Educación Futura

Autor: Patricia Torres

  • Voz del profe/¿Conocemos realmente a los públicos que vienen al museo?

    Voz del profe/¿Conocemos realmente a los públicos que vienen al museo?

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    Patricia Torres

    Hablar de públicos es integrar el tercer elemento en la fórmula: Museos, Colecciones- Mediadores- los públicos. Es verdad, que en el ámbito museístico se considera fundamental la creación, preservación, exhibición, educación y divulgación del Patrimonio Cultural en sus diferentes modalidades en cada museo, en todo el planeta.

    niños-museo-tomando-notaA lo largo del tiempo, se han creado y transformado diversas estructuras comunicativas, de mediación e informativas sobre dichas colecciones para alcanzar cada vez más a aquellos públicos reales y potenciales que pueden contactar con él. Todo este esfuerzo tiene sentido porque hay una persona, un ser humano de cualquier edad, sexo, raza, cultura, etcétera, que es capaz de contactar de manera virtual a través de las redes, portales o aplicaciones o alguien que esté del otro lado de la vitrina en una sala del museo y se sienta identificado con aquello que ve frente a sí en compañía de otras personas.

    Por ello, como educadores no debemos dejar de lado, por obvio que parezca, que la experiencia del visitante en el museo implica un dialogo entre personas; aunque parezca obvio, necesitamos potenciar el dialogo, la comunicación entre aquellas personas que hicieron, usaron o vivieron allá y entonces con aquellos objetos de hace 100, 200, 500 años o incluso aquellos ancestrales de hasta 10 000, 100 000 o más años y que hoy se encuentran frente a ellos en el presente, en pleno siglo XXI.

    Es verdad, que se ha investigado mucho sobre las colecciones que albergan los museos, su época, su procedencia, el contexto en el que surgieron, su importancia, incluso su trayectoria hasta el presente. Los públicos encuentran el resultado de dichas investigaciones como información en los cedularios en sala o impresos, folletos, catálogos, portales, libros, etcétera; sin embargo, no establecen un dialogo con dichos objetos y con las personas detrás de ellos.

    Inauguración del museo del Origami/18-12-2013/ Foto: Asier Alcorta
    Inauguración del museo del Origami/18-12-2013/ Foto: Asier Alcorta

    Nosotros como visitantes podríamos hacer un sencillo ejercicio de relaciones; por ejemplo si partimos del concepto antropológico que dice que todos los seres humanos tenemos las mismas necesidades e intereses que resolvemos de una manera particular a partir del contexto y los elementos que nos rodean; también sumamos el concepto Budista de la “Red de Indra”, así podemos imaginar una telaraña en la que en cada intersección hay una joya que refleja la imagen de aquellas otras joyas que están cerca, así cada una al infinito.

    Entonces, podríamos elegir un objeto y percibir el reflejo, las coincidencias, las interrelaciones que podemos ver con nuestras culturas, las relaciones que se van construyendo entre las personas que forman parte del proceso y el trayecto de “vida” de un objeto u obra de arte, desde su contexto original, hasta su presentación en una determinada sala de exhibición, experiméntalo, ¡es asombroso!

    Por ello, para los equipos profesionales del museo se ha hecho necesario posibilitar dicho dialogo, para ello averiguar los códigos de significado que tiene cada visitante para establecer un lenguaje común es importante; saber más sobre sus visitantes para reconocer  sus intereses, necesidades, posibilidades de aprendizaje o diversión.

    En este trayecto, “quién es realmente ese “público en general para el que se gestan tantas exposiciones, quienes son esas otras personas que recorren las salas y observan las piezas, aquellos que acuden día a día a los diversos museos del mundo y que hoy se reconocen y tipifican en una gran diversidad de visitantes reales y potenciales. Ya desde la segunda mitad del siglo XX, se comenzó a investigar formalmente para saber más sobre los visitantes a museos, surgiendo así los Estudios de Público.

    gracielaGraciela Smilchuck, en su libro Públicos de Museos ya mencionaba que “rara vez se pone el acento en el sujeto visitante, en los tipos de experiencias que construye en su visita, en las manifestaciones del placer o de la mirada estética o la comprensión histórica, menos aún en conocer los factores de desigualdad social, económica y cultural que mantienen alejada de los museos a la mayor parte de la población” (Smilchuck, Graciela. Públicos de museos, agentes de consumo y sujetos de experiencia. UAM, Iztapalapa. 2012.)

    Es cierto que, los resultados obtenidos por estos estudios, arrojaron entre otros datos, una Tipología de públicos, desde Niños (preescolar y primaria); Jóvenes (secundaria, preparatoria y universidad); Adultos (medio y mayor); Personas con otras capacidades (Sordos, Invidentes, Discapacidad Intelectual y Discapacidad motriz, etcétera), hasta Turistas extranjeros  y nacionales, a los que había que atender de una forma particular, más allá de la gradación de edad, estudios o procedencia geográfica. Otros resultados han indicado que algunos de los objetivos por los que los visitantes acuden al museo son el Refuerzo Escolar a partir del currículo (un porcentaje alto de estudiantes que acuden con su grupo), por Tareas (un alto porcentaje que acude los fines de semana con su familia) u Ocio (aquellos que acuden con amigos o al ir de vacaciones).

    Sin embargo, más allá de saber las edades de los públicos, las causas por las que van a los museos o los comportamientos que tienen dentro de las exposiciones, es importante que desde las Áreas Educativas tengan más claridad sobre estos públicos, para que todos se sientan integrados, incluidos y encuentren pautas de dialogo desde su perspectiva.

    La educación es el punto medio (mediación) entre las colecciones y los diversos públicos, al conocer el pulso de los visitantes de una manera sistemática es posible diseñar nuevas e innovadoras visitas, más participativas y activas (teatralizadas, autogestivas, sensoriales, etc); generar talleres múltiples (dramatizados, literarios, creativos, etcétera); materiales y recursos (multimedia, cedulas transportables, espacios de interpretación, lúdicos, guías didácticas, entre otros), cuadros texturizados, cedulas en braille, o cajas de los sentidos, todos generados para ellos.

    Niños-museoEntonces, es necesario contrastar la información proporcionada por los estudios de público, además establecer cuál es el desarrollo cognitivo de los visitantes, así se sabe por qué  los más pequeños necesitan visitas guiadas con materiales para tocar y observar los objetos con más detenimiento y a partir de ellos imaginar lugares, sensaciones o personas, ya que su pensamiento todavía es concreto. Por otro lado, los mayores ya pueden hacer abstracciones en tiempo y espacio o con respecto de elementos o aspectos que no se encuentran en la sala y que pueden generar preguntas al objeto, a sus autores o a los investigadores e indagar las respuestas.

    Saber sobre los públicos especiales pueden lograr una experiencia exitosa al tener accesos francos, adecuación de espacios y códigos de lectura y atención personalizada y materiales para ellos. Así, saber cómo las personas se apropian del conocimiento, las diversas formas en que las que aprenden: inteligencias múltiples, inteligencia emocional, inteligencia creativa, inteligencia social, etcétera, posibilitará un mejor acercamiento y acciones efectivas para cada uno de ellos. Además de considerar en un mayor grado los aspectos cualitativos frente a los cuantitativos durante la experiencia del visitante en el museo. De nada nos sirve saber que una tarde acudieron al museo 4000 personas, pero y ¿Cómo se les atendió? ¿Qué experiencias provocamos en ellos? ¿Encontraron opciones acordes a sus intereses y necesidades? Etc.

    Evaluar las visitas de una manera sistemática, es fundamental, desde la Planeación se podrá tener la mayor información sobre los conocimientos, ideas previas e intereses de un grupo definido de visitantes; integrar los aspectos afectivos como las emociones, además de saber su identificación con el museo y cuáles son sus expectativas y conceptos erróneos.

    Mapa-de-empatíaPodemos  utilizar  una estrategia creativa conocida como Empaty Map: para delinear una imagen más clara sobre cada uno de los visitantes. Esta técnica la utilizan muchas empresas para llegar de manera más efectiva a sus consumidores y que en este caso se puede adaptar al contexto del museo. Tomemos en cuenta:

    ¿Qué escucha nuestro visitante, de sus amigos, pareja, compañeros con respecto al museo? ¿Quién lo influencia realmente? ¿Cómo lo hacen?

    ¿Qué lo rodea? ¿A qué tipo de ofertas culturales está expuesto? ¿Qué tipo de problemas enfrenta para acceder al museo?

    ¿Qué emociones expresa la persona sobre el patrimonio? ¿Qué es lo que realmente le importa de la cultura? ¿Cuáles son sus expectativas sobre el museo? ¿Cuáles son sus creencias? ¿Qué le emociona del museo? ¿Cómo es su lenguaje corporal, tono de voz y las palabras que escoge?

    ¿Qué les podría decir a los demás sobre su experiencia en el museo? ¿Cuál es su actitud? ¿Influencia a alguien?

    ¿Cuáles son sus principales frustraciones frente a la cultura y el patrimonio? ¿Qué riesgos le preocupan al visitar un museo? ¿Cuáles son sus obstáculos para acceder? ¿De qué tipo son?

    ¿Qué lo motiva del museo? – ¿Qué es lo que realmente quiere lograr en él? ¿Cómo define el éxito de unavisita? ¿Cómo intenta alcanzarlo?

    Los Educadores pueden poner cara y registrar sistemáticamente a los públicos que acuden al museo  vislumbrar aquellos potenciales para reconocer sus experiencias y obtener resultados más satisfactorios de su paso por el museo. Queremos así, que los visitantes miren al museo con ojos nuevos, por eso, al estudiarlos desde diversos ángulos se implementan programas de atención dirigidos a públicos concretos, materiales didácticos, publicaciones o espacios educativos más cercanos.

     

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  • Voz del profe/¿Es el museo solo un recurso didáctico para la escuela?

    Voz del profe/¿Es el museo solo un recurso didáctico para la escuela?

     

    Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho.
    Paulo Freire

     

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    Patricia Torres

    La Escuela y el Museo como instituciones de carácter educativo, han tenido una relación estrecha y compartida, que se ha ido transformando a lo largo del tiempo. La educación formal y el profesor habían tomado al museo y su acervo patrimonial como un “recurso didáctico” que lo apoya para presentar determinado contenido curricular a través de visitas a museos, a los que acude con su grupo para impartir su clase frente a los objetos expuestos en la sala; de esta forma la experiencia para los alumnos resulta, contemplativa, unidireccional y limitada. De igual manera, las visitas por tarea que hacen los alumnos con su familia, se centran en la copia de cedulas, pasan por las salas de exhibición sin ver siquiera los objetos y sin utilizar todos sus recursos museográficos y educativos que están ahí para todos. Entonces, lo que parece importante aquí para los profesores es cubrir los contenidos de la Curricula Escolar (desde preescolar hasta secundaría, además de los niveles medio y superior) principalmente en las áreas de Historia, Arqueología y Ciencia, y en ciertos casos el Arte cobra más veces una posición importante en las practicas escolares vinculadas con el museo.

    Por ello, también los educadores en el museo, se centraron por mucho tiempo en cubrir los contenidos curriculares con sus acervos y ejercieron las funciones de transmisores de conocimientos o información que el museo quería difundir, tomando a los objetos y sus colecciones como apoyo de los contenidos que se querían transmitir. Ambos querían educar a los alumnos; sin embargo, hoy por hoy, se replantean estos conceptos, entonces ¿Cómo educa la escuela? y ¿cómo se aprende en el museo? se ponen en la mesa para actualizarlos; también se renueva el papel del museo, de sus colecciones; la relación que educadores y maestros necesitan tener y la posibilidad que asumen de ampliar los espectros de aprendizaje de los estudiantes, para poder generar experiencias diferentes, más participativas e interactivas entre los niños y jóvenes con las colecciones, en un contexto tan rico como es el museal.

    niños-museo-tomando-notaLas nuevas propuestas han innovado las visitas guiadas cargadas de información sobre las piezas, (pieza Antropomorfa del Altiplano Central, perteneciente al Preclásico tardío…); así como los talleres que incluían modelos que reproducían alguna pieza o personaje histórico, que para los estudiantes solo implicaba aplicar detalles ya preconcebidos que limitan la expresión creativa de los alumnos. Así, los profesores y estudiantes contarían con herramientas metodológicas más lúdicas, interactivas, en donde lo subjetivo tiene cabida, así ya no recorrerían pasivos y expectantes las salas; distantes del museo, en recorridos extensos e incluso maratónicos por varios museos, agotando la experiencia significativa que el museo les puede dar, e incluso “vacunándolos contra él”.

    Entonces ¿Cómo puede el museo enseñar y cómo se puede aprender el visitante en el museo?:

    A través:

    • De sus variadas y ricas colecciones.
    • Del guion y la redacción de las cédulas de la exposición que elaboró el investigador.
    • De los recursos museográficos colocados en la sala.
    • De la transmisión de los contenidos que hace el educador del museo.
    • A través del maestro que va con su grupo y coordina el recorrido por las salas de exhibición.
    • A través de publicaciones de consulta externa en línea o físicamente.

    ¿Cómo podemos ayudar a los estudiantes a apropiarse del museo. Qué pasaría si dejamos de ver al museo solo como un recurso y vemos sus amplias posibilidades comunicativas?

    Afortunadamente, estas preguntas y más ya las han generado diversos profesionales en museos en los últimos treinta años (años 80), en que la Educación en Museos a nivel mundial han hecho cambios conceptuales y en la práctica educativa, que se han dado nuevas propuestas entre maestros- alumnos y educadores para generar o propiciar aprendizajes realmente significativos y permitir que el estudiante construya su propio conocimiento durante la visita con la mediación de recursos museográficos y didácticos, educadores-maestros y las colecciones .

    ¿Qué recursos didácticos pueden utilizar alumnos y maestros durante su experiencia de visita en el museo?

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    En este sentido, es fundamental diferenciar y destacar el papel comunicativo de las colecciones, más allá de ser un recursos didáctico, así centrar la experiencia de los alumnos alrededor de los objetos; ayudarles a descubrir sus significados físicos, contextuales dialogando con ellos y apoyarse esos otros recursos didácticos que sirvan de mediadores, tal y como lo haría el investigador, haciéndose preguntas, indagando, planteando hipótesis, contrastando resultados, observando, reflexionando y en un dialogo constante con sus pares, con los educadores y maestros.

    niños-museoEstos pueden darles nuevas pautas de trabajo a profesores y alumnos durante su experiencia en el museo y así sumar esfuerzos para la generación de nuevos públicos, más participativos, cuestionadores, críticos e indagadores del patrimonio, que utilizan al museo como un recurso didáctico para ir más allá en la concepción de experiencias significativas que puedan transferirse en todos los espacios museísticos y escolares.

    Ver a estos recursos didácticos en una función mediadora entre el contenido de aprendizaje y el estudiante, como punto de encuentro y detonante de saberes a través de la observación, comparación, análisis, el planteamiento de hipótesis y la reflexión con sus compañeros y con el profesor, para construir un aprendizaje mediado. Dentro de lo innovador de los recursos, se encuentran aquellos pertenecientes a la Era Digital, en donde la información esta accesible en diversos lugares y formatos. Aquí los procesos de apropiación de la cultura y la experiencia educativa toman un carácter más participativo y dinámico, así veremos integradas estas nuevas alternativas y recursos atractivos frente a aquellos tradicionales, la postura sería potenciar ambos en la Escuela para formar ciudadanos abiertos a explorar y aprender a través de diversos medios.

    Sabemos que planear una visita de este tipo a cualquier museo, implica un esfuerzo adicional de profesores y educadores, pero, sabemos que vale la pena llevarla a cabo para lograr prácticas enriquecedoras en el museo, tener claro lo que queremos explorar, cómo lo haremos, con qué contamos y cuando lo haremos; nos ayuda a poner en la mesa: los contenidos, los procedimientos y los valores que queremos potenciar durante la experiencia de visita en el museo, considerar su memoria sensorial, su inteligencia creativa y el aprendizaje colaborativo, entre otros.

     

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  • Voz del profe/Empresas educativas independientes…una alternativa en los museos

    Voz del profe/Empresas educativas independientes…una alternativa en los museos

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    Patricia Torres

    Ahora toca ver al Museo y explorar las oportunidades a través del Sombrero Amarillo (Edward de Bono), utilizar un tipo de pensamiento constructivo, que implica tener un plan de acción, mirar hacia el futuro y trabajar sobre ello para llegar hasta ahí. ¿Cómo lo hacemos? Una de las premisas es ser optimista y otro lógico-práctico en nuestra forma de ver la relación que pueden tener la escuela y el museo.

    Necesitamos colocar las probabilidades dentro del mapa, las posibilidades de generar una cultura de museos y de nuevas generaciones de visitantes más participativos reflexivos y críticos, puede tener una gran probabilidad si maestros, educadores y estudiantes, modifican sus estructuras conceptuales y prácticas institucionales, además de aprovechar los apoyos financieros y culturales para tener mayor accesibilidad a actividades innovadoras.

    sombrero-amarillo“El énfasis del pensamiento de sombrero amarillo está en la exploración y en la especulación positiva”; es necesario justificar nuestro optimismo. Son los maestros y profesionales del museo, principalmente educadores, es decir, los expertos, los que necesitan aportar ideas, sugerencias y propuestas desde el pensamiento del sombrero amarillo. Desde esta perspectiva veremos la Formación de nuevos públicos en una cultura de museos más participativa, reflexiva y critica. Recordemos que ya desde el sombrero blanco decíamos que ya existe una relación entre museo y escuela, que es importante ampliar el espectro de maestros y alumnos que “sientan y vivan el museo” desde nuevas posturas de significación y prácticas colaborativas y creativas; públicos que refuercen y transformen sus experiencias educativas vinculadas con el patrimonio en estilos de aprender que vayan más allá de lo informativo y conceptual.

    ¿Qué podemos hacer para mejorar esto? Explorar las oportunidades: como propiciar y estimular la generación de Empresas Educativas independientes que puedan sumar esfuerzos y trabajen en estrecha colaboración con los Museos para que atiendan o refuercen la atención de las Escuelas públicas y privadas en todos los niveles y puntos de la ciudad. Pensemos en la gran oportunidad para los museos de vigorizar sus acciones educativas al interior, así como los proyectos extramuros para que se extiendan a más y más grupos comunitarios que acudan al museo o para aquellos a los que se pueda acceder en visitas que se hagan a las escuelas. Estas acciones van formando nuevas prácticas que impactarán a cada persona y formarán ciudadanos más conciéncienles de su pasado, de su herencia y de la gran responsabilidad social y patrimonial desde una nueva postura participativa.

    Empresas educativas o grupos civiles organizados con las Instituciones que promuevan proyectos financiados por Industrias o Empresas que aporten recursos para el logro de los propósitos de formación de maestros y prácticas estudiantiles con los alumnos en el contexto del museo; sumar esfuerzos entre sociedad y particulares en beneficio de las generaciones presentes y futuras es un compromiso. Existen ejemplos de empresas de este tipo en otras partes del mundo con muy buenos resultados ya que brindan posibilidades nuevas, particulares e incluso personalizadas de atención a grupos escolares, además de involucrarse en la formación especializada de su personal en el diseño y puesta en marcha de visitas, talleres, sesiones especiales, recursos didácticos variados, etc.

    feriaciencia4_gSi partimos del mejor escenario, las Empresas educativas Independientes están conformados por profesionales de museos y profesores en diversas áreas, por lo que cuentan con la formación y perspectiva multidisciplinar para abordar las acciones correspondientes para brindar nuevas herramientas metodológicas y de atención a las escuelas; además de eso son gestoras de recursos junto con los Museos u otras empresas para generar Proyectos de formación exitosos sobre patrimonio cultural y prácticas educativas en museos.

    Por ello el desarrollo de Congresos o Ferias educativas-culturales en toda la República Mexicana, en las que los profesores puedan vivenciar los elementos teórico-prácticos sobre museos-educación y patrimonio, con equipamientos y nuevas tecnologías que sean el punto detonador de sus prácticas culturales con sus alumnos y transformar la teoría sobre la educación en museos. También se podrán establecer plataformas de formación en museos, a través de las redes sociales, en donde los educadores encuentran un espacio participativo y de intercambio entre los agentes involucrados, formar públicos activos y no solo personas receptivas de información.

    De igual manera, las empresas pueden establecer con los profesores, proyectos educativos de seguimiento de estas nuevas propuestas de visitas e interpretación del patrimonio y su implementación en el ámbito escolar con museos móviles que vayan a las escuelas que no pueden ir al museo. Así se podrán formar Profesores-Monitores que puedan multiplicar con otros colegas su experiencia museística desde su base, en acciones concretas para sus alumnos, ya que contarán con actividades que incluyan una metodología de interpretación para los alumnos dentro del museo.

    Bajo esta perspectiva de oportunidades que nos permite el pensamiento del sombrero amarillo, podemos capitalizar la experiencia de profesores y educadores en torno al museo y sus tipos de patrimonio; así como, al conocimiento, la experimentación y la valoración de estos agentes. La dinamización de la formación a través de las empresas educativas permite la flexibilidad laboral de los profesionales y la disposición al cambio de los profesores frente a grupo, sus directivos y la de los estudiantes con prácticas más participativas, reflexivas y críticas.

    Niños-museoPodrán realizar la Planeación de visitas y salidas a museos y espacios culturales de una manera conjunta entre profesores y alumnos, para que construyan juntos formatos de visita y actividades al interior, adecuados a sus necesidades, más reales a partir de sus intereses o puntos de indagación sobre lo que el museo les presenta. Además a mediano plazo más públicos podrán llevar a cabo prácticas educativas creativas y dinámicas a partir de una metodología experiencial que potencie todas sus inteligencias y capacidades diversas.

    A partir del sombrero amarillo, el optimismo, las oportunidades y los sueños, te pregunto ¿Qué piensas tú sobre la relación de estas Empresas Educativas Independientes y la Educación Formal, si partimos del mejor escenario para mejorar la formación de maestros y alumnos con respecto al museo, al patrimonio y la cultura en México?

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  • Voz del profe/Leonardo, Miguel Ángel y el Renacimiento, un ejemplo de espacio lúdico con museografía didáctica

    Voz del profe/Leonardo, Miguel Ángel y el Renacimiento, un ejemplo de espacio lúdico con museografía didáctica

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    Patricia Torres

    Ya mencionábamos anteriormente que los museos de tercera generación tienen por vocación que las muestras interactivas que integran formatos interpretativos relacionados con la Museografía Didáctica, término que escuché por primera vez de Joan Santacana (http://bbhistoria.anaya.es/autores/santacana.html), y que alude a propuestas innovadoras que también se presentan en museos más clásicos y posibilitan la intermediación del visitante con las colecciones expuestas y hacerlas más comprensibles y participativas.

    “En estos espacios se permite e invita a tocar, accionar, no solo nos brindan información o contenidos, también hacemos cosas, actividades necesarias en estas nuevas generaciones tan estimuladas por los medios, que necesitaban museos con otro carácter menos contemplativo” (Torres Patricia, Ver los museos desde el Sombrero rojo. Las emociones…). Actualmente para los educadores o mediadores parece fundamental que se realicen visitas mediadas y se dé una comunicación autentica entre el visitante y el objeto; además desarrollan actividades que incluyen estrategias de formación de visitantes que incluyen no solo contenidos, también la posibilidad de experimentación con los equipamientos y así hacer viable la valoración del tema y el patrimonio que resguardan.

    niños_museo“En principio, no se planteaba que estos departamentos estudiaran la posibilidad de rehacer o diseñar las museografías en un sentido comprensivo. Se entendía que su labor consistía en improvisar muletas para que niños y jóvenes pudieran acceder con más facilidad a los contenidos a partir de cuadernos de información o fichas de observación complementarias e incluso talleres didácticos” (Santacana Joan y Nuria Serrat Antolí, coordinadores, Museografía Didáctica, pág. 42).

    Hoy es claro que el carácter educativo y el sentido lúdico debe formar parte de la esencia y el sentido último del museo, lo apreciamos al integrarse al montaje, ya sea temporal o permanente las exposiciones didácticas, espacios lúdicos o de interpretación, basados en museografía didáctica. Los cambios teóricos sobre una tipología de visitantes o el concepto de que las personas aprendemos de formas diferentes (Inteligencias múltiples) es solo uno de los elementos que fundamenta el diseño de estos equipamientos que enfatizan contenidos particulares frente a la: inteligencia lingüística, lógico matemática, kinestesica, musical o espacial, entre otras, son prácticas que se ponderan durante su visita y han marcado los fundamentos pedagógicos para el diseño de experiencias lúdicas o de interpretación.

    El visitante es invitado despertar los sentidos (oído, vista, olfato y hasta el tacto) para enfatizar la transmisión del mensaje, su comprensión y convertir al espectador en un elemento activo dentro de la exposición. Celebro que éste tipo de espacios cada vez en más museos en el mundo sean parte de un Proyecto Integral Expositivo, ya sea temporal o permanente, en donde existe un trabajo científico, pedagógico, formal y una metodología por parte de los Educadores que incluye la investigación, el análisis, síntesis y reflexión del guion científico realizado por los curadores para destacar contenidos: introductorios, complementarios, o profundizar en ellos para adecuarlos a la diversidad de visitantes. Tal es el caso de la muestra temporal que sobre el Renacimiento se presentó en el Museo Interactivo de Economía y que nos permitió a través de estos equipamientos lúdicos conocer la vida cotidiana en tiempos de Leonardo y Miguel Ángel.

    mide-renacimiento2Es cierto que los educadores diseñan sus acciones a partir de valorar los conocimientos previos de los visitantes y promover procesos de investigación, análisis, síntesis y reflexión mediante las estrategias educativas que los lleve a observar, analizar, interpretar y reflexionar sobre los contenidos expuestos, además de despertar su imaginación y creatividad, lo que redundará en una experiencia significativa.

    El juego también se utiliza como una estrategia de mediación para potenciar el aprendizaje y dar a los visitantes la posibilidad de entablar un diálogo con la colección o contenidos para aprender a jerarquizar, formular juicios de valor, analizar, sintetizar y resolver problemas; A partir de lo lúdico los datos concretos, los contenidos y conceptos sobre las colecciones se comprenden y se retienen mejor, donde se dan procesos de reelaboración, significación e interpretación.

    Podemos revisar estos puntos que se pueden incluir en el diseño de Exposiciones Lúdicas o de Interpretación que incluyen Museografía didáctica, y que queremos puntuar en esta muestra como ejemplo cercano, recordemos nuestras experiencias como visitantes:

    Al Planear un espacio expositivo con museografía didáctica, los educadores queremos:

    • Establecer los contenidos que desarrollará la exposición, (en nuestro ejemplo): El Renacimiento, la vida cotidiana, los actores más representativos y la transformación de la vida…
    • Definir lo qué queremos que aprendan los visitantes: cuáles son los principales cambios en la cultura, el arte, la economía, la ciencia y tecnología que se efectuaron durante el Renacimiento y su relación con la vida actual.
    • Diseñar un guion museográfico-didáctico que introduzca, reafirme o complemente la exposición: visualizar los equipamientos y:
      • Proponer las estrategias de aprendizaje más adecuadas para detonar procesos de construcción del conocimiento según cada subtema: Expresión plástica, musical, dancística, literaria o escénica, mediante la cual el visitante pondrá en juego su creatividad.
    • Decidir los niveles de conocimiento que se trabajarán: declarativo (lo que se sabe); procedimental (lo que se sabe hacer); actitudinal (la disposición para el aprendizaje). Por ejemplo en esta exposición:
      • Observación: el visitante puede hacer uso de sus habilidades de pensamiento como la observación, comparación, ordenación o clasificación por medio de preguntas. Escenificar una obra de Comedia del Arte con máscaras y guiones.
      • Manipulación de objetos: permitirá al público, mediante la percepción, involucrar los sentidos y hacer uso de su inteligencia kinestésica. Adelantos tecnológicos para armar.
      • Experimentación: permite conocer procesos de trabajo para investigar sobre alguna disciplina o actividad artística. Convertirse en artista y en modelo para una obra plástica.
      • Reflexión: a través de los materiales que se pueden analizar, interpretar y hacer inferencias respecto al contenido presentado. Convertirse en una obra de Arte con autosoportables.
    • Considerar la interacción del visitante con el espacio y los demás públicos: Por ejemplo: Talleres sobre Mercado Renacentista; Subasta de Arte; Florines, ducados y testones; Comedia del Arte e Innvación Renacentista (armar su propio ornitóptero).

    Diseño

    • Hacer una propuesta museográfica que traduzca el guion museo pedagógico en espacio, imagen, color, textura y mobiliario.

    Producción de la propuesta.

    • Materiales, formas, diseño, montaje y puesta en práctica con equipo o voluntarios.

    Evaluar los resultados.

    • Se puede hacer un sondeo de opinión que integre los tres tipos de conocimiento antes mencionados para corroborar si el espacio logró detonarlos y de qué manera.

    mide-renacimientoComo visitantes ¿Nos queda claro. Es así durante nuestra visita. Nos ayuda a entender los contenidos. La experiencia es lúdica y divertida. Aprendemos mejor. Encontramos algo nuevo en estas propuestas?

    Es importante, no olvidar que estos espacios lúdicos o de interpretación museables no:

    Están desvinculados de la colección y el museo; Son solo un espacio para niños, ya que en los museos hay diversos tipos de público; Un sitio de juego para pasar el tiempo; un sitio únicamente de interactividad o un taller de actividades manuales o solo interactividad pensada como manipulación de objetos.

    Estas propuestas son una experiencia global de aprendizaje a través de nuevos lenguajes que nos plantean como visitantes un mayor compromiso de construir juntos intercambios conceptuales, diálogos y aportaciones al museo, alternativas necesarias para la participación social y el carácter dinamico de todas las generaciones de museos.

     

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  • Voz del profe / Miguel Ángel y Leonardo, un encuentro entre el arte, los artistas y los visitantes

    Voz del profe / Miguel Ángel y Leonardo, un encuentro entre el arte, los artistas y los visitantes

    patricia_torres
    Patricia Torres

    En estos tiempos en que la vida cotidiana va a gran velocidad, más de la que tenían nuestros ancestros décadas atrás y no decir de aquellos tiempos del siglo XVI en que estos artistas expresaron su creatividad a través del arte. Darse tiempo como visitante de invertir tres o cuatro horas de su tiempo para ver con sus propios ojos algunas muestras pictóricas y escultóricas de estos maestros tiene un gran mérito hoy en día.

    Se ha destacado que el Palacio de Bellas Artes en su tercera semana ha recibido a 100 mil personas de todas las edades y puntos de la ciudad, tanto que La Jornada lo ha denominado como un “fenómeno cultural, tanto por su contenido como por la respuesta del público”. De ello, se desprenden varios aspectos, tanto como visitante y como profesional de la educación en museos.

    bellas_artes_leonardo_miguel_angel_stPor un lado, la conformación de estas dos muestras, cuyos artistas visiblemente mediáticos, presentan obras conformadas por alrededor de 140 piezas, presentadas a través de dos guiones curatoriales que plantean ideas muy claras y definidas sobre cada uno de estos Artistas: Miguel Ángel, un artista entre dos Mundos y Leonardo Da Vinci y la idea de la belleza. Es importante destacar la importancia que tienen los objetos en una exposición como eje rector de la historia que se quiere contar, sin embargo, hay que estar atentos como público y encontrar el sentido de conexión que existe entre ellas, más por la gran cantidad de gente que inunda estas salas de exhibición.

    Habría que preguntarse como visitante ¿si el objetivo queda claro en mi experiencia dentro de la exposición? Más, cuando hay piezas emblemáticas que roban cámara y nos llaman la atención y seguramente podemos llegar a hacer una muestra paralela con mi propia selección de obras, de ahí la necesidad de ver directamente la exposición con los objetos tangibles del patrimonio artístico mundial, e incluso poder fotografiarlas, aunque en este caso no nos es posible.

    Sin embargo, cuando acudimos a una exposición y recorremos las salas viendo una obra y otra y solo leemos las cédulas explicativas, esto no nos permite interactuar con otros y sacar mayor partido a la experiencia, ya que es lo que hemos aprendido desde una educación lineal y unidireccional en donde el museo nos lo dice todo. Necesitamos reconocer que la sola contemplación de las obras no es suficiente, es necesario que en el museo se incluyan estrategias de interpretación que nos ayuden como visitantes a contactar de otras maneras con las obras, ya sea a través de un mediador que nos acompañe o de recursos museográficos, gráficos, electrónicos en sala, descargables, o por internet, etcétera.

    bellasartes_exposicion3Es cierto que en este tipo de muestras existen algunos elementos de difusión o divulgación de contenidos para que el público “conozca más”, información no implica mediación con el visitante, éste puede hacer la recopilación de datos por sí solo, buscando en otros medios y por cuenta propia a partir de su experiencia personal. Al interior del museo la práctica de mediación nos debería permitir establecer un “dialogo entre generaciones”: ¿Qué tenemos en común con estos dos Artistas? ¿Qué condiciones tenían en el contexto en el que vivieron? ¿Qué nos llama más la atención de su vida y obra? ¿Por qué? ¿Por qué decidimos acudir a la exposición? ¿Cómo podemos participar en exposiciones como estas? y otras preguntas que ayuden a los visitantes a detonar las experiencias y conocimientos previos que tienen sobre Leonardo y Miguel Ángel, esto formará un primer lazo emocional y fuente inicial de aprendizaje.

    Los visitantes pueden aprovechar su tiempo de espera a la muestra (que en promedio es de 4 horas) y realizar algunas estrategias de mediación, por ejemplo, (estrategia digital) podrían contactar vía internet a través de los celulares con apps o portales de otros museos del mundo que también tienen piezas de estos artistas para adentrarse en el contexto artístico y cultural e incluso enterarse que hay otros dos museos en la ciudad que también presentan exposiciones y actividades vinculadas con el Renacimiento: Museo Nacional de San Carlos y El Museo Interactivo de Economía; habrá una grata sorpresa y es importante que esta cantidad tan alta de público también acuda a estos museos y conocer otras visiones complementarias, así la parte mediática se extiende a otros puntos.

    bellasartes_exposicionOtra estrategia de mediación es contar con pendones o folletos que destaquen detalles de las piezas que están expuestas y con códigos QR con pistas para observar y que detonarán el interés por descubrirlas al entrar a la muestra. La observación es un excelente vínculo de comunicación, es decir, no solo ver las piezas, observar los detalles, despertar los sentidos para enriquecer su experiencia. Necesitamos como público de museos, ir más allá de una actitud contemplativa y silenciosa a una participativa y dinámica. En donde: interactuemos con las exposiciones, nos acerquemos a los autores (artistas y sus obras), con lo que nos cuentan los curadores (y lo que pensamos sobre ello), conectar realmente con los procesos de creación de las obras y contrastarlo con nuestras posibilidades creativas (lo que podemos expresar en otros lenguajes como la danza, el teatro o la literatura) y tomar un papel activo en la construcción de nuestro propio conocimiento en el contexto del museo.

    Es fundamental y así lo hacen los museos, el reconocer la importancia de quien observa, (el público) y potenciar las diferentes miradas sobre el objeto artístico y no solo dar respuestas (las del curador sobre su investigación): ayudar al visitante a reconocer los materiales, herramientas, procesos tecnológicos, ideas de las que surgieron, símbolos que nos muestran; además de los colores, las formas, los sonidos, etcétera. Así, utilizar los sentidos, imaginación, intuición, inteligencia emocional, social y creativa y no solo la racional y analítica para que la experiencia sea significativa. De esta manera, los museos del siglo XXI necesitan proponer nuevos acercamientos y lecturas diversas, plurales, múltiples, no solo al arte, sino a todas las formas de expresión humana que se muestran en sus salas de exposición.

    Entonces, el verdadero “fenómeno cultural” se dará también por la participación activa de las personas y estará sustentado en el dialogo, el cuestionamiento, el contraste, la reflexión y una actitud creativa, innovadora y orgánica de aprender. Estamos ahora a nivel mundial en la llamada Era Digital, en una continua Revolución del Conocimiento, de las formas de aprender y de apropiarnos del patrimonio de una manera activa y crítica, interconectada en redes personales y virtuales que hagan nuevas relaciones entre visitantes y colecciones, museos y experiencia educativa. Vayamos construyendo juntos este proceso, profesionales del museo y visitantes.

  • Voz del profe/Museos desde el “Sombrero Negro. La crítica”

    Voz del profe/Museos desde el “Sombrero Negro. La crítica”

    patricia_torres
    Patricia Torres

    Hemos estado abordando a los museos a partir de la estrategia creativa “6 sombreros para pensar” de Eduard de Bono. Es momento de ponernos el sombrero negro, éste representa el pensamiento crítico, por lo que ahora vamos a buscar los problemas y los desacuerdos que hay en los museos. Tomemos en cuenta que hay personas que suelen usar este sombrero de forma muy natural, trabajadores que marcan todas las cosas negativas que pueden suceder si se aplican determinados proyectos y acciones.

    Identificaremos las barreras, los peligros, los riesgos y otras connotaciones negativas. No hay que olvidar que el propósito del sombrero negro es de crítica constructiva, por lo que podremos proyectar una idea en el futuro para verificar que podría ir mal o podemos confrontar una idea con el pasado para verificar si encaja en lo ya sabido.

    Vimos que si bien, contamos ya en esta primera veintena del siglo XXI, tanto en México como en la mayor parte de los países del mundo con una oferta cultural que abarca cinco generaciones de museos y otras tantas generaciones de visitantes que contactan con estos espacios en sus diversas modalidades; sin embargo, hay varios puntos no tan afortunados que podríamos destacar sobre los museos, su infraestructura, colecciones, actividades, innovación, divulgación y educación.

    Los museos si bien, abren sus puertas al público y las exposiciones en su sitio, la atención que se brinda es parcial, pues no cuentan con la infraestructura humana para atender a todos los visitantes, dada la demanda, hay estadísticas de visitantes que destacan la afluencia a una exposición en miles, pero no nos cuentan la calidad de su atención, dada la falta de personal vemos peregrinar a los visitantes por las salas de exhibición sin atención real, solo observando pasivamente las piezas y de formación especializada en los públicos.

    Los museos de primera generación, desde hace ya varios años están incluyendo elementos tecnológicos que manejan las nuevas generaciones, pero diseñados desde paradigmas tradicionales, videos que exponen contenidos, equipamientos que nos proponen dinámicas de ensayo y error, juegos en donde el visitante está contemplando o solo manipulando y no “interactuando” equipamientos informativos como cedularios e información hipertextual. Se quiere innovar sin innovar realmente.

    Los museos cuentan con un buen número de piezas dentro de su acervo, muchas de ellas guardadas en bodegas, y de las que como visitante realmente desconocemos su existencia, los museos no se avocan a circularlas aunque sea haciendo uso de formatos virtuales; exponerlas abiertamente se ve como un peligro para las propias colecciones. Mostrarlas y que los visitantes conozcan todo su acervo y no solo se exhiban las piezas más taquilleras, tanto en el país como fuera de él, sabemos de los costosos seguros y la itinerancia de las muestras.

    piedra_delsolLos museos de primera generación presentan ciertos objetos patrimoniales como un elemento emblemático, lejano, inamovible en su concepto e incluso estereotipado, (el objeto por el objeto) y el público ya lo ubica de una determinada manera aprendida, por ejemplo la Piedra del Sol; ésta visión limita las posibilidades de lecturas alternas sobre un tema o elemento. El considerar que el visitante reconozca y experimente el proceso que llevó al investigador a tales conclusiones implica ver al objeto y a la cultura y a sí mismo como algo cambiante que se sigue investigando. Desde esta posición de sombrero negro parece que se ve como una posición de riesgo que el visitante pueda reflexionar, cuestionar, comparar lo que sabe y piensa con respecto a determinado tema u objeto.

    El conflicto que ven los investigadores o curadores de perder el rigor científico por incluir muestras didácticas con reproducciones o equipamientos o actividades que contacten a las personas con su inteligencia emocional y se rompa la solemnidad y el respeto al patrimonio. Otras generaciones de museos al no contar con colecciones que sirvan de eje, los visitantes pueden quedarse en el punto de la interacción con los equipamientos y no ir más allá en la indagación sobre el contenido del que se habla o el caso delos Museos Comunitarios que estuvieron muy en la vanguardia y sin embargo después de varias décadas han quedado casi en el olvido frente a las grandes exposiciones, por lo que el patrimonio más cercano como el comunitario, el escolar, el regional o familiar queda diluido en el marisma entre tecnología y modernidad porque maneja otro ritmo y contexto.

    La mayor parte de las generaciones de museos pese a los cambios que tanto nos han emocionado, desde el sombrero negro, no se aprecia un cambio sustancial en la relación que museo y visitantes, entre los conceptos teóricos de cambio y evolución desde la museología y la práctica, la realidad de a pie de los museos, desde la investigación y la realidad de los mismos, un buen número de museo no han logrado establecer una relación realmente dialéctica entre el museo y sus públicos

    visita_niñosLa complejidad de la oferta cultural que los museos proponen a los visitantes es amplia y competitiva con otras opciones que hay en el mercado y en ocasiones vemos que no concuerdan con la misión (vocación) del museo, por ejemplo, vemos espectáculos de trova en museos históricos o talleres, incluso en museos de cuarta y quinta generación que no se diferencian de ofertas en otros centros culturales con reproducción de modelos que limitan la expresión creativa de los participantes.

    Las actividades educativas de los museos se centran en los públicos infantiles y principalmente en las visitas guiadas y talleres, siendo uno de los objetivos principales del museo: educar, ésta sigue siendo una educación industrial y no una educación digital para todos (niños, jóvenes, adultos) que permita la experiencia horizontal de los visitantes por este abanico de museos y generaciones y pueda sacar lo mejor de cada uno, ampliando sus posibilidades; sin embargo, en buena medida las áreas educativas necesitan renovar sus sustentos teóricos y visiones a futuro de acuerdo a los cambios generacionales, hay incongruencia entre educación y la experiencia de museos.

    Ahora, desde el sombrero negro te pregunto:

    Si bien los museos interactivos y los Centros de interpretación tienen al juego como una estrategia, ¿qué tan efectivos son en la detonación de saberes? ¿Qué de la forma en que se presentan no encaja en nuestro conocimiento y experiencia?

    Los museos de cuarta generación como los parques temáticos o ciudades vivas ¿Por qué crees que no funcionarán? ¿Destaca lo que no se acomoda a la experiencia o al conocimiento aceptado o cuales son las imperfecciones de su diseño?

    Para los museos de quinta generación. ¿Cuáles pueden ser los riesgos, peligros, deficiencias y problemas potenciales que podrían surgir en el futuro?

    La voz de nosotros como visitantes también es importante para que junto con los profesionales podamos transformar al museo, sea de primera, segunda, tercera, cuarta o quinta generación; una educación colaborativa, reflexiva y dialogal en el contexto del museo es fundamental.

     

     

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  • Voz del profe/Los museos desde el sombrero rojo: las emociones

    Voz del profe/Los museos desde el sombrero rojo: las emociones

    ¿Qué tipo de museo nos emociona? ¿Cuáles hay? ¿Cuántas generaciones? ¿Cuál será mi generación de museo o puedo combinar? ¿Qué me puede gustar de cada tipo más allá de lo que puedo o no aprender?

    La tercera generación de museos surgió en el último tercio del siglo XX y particularmente han tenido mucho auge entre estas nuevas generaciones de visitantes, hablamos de niños y jóvenes, pero que como dice el dicho a los adultos también nos encantan, son los llamados museos interactivos, que incluye a aquellos de ciencia y tecnología, ubicados en edificios exprofeso y que no tienen una colección como tal, porque nos proponen espacios de experimentación que gestionan experiencias vivenciales y participativas al interior. Vienen a mi mente El Papalote, museo del niño, y otros similares que surgieron en el resto de la República, así como el Universum o Museo de la Luz y otros más (visita el más cercano a ti y comparte!!).

    papaloteEstos “museos” nos plantearon un cambio de paradigma (modelo de museo), que incluía estas nuevas posibilidades culturales sin colecciones. En ellos vemos a cientos de niños y jóvenes correr por sus espacios y contactar con diversos temas explorando una forma de aprender activa y participativa, al manipular los equipamientos que nos proponen retos, acertijos, juegos, etc, y contactar con los avances técnicos y científicos que hemos desarrollado como humanidad, temas que llaman mucho la atención porque nos proyectan de una manera directa con nuestra capacidad de innovar e investigar el mundo en sus múltiples facetas de conocimiento.

    En estos espacios se permite e invita a tocar, accionar, no solo nos brindan información o contenidos, también “hacemos cosas”, actividades necesarias en estas nuevas generaciones tan estimuladas por los medios, que necesitaban museos con otro carácter menos contemplativo. Nos atrapan, casi desde el primer momento porque tienen un carácter didáctico, es decir, que aprendamos sin que seamos tan conscientes de ello. Encontramos diversos recursos museográficos como imágenes, textos explicativos, reproducciones, laboratorios, vídeos, audio, equipos electrónicos, internet, etcétera, pero es muy importante contar con “mediadores” con quienes interactuar, (aprendemos mejor en compañía).

    Dicen que los adultos conservamos un niño interior, entonces ¿porque no dejarlo salir en estos espacios, tener la mirada fresca, libre de ideas preconcebidas y permitirnos jugar con los ambientes creados y con nuestros pares y porque no, divertirnos como enanos con nuestros alumnos, hijos, sobrinos o amigos?

    Otra opción muy divertida son los Centros de Interpretación, que surgieron en Europa y EU en los años setenta, se ubican en reservas naturales protegidas o sitios naturales y son espacios introductorios “in situ” (en el lugar) que nos ayudan a comprender e interpretar el patrimonio natural más allá de solo saber los nombres científicos de plantas o árboles, nos llevan al punto imprescindible de considerar y valorar los pros y contras de la interacción que nuestras sociedades industriales hemos aportado a la naturaleza.

    Este tipo de centros hacen mucha falta en México y creo que a más de uno nos emocionarían e inspirarían a desarrollar acciones en pro de la tierra, nuestra casa (eso no significa que no se hagan programas). Hay exposiciones o ferias pero necesitamos experiencias más vivenciales que nos contacten emocionalmente. Podemos contactar con la Historia Natural, la Ecología o el Medio Ambiente y provocar la empatía con el planeta tan necesaria hoy en día, por ejemplo el nuevo proyecto del Museo de Historia Natural de México, tiene este carácter. Estos museos posicionan más su carácter social, no solo de mostrarnos el pasado sino ponernos frente a frente con nuestro actuar real en el mundo. Por ello, son espacios dinámicos, cambiantes e incluso itinerantes que se están actualizando constantemente, como un termómetro que nos muestra el pulso de la sociedad en este mundo globalizado.

    Los museos de cuarta generación integran los parques temáticos o ciudades vivas que surgieron a nivel internacional también en la década de los setenta y que aquí se llevan a cabo escenificaciones o recreaciones en las que como visitantes viajamos en el tiempo y nos encontramos en ambientes diferentes a los comunes, arqueológicos, medievales, históricos, etnográficos, etcétera, esto nos permite empatizar con personas de otras épocas y lugares, contrastar las formas de vida, los objetos y las soluciones que se daban en la vida cotidiana o bien nos muestran acontecimientos históricos que sucedieron en un determinado sitio y conocer y contrastar sus causas y consecuencias.

    museo_tematicoSon muy atractivos y emocionantes para todos, porque nos hacen trasladarnos e incluirnos en lo que está sucediendo como si formáramos parte de él. Son muy potentes e impactantes tanto que la experiencia queda plasmada en nuestra memoria a largo plazo; nos emocionamos al ver a actores o personas voluntarias que se visten, hablan y actúan como allá y entonces. Versiones de esto son los personajes caracterizados de Benito Juárez o Maximiliano, entre otros y que nos llevan por las salas de museos de primera y segunda generación.

    Aquí en México hay experiencias que se vinculan con las tradiciones étnicas de cada región o la festividad en la que nacionales y extranjeros empatizan. Por ejemplo, el caso de la ciudad de Querétaro que sirve de contenedor de referentes a la Independencia de México. Participar activamente, más que aquellos espectáculos impresionantes tecnológicamente, pero contemplativos como en Teotihuacán; nos encantaría encontrar una legión de personas que nos acercaran a la vida y costumbres en esas épocas, así como ver sus atuendos y rituales, fundamentados en la historia, diferentes a los que vemos en el centro histórico como “herederos de una tradición ancestral” necesitamos aquí también posicionarnos activamente y reflexionar sobre estos escenarios y no solo estar como espectadores de un espectáculo que se muestra como una verdad absoluta.

    Por su parte los museos de Arte Contemporáneo, a diferencia de los Museos de Arte más tradicionales, también son centros activos, en donde la participación del visitante es uno de los ejes centrales de la misión del museo. Son espacios de experimentación, dinámicos, vanguardistas y participativos, que nos muestran obras que también tienen un carácter más detonador, que utilizan formatos y materiales diferentes al de las pinturas y esculturas tradicionales, que incluye espacios diferentes, e incluso infraestructura innovadora para su presentación, como es el caso de las instalaciones y otras expresiones actuales.

    muacEstán en espacios exprofeso, como el Museo de Arte Contemporáneo (aunque su presentación es muy clásica para mi sombrero rojo) o el Soumaya con un edificio súper moderno aunque parte de su colección es muy decimonónica (es decir muy del siglo XIX) o aquellas obras contemporáneas que se presentan en edificios rehabilitados como el Museo Ex Teresa Arte Actual, muchos de ellos apuestan a la evolución de la sociedad en todas sus manifestaciones. Es cierto que a ciertos visitantes emocionalmente nos confronta y podemos identificarnos totalmente o sentirnos ajenos o empíricos; lo cierto es que a diferencia de los museos de primera generación, aquí la experiencia además de conceptual tiene un gran toque emocional mucho más evidente para todos.

    Uff, sombrero rojo hasta los de Quinta generación, es la de los museos virtuales, todavía en proceso de construcción, espacio que potencia nuestra capacidad participativa, fundamental para aprender, apropiarnos de lo que se nos muestra. Buena parte de los museos de todo el mundo han hecho una versión virtual de sus colecciones que nos permiten tener acceso a través de sus portales de internet e incluso, a través de aplicaciones móviles, entramos como “visitantes virtuales” de manera individual, aunque se basan todavía en un nivel de Presentación o de Información, tal como si entráramos a un archivo en donde están almacenadas las imágenes de las piezas y los datos sobre ellas, aquí no interactuamos, solo recorremos, vamos de un objeto al otro, contemplando pasivamente.

    Ejemplos habría que buscar en la WEB, entrar a las paginas para ver desde los museos más tradicionales, que los de arte para mi tienen muy buenas propuestas que nos pueden emocionar como el Museo del Prado o el Thyssen; pasar por los museos Industriales, los modernos, hasta llegar a los digitales que nos permiten conocer a partir de la comparación, la interpretación y el análisis (que hablaré en otra entrega), son experiencias que potencian lo sensorial que presentan obras y espacios lejanos a los que no es fácil accesar físicamente. Este es un campo falta mucho por explorar y habrá que cambiar las mentalidades y crear nuevos paradigmas, no me gusta ver en la era digital ideas de museos del pasado, desaprovechando sus posibilidades, abiertas, democráticas, participativas y en construcción mutua, y estamos en ese proceso constructivo, creativo, divertido e innovador.

    Hemos contactado con los museos desde la perspectiva de la estrategia creativa “Seis sombreros para pensar” de Eduard de Bono, así hemos utilizado dos sombreros blanco (objetivo) y rojo (emociones), los diferentes aspectos que los conforman en cinco generaciones, en la que cada uno suma un área a través de la cual conocemos un poco más sobre su estructura, dinámica. En el siguiente sombrero Negro, hablaremos de sus potencialidades y debilidades, entre otros temas.

    Continuará

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  • Voz del profe/Sombreros de colores para visitar museos

    Voz del profe/Sombreros de colores para visitar museos

    Patricia Torres
    Patricia Torres

    Transformación de experiencias (Parte 1)

    Los museos, considerados como espacios de la memoria, guardianes del patrimonio y en años recientes  centros detonadores de renovación y transformación social y cultural. Me parece interesante poner en la mesa y reflexionar sobre los términos: Museos de la Era Industrial frente a los Museos de la Era Digital y la proyección que tienen estos conceptos en las dinámicas, formas de ser y hacer de cada una de las personas en estos espacios, o si detonan una verdadera transformación social de experiencias en el visitante acordes a los nuevos tiempos.

    Haremos este proceso desde una perspectiva creativa, no solo analítica, que nos permita verlo desde diferentes ángulos que incluyan más visiones que complementen el conjunto. Me encantaría que tomáramos imaginariamente diferentes “sombreros”, uno a uno, blanco, rojo, negro, amarillo, verde y azul; ellos nos permitirán hacernos preguntas, buscar respuestas, mirar desde esa perspectiva al museo. Este método lo propuso Eduard de Bono (De origen maltés, es un escritor y psicólogo por la Universidad de Oxford, además de ser entrenador e instructor en el tema del pensamiento),  y lo llamó “seis sombreros para pensar”, nos permitirá por un momento,  cambiar nuestra forma habitual de  pensar con respecto al museo y nos ayuda a integrar diferentes visiones de esas experiencias.

    Sombrero blanco, éste representa la ausencia de color (o la fusión de todos los colores) es neutral y objetivo, plantea los hechos, cifras, como los datos que podemos obtener de una computadora.  Entonces, México es uno de los países con más museos en el Mundo, cuenta con alrededor de 150 tan sólo en el D.F, y un promedio de 561 en toda la República Mexicana; además de otras alternativas culturales como las 173  zonas arqueológicas. Espectro cultural que se ofrece para atender a un total de 20 millones de personas potenciales en el D.F y 125 millones en todo el país. De ese promedio, alrededor de 43 mil personas asistieron en los últimos años a museos y 25 mil estudiantes de Educación básica acuden cada año a estos espacios museológicos y culturales, más un promedio de 10,000 visitantes a zonas arqueológicas.

    bosqueChapultepecSi contrastamos los datos, observamos que  el número de estudiantes que acuden a museos podría ser mayor, y si se suman las familias que acuden con ellos cada ciclo escolar, generalmente  a cubrir en muchos casos las tareas.  Las temáticas a las que se puede acceder son tan diversas como tipos de patrimonio existen en la sociedad. Por ejemplo, el Patrimonio Natural que incluye los bosques y entornos naturales actualmente muchos de ellos protegidos ¿Recuerdas algún ejemplo? El Patrimonio Cultural que tiene un espectro amplio como el Arqueológico que son los restos arquitectónicos y objetos de uso cotidiano y ritual de los pueblos antiguos. El Histórico con monumentos, documentos, o lugares en donde sucedieron hechos o acontecimientos importantes  para un pueblo o un grupo social. ¿Hay alguno en tu lugar de origen? El Artístico que integra pinturas y esculturas, grabados, instalaciones, etcétera, además de las obras murales que hay en edificios públicos, monasterios, palacios, iglesias, etc.

    El Etnográfico con objetos de indumentaria, utensilios de uso cotidiano tanto de casa como de labranza, así como las tradiciones o festividades que realizan diversos pueblos indígenas. ¿Recuerdas algunos? El Científico que son los adelantos  e investigaciones científicas, procesos, formulas, hipótesis, descubrimientos, etcétera. El Técnico- Industrial que integra las fábricas, sus maquinarias y equipamientos de trabajo, así como las nuevas tecnologías y comunicaciones. ¿Hay alguno en tu comunidad? Y por último el Paleontológico que son los restos fósiles de flora y fauna prehistórica. Con ello, apreciamos que hay una cantidad amplia de temáticas, objetos, lugares, información y experiencias potenciales a las que se puede acceder.

    Entonces ¿cómo podrían los museos potenciar la afluencia de visitantes a éstos espacios frente a otras opciones culturales?

    El Sombrero Rojo nos puede ayudar a averiguar este aspecto, éste representa las emociones, ¿cómo me siento con respecto a este tema?, consideremos las sensaciones, intuiciones, impresiones que tenemos; no es necesario justificarse por lo que sentimos y no necesitamos dar razones o fundamentarlos; es la contraparte del sombrero blanco.

    Elegimos visitar un museo o una temática particular  por varias razones: cumplir con una tarea asignada, acudir con el grupo escolar o por gusto; lo que provoca que  regresemos nuevamente a este espacio o queramos compartir nuestra experiencia a otros más, se da a partir de la experiencia emocional más que cognoscitiva que tuvimos en él. Por ejemplo, recordar la sensación de emoción durante el recorrido por el camión, la llegada al Museo de Antropología y la entrada a ese gran patio techado con esa impresionante fuente invertida conocida como el Paraguas y seguir nuestro camino hacia la sala Maya y luego bajar a ver la Tumba del rey Pakal, es una experiencia que pocos olvidamos. O aquella otra ocasión que con un grupo de niños, nos “convertimos en mariposas” y volamos con la mirada por el paisaje del Valle de México de José María Velasco en el Museo Nacional de Arte.

    Si nos preguntan, podríamos decir que nos encantan los museos de Arte, otros dirán que correr en el bosque, unos más se emocionan en los museos de ciencia. Ken Robinson (Educador, escritor y conferencista británico. Doctor por la Universidad de Londres e investigando sobre la aplicación del teatro en la educación. Considerado un experto en asuntos relacionados con la creatividad), menciona que es necesario encontrar nuestro elemento, aquel en el que nos encontramos completamente “como pez en el agua” y la experiencia en el museo podría indicarnos el norte con respecto a ello si prestamos atención al tema emocional, entre otros. Nos emocionamos al ver determinados ambientes, objetos, cuando nos platican algo muy interesante, cuando hacemos algo divertido o que nos asusta mucho y eso ha pasado desde aquellos primeros visitantes de museos y hasta el presente. Actualmente conviven diferentes tipos de museos y que cada uno nos posibilita un tipo de experiencia que potencia o reprime nuestras sensaciones, emociones y percepciones que también tienen que ver con nuestro cerebro derecho.

    Desde su surgimiento, los  museos se han gestado en varias generaciones, pongo algunos ejemplos y contactemos con nuestras emociones para averiguar de qué generación de museos somos más afines emocionalmente.

    ¿Hay un tipo de museo para un Tipo de generación?  ¿Los museos pueden adaptarse o cambiar de generación? ¿Cómo puede el museo lograr hacer coincidir todos los tipos de experiencia emotiva y cognoscitiva posibles?

    Castillo_chapultepecEste es un punto fundamental en nuestra experiencia como visitantes, ponernos el sombrero rojo para entrar al museo  y “sentirlo” ese es el reto de éste siglo y que permea transversalmente a todas las generaciones de museos. Los Museos de primera generación son aquellos que surgieron a través de las colecciones que se conformaron, ya sea privadas o aquellas que forman parte de cada nación. El objeto es el elemento central del museo, como una especie de templo, ya que incluso muchos de ellos se encuentran en edificios emblemáticos. A los niños (y secretamente también a algunos adultos)  les encantan las historias de reyes y princesas, por ello el Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec es un espacio simbólico o lo emblemático del Edificio que alberga al Palacio de Bellas Artes.  Imaginar que pensaron y sintieron los hombres y mujeres de otras épocas al entrar a estos espacios recién creados o contemplar determinado objeto y contrastarlo con nuestra experiencia. Aunque, generalmente los museos de primera generación son más tradicionales, lineales, enciclopedistas en donde predomina la transmisión de información por sobre la experiencia emocional.

    museo_tecnologicoLos de Segunda generación son los museos Tecnológicos e Industriales que nos contactan con el presente más cercano, podemos relacionar procesos, avances, herramientas, maquinarias, presentados de una forma más didáctica. Los de Ciencia que generalmente no tienen una colección, escenifican al visitante con equipamientos mecánicos o tecnológicos, por ejemplo, el impacto que tiene la ciencia en la vida cotidiana o algunos experimentos o hipótesis científicas. Una variante son los Museos Etnográficos, los Museos al Aire Libre en Estados Unidos y los Museos Comunitarios. Aquí la experiencia emocional estriba además del contacto con piezas simbólicas de la comunidad, la participación con ambientes y contextos creados y la proyección de la transformación que el hombre hace de su entorno… continuará

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