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  • Anuncia Estados Unidos su retiro de la UNESCO

    Anuncia Estados Unidos su retiro de la UNESCO

    El gobierno de Estados Unidos anunció este martes que abandonará nuevamente la UNESCO, la agencia para la Educación y la Cultura de las Naciones Unidas, informó The New York Times.

    La decisión, que se hará efectiva a finales de 2026, representa una nueva manifestación del escepticismo del presidente Donald Trump hacia el multilateralismo y los organismos internacionales, en especial aquellos vinculados con la ONU. Según la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, la permanencia en la organización “no está en el interés nacional” y acusó a la UNESCO de promover “causas sociales y culturales divisivas”, así como de centrarse excesivamente en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, a los que calificó como parte de una “agenda ideológica globalista”.

    El Times señaló que esta decisión no es aislada: en su primer mandato, Trump ya había retirado a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud y del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. En el caso de la UNESCO, las tensiones con Washington tienen una historia larga. En 2011, durante el gobierno de Barack Obama, Estados Unidos suspendió su financiamiento después de que el organismo aceptara a Palestina como miembro pleno. Más tarde, en 2017, Trump formalizó el retiro del país, acusando a la agencia de sesgo antiisraelí. A pesar de eso, la administración Trump mantuvo una figura de “observador no miembro”.

    El regreso de Estados Unidos en 2023 bajo el liderazgo de Joe Biden buscaba recuperar terreno geopolítico y contrarrestar la creciente influencia de China en la arena internacional. Ese año, Washington se comprometió a pagar los más de 600 millones de dólares que debía en cuotas atrasadas. No obstante, la actual decisión de retirarse nuevamente amenaza con dejar ese esfuerzo inconcluso.

    Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, citada por el rotativo, lamentó la noticia pero aseguró que la organización estaba preparada para afrontar las consecuencias. Señaló que desde su anterior retiro en 2017, se han implementado reformas estructurales importantes y se han diversificado las fuentes de financiamiento para reducir la dependencia de las aportaciones estadounidenses. Aunque la contribución de Estados Unidos, estimada en 75 millones de dólares para 2025, representa alrededor del 8 % del presupuesto total, Azoulay afirmó que no habrá despidos, aunque sí se enfrentarán recortes.

    La UNESCO, con sede en París y compuesta por 194 Estados miembros, es reconocida mundialmente por su labor en la protección del patrimonio cultural, como lo demuestra la designación de más de 1,200 sitios como Patrimonio Mundial desde la década de 1970. También lidera esfuerzos en alfabetización, igualdad de género, educación sexual, acceso al agua potable y normas éticas sobre Inteligencia Artificial. En contextos de conflicto, como Ucrania, la agencia ha mantenido presencia con iniciativas educativas y de preservación cultural.

    Las reacciones a la decisión estadounidense no se hicieron esperar. El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Gideon Saar, celebró la medida, calificándola como una acción justa frente al trato que su país recibe en los organismos de la ONU. Por el contrario, legisladores y organizaciones en Estados Unidos manifestaron su preocupación. Gregory Meeks, demócrata de Nueva York y miembro destacado del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara, tachó la decisión de “imprudente” y advirtió que beneficiará a China, que podría llenar el vacío dejado por Estados Unidos en la definición de estándares globales, incluyendo los relacionados con la Inteligencia Artificial.

    La salida anunciada marca la tercera ocasión en que Estados Unidos abandona la UNESCO. Ya lo había hecho en 1984, durante la Guerra Fría bajo Ronald Reagan, para regresar posteriormente con George W. Bush. La historia, sin embargo, parece repetirse, ahora bajo una lógica de repliegue nacionalista que contrasta con el enfoque colaborativo que tradicionalmente ha caracterizado al sistema de Naciones Unidas.

    Texto del comunicado del Departamento de Estado de EUA
    DEPARTAMENTO DE ESTADO DE EE. UU.
    DECLARACIÓN DE PRENSA
    TAMMY BRUCE, PORTAVOZ
    22 DE JULIO DE 2025

    Hoy, Estados Unidos ha comunicado a la directora general Audrey Azoulay la decisión de Estados Unidos de retirarse de la UNESCO. La participación continuada en la UNESCO no redunda en el interés nacional de Estados Unidos.

    La UNESCO trabaja para promover causas sociales y culturales divisivas y mantiene un enfoque desmesurado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, una agenda globalista e ideológica para el desarrollo internacional que está en contradicción con nuestra política exterior de Estados Unidos en primer lugar «America First». La decisión de la UNESCO de admitir al “Estado de Palestina” como Estado miembro es muy problemática, contraria a la política de Estados Unidos y ha contribuido a la proliferación de la retórica antiisraelí dentro de la organización.

    La participación continuada de Estados Unidos en las organizaciones internacionales se centrará en promover los intereses estadounidenses con claridad y convicción.

    En virtud del artículo II (6) de la constitución de la UNESCO, la retirada de Estados Unidos entrará en efecto el 31 de diciembre de 2026. Estados Unidos continuará siendo miembro en pleno de la UNESCO hasta ese momento.

  • ¿Qué pasaría si el Departamento de Eduación de Estados Unidos desparece, como ya anunció Trump?

    ¿Qué pasaría si el Departamento de Eduación de Estados Unidos desparece, como ya anunció Trump?

    The Hechinger Report, una plataforma de periodismo educativo sin fines de lucro, publicó este análisis sobre la posible desaparición del Departamento de Educación de Estados Unidos anunciada por Donald Trump. Para una lectura comleta del texto en inglés, haga click aqui.

    A estas alturas, ya se conoce la interminable especulación sobre si la administración entrante de Trump podría cerrar el Departamento de Educación de los Estados Unidos. Sigue siendo solo eso: especulación. El Congreso tendría que estar involucrado, y ni siquiera un Senado y una Cámara controlados por el mismo partido que el presidente electo Donald Trump necesariamente aceptarían esta idea.

    Sin embargo, en una declaración sobre su nominación de Linda McMahon como secretaria de educación, Trump enfatizó su promesa de campaña de disolver el departamento, diciendo: “Devolveremos la educación a los estados, y Linda liderará ese esfuerzo”.

    El mero espectro de cerrar una agencia que maneja más de 200 mil millones de dólares ha llevado a padres, estudiantes, maestros, expertos en políticas y políticos a preguntarse (y en algunos casos a planificar) los posibles efectos en sus hijos y comunidades. En conjunto, los gobiernos estatales y locales gastan mucho más en educación que el gobierno federal. Sin embargo, con dólares federales vinculados a muchas reglas sobre cómo se puede gastar ese dinero, el Departamento de Educación desempeña un papel significativo en cómo funcionan las escuelas y universidades. Eliminar la agencia no desharía la ley federal que proporciona dinero para estudiantes en zonas rurales, con discapacidades o que provienen de familias de bajos ingresos, pero la distribución de ese dinero y su supervisión podrían volverse complicadas.

    Esta semana, el senador republicano Mike Rounds, de Dakota del Sur, presentó un proyecto de ley para desmantelar el Departamento de Educación y distribuir su trabajo entre otras agencias federales.

    The Hechinger Report intentó responder algunas de las preguntas planteadas por el posible desmantelamiento del departamento, consultando a expertos y defensores sobre préstamos estudiantiles, educación especial, ayuda financiera, almuerzos escolares y más.

    Nada está fuera del ámbito de lo posible, por complicado que sea. Una agencia mucho más pequeña que guiaba al Congreso en temas científicos, la Oficina de Evaluación Tecnológica, simplemente tuvo su presupuesto reducido a cero en 1995, y así, desapareció. El Departamento de Educación, creado en 1979, llega mucho más lejos y más profundamente, esencialmente a todas las comunidades a nivel nacional. Su impacto no se siente tanto en lo que los estudiantes están aprendiendo cada día, sino en si sus escuelas pueden pagar el equipo especial o la capacitación que podría ser esencial para algunos estudiantes con discapacidades; si pueden pagar un maestro adicional para trabajar con estudiantes con dificultades de lectura; si un estudiante de un hogar de bajos ingresos puede obtener dinero de una beca federal para pagar la universidad; y si un estudiante universitario con un préstamo estudiantil respaldado por el gobierno federal podría alguna vez tenerlo perdonado.

    Al mismo tiempo, muchos programas educativos, así como algunos relacionados con las escuelas, existen completamente fuera del Departamento de Educación. Por ejemplo, no supervisa la educación de estudiantes cuyos padres viven en bases militares o estudiantes que asisten a escuelas en reservas indígenas. (Esos programas son gestionados dentro de los departamentos de Defensa e Interior, respectivamente).

    El Departamento de Educación tampoco administra los programas de almuerzos o desayunos escolares, que están bajo la supervisión del Departamento de Agricultura. ¿Los programas más grandes de cuidado infantil para familias de bajos ingresos? Tampoco son parte del trabajo del Departamento de Educación; son administrados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos.

    Educación temprana

    ¿Qué pasaría con los programas federales de educación temprana? 

    Los programas federales de primera infancia más conocidos y grandes, *Head Start* y el *Child Care Development Block Grant*, no forman parte del Departamento de Educación, ya que son administrados por el Departamento de Salud y Servicios Humanos. Por lo tanto, no se verían afectados directamente por el cierre del Departamento de Educación. 

    Sin embargo, el Departamento de Educación supervisa y financia algunos programas más pequeños de aprendizaje temprano e investigación en primera infancia. Por ejemplo, la subvención para el desarrollo preescolar “Desde el nacimiento hasta los cinco años” proporciona fondos para programas estatales de aprendizaje temprano y es supervisada conjuntamente con HHS. Otros programas, como *Promise Neighborhoods* y *Full Service Community Schools*, también abordan los primeros años y el apoyo familiar. 

    El Departamento de Educación también alberga varios centros de investigación que se enfocan en niños pequeños, muchos de los cuales realizan estudios a largo plazo o investigaciones dirigidas a mejorar la vida de infantes y niños pequeños con discapacidades. Esos programas, si no fueran recortados, tendrían que trasladarse a otra agencia. 

    Educación K-12

    ¿Qué sucede con el Título I y otros fondos que distribuye el departamento? 

    Cerrar el Departamento de Educación no lo desharía. El Título I, un programa establecido en 1965 que proporciona dinero a escuelas con un gran número de estudiantes de bajos ingresos, es parte de la ley federal. Si el Departamento de Educación fuera eliminado, el escenario más probable es que los fondos del Título I fluyan a través de otra agencia federal. Es poco probable que se produzcan recortes importantes en el programa. 

    Aunque Trump y otros cercanos a él han dicho que les gustaría recortar las fuentes de financiamiento educativo federal como el Título I, cualquier recorte necesitaría pasar por el Congreso, donde ese financiamiento tiene un amplio apoyo político entre republicanos y demócratas. Esto es especialmente cierto para el Título I: casi todos los distritos escolares del país reciben una parte de ese dinero. 

    “Es poco probable que el Título I alguna vez vea un recorte real, y ciertamente no un recorte sustancial”, dijo Nora Gordon, profesora de políticas públicas en la Escuela McCourt de Políticas Públicas de la Universidad de Georgetown. Señaló que incluso los miembros del Congreso hostiles a otros programas federales que asignan fondos para familias de bajos ingresos serían reacios a desfinanciar el Título I.

  • Trump propone eliminar el Departamento de Educación y designa a Elon Musk para liderar el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental

    Trump propone eliminar el Departamento de Educación y designa a Elon Musk para liderar el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental

    Washington, D.C.- El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, dio un giro drástico en la estructura del gobierno federal al anunciar la eliminación del Departamento de Educación y la designación del magnate tecnológico Elon Musk, el hombre más rico del planeta, para encabezar el recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). La iniciativa de suprimir la entidad responsable de coordinar y financiar la educación pública generó de inmediato controversia, especialmente entre educadores, legisladores y activistas que ven en esta medida una amenaza para la educación de millones de estadounidenses.

    Eliminar el Departamento de Educación: una promesa de campaña

    Trump defendió la propuesta de cerrar el Departamento de Educación como parte de su compromiso de “reducir la burocracia y devolver el poder a los estados y a las familias”. Durante su campaña, Trump argumentó que la educación debe ser un asunto local y que la influencia del gobierno federal ha sido “perjudicial” para el sistema educativo. La desaparición de ese departamento, sin embargo, requerirá la aprobación del Congreso, donde se espera que enfrente una dura resistencia.

    Según Trump, el cierre implicaría una reestructuración en la administración de fondos educativos y el traslado de algunas de sus funciones a otros departamentos. El presidente electo subrayó que los recursos podrían ser redistribuidos a programas de educación privada y a incentivos para escuelas chárter, opciones que, según él, “ofrecen mayores oportunidades y libertad para los estudiantes y sus familias”.

    Elon Musk al frente del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental

    En una acción sin precedentes, Trump anunció la designación de Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, como jefe del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, o DOGE, cuya misión será optimizar las operaciones y gastos de las agencias federales. Esta nueva entidad busca identificar redundancias, eliminar regulaciones que el presidente considera innecesarias y maximizar el uso de los recursos gubernamentales.

    Musk, quien apoyó a la primera administración Trump y donó 200 millones de dólares a su campaña por la reelección, afirmó que su prioridad será implementar prácticas de transparencia y rendición de cuentas en las agencias federales. “Queremos que los ciudadanos vean en qué se gasta cada dólar, y para eso implementaremos un sistema en línea donde todos los gastos y acciones del DOGE estarán disponibles al público”, aseguró el empresario.

    Vivek Ramaswamy, ex precandidato presidencial, también se une a esta nueva iniciativa de Trump como codirector, aportando su trayectoria en el ámbito de la innovación y la eficiencia empresarial. Ramaswamy indicó que este proyecto tiene como objetivo “repensar la estructura del gobierno” y hacer que las agencias sean más productivas y menos onerosas para el contribuyente.

    La designación de Musk al frente del DOGE fue vista como una decisión innovadora por algunos sectores, mientras que otros cuestionan si su falta de experiencia en el sector público será un obstáculo para liderar una transformación tan profunda. Musk, sin embargo, ha dejado en claro que su enfoque estará orientado a aplicar principios de eficiencia empresarial en la administración pública.

    Reacciones y desafíos en educación

    Las propuestas de Trump han desatado un intenso debate en torno al papel del gobierno en la educación y la eficiencia del sector público. Organizaciones educativas han expresado su preocupación ante la eliminación del Departamento de Educación, advirtiendo que podría desproteger a los estudiantes más vulnerables y comprometer la calidad de la educación en todo el país.

    Grupos pro educación pública y funcionarios han señalado que el Departamento de Educación desempeña un rol fundamental al brindar financiamiento y supervisión para los distritos escolares y al establecer estándares que aseguran una educación de calidad. Sin embargo, los defensores de la descentralización, incluyendo a Trump, sostienen que el control federal no siempre ha sido beneficioso y que los estados y las localidades están mejor posicionados para atender las necesidades específicas de sus comunidades.

    La decisión de Trump de eliminar el Departamento de Educación y establecer un Departamento de Eficiencia Gubernamental bajo el liderazgo de Musk marca el inicio de una reforma que podría alterar significativamente la forma en que opera el gobierno federal. Mientras algunos ven en estos movimientos una oportunidad de modernización y eficiencia, otros temen que estos cambios profundos perjudiquen el acceso a la educación y limiten el papel protector del gobierno en áreas clave.

  • Educación superior gratuita… en EU

    Educación superior gratuita… en EU

    “Los estadounidenses necesitan más conocimientos y habilidades para responder a las demandas de la creciente economía global sin tener que estar endeudados por décadas antes de iniciar su carrera”. Con estas palabras la Casa Blanca de Washington dio a conocer su propuesta para eliminar las cuotas durante los dos primeros años de estudio en los Community College (CC).
    Los CC constituyen una opción universitaria en los Estados Unidos cuyos antecedentes se remontan hasta el siglo diecinueve pero formalmente surgen en 1901 con la intención de estrechar los vínculos entre la educación y los requerimientos de la economía. De acuerdo con la Asociación Americana de Colegios Comunitarios (AACC), un atributo de este modelo fue ampliar el acceso para personas que trabajaban y sobre todo, a las mujeres, cuestión que permanece hasta nuestros días. Actualmente, 57 por ciento de los estudiantes que asisten a los CC pertenecen al género femenino.

    Pero, ¿en qué consiste la propuesta del Gobierno del presidente Barack Obama? ¿Qué sugiere para el campo de estudio de las políticas educativas? ¿Qué reflexiones provoca para el medio universitario de México eliminar las cuotas? Respondamos a estas preguntas.

    La propuesta del gobierno estadounidense consiste en eliminar las colegiaturas durante los dos primeros años para todo aquel estudiante de CC que asista a clases en —al menos— la modalidad de medio tiempo, mantenga un promedio académico de 2.5 con respecto a 4 y muestre un progreso escolar que lo encamine a terminar sus estudios a tiempo. Según la Casa Blanca, la iniciativa se basa en la “evidencia inicial” (early evidence) que arrojaron experiencias previas en el estado de Tennessee y en la ciudad de Chicago. De acuerdo con la oficina presidencial, 90 por ciento de los graduados de bachillerato del estado de Tennessee solicitaron el apoyo del programa y se dice que por el hecho de eliminar el pago de colegiaturas, se incrementaron la tasa de matriculación, la de terminación y la persistencia de los jóvenes estudiantes.

    ¿A cuántos jóvenes beneficiaría la iniciativa del presidente Obama? Según la Casa Blanca, si todos los estados de la Unión Americana participaran en el programa, se podría beneficiar a 9 millones de estudiantes, los cuales pagan actualmente alrededor de 3,800 dólares anuales de colegiatura ($57 mil pesos o sea alrededor de 4,750 pesos mensuales). No hay que olvidar que la matrícula en los CC estadounidenses es de 12.8 millones de estudiantes, de los cuales 7.7 se encuentran inscritos en la modalidad de créditos. De éstos, la mayoría (60 por ciento) cursa sus estudios bajo la opción de medio tiempo,  su edad promedio es de 28 años y seis de cada 10 estudiantes reciben algún apoyo financiero como beca o crédito (AACC, 2014).

    Pero lo popular e interesante del anuncio del presidente Obama es una cosa, otra muy distinta será su viabilidad. La primera complicación a la que se tendrá que enfrentar el gobierno estadounidense será la del financiamiento. Si los jóvenes y sus familias ya no van a pagar las colegiaturas, ¿ahora quién se hará cargo de compensar esos recursos? No está de más recordar que 30 por ciento de los recursos propios de los CC proviene de las cuotas (AACC, 2014). Según Obama, el gobierno federal se hará cargo de 75 por ciento de ese costo mientras que los estados, si adoptasen el programa, tendrían que aportar el 25 por ciento restante. ¿Aprobará el Congreso la propuesta del presidente Obama? ¿Será esto posible cuando la mayoría está en manos de la oposición? Bajo el esquema federalista del vecino país del norte, ¿se aceptará en todos los estados la propuesta de la Casa Blanca de eliminar las colegiaturas en los community college? ¿De dónde sacarán los recursos para compensar la eliminación de las colegiaturas?

    Todas estas preguntas están surgiendo constantemente en los medios, a la par de diversos cuestionamientos como el hecho de que la propuesta de Obama deja afuera otros costos de estudiar como el de los libros, transporte y gastos de vida, como señaló el Instituto para el Acceso y Éxito en la Universidad (TICAS). Otros analistas de política como Bryce McKibben apunta que el programa de eliminar las cuotas en los CC podría terminar beneficiando a los menos pobres porque éstos ya poseen alguna ayuda financiera del gobierno federal (PoliticoPro, nota de Allie Grasgreen, 08/01/15). Sobre este punto, la asociación de community college reporta que 62 por ciento de los jóvenes solicitantes a ese tipo de instituciones pide alguna ayuda financiera pero sólo 57 por ciento la recibe (AACC, 2014).

    La experiencia estadunidense nos permite reflexionar en al menos tres direcciones. Primero, que contrario a lo que se creía hace veinte años, la educación superior puede ser gratuita y los gobiernos tendrán que hacerse cargo de ella. Segundo, en la propuesta del presidente Obama se reconoce que al establecer cuotas en la universidad se puede condicionar el nivel de acceso, cobertura y terminación a tiempo de los estudios. Tercero y último, la iniciativa de hacer gratuitos los dos primeros años de universidad está sustentada en experiencias previas cuyo estudio y evidencia facultan al presidente a anunciar, de manera pública, sus planes para el sector educativo.

    ¿Provocará el caso estadounidense una reflexión hacia adentro de la Subsecretaría de Educación Superior (SES) ahora que cambió su titular? ¿Por qué en las universidades tecnológicas mexicanas —equivalentes a los CC americanos— se cobran cuotas y no en otras instituciones educativas públicas de gran prestigio nacional? ¿El tema sigue siendo un anatema en la Universidad?

    #JeSuisCharlie

    Profesor de la Universidad Autónoma de Querétaro (FCPyS).