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Oaxaca: el logro y el riesgo

De que se mueve, se mueve, me dijo mi amigo El Maestro, con quien hacía meses que no conversaba. Se refería a la acción política del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño. Comentamos el acto de la semana pasada de la asignación de plazas a los docentes que resultaron idóneos y que escogieron su lugar de trabajo

Mi amigo pensaba que eso no podría hacerse en Oaxaca ni en Michoacán, tenía dudas sobre Guerrero y Chiapas. Pero la noticia de la asignación de 366 plazas en Oaxaca lo convenció de lo equivocado de su pensamiento. Ve a Nuño con una espada flamígera contra la CNTE. El Maestro —al igual que otros dos amigos y yo— no concebía que la Reforma Educativa fuera a llegar a este punto. Especulamos sobre si estos hechos ayudan a Aurelio Nuño en su carrera a la candidatura del PRI a la Presidencia. No hubo acuerdo.

Para el análisis de los hechos de Oaxaca de este lunes, pienso, es irrelevante si Nuño lo hace por su anhelo de llegar a ser el candidato o por su interés en la reforma. Lo importante es que lo efectúa, que camina y en cada paso le resta espacios al neocorporativismo. Los concursos abiertos para el ingreso a —y la promoción en— la carrera docente lastima las tradiciones de todas las corrientes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. Aunque la costumbre persiste en algunos territorios, ahora no pueden seguir manipulando la incorporación y las trayectorias profesionales de los maestros con la impunidad y descaro que lo hacían. La S-22 de Oaxaca era la más reacia y no cede todavía.

El acto de Oaxaca no sólo replicó el del lunes anterior en el edificio sede de la Secretaría de Educación Pública, es de mayor simbolismo. Se da en el corazón de la disidencia más aguerrida y habla de la valentía de los concursantes, que no sólo se presentaron a examen (que tuvo que realizarse en Puebla, si no me equivoco), sino que se atrevieron a ir y seleccionar su centro de trabajo, donde se supone que hay disponibilidad.

El director del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, Germán Cervantes Ayala, apostó y obtuvo un pequeño triunfo. No estoy seguro de que el gobernador Alejandro Murat lo quiera compartir. El concurso por las plazas y su distribución presenta el lado cardinal de la Reforma Educativa y los afanes del gobierno de Enrique Peña Nieto, que obliga (o convence, si se quiere) a los gobernadores a alinearse y seguir la línea del centro.

Sin embargo, la CNTE continúa con un poder que no puede menospreciarse. El mismo lunes, una pequeña turba de maestros disidentes entró al hotel donde se realizaba el acto público y desalojó a los concursantes. Es fiel a su estrategia y muestra las armas del neocorporativismo: el chantaje y la amenaza.

En una de sus notas de ayer, El Universal citó al secretario general de la S-22, Eloy López Hernández, quien calificó como una farsa la entrega de plazas a profesores que aprobaron la evaluación docente. Amenazó con no permitir su ingreso a las escuelas que están bajo control de la sección. Y, si no le hacen caso, advirtió que sus cófrades van a boicotear el inicio de clases y a movilizar a sus bases. Aprovechó la ocasión para arremeter contra el Consejo de Participación Social.

A fe mía que no son baladronadas, la semana que viene, o incluso esta misma, observaremos acciones de protesta de la S-22. Si bien sus bases han mermado y su dirigencia ya no convence a muchos, su capacidad de causar daño a la educación de Oaxaca es considerable.

Si la Reforma Educativa estará en el ojo de las campañas por la Presidencia, en Oaxaca los riesgos serán mayores. El Maestro, mi amigo, pronostica que la S-22 buscará la revancha. ¡Veremos hasta dónde aguanta la reforma!

RETAZOS

En una charla informal, el presidente consejero de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, Eduardo Backhoff Escudero, en un tono comedido me reprendió por una equivocación que cometí en mi entrega del 30 de abril, cuando reseñé el comienzo de su presidencia.

Escribí: “Desde otra perspectiva, según la teoría de Guy Neave, el INEE es la punta de lanza del Estado evaluador. Es el que diseña y realiza mediciones de componentes, procesos y resultados del sistema escolar…”. Reconozco, fue un gazapo utilizar una voz del verbo realizar. Debí utilizar el vocablo correcto, regular. Pero sostengo que el INEE es el ingenio visible del Estado evaluador.

Pido disculpas a los lectores, al INEE y al periódico por el desacierto.

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