Invito a toda la comunidad educativa a reflexionar y unir esfuerzos por el bien de los estudiantes
Eduardo Mauricio Libreros López
El viernes 9 de febrero se llevó a cabo en todos los planteles y modalidades la Tercera Sesión Ordinaria del Consejo Académico de Educación Media Superior (CAEMS), donde se giró un documento de trabajo en donde se comenta lo siguiente:
“El presente CAEMS tiene como objetivo principal dar seguimiento a la implementación del Marco Curricular Común en Educación Media Superior (MCCEMS) en los planteles adscritos a la Dirección de Bachilleratos Estatales y Preparatoria Abierta (DBEPA), durante el ciclo escolar 2023-2024. Este proceso de seguimiento se enfocará en fortalecer los indicadores previamente seleccionados en el Proyecto de Mejora Continua (PMC), integrando de manera clave los elementos esenciales del MCCEMS y la estrategia de Jóvenes al centro, concebidos como ejes articuladores en la Educación Media Superior (EMS)”.
Al leer el documento se percibe, sin ser docto en la materia, una desaseada redacción lo que es de sorprender porque fue elaborado por un equipo de diseño compuesto por docentes en el que una de sus integrantes ha sido correctora de estilo en los programas de la SEP. Dicho documento es avalado por el director del nivel; pero independientemente de esto, lo verdaderamente importante que es el aprendizaje de alumnas y alumnos solo se toca de manera marginal y cito el documento en cuestión: «Esto se logrará mediante la presentación de evidencias generadas en los planteles, centradas en las cinco líneas de acción y estrategias delineadas en el eje “Jóvenes al centro”.»
A todas luces se trata de forma y no de fondo, de cumplir con llenar formato tras formato y presentar evidencias del trabajo realizado.
¿Qué hacemos en el salón de clases?, ¿qué estrategias aplicar para que haya aprendizaje? Son algunas de las múltiples preguntas que nos hacemos los docentes, ¿cómo formar a los alumnos para que se cumpla con lo establecido en la Nueva Escuela Mexicana?
“En la NEM, el MCCEMS busca dotar a las y los estudiantes de una educación integral basada en el cuidado de su persona, la responsabilidad ciudadana, el respeto y cuidado al medio ambiente y la participación activa (sic) y propositiva en la transformación para el bienestar de su propia vida y de la sociedad, por medio del pensamiento crítico a partir del análisis, la reflexión y el diálogo para el mejoramiento de los ámbitos personal, familiar, comunitario, educativo, cultural y social” (Acuerdo 090823).
No es tarea fácil llevarla a cabo. Tenemos graves problemas al interior de las aulas: desinterés por el estudio de un buen número de estudiantes, falta de motivación, rezago en los aprendizajes y conocimientos necesarios para el grado que cursan, acentuado por la pandemia y un enemigo muy poderoso y difícil de vencer en el salón de clase: el teléfono celular y las redes sociales y eso sin contar otros factores como el acoso escolar, embarazo adolescente y consumo de sustancias tóxicas, esto último en escasa medida.
Invito a toda la comunidad educativa a reflexionar y unir esfuerzos por el bien de los estudiantes que son la esperanza para un estado, país y mundo mejor, no claudiquemos en el intento; y mientras tanto, como lo dijo el poeta romano Quinto Horacio Flaco, conocido como el más grande poeta lírico, autor de la frase “Carpe Diem”: aprovecha el momento.
