Cesar García
Desde los años 90, hemos observado que cada gobierno en el poder ha establecido políticas y reformas educativas distintas. Esto ha significado cambios en los modelos educativos, planes y programas de estudio, la creación y desaparición de programas gubernamentales y dependencias, así como variaciones en los montos de financiamiento, según las prioridades. Pero, en términos de políticas, reformas y legislación educativa, ¿marcará el gobierno de Claudia Sheinbaum un hito al darle continuidad al segundo piso de la transformación?
Algunas declaraciones de Claudia Sheinbaum así lo sugieren, el segundo piso de la transformación va en educación. Esto significaría, entre otras cosas, que la Nueva Escuela Mexicana (NEM), como política y modelo educativo, tendría una continuidad, pero varios retos de implementación. De entrada, el reto de la claridad en el propósito general de la NEM.
Parte del propósito de la NEM fue eliminar el modelo educativo anterior (2013-2018) que promovía, según declaratorias de AMLO, el individualismo, el consumismo y el tradicionalismo (Aristegui, 17 de agosto, 2022). Quedaría en su lugar la NEM, que promovería un humanismo mexicano. Y justo aquí el gobierno de Sheinbaum tendrá que darle consistencia conceptual a este propósito.
Claudia Sheinbaum ha declarado: “gobernaremos con la máxima del Humanismo Mexicano, por el bien de todos, primero los pobres” (Sheinbaum, 100 pasos a la transformación). ¿”Por el bien de todos, primero los pobres” será la máxima o principio jurídico-filosófico fundamental que sustente el humanismo mexicano y el enfoque de las políticas educativas?
Lo que tenemos hasta ahora es que en la política educativa de AMLO, el Humanismo Mexicano ha sido un discurso ideológico. Dice el historiador Lorenzo Meyer: “En el discurso presidencial de la 4T aparece con frecuencia el concepto “humanismo mexicano” (HM), un término que no es de uso corriente y su contenido no es de definición evidente” (El Universal, 13 de agosto, 2023).
Y, efectivamente, en educación el Humanismo Mexicano no se encuentra como principio jurídico-filosófico en el artículo tercero constitucional. En la Ley General de Educación vigente, en la cual se refiere a la función de la NEM (pero no a su significado), únicamente se dice que ésta impulsará la formación integral de las personas basadas en el humanismo, sin adjetivos ni mayores rasgos que den rumbo al modelo educativo y soporte al sistema educativo nacional.
El problema es que, el supuesto Humanismo Mexicano como principio jurídico-filosófico debe sustentar la política, los programas gubernamentales y por supuesto el modelo educativo; pero, sigue sin quedar claro en educación, qué es el Humanismo Mexicano.
Recientemente, el otro camino que siguió AMLO para referirse al Humanismo Mexicano en educación fue su implementación en los contenidos de libros de texto gratuitos. Ese es otro reto para la política educativa transexenal que viene; y claro, que tenemos que analizar.
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