¿Para qué sirve cursar la Universidad en México? Diálogo con Mayra Castañeda

Miguel Gallegos

miangaca@hotmail.com

En esta ocasión en Diálogos Educativos, tuvimos la oportunidad de platicar con la Dra. Mayra Castañeda, especialista en temas de la educación superior, quien se viene planteando una importante línea de investigación sobre el estudio de la Universidad en México, y sus implicaciones en los jóvenes universitarios. Actualmente es Directora General del Congreso Iberoamericano de Calidad Educativa, el cual llevó a cabo su octava edición, en donde se insta a repensar en los modelos educativos. 

Aquí iniciamos esta interesante conversación, ¿Quién es Mayra Castañeda? 

Mayra Castañeda: Es una mujer nacida en la Ciudad de México. Viene de una familia de empleados universitarios de la UNAM. Mi padre abogado, mi madre coordinadora de actividades culturales en la UNAM. Con una visión universitaria, en que de la mano de ellos tuve la oportunidad de explorar y acercarme a la investigación y al conocimiento. Sin darme cuenta comencé a interesarme por la enseñanza. Desde niña sentí la vocación por la docencia, jugaba a ser la maestra con vecinos, amigos y familiares. Mi abuela me alentaba en esa actividad, y creo que eso fue determinante para mi futuro en la educación.

Interesantes sus inicios y acercamientos al mundo de la educación doctora, entonces ¿Cuál fue su formación académica?

Mayra Castañeda: Tuve oportunidad de estudiar en escuelas privadas al iniciar mi educación básica, posteriormente (a partir de 3º., de primaria) mi educación se desarrolló en escuelas públicas. Soy egresada de la facultad de filosofía y letras de la UNAM, ahí cursé la licenciatura en literatura dramática y teatro. También estudié la licenciatura en periodismo en la Escuela de Periodismo “Carlos Septién García”. Tengo una maestría en educación y docencia. Poseo un doctorado honoris causa por la Universidad Campo Limpo Paulista de Brasil, la Universidad Católica de Cuenca de Azogues de Ecuador y el Colegio de Estudios de Posgrado de la Ciudad de México en 2013. Fui galardonada con la Medalla ALPES a la Calidad Educativa en 2012.

Mi paso por el sector público y privado, me permitió comprender diversas necesidades y problemáticas del sistema educativo.

Una formación muy basta y amplia doctora. Por otro lado, nos podría compartir ¿Cuál ha sido y es su experiencia en el ámbito laboral? Es decir, en dónde ha trabajado, en dónde labora actualmente en su desempeño profesional.

Mayra Castañeda: Desde los 18 años tuve la posibilidad de participar dando clases de literatura 

y teatro. He tenido la posibilidad de trabajar para el Instituto de Cultural de 

Yucatán, la UNAM, el Centro de Capacitación Artística de Occidente, 

Papalote Museo del Niño, Columbia College, Universidad Guadalajara 

Lamar, Instituto Freire y otras instituciones educativas. 

Tengo la fortuna de ser miembro del International Institute on Peace Education (IIPE) de la Cátedra UNESCO de la Universidad de Puerto Rico y de la National Peace Academy; formo parte del equipo de asesores de la Red de Educación y Desarrollo Humano de Colombia. Además, recibí el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Campo Limpo Paulista de Brasil, el Colegio de Estudios de Posgrado de la Ciudad de México (COLPOS) y la Universidad Católica de Cuenca Azogues de Ecuador en 2013. Fui galardonada con la Medalla ALPES a la Calidad Educativa en 2012. 

Desde hace más de 10 años participo como conferencista y he impartido cursos y seminarios para empresas y público en general. 

He participado en diversas organizaciones de la sociedad civil. Inicie un proyecto de formación llamado “Descubriendo” en el año 2012. Donde surgió la idea de generar un espacio de encuentro, de libertad de expresión, sin limitantes para docentes de diferentes partes de la república y a nivel internacional, en que pudieran expresar e intercambiar ideas de su ámbito laboral educativo, sin la observancia de una autoridad escolar. Esta idea se había venido trabajando desde hace más de veinticinco años. 

Así, en el año 2012 nació el Congreso Iberoamericano de Calidad Educativa (CICE), del cual llevamos a cabo su octava edición del 25 al 28 de julio de 2019, en Monterrey, Nuevo León. Está ha sido una de las actividades primordiales en que más me he dedicado en los últimos años. 

En virtud de la magnitud de este evento internacional educativo, podría compartir un poco más, acerca del Congreso Iberoamericano de Calidad Educativa, en su octava edición: 

Mayra Castañeda: En esta edición, la sede fue Monterrey, Nuevo León. Iniciamos el día 25 de julio. La intención en esta ocasión fue la de reinventar el modelo de escuela que México requiere, para transitar hacia la educación divergente. Cabe destacar que a este evento asisten, profesores e interesados de 23 países de la región iberoamericana. 

Quiero mencionar que en mi mensaje inaugural cuestione acerca del escenario que enfrentan los egresados del sistema universitario. Dado que Uno de cada cinco egresados realiza actividades laborales de baja coincidencia con su carrera, ocupan puestos que no son de tipo profesional, o bien, perciben remuneraciones menores a los 5,600 pesos mensuales. Esta situación nos obliga a cuestionar si vale la pena rescatar una institución como la universidad, pues tras invertir cuatro o cinco años de estudios en el nivel superior, no se están cumpliendo las expectativas propuestas de desarrollo y movilidad social. 

Por ello, he señalado que tenemos que “Reinventar el modelo educativo”. Considero que debemos generar un modelo que cumpla con las siguientes características:

 —Que sea un espacio abierto físico y mental en el que los estudiantes y el profesor puede hacerse preguntas que desarrollen el sentido crítico y de comprensión.

—Que exista Horizontalidad en el aprendizaje, es decir, dejar de ser esos maestros sabedores del conocimiento cuasi absoluto y dejarse enseñar a través de los cuestionamientos de los estudiantes.

—De construcción colectiva, entender que cada quien tiene talentos diversos que aportan a la colectividad.

—De dignificación y respeto del ser humano, empezando por el maestro, su trabajo, su salario, su talento.

Libre de violencia, más no de conflicto. Frenar los estímulos violentos que llegan del exterior, y utilizar el conflicto para generar movimiento positivo.

Honesta que deshaga el pacto social y sea clara en sus límites para no seguir con el discurso de que la educación es la vía automática para el éxito, pero sí los va a dotar de otras habilidades para el desarrollo de su vida en muchos factores, que permita poner límites a los padres de familia en las responsabilidades que les atañe con una comunicación asertiva.

Todo esto es posible de lograr a través de la “Educación Divergente”, modelo de enseñanza en el que se da atención a la diversidad, a proporcionar las herramientas internas necesarias para enfrentar los desafíos de la nueva era, eleva los estándares, rescata la erudición y detona los talentos.

En todo ello, estamos trabajando en el CICE 2019. Para poder conocer más acerca de la Comisión Iberoamericana de Calidad Educativa y el Congreso, invitamos a los lectores de “Diálogos Educativos” a visitar nuestro sitio electrónico  comisioniberoamericana.org.

Muchas felicidades por esta labor que vienen realizando desde hace varios años, en bien de generar nuevos espacios de diálogo y reflexión hacia una mejor educación. Desde su formación y experiencia en estos temas, ¿Qué percepción tiene de la Universidad en el momento actual en que transita la sociedad mexicana?

Mayra Castañeda: Creo que no podemos ver a la universidad desde una mirada acotada, como una institución única a nivel superior y que tiene la función de preparar para el ámbito profesional a los estudiantes. Considero que debemos voltear a ver a todo el aparato educativo en toda su dimensión, desde el nivel básico, medio y por supuesto superior. Es todo un conjunto de actividades desde básica hasta superior. No debemos dejarnos llevar por las apariencias superfluas, no se debe perder el sentido de la educación en su totalidad. 

Muchas veces se van generando promesas de mejora en cada nivel educativo, en la escuela primaria se les dice a los chicos que lo que vienen aprendiendo les va a servir en la secundaria, en la secundaria que les va a servir en el bachillerato, y en el bachillerato que en el superior, y cuando concluyen su carrera universitaria, gran parte de los egresados se encuentran con que no viene una mejora y a veces ni siquiera una aplicación de eso que se les enseñó. No se accede a oportunidades laborales, no hay una movilidad social y por tanto los jóvenes se cuestionan, ¿para qué sirvió invertir tantos años de esfuerzo en una educación formal?, si no se cumplen las expectativas prometidas, ni personales, ni laborales.

Me parece que debemos plantearnos la pregunta, ¿para qué sirve la escuela en su totalidad?, más que solo la universidad. ¿Hacia dónde vamos? Para qué sirve todo lo que se enseña en la escuela, hacia dónde debemos enfocar la función social de la escuela. O de plano considerar si ya no sirve para esta sociedad actual y debemos cambiarla para otro tipo de institución, ya que no es capaz de transformarse a sí misma. Hay que pensar y analizar seriamente este tema. 

Se deben dejar de lado las situaciones políticas y económicas, que están adheridas a la escuela. 

Efectivamente no debemos olvidar que la institución escolar en su totalidad es un proyecto político, tiene usted mucha razón en lo que menciona, coincido con usted en que debemos repensar y replantear sobre las circunstancias que estamos viviendo, tanto políticas como económicas, para valorar sobre la función social que brinda la escuela de hoy. Por otro lado, enfocándonos en el nivel superior, le quiero preguntar sobre un tema que usted ha abordado ampliamente, ¿Para qué sirve cursar la Universidad en México?

Mayra Castañeda: La conclusión real, es que al ver los números y cifras en que podemos observar que actualmente existen 884,237 personas con un grado superior de estudios que se encuentran sin trabajo y sin una oportunidad inmediata de conseguir empleo; que el 38% de los jóvenes que logran insertarse en el mercado laboral perciben remuneraciones menores a los 5,600 pesos mensuales; además, de que uno de cada cinco egresados realiza actividades laborales de baja coincidencia con su carrera y en puestos que no son de tipo profesional; además de que el 26.2% tiene un nivel educativo superior al que requiere el puesto que desempeña, mientras que el 16% no utiliza plenamente los conocimientos y habilidades adquiridos en la carrera universitaria.

Son datos que deben alertarnos, ya que en los hechos la universidad está siendo una pérdida de tiempo para los jóvenes, ya que nos les proporciona las herramientas para lo que están buscando, que es la movilidad social.

Por ello, mencionó que debemos replantearnos, esta idea de hacer una transformación radical de esta institución que debería ser mucho más honesta y fijar límites claros de hasta dónde sí, y hasta donde no. Dado que solo se sigue siendo transmisores de contenidos e información, y más bien deberíamos acompañar a nuestros estudiantes para desarrollar habilidades, capacidades, destrezas y actitudes que es lo que están requiriendo las empresas, que tiene que ver con habilidades investigativas, metacognitivas, pensamiento crítico, pensamiento creativo para que realmente puedan tener la posibilidad de acceder a esta idea de la movilidad social; o de plano abandonar esa intencionalidad que ha ofrecido la universidad, y decir que no se puede seguir manteniendo esa expectativa de que mejorarán su condición económica y social a partir de cursar una carrera universitaria.

Muy interesante todo esto que nos menciona doctora Mayra, entonces estaríamos en el dilema, sobre si la universidad es para formar empleados de las empresas —podríamos pensar que sí, dado que se tiene que sobrevivir en este modelo económico en que vivimos, se tienen que solventar gastos y necesidades, y la educación superior de alguna forma contribuyen en brindar esas herramientas— pero y la participación, contribución y desarrollo social en donde quedan:

Mayra Castañeda: Debemos darnos cuenta que todo esto es parte de una política a nivel internacional de auto explotación, que hace pensar que la única razón de existencia es la producción. Finalmente eso es lo único que ven las empresas. La empresa identifica vacíos cuando una institución no fija sus límites y busca aprovecharse de ello, siempre hay actores que se aprovechan de esto para tener una ganancia personal, económica y política de las situaciones no definidas. Por eso es tan importante y urgente fijar estos límites y definir de cara a la sociedad, para que sirve la universidad, hasta dónde puede contribuir al desarrollo y formación personal y profesional. Precisar qué parte le toca a la empresa, al estudiante, a la sociedad, a los medios de comunicación y definir cuáles serán los perfiles de egreso, no solo en lo laboral, sino en términos de habilidades para la vida, de pensamiento crítico y social. 

Creo que nos hemos quedado a la mitad de ello, solo se ha trabajado en proporcionar información que haga más empleables a los egresados.

Como país debemos plantearnos para qué queremos a las instituciones de educación superior, solo para que se siga explotando a los jóvenes egresados, para proporcionar mano de obra barata y calificada, para formar obreros calificados que no tengan capacidad de cuestionar, ni de inventar, ni de crear, ni de innovar. O queremos realmente detonar un aspecto creativo e innovador que nos coloque y posicione en otro nivel en el ámbito internacional, pero que desde luego proporcione beneficios internos a los jóvenes. 

Creo que estamos llenos de talento en nuestros jóvenes mexicanos, pero la universidad no se ha enfocado en ello, en detonar sus talentos, no ha estado a la altura de ellos, solo se ha cumplido con la emergencia y demanda de las empresas y organismos internacionales. 

Coincido totalmente con lo que usted menciona, me parece una visión muy sensata y obligada. Asimismo, en el entendido de que estamos viviendo en la era digital, las formas de comunicación, de pensar, de hacer y de ser están cambiando, vivimos en un mundo cambiante a cada instante, por tanto le quiero preguntar, ¿Cuál es su perspectiva de la Universidad en relación a la era digital que vive la sociedad?

Mayra Castañeda: Como sociedad estamos un tanto maravillados y enceguecidos con la tecnología. Esta tiene muchas bondades desde luego, nos ha cambiado la vida y la forma de comunicarnos; pero debemos cuestionarnos sobre qué es lo que aporta a nuestro crecimiento, y que es lo que nos está volviendo esclavos de la tecnología, que nos está sujetando y atando a ella. 

El cerebro se está limitando, no tiene el mismo desarrollo que tenía anteriormente, las redes neuronales no se han podido establecer porque se vienen limitando las habilidades memorísticas, de análisis y de investigación en nuestra propia memoria. 

Nos estamos volviendo dependientes tecnológicos. Hay la idea de que la tecnología va a sustituir las prácticas educativas, pero muchas veces solo se sustituye al pizarrón por un cañón, lo que finalmente tiene una función semejante. No se ocupa a la tecnología como una herramienta que transforme la práctica educativa y que mejore el proceso de aprendizaje. 

Entonces se tendría que revalorizar el uso de estas tecnologías, ya que efectivamente estamos atando y sometiendo en algunos aspectos de nuestra vida a la tecnología, lo que detiene el desarrollo de ciertas facultades en esta era digital, cosa que debemos considerar. 

Finalmente doctora Castañeda, con su experiencia que tiene en estos estudios e investigaciones que realiza al respecto de lo conveniente que es, o no lo es estudiar una licenciatura. Si usted pudiera orientar y dar consejos a los jóvenes que están por tomar una decisión, para incorporarse alguna institución, a una u otra carrera de educación superior, o que están iniciando su formación profesional, ¿Qué consejo les daría a los jóvenes mexicanos que se encuentran estudiando en alguna universidad o institución de educación superior?

Mayra Castañeda: Les daría el mismo consejo que le he dado a mi hija. “Que deben pensar que lo que decidan estudiar no necesariamente será lo que hagan el resto de su vida”, por lo que no necesariamente van a aprender lo que esperan en ese proceso, van a tener que hacer un trabajo extra, relacionándose con la realidad, enfrentando la vida cotidiana desde hábitos de emprendedurismo y de compartir con su comunidad a nivel social. 

Que consideren que desafortunadamente, en este momento, hasta las mejores universidades no pueden garantizar el hecho de que van a ser exitosos en el ámbito que decidan, ya que hay muchas variables, vivimos en un mundo líquido. Ya no estamos en el mismo paradigma que conocimos nosotros en que egresamos de una universidad y nos insertamos en el campo laboral y ya solo era trabajar y trabajar hasta la jubilación. Hoy es un proceso continuo de aprendizaje, de fortalecimiento, de capacitación y de actualización.  

Quizá cuando egresen a los dos años van a trabajar en un ámbito totalmente diferente, o tal vez egresando, consideren que eso no era lo que querían hacer en la vida y tendrán que introducirse en otra área totalmente diferente a lo que se formaron. 

Vivimos en un mundo líquido, en el cual menciona Bauman, ya no tenemos la seguridad de nada. 

Los jóvenes deben prepararse para la incertidumbre, el hecho de estar en una buena universidad no es garantía de nada. Tiene que elegir una licenciatura con plena conciencia de lo que quieren aprender. Es un poco duro, pero deben considerar incluso que quizá al egresar, accederán a un puesto de trabajo, que hubieran podido acceder sin haber cursado una licenciatura, es decir, solo con haber cursado la educación media superior. 

Lo que significa incluso, que tienen que estar dispuestos a desperdiciar cuatro o cinco años de su vida, ya que es probable que no reciban el empleo, ingresos o movilidad esperados. Es una realidad. Creo que este futuro incierto de los jóvenes, depende mucho del talento, interés y gusto que tengan por alguna área del conocimiento. Hay carreras como mecatrónica, robótica y quienes tienen interés por ellas, ni siquiera entran a la universidad, pues saben que cuando egresen después de cuatro años, el conocimiento que adquirieron ya será obsoleto, porque las instituciones siguen centradas solo en impartir conocimientos y contenidos; y no en el desarrollo de habilidades y actitudes, con la intención de proporcionarles herramientas reales para que se conviertan en empleados, emprendedores, innovadores, o inventores en diversos ámbitos.  

Tenemos que hacerlos conscientes de que no hay nada seguro, lo que estudien ahora es porque les satisface y necesitan aprender, pero quizá en cinco años tendrán que aprender cosas nuevas.

Lo que es seguro es que en una universidad pueden aprender actitudes, aptitudes, y cierto tipo de disciplina y organización que proporciona la vida universitaria. 

Es cierto, estamos en un mundo líquido, de incertidumbres; el mundo estático, sólido y seguro que conocimos ya desapareció. Es verdad que en la universidad se venden sueños, y muchas veces no se habla de la realidad que los jóvenes habrán de enfrentar. 

Doctora Mayra Castañeda, ha sido un gusto conversar con usted. Le agradezco enormemente el tiempo y reflexiones que nos ha compartido en este diálogo. Le deseamos que continúen los éxitos en su trayectoria profesional en bien de la educación y de la universidad. 

¡Hasta nuestro próximo diálogo en bien de la sociedad y la educación en México!

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