“Es mejor que un profesional le enseñe”: Padres de familia y la experiencia educativa

Pedro Gabriel Jiménez

El presente artículo es resultado del trabajo educativo que realicé a distancia con la mayoría de los padres de familia y los alumnos de mis dos grupos de primer grado de primaria, en el marco de la pandemia del Coronavirus 19 y el confinamiento en casa. La escuela en donde laboro, pertenece a un contexto urbano-marginal, en la alcaldía de Iztapalapa de la Ciudad de México.

El propósito de este escrito, es destacar el carácter profesional que los padres de familia reconocen hacia el trabajo de los maestros y la escuela, a raíz de experimentar en carne propia, las vicisitudes de tratar de enseñar contenidos escolares a sus hijos, durante este periodo de resguardo en casa. También se refieren los aprendizajes que los tutores adquirieron sobre sus hijos, de qué y cómo aprenden, además de una mayor convivencia con ellos.

Estos hallazgos se obtuvieron a partir de analizar las opiniones que escribieron un número considerable de mis padres de familia, sobre las actividades de enseñanza de los contenidos escolares que llevaron a cabo con sus hijos, en el marco de la Estrategia “Enseñar a distancia Aprende en casa”.1 mismas que se recolectaron a partir de la pregunta: ¿Cuál es su experiencia sobre el trabajo de enseñarle a su hijo contenidos de la escuela en tiempos de contingencia?2 Al respecto, de los 53 alumnos que integran los dos grupos, la pregunta fue contestada por el 81% de los padres de familia (43), es decir, un número significativo del total de los tutores.

El trabajo educativo a distancia que llevé a cabo, lo acordé con los padres de familia bajo tres prioridades: primero, cuidar la salud física y emocional de los niños y de sus familiares; segundo, promover que los niños se involucraran en las actividades cotidianas del hogar con un sentido reflexivo (a través de preguntas que les plantearan sus papás) y, en tercer lugar, apoyar a sus hijos, en los contenidos propiamente escolares.

Considerando estas recomendaciones, se les pidió que estudiaran con sus hijos tomando en cuenta sus niveles de avance en los aprendizajes, así como sus necesidades e intereses. Para realizar esta actividad con sus hijos, se pidió a los tutores que utilizaran los libros de texto y otros materiales, así como otras actividades y recursos que elaboré para ellos3. Con respecto a la estrategia de “Aprende en casa” generada por la SEP, se les recomendó que la aprovecharan de manera opcional y flexible, haciendo los ajustes que consideraran pertinentes; todo ello en función de sus condiciones de tiempo, disponibilidad y espacios para el estudio en casa.

Complicado y difícil enseñarle a mi hijo… pero fue positiva la experiencia”

De los 43 padres de familia que contestaron la pregunta, el 74% de ellos (32), opinaron sobre el grado de dificultad que experimentaron con sus hijos, en relación con el estudio de los contenidos escolares en casa; de este grupo, el 90% afirmó que su experiencia fue complicada y difícil (29), mientras que al 10 % se le hizo normal y fácil (3 padres de familia). Para el 58% de los padres que esta experiencia les pareció complicada y difícil (17), pero al mismo tiempo, la valoraron como positiva. Estos matices en sus percepciones nos llamaron la atención por lo que, en los siguientes apartados de nuestro escrito, las analizamos.

Una experiencia únicamente complicada y difícil

Al 46% de los padres de los que opinaron sobre el nivel de dificultad (15), les pareció que fue una experiencia únicamente complicada y difícil; de este mismo grupo, particularmente a dos padres de familia les resultó estresante, pero a uno de ellos sólo al inicio del confinamiento: “Al inicio muy estresante y complicado al no saber cómo enseñarle, pero muy satisfactorio al ver que también aprendí mucho con ellos y pasar mucho tiempo de calidad.” Como se puede advertir, la experiencia fue diferente para ambos padres, en el segundo caso, probablemente el tutor terminó por apreciar la cercanía y convivencia con su hijo que esta actividad le propiciaba.

En el caso de los padres de familia que refirieron la actividad de trabajar contenidos escolares en casa como únicamente complicada y difícil, aluden a factores relacionados con la dificultad de condiciones para la enseñanza en el hogar, tales como: tener que salir a trabajar para buscar el sustento económico (o bien realizar sus actividades laborales en casa), además de las actividades propias del hogar y, en no pocos casos, atender problemas de salud de los propios padres de familia o de familiares cercanos.4

Este conjunto de condiciones, llevaron a los tutores a disponer de poco tiempo para estudiar con sus hijos. Otras condiciones que refieren los tutores, fueron la falta de un espacio propio para estudiar y atender las tareas educativas de los otros hijos: “Fue algo muy complicado ya que son tres hermanas y para cada una eran actividades diferentes, pero después se nos hizo fácil ya que mi hija se presta a aprender y a entenderle a las actividades que se le ponían.” Dos factores más, señalados por los padres de familia están relacionados con sus propias capacidades pedagógicas para enseñar y con el estado emocional de sus hijos, pero estos dos aspectos serán abordados más adelante.

Una experiencia complicada y difícil… pero también positiva

De los 17 padres de familia que afirmaron que su experiencia fue complicada y difícil pero al mismo tiempo positiva , los motivos de esta segunda valoración, van desde considerarla como una buena experiencia, hasta verla como muy satisfactoria, pasando por divertida, gustosa, bonita o única; por ejemplo, dos mamás afirman: “Puedo decir con toda sinceridad que a mí me gustó mucho poder ayudarlo y enseñarle algo no repetitivo, sino más vivencial” o “Es una buena manera de trabajar con ella de manera diferente y conocer más su manera de aprender.”

De los padres de familia que identificaron que su experiencia fue positiva, casi la totalidad de ellos indican que obtuvieron beneficios específicos, por ejemplo: algunos afirman que “aprendieron ellos mismos junto con sus hijos”, así como el hecho de que, en relación con su aprendizaje, los conocieron de manera más amplia, como afirma la madre de familia en el último testimonio del párrafo anterior.

Por lo anterior, podemos afirmar que la percepción positiva acerca de la experiencia del apoyo a sus hijos en los contenidos escolares, radica principalmente en el hecho de haber obtenido beneficios, en términos de haber aprendido junto con ellos: tanto sobre los contenidos escolares, como sobre sus propios hijos, obteniendo con ello una recompensa a todo el esfuerzo realizado.

Ya conozco un poco más sobre mi hijo: ¿cómo aprende?, ¿qué siente?

Ahora bien, del total de los padres de familia que contestaron la pregunta abierta (43), el 48% de ellos (21) afirmaron que esta experiencia les permitió conocer, de manera más amplia, a sus hijos, lo que aprenden en la escuela y sobre su estado socioemocional; todo ello a partir de contar con más tiempo para convivir con sus pequeños.

En relación con el aprendizaje escolar, algunos padres de familia refieren que lograron identificar los avances de sus hijos, incluso advertir la progresión en el aprendizaje de los niños, por ejemplo, una madre de familia identificó que su niña “logró una mejor escritura, lectura y creatividad”. En lo que otros tutores identificaron aún áreas de oportunidad en su aprendizaje escolar, al respecto un padre de familia escribió respecto a su hijo: “la resta aún se le complica y para leer aun tarda mucho.”

Sobre la capacidad para estudiar, dos padres de familia expresaron que a sus hijos “se les hacía fácil aprender” y “aprendía rápido”, mientras que otro dijo: “Le cuesta mucho trabajo aprender en casa, me ha costado mucho trabajo que estudie en casa, pero ahí va.”

En relación con el nivel de disposición para el aprendizaje, tres padres de familia dijeron que se dieron cuenta que a sus hijos les gusta estudiar y aprender, al respecto una de ellas escribió: “aunque no todo el tiempo de su mamá” y otros padres de familia dijeron que sus hijos se esfuerzan, le echan ganas y les gusta hacer la tarea.

Asimismo, unos tutores más, externaron opiniones sobre la manera en que el estado emocional de sus hijos influía en su disposición para realizar las actividades escolares, afirmando que, algunas veces, los niños no querían estudiar porque extrañaban a sus compañeros del grupo y a su maestro: “Mi hija prefiere estar en el salón con sus compañeros y eso también influyó en su estado de ánimo para realizar sus actividades, pero siempre busqué cambiarle la rutina para que no fuera tedioso para ella.”

Como se aprecia, un factor adicional sobre el hecho de que conocieron de manera más amplia a sus hijos se refiere al conocimiento de sus estados emocionales; al respecto una mamá afirma: “Aprendí que no le gusta hablar de sus sentimientos, que es demasiado sentimental, todo le da pena y se pone muy nervioso para expresarse o responder…”

Finalmente, también hubo padres de familia que refirieron que aprendieron a convivir más con sus hijos, a darles más tiempo y, sobre todo, tiempos de calidad.

Sí le puedo enseñar a mi hijo lo de la escuela, pero es mejor que un profesional lo haga

Con relación a los aprendizajes de los padres relacionados con los saberes para la enseñanza, varios de ellos expresaron que el trabajo a educativo con sus hijos les permitió aprender a enseñarles y que aprendieron mutuamente; sobre el primer punto una mamá afirma:

No sabía cómo enseñarle hasta que él me platicó como le enseñaba su maestro y pues me di cuenta que él sabía más de lo que yo creía, pero en lo personal es complicado, por lo cual le tengo más admiración y respeto a los profesores.”

Los padres de familia también afirman haber desarrollado algunas actitudes y habilidades para enseñar. En el caso de las actitudes, varios de ellos refieren que aprendieron a tenerles paciencia y a ser más tolerantes con sus hijos, por ejemplo, una mamá escribió: “le dejé que mi hija experimentara ciertas frustraciones cuando no podía realizar un determinado tema”. En el caso de las habilidades, llama la atención que varias madres de familia refieren que usaron la explicación como uno de los recursos principales para enseñar, al respecto una de ellas escribió: “a veces mi hija no entiende muy bien y tengo que estar explicándole muchas veces.”

Por otra parte, una mamá aprendió a discernir sobre el uso de los recursos didácticos que se pusieron a su alcance por parte del maestro y de la SEP, nos escribió:

Me enfoqué más a las actividades que usted nos envió, además de lo retrasado que se encontraba mi niño y sobre todo que él comprenda lo que lea; en el tema de “Aprende en casa” solo traté unos pocos temas, ya que para él era complicado.”

No obstante, si bien es cierto que muchos padres de familia desarrollaron una labor muy loable, e hicieron un esfuerzo por enseñarles los contenidos escolares a sus hijos, y que bastantes lo lograron y aprendieron a enseñar; varios de ellos, también reconocen que la enseñanza es complicada y difícil, que conlleva una serie de conocimientos disciplinarios, habilidades y actitudes especializados, por lo que esta enseñanza debe estar en manos de un maestro, lo que nos recuerda a lo afirmado por Perrenoud (2004).

Particularmente una madre de familia estaba consciente de que en la casa no avanzaba como en la escuela porque no existen esas condiciones que la escuela provee, cuando afirma:

No está aprendiendo al mismo nivel que en la escuela debido a las diversas actividades que tenemos los padres y más cuando ambos trabajamos, además de no tener un espacio adecuado ya que existen muchos distractores en el hogar.”

Algunos padres de familia refieren que no contaban con los conocimientos necesarios para enseñar, que carecían de técnicas o a veces perdían la paciencia. Una madre de familia afirma:

Nunca será lo mismo, porque como mamá, pues a veces no tenemos las técnicas ni sabemos la manera de enseñar y a veces llegamos a perder la paciencia, aunque hicimos nuestro mejor esfuerzo. Había días en que trabajaba con más entusiasmo, sin embargo, tratamos lo mejor que pudimos para que la niña no se atrasara tanto.”

Otra mamá se refiere a la capacidad que tienen los maestros al tratar “los temas” de acuerdo con el desarrollo del niño: “Sí noté que hay temas que ustedes como maestros explican conforme a la edad del niño”, con sus palabras alude a un tipo de conocimiento que como docentes es necesario que sigamos fortaleciendo: los procesos de desarrollo y aprendizaje de los niños, en donde aportaciones como las de Piaget o Vigotsky adquieren sentido, para posibilitar el aprendizaje de los niños.

Con relación a la habilidad para trabajar con el tamaño del grupo, una mamá afirma: “Mi reconocimiento al gran trabajo, tan admirable y respetable, que hacen los maestros día con día, no solo con un niño ¡sino con grupos de hasta 30 alumnos!”

Finalmente, una madre de familia es contundente: “En primera, es mejor que un profesional les enseñe”. Opinión muy interesante que plantea que la enseñanza de determinados aprendizajes es propia del maestro y de la escuela, como afirma Tenti (2020):

La escuela tiene una serie de privilegios y el monopolio, que solo una institución como la escuela, con agentes especializados como son los profesionales de la educación, pueden acometer en forma masiva, facilitar la apropiación de unos conocimientos complejos, fundamentales, de todos los miembros de una generación; sólo lo puede hacer una escuela, con sus tiempos, sus espacios y sus especialistas; y eso no lo puede hacer la familia.”

Al respecto un rasgo fundamental para que los niños adquieran un aprendizaje significativo, consiste en que construyen su propio conocimiento, con base en la interacción social, como bien lo plantea uno de los rasgos del enfoque de la propuesta curricular actual (SEP: 37), condición que los limitaba en los hogares de la familia porque los niños básicamente no contaban con sus compañeros del grupo o con niños de edades o desarrollos cognitivos semejantes a fin de poder dialogar con ellos, como en la escuela, en donde esa posibilidad está latente.

Con base en estas reflexiones, se derivan varias preguntas: ¿Qué aprendizajes son propios de enseñarse en la familia? ¿Cómo se interrelacionan los aprendizajes de la familia con los de la escuela? ¿Qué le corresponde hacer a la familia, particularmente con sus hijos escolarizados, con respecto a los aprendizajes que le tocan a la escuela? ¿Qué otras agencias sociales educan a los niños? Como se observa, son preguntas muy interesantes que esta pandemia abre y tendrían qué resignificarse, pero considero que son motivo de otros análisis.

A manera de conclusiones

Para la mayoría de los padres de familia, la experiencia de enseñar contenidos escolares a sus hijos les resultó complicada y difícil. Esta situación estuvo asociada a las implicaciones del propio contexto de la emergencia sanitaria, las condiciones del contexto de la familia-casa en que se desarrollaba la enseñanza, las capacidades pedagógicas de los padres de familia, así como los estados emocionales de los niños, generados por el confinamiento y el ambiente familiar en casa.

No obstante, muchos padres de familia vivieron la experiencia como positiva porque observaron beneficios: aprendieron a adaptarse a las nuevas condiciones, aprendieron a enseñar, conocieron de manera más amplia a sus hijos, particularmente sobre su aprendizaje escolar, aprendieron junto con sus hijos, convivieron más con ellos y conocieron más sus estados emocionales.

Finalmente, varios padres de familia valoraron la importancia de la escuela y de los maestros, al reconocer que la enseñanza de contenidos escolares es tarea propia de un grupo de especialistas: los maestros, los cuales participan en una institución encargada de generar las condiciones propicias para que se dé la enseñanza: la escuela.

Referencias

Perrenoud, Philippe (2004). Diez nuevas competencias para enseñar. GRAÓ-SEP. Biblioteca para la Actualización del Maestro. México.

SEP (2017). Aprendizajes clave para la educación integral. Educación primaria. Primer grado. Plan y programas de estudio, orientaciones didácticas y sugerencias de evaluación. México.

Tenti, Emilio (2020). “Repensar y fortalecer el trabajo docente. Experiencias en la pandemia” (COVID 19) y aprender para el futuro.” SEP MEJOREDU. Foro virtual: https://www.youtube.com/watch?v=btIxfRWItR4 realizado el 4 de junio y visto el 24 de junio.

Licenciado en Educación e integrante de Educar Importa.

1 La estrategia “Enseñanza a distancia Aprende en casa” fue implementada por la SEP para que los maestros le diéramos continuidad al programa de estudio durante el confinamiento, en el cual hicimos planes de aprendizaje para que los niños aprendieran en su casa, con el apoyo de los padres de familia; y se desarrolló entre el 23 de marzo y el 3 de abril y del 20 de abril al 5 de junio, fecha en que oficialmente concluyó el ciclo escolar 2019-2020.

2 Esta pregunta formó parte de un cuestionario más amplio, de pregunta mixta, que se aplicó a los padres de familia entre el 3 y el 5 de junio, cuya finalidad consistió en que hicieran una valoración de los aprendizajes que percibieron en sus hijos, durante la aplicación de la estrategia “Enseñar a distancia Aprende en casa.”

3 Se hicieron orientaciones y recomendaciones para encontrar material educativo en internet, realizar tres actividades didácticas permanentes, se proporcionaron dos compendios de español y matemáticas; y llevamos a cabo seis sesiones virtuales; todo ello con la finalidad de desarrollar sus procesos de alfabetización y la resolución de problemas matemáticos, así como fomentar su curiosidad por familiarizarse con fenómenos naturales y sucesos sociales y familiares.

4 Durante este periodo, seis padres de familia o tutores me informaron que tuvieron COVID19, dos familiares fallecieron por la misma enfermedad y tres familiares murieron por otras causas.

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