Víctor Manuel Silva Galaviz
El Premio Nobel de Economía, James J. Heckman, realizó el siguiente estudio; La inversión en el desarrollo durante la primera infancia: reduce déficits y fortalece la economía. Con las siguientes conclusiones:
Aquellos países que buscan reducir los déficits y fortalecer la economía deben realizar inversiones importantes en la educación durante la primera infancia. El trabajo pionero del profesor Heckman junto con un consorcio de economistas, psicólogos, estadísticos y neurocientíficos muestra que el desarrollo durante la primera infancia influye directamente en la economía, la salud y las consecuencias sociales para los individuos y la sociedad.
Los entornos tempranos adversos generan déficits en las habilidades y capacidades que reducen la productividad e incrementan los costos sociales, lo que se suma a los déficits financieros que enfrentan los ciudadanos. El desarrollo durante la primera infancia conduce al éxito en la escuela y en la vida. Un momento fundamental para dar forma a la productividad comprende desde el nacimiento hasta los cinco años, cuando el cerebro se desarrolla rápidamente para construir las bases de las habilidades cognitivas y conductuales necesarias para alcanzar el éxito en la escuela, la salud, la profesión y la vida.
La educación durante la primera infancia fomenta las habilidades cognitivas junto con la atención, la motivación, el autocontrol y la sociabilidad, que representan las habilidades conductuales que convierten el conocimiento en experiencia y a las personas en ciudadanos productivos. Invertir en la educación durante la primera infancia para niños en situación de riesgo es una estrategia efectiva para reducir los costos sociales. Todos los niños necesitan apoyo eficaz en la primera infancia, y los niños en situación de riesgo provenientes de entornos carenciados tienen menos posibilidades de conseguirlo.
Estos niños vienen de familias que carecen de los recursos educativos, sociales y económicos necesarios para estimular el desarrollo temprano que es tan útil para tener éxito en la escuela, la universidad, la profesión y la vida. Se pueden abordar los problemas de mala salud, las tasas de deserción escolar, la pobreza y la delincuencia y reducir sustancialmente los costos que deben pagar los contribuyentes mediante la inversión en oportunidades de desarrollo para niños en situación de riesgo. Invertir en la educación durante la primera infancia es una estrategia rentable para el impulso del crecimiento económico. Nuestro futuro económico depende de la provisión de las herramientas necesarias para el desarrollo social y para la creación de una fuerza laboral altamente educada y capacitada.
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