La división entre maestros como recurso político

Rosalina Romero Gonzaga

Desde su creación el SNTE, ha ejercido el monopolio y control de la representación de sus agremiados por la vía de presionar a los gobiernos en ámbitos de carácter no sólo sindical sino educativo y político-electoral, al amparo de la ley, léase: Ley Federal de Educación de 1973, la Ley General de Educación de 1993, las Condiciones generales de trabajo de la SEP, y, hasta el 2013, el Reglamento de las Condiciones Generales de Trabajo de 1946; el Reglamento de Escalafón 1973 y los lineamientos de Carrera Magisterial. Por ello, no debe sorprendernos las acciones de fuerza y presión que están ejerciendo hoy en día las facciones y las camarillas de poder del sindicato magisterial.

Bajo el membrete de “Maestros por México” (estructuras paralelas y superpuestas semejantes fueron creadas como lo fue “Vanguardia Revolucionaria del Magisterio”; “Frente Amplio del Magisterio”, “Nuevo Sindicalismo”) profesores vinculados directamente con Tomás Vázquez Vigil, delegado, senador, coordinador de las Redes Sociales Progresistas Magisteriales del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en Jalisco en la pasadas elecciones del 1 de julio y Rafael Ochoa, antiguo secretario general, senador y operador político e incondicionales de la profesora Elba Esther Gordillo, tratan de hacerse nuevamente de la dirigencia nacional del sindicato magisterial utilizando la misma estrategia política-sindical de antaño: notas que informan de irregularidades en la gestión de Juan Díaz de la Torre y conspiración en su contra; convocar a congreso extraordinario para modificar los estatutos con el propósito de reinstalarla como presidenta; presentar su “propuesta de transformación educativa” al secretario de educación (Esteban Moctezuma) con la finalidad de exhibirse como aliada incondicional del gobierno en turno. De manera paralela, contingentes de la CNTE se movilizan para exigir mejores salarios, democracia sindical y…abrogación de la reforma educativa. Aunque AMLO ha señalado que “no habrá protegidos, ni cacicazgos favoritos” y anunciado una iniciativa de ley para hacer obligatoria la democracia en los sindicatos[i], así como la declaración del próximo secretario en el sentido de que el regreso de la profesora “está en manos de los trabajadores de la educación y de sus seguidores y opositores ver qué espacio le dan”[ii] son claras señales que apuntan a reinstalar negociaciones cupulares y controles corporativos.

Si el próximo presidente y secretario continúan en la misma tónica de ambigüedades e indefiniciones como la declaración del 3 de mayo en la entrevista que dio al programa Tercer Grado, en el sentido de que: “usaron a la maestra (…) como suele pasar en estos casos la convirtieron en chivo expiatorio, porque así lo hacen. Les ayudó. Ya cuando no les sirven, los desechan (el sistema). Y yo tengo una debilidad: no me gusta que se ensañen con la gente. O sea, respeto a los perseguidos, a los presos”[iii]. No pasará mucho tiempo sin que el SNTE emprenda una serie de acciones para: 1) recuperar fuerzas y posiciones pérdidas durante el tiempo en que Elba Esther Gordillo fue encarcelada; 2) reorientar la política educativa y; 3) legitimarse ante el nuevo gobierno. Estas decisiones llegarán sin alterar el statu quo en el gremio magisterial. En los viejos tiempos, el SNTE recibía el beneplácito de los distintos presidentes de la República. De 1972 al 2013, los últimos dos dirigentes nacionales del SNTE, Carlos Jonguitud Barrios y Elba Esther Gordillo Morales, fueron impuestos por la Presidencia de la República. La relación gobierno federal-SNTE fue de cooperación y apoyo condicionado a la política educativa, misma que sirvió para mantener en la frontera los conflictos y las distintas visiones que nunca representaron rupturas con el régimen político.

No ha cambiado mucho, a 24 años del ascenso de Elba Esther Gordillo a la secretaría general del SNTE, pese a su encarcelamiento y absolución: un gobierno en ascenso “toma conciencia” de que su proyecto educativo sexenal (Nuevo Acuerdo Educativo[iv]) no puede llevarse a cabo si se mantiene un cacicazgo sindical, sin embargo, prohíja el ascenso de otro nuevo. Andrés Manuel López Obrador cuenta con el apoyo de Elba Esther Gordillo, a través de las Redes Sociales Progresistas Magisteriales que lo llevó a la presidencia, vía su yerno (Fernando González Sánchez), nieto (René Fujiwara Apodaca) e incondicionales de la profesora (Rafael Ochoa Guzmán, Alfonso Cepeda Salas). Por su parte, Elba Esther Gordillo ha establecido relación con Esteban Moctezuma desde el sexenio de Carlos Salinas, cuando fue el encargado del diseño e implementación del Programa Carrera Magisterial; presidente de la Fundación SNTE para la Cultura del Maestro; pero también como político “apartidista” siendo presidente del Compromiso Social por la Calidad y Equidad Educativa. La propia Elba Esther Gordillo habló de Esteban Moctezuma como uno de sus “tres amores blindados ante cualquier venganza”[v] Con ello, se completa el triángulo de hierro magisterial.

Hoy en día, la profesora Gordillo Morales sigue repitiendo la vieja maniobra política: fragmentar fuerzas entre sus huestes y Juan Díaz de la Torre -ex operador sindical de la profesora- quienes se han movilizado para reinstalarla; así como entre las estrategias de los dirigentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) los cuales han trazado la ruta para dividir al magisterio nacional. Seguramente, para aminorar los desacuerdos de los maestros con la reforma educativa y su consecuente “normalización institucional”, el SNTE recurrirá a encabezar las demandas de modificar las actuales condiciones laborales y salariales de los maestros, lo que implica plantear la abrogación de la Ley de Servicio Profesional Docente y reinstalar o acceder a una nueva versión de lo que fuera Carrera Magisterial.

Todo apunta al regreso de la profesora, por sí o incondicionales, siendo que el sindicato magisterial se ha caracterizado por su larga trayectoria, en lo que a conflictos políticos y sindicales se refiere, de más de medio siglo. El SNTE tiene su razón de ser en la coexistencia y permanencia de facciones y camarillas que siguen detentando poder y hegemonía en la organización magisterial. El dominio lo sigue ejerciendo a través de la estructura sindical y la simbiosis establecida con la SEP. La injerencia del sindicato en aspectos claves de la vida profesional del docente como la asignación de plazas, puestos de confianza, evaluaciones, movimientos escalafonarios, cambios de adscripción, la gestión de las prestaciones sociales y las jubilaciones, se convirtieron en un medio para penetrar en puestos clave de poder, al controlar política y socialmente al gremio y negociar en cualquier rubro que estuviese contemplado dentro o fuera de la política educativa. El caso más emblemático fue la designación de Fernando González, como subsecretario de Educación Básica, cuya gestión estuvo marcada por una serie de inconsistencias y deficiencias que deterioraron el desarrollo institucional de la Subsecretaría de Educación Básica (Ver Romero, 2015[vi])

En el pasado, la disociación entre el movimiento magisterial, la democracia de base, el ejercicio del trabajo sindical y el trabajo docente generó serias limitaciones para el avance del proyecto educativo y sindical alternativo. En la actualidad, las maestras y los maestros tienen la posibilidad de corregir fallas y errores del pasado: retomando su organización sindical; conjugando la gestión sindical con las necesidades laborales, pedagógicas y profesionales; construir e innovar en el trabajo docente, exhibir las amplias y variadas experiencias sobre cómo mejorar el trabajo cotidiano en la escuela, superar viejas concepciones pedagógicas y sindicales, superar el discurso ideológico, en fin, plantear la lucha en términos de la transformación del trabajo docente y sindical.

[i] En Salvador Soto García (2018). “Elba su bioserie cancelada y el cambio de señales”, en El Universal, 25 de octubre. Disponible en:

https://www.eluniversal.com.mx/columna/salvador-garcia-soto/nacion/elba-su-bioserie-cancelada-y-el-cambio-de-senales. Consulta: 25 de octubre de 2018.

[ii] Jorge Monroy (2018). “Regreso de Elba Esther Gordillo al SNTE, en manos de agremiados: Esteban Moctezuma”, en El Economista, 25 de octubre. Disponible en:

https://www.eleconomista.com.mx/politica/Regreso-de-Elba-Esther-Gordillo-al-SNTE-en-manos-de-agremiados-Esteban-Moctezuma-20181025-0122.html. Consulta: 25 de octubre de 2018.

[iii] En Arturo Rodríguez García (2018). “La Red gordillista que ayudó a AMLO”, en Proceso, 13 de agosto. Disponible en: https://www.proceso.com.mx/546686/la-red-gordillista-que-ayudo-a-amlo. Consulta: 24 de octubre de 2018.

[iv] Con Carlos Salinas fue el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB), con Vicente Fox, el Compromiso Social por la Calidad de la Educación (CSCE); con Calderón la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE) y con Enrique Peña, el Pacto por México.

[v] Arturo Cano y Alberto Aguirre (2007). Doña Perpetua. El poder y la opulencia de Elba Esther Gordillo. México: Editorial De Bolsillo, pág. 295.

[vi] Rosalina Romero Gonzaga (2015). “Análisis político-administrativo y capacidad institucional de la Subsecretaría de Educación Básica, 1978-2012”, Tesis de Doctorado en Ciencias Políticas y Sociales. México: Facultad de Ciencias Políticas y Sociales-UNAM. Disponible en http://132.248.9.195/ptd2015/agosto/0732909/Index.html, pág. 159.

 

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