Raúl Zibechi.
En el altiplano boliviano, cerca de un importante centro aymara, en la pequeña ciudad de Achacachi, con los picos nevados de la cordillera Real a su espalda y la inmensidad del lago Titicaca al frente, se alza el edificio de lo que fue la primera experiencia de educación comunitaria. Warisata desafía el viento helado como la escuela-comunidad desafió la servidumbre impuesta al indio por los hacendados y el Estado colonial travestido en república.
La fundación de la escuela de Warisata fue parte de la lucha por la recuperación de tierras de las comunidades de la región. Después de 1899, cuando fue derrotado el ejército indio del mallku Pablo Zárate Willka por las clases dominantes, se comenzaron a crear escuelas indigenales (dirigidas por autoridades indias), para continuar resistiendo la expansión del latifundio. Muchos de los que se atrevieron a fundar escuelas fueron torturados y encarcelados. Los hacendados eran, como en las novelas de Manuel Scorza ( Garabombo el invisible, entre otras) los principales enemigos de la educación india…
Publicado en La Jornada
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