quienes de esta forma pueden buscar el acceso a una educación superior en las universidades públicas y comunitarias, y a la posibilidad de concluir una carrera de cuatro años, si su permiso es renovado (Rocha, 2017). 

Esto representa un logro y un respiro temporal, así como opciones de estudios superiores para estos cientos de miles de jóvenes indocumentados llegados en la infancia y, según el estado en el cual se aplique, puede también traducirse en cuotas universitarias equivalentes a las que paga la población local, en permisos de trabajo mientras se estudia, así como en apoyos estudiantiles y becas universitarias que les permiten continuar con sus estudios o dedicarles más tiempo, mejorando así su desempeño y logros académicos. Cuando el candidato republicano Donald Trump gana las elecciones en 2017, tal como había prometido en campaña, toma como una de sus primeras iniciativas la de rescindir el programa DACA e invalidarlo. Miles de jóvenes dejan de aplicar para el programa, a la vez que paraliza a aquellos que buscarían renovarlo, dejando así, una vez más, en vilo sus esperanzas de estudio. Los defensores de los migrantes logran llevar la iniciativa de rescisión de DACA a la Suprema Corte de Justicia donde, hace unos días, el 18 de junio de 2020, afortunadamente, se vota contra el bloqueo de Trump y en favor de la continuación de la acción diferida. 

 

  • Los retos y limitaciones de DACA

 

… no es como una solución al problema migratorio de Estados Unidos o al Sistema Migratorio de Estados Unidos, porque así es como una band-aid, un “curita”. Como que la herida, el problema o la estructura de migración de los Estados Unidos es una estructura que no está funcionando en cierta manera y, pues, esto, a los inmigrantes, que somos muchos… Una manera de tratar de arreglarlo, como que, como que curaron, pues cuando era una herida grande, curaron la herida con un curita, en vez de solucionar todo el gran problema. (E/Ma/2020)

Si bien el fallo de la Suprema Corte es motivo de celebración, y el DACA aparece nuevamente como una posibilidad legal y un alivio temporal para estos estudiantes “soñadores”, está lejos de solucionar a profundidad y a largo plazo, o definitivamente, el problema de millones de indocumentados y su estatus ciudadano, así como las expectativas de estudio de cientos de miles de ellos. La acción diferida también presenta retos y limitaciones importantes en relación con la educación superior y con otro tipo de estudios académicos, tanto los realizados en el país de origen, como en EU. Por ello se evalúa, sobre todo de forma cualitativa con estrevistas y testimonios, de qué manera han vivido estos jóvenes estudiantes indocumentados tanto el fracaso de su regularización hasta la fecha de la ley Dreamer y del movimiento social surgido de ésta, como la implementación del DACA y las consecuencias de todo ello en sus aspiraciones y resultados académicos y de vida (Petrone, 2016).  

A propósito de ello, se encontró en varios estudios que los jóvenes dreamers valoran muy positivamente –y como producto adicional de todos estos procesos de lucha migrante por sus derechos– el aprendizaje de moverse en el sistema y las posibilidades de agencia que les aporta el hecho de organizarse como comunidades y colectivos, así como la toma de conciencia, lo mismo acerca de la lucha de la generación anterior, que de su propia fuerza potencial como grupos de presión política o lobby (Jimenez-Arista y Koro-Ljungberg, 2017). De la misma forma, varias de las indagaciones revisadas dan cuenta de los impactos afectivos y emocionales que la incertidumbre y la sensación de precariedad provoca en los jóvenes estudiantes en relación con su estatus, así como el temor que sufren por la constante amenaza de deportación pues, aunque ellos hayan obtenido el permiso, no así sus familiares, que acaso resultaran no elegibles para el DACA, lo que podría implicar una eventual separación familiar (Burgueño, Enriquez Cabral y García, 2019). Otras investigaciones muestran también que, en ciertos estados, las altas cuotas que deben pagar las matrículas de los no residentes y la falta de certeza de la extensión del permiso de dos años que les otorga DACA pone a los jóvenes ante la disyuntiva de estudiar o trabajar, frente a la que, lamentablemente, varios eligen abandonar los estudios y dedicarse de tiempo completo al trabajo (Hsin y Ortega, 2018). 

A manera de cierre

Sin lugar a dudas, la resolución de la Suprema Corte es motivo de celebración, y el programa de DACA, por supuesto, es algo muy positivo. Sin embargo, la intención expresa de Donald Trump de retomar su intento de bloquear la acción diferida, y el hecho de que lo haya manifestado el mismo día en que se dio el fallo en su contra es sólo un botón más de muestra de lo inconstantes, inciertas y transitorias que pueden resultar las medidas paliativas al problema de los estudiantes migrantes llegados en la infancia a EU. Mientras no se vaya al fondo del problema migratorio en general, y de los estudiantes indocumentados llegados en la infancia en particular, con una reforma migratoria profunda y definitiva, surge la inquietud de que, programas como DACA, acaso puedan provocar que se diluyan y debiliten las luchas y demandas del movimiento Dreamer; de la misma forma, cabe también preguntarse: ¿qué sucederá con los universitarios que ya cuentan con el grado académico, si legalmente no se les permite ejercer? Y por último, una pregunta que se plantea una parte importante de la opinión pública estadounidense, simpatizante de los Dreamers, es si ¿no sería conveniente para el propio gobierno y para el país normalizar la estancia de los migrantes que ya demostraron esfuerzo, honestidad, sentido cívico y laboral con una mejor educación e ingresos? Acaso esto, a la larga, redundaría en un mayor beneficio para esa Nación, pues pagarían también, y por lo mismo, más impuestos a la federación.    

 

Referencias bibliográficas

Burgueño, N., Enríquez Cabral, M. J., y García, I. (2019). La lucha por la inclusión a través de la Dream Act y el DACA: desafios de integración educativa y social de familias de estatus migratorio mixto en Phoenix, Arizona. Espacio abierto. Cuaderno venezolano de Sociología 28(1), 7-27. 

Castro, I. (2018). Perspectivas de una reforma migratoria que regularice a indocumentados mexicanos, en el contexto político actual de Estados Unidos / Prospects for immigration reform to regularize mexican undocumented, in the current political context of the United States. Nóesis. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, 27(53), 46-76. doi:http://dx.doi.org/10.20983/noesis.2018.1.3

Jimenez-Arista, L., y Koro Ljungberg, M. (2017). Spiral Struggles and dialectical tensions in the life of a successful undocumented student. Journal of Ethnographic & Qualitative research 2017, 12, 1-17. 

Hsin, A., y Ortega, F. (2018). The effects of deferred action for childhood arrivals on the educational outcomes of undocumented students. Demography (55), 1487-1506.

Petrone, E. A. (2016). Building the Dream: Transformational Resistance, Community-Based Organizations, and the Civic Engagement of Latinos in the New South. Democracy and Education 24(1), Article 4.

Rocha, J. L. (2017). Cómo los dreamers se convirtieron en un movimiento con poder. CPAL Social – Sitio web del Apostolado Social de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina, CPAL. Recuperado de https://cpalsocial.org/2089.html

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