El día que Piaget y Vigotsky se perdieron en las escuelas mexicanas

Miguel Ángel Pérez Reynoso.

No tengo del todo claro datos ciertos acerca de que Piaget o Vigotsky hayan visitado en alguna ocasión nuestro país, lo que sí sé, es que son los autores más nombrados o referenciados en muchas de las tesis de licenciatura y hasta de Maestría en el campo educativo.

Fue una tendencia generalizada, que muchos de los y las estudiantes de posgrado en la década de los noventa, aprendieran a citar o repetir un discurso con ideas recurrentes, descontextualizadas,  casi siempre vinculadas a modo de frases de cliché, más al sentido común que a la ciencia. Piaget y Vigotsky nunca conocieron nuestras escuelas, ni la realidad educativa mexicana, pero aun así sus ideas y las aportaciones pedagógicas de ambos pensadores son sugerentes aún en este momento para nuestra realidad educativa nacional. Pero ahí está el problema pero también la solución, se trataría de leer en contexto sus aportaciones y hacer referencia a aquellos elementos que son pertinentes para ayudarnos a pensar y re-pensar la realidad educativa nacional.

Pongo únicamente el ejemplo de Piaget y de Vigotsky sólo como un ejemplo más, para citar el caso de cómo leen los docentes que estudian el posgrado con la finalidad de recuperar e incorporar las teorías en sus trabajos de tesis o de otro tipo y cuál es la postura personal que establecen ante dichas ideas.

Ha sucedido como parte de la historia (no oficial) del posgrado en México en educación, muchos estudiantes, han  aprendido a recitar muy bien las ideas de infinidad de autores, les llaman “los teóricos”. Las palabras no son las acciones como bien no lo enseñó M. Foucault, y esta lectura sólo de referencia no ayuda para comprender los problemas educativos, ni tampoco para tender puentes con el compromiso de pensar en mejores y distintos escenarios de acción que tengan como elemento vertebral el desarrollo de la práctica educativa en contexto.

Más que el dejarse llevar por el título de este artículo o de las anécdotas chuscas a las cuales he tenido acceso, lo que me interesa realmente es conocer qué es lo que leen los docentes de educación básica que cursan un programa de posgrado, a qué tipo de literatura especializada tienen acceso y cómo incorporan dichas lecturas a su realidad local, lo que será cómo leen en contexto y por último qué tipo de referencia hacen realmente en contraste con el desarrollo de la práctica educativa que llevan a cabo. Es por ello que Piaget y Vygotsky nunca entraron a las escuelas públicas mexicanas, porque son sujetos sin contexto y leer descontextualizadamente.

La culpa no es de los programas de posgrado, ni tampoco de los y las docentes incorporados a ellos, la culpa, es del destino que nos jugó una mala coartada. La pregunta que debimos habernos hecho desde el inicio es ¿para qué carajos queremos los posgrados (tantos) posgrados en educación? ¿Por qué nos dejamos llevar por la seducción de los grados académicos? Conozco muchos colegas que tienen maestría, doctorado, postdoctorado y son muy malos educadores y conozco otros, que sólo cursaron los estudios básicos de Normal y son excelentes en el abordaje áulico. ¿En dónde reside la paradoja,  cómo se resuelve?

Si tuviéramos la posibilidad que pasara para los docentes de nuestro entorno. Si Piaget o Vigotsky visitará tu escuela un día cualquiera, ¿Qué les preguntarías?

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