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El Programa de Carrera Docente en UPES 2020: Cambio de rumbo II

Jesús Francisco Galaz Fontes

Universidad Autónoma Metropolitana, Azcapotzalco

En la entrega anterior observamos que ha habido un importante cambio en los Lineamientos del Programa de Carrera Docente en UPES 2020 Fondo Extraordinario U040 (PCD) respecto a sus Lineamientos 2019 y anteriores.[1] En particular, se señaló que el énfasis por recompensar a académicos de tiempo completo que llevan a cabo un amplio espectro de actividades, incluyendo investigación y docencia en el posgrado, cambió a un reconocimiento acotado a la docencia en el nivel licenciatura. ¿Qué racionalidad tenían los lineamientos anteriores y cuál tienen ahora los propuestos para 2020? En esta entrega comentaremos con mayor detalle los cambios de los Lineamientos del PCD en términos de sus objetivos y, así mismo, observaremos que la racionalidad detrás de ellos también se ha transformado de una manera importante.

Conviene recordar, para empezar, que en 2002 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, al establecer los Lineamientos Generales para la Operación del Programa de Estímulos al Desempeño del Personal Docente de Educación Media Superior y Superior,[2] afirmó que dicho programa, base presupuestal del futuro PCD de 2008, estaría “orientado a los académicos cuya actividad principal es la docencia frente a grupo.” No se hizo distinción alguna entre los diferentes niveles en los que puede realizarse la docencia, pero la postura del programa fue clara en cuanto a qué aspectos del trabajo académico se deberían reconocer centralmente.

Años más tarde, los Lineamientos 2013 del PCD plantearon que el objetivo del programa era “contribuir a elevar la calidad de la educación superior en México, a través del mejoramiento de la calidad de la docencia frente a grupo, estimulando a los profesores de tiempo completo, cuya actividad académica sea destacada.” Aunque se sigue hablando de la docencia frente a grupo, puede observarse que se han incorporado dos nuevos elementos: calidad de la educación superior y actividad académica en general, la cual incluye aspectos que suelen ir más allá de la docencia.

Los Lineamientos 2014 repiten textualmente el objetivo 2013, pero en 2015 se presenta un cambio importante. Ahora se afirma que el programa busca “distinguir a los profesores de tiempo completo que realizan aportes significativos en la mejora de los indicadores de resultados de las Universidades Públicas Estatales (UPE).” Esta nueva formulación invisibiliza la docencia en estas instituciones y, al mismo tiempo, ubican en el centro del programa a los “indicadores de resultado”, los cuales incluyen indicadores de actividades de investigación y otras como de internacionalización de las UPES.

¿Cómo podemos entender este cambio? De acuerdo a documentos de la DGESU, en 2014 se realizaron “dos foros en los que participaron representantes de las 34 UPE con el fin de identificar acciones y nuevos criterios para reenfocar el papel clave que juega el personal docente en su entorno… En los foros se acordó la implementación de un nuevo modelo de asignación con mayor equidad a partir de 2015, (considerándose) 7 indicadores que tienen el propósito de incrementar la productividad en las UPE.”[3] Así pués, fue la DGESU la que, en colaboración con representantes “institucionales” plantearon un nuevo PCD que, buscando aumentar la “productividad” de las UPE, haría entrega de recompensas económicas a quienes contribuyeran a mejorar indicadores como el número de académicos en el Sistema Nacional de Investigadores y el número de publicaciones en revistas indizadas en SCOPUS. Como algunos de tales indicadores también son usados para determinar el subsidio federal, se dió una mayor alineación entre los criterios empleados en el PCD y los usados para determinar el subsidio federal de las UPES. Esta mayor correspondencia fue altamente funcional para todas las partes involucradas, ya que mientras el gobierno alcanzaba sus metas y, con ello, determinada legitimidad técnica y política, las instituciones obtenían mayores presupuestos y los académicos mayores ingresos.

El objetivo 2015 del PCD se mantuvo inalterado en 2016, 2017 y en 2018, pero en 2019, ya en el contexto de la nueva administración federal, cambió un poco. El énfasis en los indicadores de resultados se mantuvo, pero reapareció, aunque no de una manera explícita, la docencia. Así, los Lineamientos 2019 afirmaron querer “distinguir a los PTC que realicen aportes significativos en la mejora de los indicadores de resultados de las UPE y, en consecuencia, el mejoramiento de los procesos para lograr la actualización y la transformación de los planes y programas de estudio de licenciatura y de tutoría para que logren un mejor aprovechamiento.”

En contraste con los Lineamientos del PCD previos, los de 2020 establecen claramente la centralidad de la docencia en licenciatura al proponer, más allá de declarar como objetivo general la búsqueda de la excelencia educativa, tres objetivos particulares muy concretos: “promover una mayor dedicación a la docencia en licenciatura…, mejorar las trayectorias escolares de los estudiantes de licenciatura… y aumentar significativamente la eficiencia terminal de los programas educativos de licenciatura.”

¿Cómo entender este cambio programático tan radical? Parte de la respuesta a esta pregunta se encuentra en las consideraciones de los Lineamientos 2018 y 2020 del PCD. Los Lineamientos 2018, los últimos de la administración federal del Lic. Enrique Peña Nieto, hacen referencia a mejorar la “calidad de la educación,” “garantizar el desarrollo integral de todos los mexicanos,” “contar con capital humano preparado,” “transitar hacia un sistema de profesionalización de la carrera docente,” y tomar en cuenta “referentes internacionales” para la evaluación docente.

Los Lineamientos 2020, los segundos que formula el gobierno del Lic. Andrés Manuel López Obrador, plantean un conjunto más amplio de considerandos. En primer lugar, se reconoce la existencia, para algunas áreas del conocimiento, de altas tasas de reprobación y bajos niveles de eficiencia terminal en detrimento del “bienestar de muchas generaciones de estudiantes.” En segundo lugar, se afirma que, “como resultado de los programas de mejoramiento de las plantas académicas, una proporción importante del profesorado universitario diversificó sus actividades, ….. disminuyendo de manera significativa el tiempo promedio destinado a la docencia,” particularmente en el nivel licenciatura. En tercer lugar, los considerandos hablan de “ampliar significativamente la cobertura de la educación superior,” “ampliar la capacidad de atención docente en todas las instituciones públicas” y formular nuevas estrategias institucionales para involucrar a sus académicos en la expansión de la educación superior. Finalmente, se afirma que “está probado que los programas de estímulos son un instrumento esencial para asegurar el éxito de las estrategias gubernamentales destinadas a mejorar la educación.”

A diferencia de los considerandos contenidos en los Lineamientos 2018, los actuales puntualizan la problemática que se quiere resolver con el PCD. Así mismo, reconocen, en línea con la investigación realizada en México sobre el tema, que los programas de estímulos dirigidos al personal académico han tenido, al lado de logros indiscutibles, efectos colaterales negativos como es la creciente desatención de las actividades docentes. No obstante ello, se expresa una confianza excesiva en la efectividad de los programas de estímulo para inducir, de una manera sostenible y a largo plazo, cambios en el comportamiento del personal académico. Como saben no pocos estudiosos de estos programas, “el diablo está en los detalles,” y éstos tienen que ser atendidos cuidadosamente para evitar que sigan apareciendo efectos inesperados indeseables en este tipo programas.

En el contexto anterior los Lineamientos 2020 declaran que “la SEP reorientará este programa de estímulos para asegurar que contribuya a la solución de los principales problemas públicos que hoy enfrenta la educación superior” (expansión de la matrícula, excelencia educativa, bienestar de los estudiantes, trayectorias escolares) mediante un “nuevo modelo de involucramiento de la planta de profesores de tiempo completo.”

¿Se dio, como en el caso de los cambios introducidos en 2015, un proceso de consulta con “representantes” institucionales que legitimaran dichos cambios? No lo parece y, aún cuando muchas consultas del pasado han sido esencialmente simbólicas porque ya todo estaba decidido por los responsables en turno, es importante considerar que los académicos, como los sujetos a los que está dirigido este programa, deberían participar de una manera protagónica en el diseño, implementación y evaluación del mismo. ¿Habrá la voluntad política de parte de la nueva administración federal para hacer esto?

Los nuevos Lineamientos 2020 del PCD representan un cambio importante en la evolución de dicho programa, pero no aparecen en el vacío. Puede apreciarse que los nuevos planteamientos están alineados, al menos a un nivel general, con los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo vigente, particularmente en lo que concierne al aumento en la matrícula asociado a los cambios constitucionales que hacen de la educación superior un derecho para todos los ciudadanos mexicanos y aseguran su gratuidad y obligatoriedad por parte del Estado. Proseguiremos nuestro análisis del PCD 2020 y sus nuevos Lineamientos en la próxima entrega.

[1] Los Lineamientos 2013-2020 del PCD están disponibles en la página de la Dirección General de Educación Superior Universitaria (DGESU; http://www.dgesu.ses.sep.gob.mx/Carrera_Docente.htm).

[2] Disponible en https://www.uv.mx/dgdaie/files/2012/11/SHCPLineamientosEstimulos2002.pdf.

[3] Disponible en http://www.dgesu.ses.sep.gob.mx/documentos/ultimosbenef/1TRIMU0402016.pdf.

 

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