Ignacio-Guerrero

Evaluación Docente: “no suficiente” (II)

Se supone que el CENEVAL (Centro Nacional de Evaluación) tiene expertos para diseñar sus exámenes, pero… la verdad, a veces lo dudo. No pongo en tela de juicio la capacidad de sus integrantes que quizá dominan la teoría del proceso educativo, sin embargo, esto lo sabemos los que estamos frente a grupo, y que también aplicamos evaluaciones, la práctica educativa al interior de las escuelas no siempre permanece ligada a la teoría, más bien es maleable, dúctil, versátil, por lo que el tratar de “atornillarla” a esquemas “cuadraditos” o “algorítmicos” escritos en el papel, como si de recetas de cocina se tratara, genera problemas, y es así por una simple y sencilla razón: las condiciones REALES del grupo al que se le imparte cátedra.

Por ejemplo, en matemáticas he visto que tiene pocos resultados favorables el profundizar en un tema o el tocar uno nuevo, cuando la mayoría de los alumnos del grupo carecen de las bases necesarias para el mismo. ¿Puedo hacerlo a pesar de todo?. Sí, pero las consecuencias son: la cancelación o reducción al mínimo de la comprensión del nuevo tema (aprendizaje significativo “insuficiente” dirían los expertos en teoría de la educación) y la absoluta apatía del grupo en los temas posteriores. Actualmente al grupo escolar tiene que conducírsele hacia temas superiores combinando los aspectos nuevos que plantea una asignatura, con el reforzamiento de las bases que requiere.

Pero en fin, lo anterior es lo que vivimos los profesores cuando estamos frente a grupo y que tenemos que evaluar a nuestros alumnos sobre lo REAL, sobre lo acontecido en el aula, y no sobre la teoría que asentamos en el papel al inicio del curso. No obstante el CENEVAL diseñó lo que creyó necesario para medir -que no evaluar- la TEORÍA que debe manejar un profesor; de lo cual comentaré a continuación.

¿Qué es lo que NO debe incluir una prueba objetiva?. Entre otras cosas están…

-No debe contener preguntas capciosas.

-No debe existir más de una respuesta correcta a la pregunta.

En los exámenes que presenté había preguntas capciosas, errores, respuestas dobles, y respuestas que cabían perfectamente TODAS en la pregunta del reactivo (lo mismo me compartieron algunos colegas).

Cito un reactivo…

Respecto al Examen de Casos de Competencias Didácticas…

En el examen de opción múltiple de Casos de Competencias hubo preguntas de todo tipo, algunas no tenían respuesta identificable y en ellas funcionó muy bien el “tin marín”, ¡Ja!, pero en otras la respuesta podía ser cualquiera de las cuatro opciones que incluía la pregunta, y en un afán de encontrar soluciones viables al Caso planteado en el reactivo, todas estarían bien. Por ejemplo… palabras más, palabras menos, en un reactivo se preguntaba lo siguiente:

¿A quién reportarías la situación de dos alumnos que estuvieron a punto de liarse a golpes en tu clase?.

A). Al Subdirector, B). Al Tutor, C). Al Director, D). Al Prefecto.

La idea de la pregunta era que seleccionaras al Tutor, porque así te “llevaba” a concluirlo el análisis del Caso, además, según el “mecanismo” teórico de la estructura académica/educativa, así tendría que ser, pues es la primera instancia que debe enterarse del problema. No obstante, en una situación REAL del caso acontecido en cualquier escuela del país, si alguien contestara que reportaría al subdirector, ello es perfectamente válido y legal, y en un debate con el que diseñó la pregunta seguramente perdería este último (debate que no podemos hacer desgraciadamente). Pero también, si los que intentaban liarse a golpes eran dos alumnos con antecedentes problemáticos, igual podía reportarse el caso al Director y también sería correcto. Entonces… en circunstancias REALES, ¿Cuál sería la respuesta 100% exacta?. ¡Uff!

En mi escuela los casos de problemas entre alumnos, la mayoría de los profesores los reportamos directamente al Departamento de Servicios Escolares, o bien al área de Psicología u Orientación Educativa, ¿Por qué? porque de acuerdo a la Norma de la DGETI son ellos los primeros encargados de atender a los estudiantes, pero esto, al leer la pregunta y ver las posibles respuestas, muestra que para los teóricos de la educación, los que diseñan los mecanismos de atención a los jóvenes, no es una opción viable para resolver casos como el planteado. He aquí una diferencia -y solo una- entre lo que está midiendo el CENEVAL, contra lo que es la práctica educativa desarrollada al interior de las escuelas, es notorio un desfasamiento. Otros colegas reportarían situaciones similares al Prefecto. Pero además, cuando se trata de alumnos difíciles, de esos problemáticos de a de veras, algunos docentes los reportamos a cualquier instancia de la escuela que sepamos que va a ACTUAR, y que no va a llamar a los jóvenes sólo para darles una palmadita en la espalda, un caramelo, a decirles que se porten bien y que se vayan al aula sin mayores sanciones. Aunque…. suele suceder también que, como a veces ninguna instancia de la escuela actúa, pues todas temen enfrentar problemas con padres de familia sobreprotectores, con Derechos Humanos, e incluso con los mismos alumnos cuando estos son agresivos (hablo aquí de jóvenes con promedio de 16.5 años de edad), entonces en casos como el mencionado mejor cada profesor lo arreglamos como podemos. ¡Ja!.

Suena a trabalenguas pero lo diré así: La anterior es la DIFERENCIA FUNDAMENTAL entre la PRÁCTICA de los casos TEÓRICOS, y la TEORÍA de los casos PRÁCTICOS que VIVIMOS en las AULAS los profesores, y que NO VIVEN los que DETRÁS de un escritorio construyen soluciones IMAGINARIAS, NO ABSURDAS, sino simplemente IMAGINARIAS a los problemas en las escuelas.

Casos como el mencionado es perfectamente válido reportarlos ante cualquiera de las cuatro instancias propuestas como respuesta al reactivo, como igual funciona bien reportarlos a Servicios Escolares, a Psicología, a Orientación Educativa, o incluso a los padres de familia,

El tiempo establecido para contestar el examen de Casos de Competencias Didácticas fue de cinco horas. Se plantearon más de diez casos.

Terminé mi examen y salí del recinto “hasta el copete” de Casos de Competencias, ¡Ja! Hubo momentos en que tuve que regresar entre las preguntas al planteamiento inicial del cual partían las mismas, porque entre uno y otro caso ya no sabía si estaba contestando del primero o del quinto ¡Uff! (Punto malísimo para el CENEVAL). Me parece que con tres o cuatro casos -BIEN DISEÑADOS- es suficiente para saber si el profesor sabe cómo actuar ante diferentes circunstancias.

Respecto al Examen de Planeación Didáctica Argumentada.

Fue normal a mi juicio. Tres horas para argumentar un Plan de Clase, es tiempo suficiente para hacerlo (punto a favor).

El Plan de Clase debía estar relacionado con una asignatura impartida. ¿Cuál asignatura? la prueba no lo especificaba. Alguien de mi grupo comentó que debía tratarse de la asignatura de la cual se subieron evidencias con anterioridad. Es lo más lógico pensé, no obstante me sentí más cómodo con la asignatura actual, la que impartía en ese momento, es decir: Cálculo Integral, así que desarrollé mi argumentación en base a un Plan de Clase -construido ahí mismo- de esta materia.

El Plan de Clase podía incorporar una ECA (Estrategia Centrada en el Aprendizaje), una Secuencia Didáctica, etc. Tenían que mencionarse en él las actividades a desarrollar, pero si acaso no se tenían en mente, las preguntas subsecuentes te hacían recordarlas, (podías regresar entre reactivo y reactivo en todos los exámenes).

Cada parte del Plan de Clase debía argumentarse. Nada complicado en realidad, hubo quien lo terminó mucho antes de finalizar el tiempo establecido.

En conclusión…

Haciendo un juicio mesurado, equilibrado de los tres exámenes que me fueron aplicados por el SPD, mismos que fueron diseñados por el CENEVAL, diré que en lo que respecta a ellos -y sólo a ellos, no a la evaluación completa- en un 70% estuvieron dentro de lo “normal”, ubicado su contenido dentro de nuestro nivel, sin cosas raras o extrañas, sólo que, contenían algunos errores, estuvieron mal calculados en sus tiempos, y que la relación entre la teoría contenida en los reactivos, contra la práctica que desarrollamos los profesores, sustentada ésta, a veces en la normatividad y otras en la experiencia, no existió en algunas preguntas.

Por otra parte, la evaluación COMPLETA que realizó el SPD, y que involucró además las evidencias subidas por el profesor, en lo personal la considero NO SUFICIENTE, pues dejó al margen muchísimos aspectos que deben considerarse a la hora de evaluar a un profesor. Considero que dentro del subsistema educativo al cual pertenezco -descartando mi persona- existen excelentes profesores que no necesariamente se sujetan a los nuevos esquemas de competencias, pero que son verdaderos expertos en la enseñanza de los temas que implican los programas de estudio, que tienen suficiente experiencia para hacerlo, y que compiten con aquellos que son expertos en la teoría administrativa de la enseñanza. A estos profesores considero un acto casi criminal el decirles que reprobaron una evaluación después de haber descubierto que estuvo mal hecha. Por mucho que se utilicen diferentes estudios estadísticos como los que se mencionan en el SPD para arrojar resultados de la evaluación de un profesor, al final de cuentas habiendo visto cómo se realizó ésta, los mismos serán bastante subjetivos, y eso es lo preocupante, porque con las pobres mediciones hechas decirle a un buen profesor: “estás reprobado”, es echar por la borda todo el esfuerzo que realizó a lo largo de los años por enseñarle a sus alumnos.

 

Docente del CBTis No. 70 Área de Electricidad, Matemáticas y ocasionalmente Computación

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Twitter: @IngIGuerrero

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