La toma de Lima: lecciones pedagógicas para no repetir la historia

David Auris Villegas

El 19 de julio, las protestas han inundado Lima, la capital peruana y en varias regiones del país, donde los ciudadanos han expresado su frustración y rechazo contra un mediocre gobierno y un corrupto congreso, que gobiernan con poca transparencia y un espantoso cinismo que solo pretenden más poder. 

En este contexto, estas manifestaciones son una oportunidad de aprendizaje para consolidar a nuestra democracia. Según Camila Calderón y otros columnistas, la protesta se lideró desde tres frentes: el Comité Nacional Unificado de Lucha en el Perú (Conulp), el Comando Unitario Nacional de Lucha (Cul) y el centro liberal de izquierdas y derechas, con un pliego de reclamos común: renuncia de Dina Boluarte, cierre del congreso entre otros que, parecieran estar buscando protagonismo político.

Dado que la manifestación constituye un legítimo reclamo ciudadano, solicitar la renuncia de Dina Boluarte resulta incomprensible, ya que ella, a pesar de su arrogante gobierno, no ha violado a nuestra constitución que posibilitaría su vacancia. Además, ha enviado proyectos de Ley al Congreso con el fin de adelantar las elecciones que no han sido aceptados. Entonces, ¿es posible seguir con el discurso de la renuncia? En cualquier caso, se debe culpar al Congreso por no aprobar el proyecto de adelanto de elecciones.

En este infortunio, ¿quién cerraría el Congreso? Sin duda, el ejecutivo, no obstante, para que se pueda resolver este asunto, es necesario que se produzca una infracción del artículo 134 de nuestra constitución, además piden elecciones generales y una constituyente que los líderes políticos saben que es imposible por el momento, sin embargo, mueven a las masas para visibilizarse.

Se pide la liberación y restitución del expresidente Castillo. Con todo lo que está destapándose gracias a los colaboradores eficaces, este profesor debe estar preparándose para una prolongada estancia en la cárcel, lo cual pienso que, en realidad, es inútil estar malgastando el tiempo echando bullas a su favor, cuando podemos estar en casa disfrutando de nuestra familia.

La otra lucha de siempre es el rechazo al imperialismo norteamericano, en lugar de establecer una convivencia y transferencia tecnológica con los amigos del norte para salir del subdesarrollo, ya que la presencia de militares estadounidenses, según Farid Kahhat no afecta a nuestra soberanía.

Sin embargo, considero que todos debemos unirnos y solicitar, una sanción ejemplar para los violadores de derechos humanos, quienes causaron la muerte de más de cincuenta personas durante las manifestaciones pasadas.

En última instancia, para no repetir la historia, aprovechemos estas lecciones pedagógicas de la marcha, congregándonos en cada provincia y distrito con el fin de exigir a nuestros congresistas, alcaldes y gobiernos regionales un trabajo eficiente. De lo contrario, presenciaremos otras románticas tomas de Lima y solo los líderes políticos y las agrupaciones gremiales saldrán beneficiados.

© David Auris Villegas. Escritor, columnista, pedagogo peruano y creador del ABDIV.

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