Lxs oaxaqueñxs excluidos de los foros sobre educación

JENNIFER L. O’DONOGHUE

Hace un mes, en este espacio, reflexioné sobre el alcance de los foros sobre la educación en la construcción de un acuerdo nacional e hice un llamado a las autoridades entrantes a seguir abriendo espacios para la participación, y a la sociedad a aprovecharlos. No es una buena señal que en las semanas intermedias, hemos visto una reducción de estos espacios.

Un acuerdo se construye con una participación amplia, no sólo una invitación a los más propensos o preparados a participar.

Hay que ir por los que no caen en estas categorías y hacer lo necesario para que sean escuchados los que históricamente han sido excluidos.

Desde Mexicanos Primero hemos señalado la exclusión de niñas, niños y jóvenes (NNJ) en la conversación sobre la educación y el hecho de que la consulta actual no es una excepción a esta regla.

También atestiguamos la exclusión de docentes, familias, miembros de organizaciones de la sociedad civil, así como ciudadanos en general en el estado de Oaxaca.

Las NNJ en Oaxaca enfrentan uno de los contextos educativos más complicados del país. Además de vivir con tasas altísimas de pobreza e inequidad, cada generación pierde alrededor de un año completo de escuela en su pase por la primaria, debido principalmente a paros sindicales y la inhabilidad de las autoridades de garantizar su derecho a la educación. En este momento de repensar nuestro proyecto educativo, es imprescindible escuchar sus voces y propuestas, así como las de sus familias y docentes, así como organizaciones y especialistas del estado.

El foro de consulta en la entidad sería un primer paso importante hacia ese fin.

Sin embargo, hace unos días se reportó que, luego de la reunión que sostuvo el Presidente electo con los líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) el 29 de octubre, se tomó la decisión de cancelar el foro sobre la educación en Oaxaca. Esta decisión viene después de que se vio comprometido el foro en Michoacán y cancelado el de Guerrero por los actos disruptivos y violentos de miembros de la Coordinadora.

Es lamentable que un grupo que lleva años luchando para ser reconocido y escuchado por las autoridades, cierra las puertas para que otros ejerzan el mismo derecho. Pero es inaceptable que un gobierno democrático y participativo deje que esto pase. Reunirse en privado con los líderes de la Sección 22 de la CNTE no es equivalente a abrir un espacio público para escuchar a las y los maestros que están en las escuelas, las NNJ, sus familias o la sociedad de Oaxaca.

Transformar la educación en México requerirá de la participación de más actores.

Es nuestra responsabilidad como ciudadanos cuidar la educación como nuestro proyecto social.

Y en unas semanas más será obligación del nuevo gobierno garantizar que cada persona en Oaxaca y en el país pueda ejercer su derecho a participar en éste y otros proyectos.

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