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Hace 12 años

Hoy conmemoraremos una efemérides importante en la vida de México. El 22 de marzo de 2006 fue el primer día que apareció el nuevo Excélsior. Por ser miércoles, tuve la fortuna de colaborar en el primer número. El título de mi colaboración, “Pupitres, política y poder”, fijó los temas que trataría y el orden de importancia de cada concepto.

Cada miércoles, desde entonces, me ocupo de los hechos del sector educativo. A partir del 20 de marzo de 2016 también ofrezco opiniones cada domingo. En estos 12 años he puesto la mira en la política educativa, las relaciones de poder en el sistema escolar y de las consecuencias que transportan a las aulas y a los actores más importantes del hecho educativo: los alumnos y los maestros.

En el ritmo de los sexenios observé el final del gobierno de Vicente Fox, cuyo secretario de Educación Pública, Reyes Tamez, es uno de los pocos que duró el periodo completo, el último hasta hoy. Analicé en estas páginas las tareas de otros seis jefes de la Secretaría de Educación Pública, de los líderes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (dos nada más) y de los avatares de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

Estuve a la expectativa del nacimiento, crecimiento y, al poco tiempo, de su muerte. Me refiero a la Alianza por la Calidad de la Educación en el gobierno de Felipe Calderón. También he estado al pendiente del surgimiento, institucionalización, avances, retrocesos y alteraciones de la Reforma Educativa que emprendió el gobierno de Peña Nieto, así como de la oposición que ha enfrentado. Se encuentra en arbitraje un libro que da cuenta de ello, Globalización, neocorporativismo y democracia.

Hace 12 años, el Fondo de Cultura Económica acababa de poner en circulación la séptima reimpresión de mi libro El sistema educativo mexicano: la transición de fin de siglo, mientras que el nuevo producto que apenas había concluido el año anterior con la colaboración de 25 colegas, Buenas prácticas de educación básica en América Latina, se abría paso en las librerías y ese 2006 agotó su primera y única edición.

El trabajo periodístico en Excélsior me ayudó en otra parte de mi vida. Si bien pienso que ya traía conmigo ciertos atributos de la labor profesional, producir piezas cada semana para esta casa fortalecieron algunos de ellos. Escribir artículos con regularidad fomenta disciplina; además, obliga a la concreción dado lo limitado del espacio. Asimismo, estimula la fajina académica.

En estos 12 años mi productividad se ha mantenido. En 2008, como una evocación al título de la primera colaboración en Excélsior, Siglo XXI Editores imprimió la primera edición de Política, poder y pupitres; y en 2012 la misma casa publicó Educación, colonización y rebeldía. En 2010, la Universidad Juárez del Estado de Durango editó una monografía extensa, Durango 70: fracaso de una revuelta popular, que no me había atrevido a mandar a la imprenta porque no había saldado cuentas con mi pasado en los movimientos estudiantiles de los años mozos. El libro circula, pero no he finiquitado mis abalorios; ese ayer aún anida en mi memoria.

En 2014, mi casa abierta al tiempo publicó Hace 40 años, la fundación de la Universidad Autónoma Metropolitana. Una antología de entrevistas que edité y puse en forma de ensayos de los fundadores de la joven institución. En 2016, la Librería Porrúa publicó mis Apuntes y letras sueltas, que son mementos acerca de viajes, cartas y notas de novelas, policiacas la mayoría. También recoge mis preocupaciones académicas que no esparzo en forma de ensayo. En abril, Plaza y Valdés pondrá en estanterías públicas Política educativa, actores y pedagogía. Son 30 ensayos que Zaira Navarrete, Marco Aurelio Navarro y yo compilamos para la Sociedad Mexicana de Educación Comparada.

En estos 12 años continué con gusto mi labor docente, mientras que aparecieron 20 de mis artículos con arbitraje en revistas especializadas y libros colectivos; además, participé en actos académicos unas 300 veces.

Este monumento al ego, diría mi Ana Rosario, sería insulso si no fuera para agradecer a Pascal Beltrán del Río y a los dueños del Grupo Imagen Multimedia la oportunidad que me brindaron de poner en circulación mis letras para un público amplio. Excélsior es parte de mi vida desde hace 12 años.

Hace 12 años, Meztli Larissa e Ian no habían nacido; tampoco Alux ni Nikté, los dos perritos que nos acompañan. ¡Vale la pena recordar!

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