Si todo sale como lo propone el virtual Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, Esteban Moctezuma Barragán será el próximo secretario de Educación Pública. Aunque EMB ha estado ausente de la política práctica desde el 2000, tiene experiencia administrativa en el alto funcionariado del gobierno mexicano. Además de secretario de Gobernación y de Desarrollo Social en el sexenio de Ernesto Zedillo, fue oficial mayor y subsecretario de Planeación en la SEP en el periodo de Carlos Salinas de Gortari.
A él le atañó negociar con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación de Elba Esther Gordillo el Acuerdo para la Modernización de la Educación Básica; también con los gobernadores de los estados, aunque, en realidad, con ellos no convino, el gobierno central se los impuso. Uno de los puntos de aquel acuerdo era la revaloración social del magisterio, que, en la práctica, devino en la Carrera Magisterial, un sistema de incentivos que pronto manejaron los fieles del SNTE y lo cubrieron bajo el manto opaco de la corrupción.
Nadie sabe cuál será el desempeño de EMB como secretario ni cómo encarará los desafíos que tendrá enfrente. Pero es razonable suponer que serán enormes. Por lo pronto, parece que anda en busca de pistas o, quizá, lanzando buscapiés para medir respuestas de varios actores. A pesar de que no ha sido coherente en sus declaraciones, ha soltado indicios de cómo piensa actuar.
Nada hay más incierto que el futuro, pero los “futurólogos” han desarrollado técnicas para imaginar “escenarios” posibles. Claro, ésos son productos de la intuición, no se basan en evidencia, sino en supuestos razonables. Concibo tres situaciones entre muchas posibles: la pesimista, la optimista y una intermedia. Para su elaboración, me baso en las declaraciones recientes de EMB respecto a la Reforma Educativa.
El futuro sombrío. Tanto el presidente López Obrador como su secretario de Educación Pública se aplican a cancelar la “mal llamada” Reforma Educativa. Lo hacen para cumplir ofertas de campaña que, aunque dirigidas al magisterio en general, los destinatarios reales eran los restos de la camarilla de la señora Gordillo y diversas facciones de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. La marcha en reversa es radical. Dada la mayoría de Morena en el Congreso y el corrimiento de otros legisladores al carro del presidente, se enmienda de nuevo el artículo 3 de la Constitución; si no se abrogan, sí se reforman a fondo las leyes del Servicio Profesional Docente y del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación; también se altera la Ley de Coordinación Fiscal para devolver a los estados el control de las nóminas. Le cumple al grupo de la señora Gordillo la promesa de restablecer la carrera sindical (o que los comisionados al SNTE reciban sueldos de la SEP); también revoca el Programa de promoción en la función por incentivos en educación básica y restablece la Carrera Magisterial. Se acaba la evaluación del desempeño docente y el ingreso a la profesión por concurso.
Las rastras: en pocos años, los fieles del sindicato recolonizarán el gobierno de la educación básica y manejarán la CM y hasta sería posible que regresara la herencia y compraventa de plazas magisteriales.
El plan óptimo. Si bien ya no se habla de Reforma Educativa, se evalúan con seriedad sus avances y faltas. El nuevo plan educativo nace de consultas no sólo con el SNTE y la CNTE, sino con organizaciones de la sociedad civil, asociaciones de investigadores, académicos y periodistas. También intervienen funcionarios de otras dependencias como la Sedesol y la Secretaría de Hacienda. En el terreno legislativo se enmiendan las leyes, si bien se aminora el peso de la evaluación, el mérito sigue siendo el motor del SPD; crece la racionalidad en la asignación de plazas docentes y se entierra en definitiva la CM y la corrupción que produjo. Se toman las ideas humanistas del nuevo modelo para la educación obligatoria y, con cambios en algunas áreas, continúa la ruta de implementación. La SEP dialoga con maestros de base y no nada más con los líderes de las facciones del SNTE.
Secuelas: aunque con diferentes nombres, se rescata lo valioso de la Reforma Educativa y se profundiza en los aspectos (que son bastantes) que comulgan con las propuestas del Proyecto Alternativo de Nación.
El tercer escenario —una especie de ceteris paribus— será objeto de mi entrega del próximo domingo.