Para incursionar en herramientas digitales, se deben fortalecer las bases educativas: CANIEM

• Erick Juárez Pineda
• 26 marzo, 2014
• Aula, Política Educativa, Tecnología
• caniem, contenidos digitales, tecnología, TIC

Los contenidos enfocados a la enseñanza se deben adaptar a las nuevas formas digitales de aprendizaje, y estos deben ser respaldados por docentes mejor preparados y con nueva visión virtual,  señaló Mario Carretero, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, en su participación en la mesa de discusión “El impacto de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) en la Educación”, en el 50 aniversario de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM), en los trabajos del  Foro Internacional “Contenidos Digitales: el Reto Educativo”.

Sin embargo, dijo que es imposible incursionar en cualquier herramienta o estrategia digital si no se tienen bien formadas las bases educativas, principalmente en las aptitudes de lectura.

Indicó que lo ideal es utilizar diversos elementos multimedia para fomentar la interacción educativa: “No tiene caso presentar “textos corridos y simples” en formato digital a los niños, porque pierde sentido. Es necesario usar elementos como imágenes interactivas o videos para dar una nueva visión a los contenidos presentados. Lo digital tiene que ser el espejo de la mente”.

Por su parte, Marco Antonio Fernández, Director de Investigación de México Evalúa, reconoció que el sistema educativo mexicano está lleno de corrupción, pues hemos visto muchos casos donde al invertir en herramientas tecnológicas, se dan procesos opacos y los gobiernos deben rendir cuentas ante esto.

Agregó que se debe impulsar la cultura de la denuncia, pues estas prácticas corroen seriamente la educación en México

Finalmente, Frida Díaz Barriga, de la Facultad de Psicología de la UNAM, indicó que se deben reformar los planes de estudio y formas de enseñanza, con el fin de incorporar las nuevas tecnologías en estos procesos.

Concluyó advirtiendo que los empresarios deben invertir más en la educación, no sólo recursos materiales, sino fomentar e impulsar los recursos intelectuales entre los niños y jóvenes, especialmente de comunidades vulnerables.