El debate de los contenidos de los nuevos libros de texto gratuitos

Eduardo Grajales

El reportaje de Loret donde critica el contenido de los libros de texto próximos a ser publicados, ha desatado polémica, la cual viene a sumarse más a la politización de la educación y a los ánimos del periodista de satanizar la administración actual, que, a un verdadero análisis del proyecto educativo nacional, indirectamente esto último se ha logrado.

Lejos de abonar a las críticas hechas por el periodista, valdría la pena detenerse un momento y reflexionar sobre lo que implican los nuevos contenidos y la forma de abordarse, para clarificar bien los intereses de los grupos en discordia, y a partir de ello fijar una postura equilibrada.

En principio de cuentas, es importante identificar al mensajero.

Si bien Loret se ha convertido en uno de los principales críticos de la administración obradorista, no podemos olvidar su pasado como uno de los voceros oficiales del gobierno anterior, donde se prestó para hacer escarnio de personajes antagónicos a la política de aquel entonces, obteniendo por ello grandes beneficios (véase el montaje que hizo en la detención de la francesa Florencia Cases), como lo hacen costar sus millonarias propiedades.

Otro aspecto a destacar es que, no sería errado pensar que estas diatribas en torno a la producción de los libros oficiales tengan un fin económico, pues la administración actual canceló presupuestos millonarios que otros destinaban a las editoriales que tenían jugosos negocios con la SEP. De acuerdo a Violeta Vázquez, articulista de Sin Embargo, esas compras representan “más de 37 millones de ejemplares y una facturación total que es casi la mitad de todo lo que ingresa en la industria editorial mexicana”.  https://www.sinembargo.mx/27-03-2023/4341766

Era de esperarse que, ante la acción oficial, vendría una reacción radical de las empresas afectadas.

A estos dos elementos se suma que, lo expuesto por Loret tiene un origen desconocido, pues no se sabe si los libros de su reportaje son borradores, como acostumbra la SEP (recordemos el caso del Marco curricular 2022) o si son realmente documentos oficiales, lo que fortalecería el argumento anterior, no obstante, es conveniente que la autoridad emita un posicionamiento para clarificar lo expuesto en Latinus.

Ahora bien, suponiendo que el documento tuviera validez, desde la perspectiva pedagógica, y desde el enfoque de un currículo flexible, los libros que se ha prestado a mofas y críticas desde la rigurosidad académica, son consecuentes con lo que plantea la Nueva Escuela Mexicana, el modelo educativo actual. Lo expuesto, por supuesto que es acorde a la filosofía educativa del gobierno de la 4T.

Si recordamos, el Marco Curricular 2022 expone conceptos como “sociedad crítica”, “ciudadanía reflexiva”, “educación comunitaria”, “decolonización”, entre otros planteamientos debatibles pero propios de un lenguaje intercultural que pretende respetar e incluir a todas y todos los mexicanos. Ello explica el por qué en los nuevos libros se habla ya de asambleas y de algunas palabras derivadas del español, como dijistes, hablastes, que representan naturales variaciones de la lengua y no un peligroso mecanismo de adoctrinamiento como se quiere hacer ver.

Es relevante señalar también que esta postura pedagógica plasmada en los nuevos títulos, está siendo defendida por un grupo minoritario dentro de la academia educativa mexicana, que plantea un nuevo proyecto educativo de corte crítico y encaminado a las filosofías de la liberación; modelo que a su vez, se topa con el de otro grupo, uno netamente académico y en el que por años ha formado a los mexicanos, el cual está sustentando en una educación desde bases meramente científicas, y ve a la escuela como un espacio de formación de capacidades para el progreso, más no necesariamente para la transformación social e individual.

Y es aquí justamente cuando entramos de nuevo al debate que ha planteado la administración actual en todas sus aristas, el cual lo describe muy bien el maestro Pedro Flores en su artículo “El anticurriculum” https://www.eluniversal.com.mx/opinion/pedro-flores-crespo/el-anticurriculum/. Por un lado, tenemos un nuevo proyecto social con tintes transformadores, contra un proyecto netamente liberal o neoliberal. Lo cierto es que, hasta el momento, ni uno ni otro han podido argumentar y demostrar su capacidad de lograr una educación de calidad. El debate sigue en pie.

Desde mi perspectiva, lo más preocupante no es estrictamente cuál de los dos modelos es mejor, el problema que observo es que en la actualidad en las miles de escuelas mexicanas circulan diversos currículos. Mientras que, en los estados donde gobiernan las escuelas la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, impera su propio proyecto educativo; en algunas otras se implementan el Programa 2011, y en otras más el 2017 (este último al parecer derogado con la Reforma anterior), mientras que en casos más extraños los maestros llegan a manejar los tres dependiendo su propio criterio.

Por tanto, más allá de lo virulento del reportaje, las preguntas determinantes que dejan su análisis son: ¿Qué es lo que realmente se está enseñando en las escuelas mexicanas? ¿Cómo se enseña? ¿Los maestros saben a ciencia cierta qué es lo que se pretende enseñar y para que deben hacerlo? Si es así, ¿Con cuál de los currículos? ¿Cuál de los oficiales sería el vigente? ¿Qué tanto de lo que se enseña se aprende, y, de lo que se está aprendiendo qué tanto se pone en práctica?

Lo afortunado hasta aquí, de esta oleada de críticas derivadas del reportaje de Loret, es que ahora más que en otros momentos la sociedad, la academia, los maestros y las autoridades estamos debatiendo a profundidad sobre los planes y programas de estudio, modelos curriculares, y otros temas de gran relevancia que hace tiempo no eran vistos como algo vital para el desarrollo nacional.

Ahora, ocupamos indagar y conocer más para tomar más y mejores decisiones y lograr así construir y significar de manera conjunta el proyecto educativo inclusivo y de calidad que requiere nuestro país y la sociedad mexicana.

roberto.e.gglz@gmail.com

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