
Desde el martes por la noche las autoridades mandaron cerrar el Campus para la cultura, las artes y el deporte donde se ubica la sala Tlaqná, que ha venido funcionando como sede del Consejo Universitario General de la Universidad Veracruzana. Todo por el pánico a la comunidad.
El rector había convocado para el miércoles 27 a una sesión solemne del Consejo Universitario para rendir su cuarto y último informe. La sede era en Tlaqná y la cita a las 17:00 horas.
La Red UV por la legalidad convocó a una concentración en la entrada del Campus, donde acompañados de nuevo por una alegre batucada, organizó un plantón para impedir el acceso de decenas de acarreados e invitados especiales, para exhortar a los consejeros a la defensa de la legislación universitaria y para expresar la enorme indignación que causa la prórroga. La Red convocó a manifestarnos contra el atropello y la arbitrariedad.
Llegaron muchos estudiantes de diferentes facultades, profesores e investigadores de todas las áreas, trabajadores administrativos y manuales, jubilados y egresados. Todos miembros de la comunidad universitaria. Se trató de un evento festivo, con carteles, lonas, encendidos discursos y libre expresión de las ideas.
No pasaron por ninguna de las puertas, que fueron cerradas por estudiantes y profesores. No se realizó la ceremonia en Tlaqná.
Abruptamente después de las cinco de la tarde, algunos consejeros y un grupo amplio de acarreados salieron corriendo para llegar al centro de la ciudad, donde en un hotel el rector llamó a sus adeptos para armar su farsa a escondidas de la comunidad y sin convocar deliberadamente a muchos consejeros que no simpatizan con la prórroga. Ahí, en un hotel, fuera de las instalaciones universitarias, organizaron una sesión del todo irregular: no estuvieron todos los consejeros y hubo consejeros que de modo deliberado fueron excluidos; no se constató ni validó que la sesión tuviera el número de consejeros suficientes para que hubiera quorum; y lo peor, fue que lejos del protocolo de una sesión ordinaria de informe, le permitieron la palabra a la Junta de Gobierno para que entregara una constancia de la prórroga al rector. Toda una burla.
La falsa sesión del Consejo estuvo llena de acarreados e invitados especiales. En primera fila el senador Huerta. Había muchos elementos de la administración y un grupo de consejeros sometidos a una subordinación pasiva frente al poder, que actúan como incondicionales del funcionario en turno, obedientes de lo que les indican los líderes sindicales y al adoctrinamiento que ejercen los vicerrectores.
En un cuarto informe insulso, el rector modestamente se iguala y se reclama heredero de Salmerón, Sergio Galindo, de Aguirre Beltrán. Como era de esperar, sólo se presentaron cifras a modo, como si la Universidad avanzara progresivamente hacia un destino manifiesto; no hubo espacio para la crítica y la autocrítica. A contracorriente de la feria de las alabanzas un consejero enarboló valiente la manta que es emblema del movimiento contra la prórroga. Todo lo demás fueron aplausos y genuflexiones.
La Red UV por la legalidad sigue creciendo en adherentes y está madurando en sus estrategias de lucha y su poder de convocatoria. Los estudiantes, encabezados por las y los jóvenes de Artes, Psicología, Pedagogía e Ingeniería han iniciado la revuelta estudiantil. Cada vez son más numerosos los grupos de trabajadores que participan contra la prórroga. A todo ello se suma el clamor de la opinión pública veracruzana, la opinión de los ciudadanos y padres de familia: todos coincidentes contra la prórroga.
En virtud de la ilegalidad y la falta de legitimidad la Universidad no puede reconocer la prórroga a partir del 1 de septiembre. La posición de la rectoría estará cuestionada y sin respaldo de la comunidad. Es previsible un conflicto creciente y un amplio movimiento de resistencia pacífica. A la exigencia arraigada por la destitución de los integrantes de la Junta de Gobierno se le sumará la destitución del rector espurio.
