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Prepa en línea en tiempos de la Cuarta Transformación

Abelardo Carro Nava

Los profesores no tendrían por qué tener otro trabajo, pero tampoco, tendrían que pasar por la serie de precariedades y atropellos que las autoridades educativas o gubernamentales comenten en “pro” de una reforma educativa o no educativa que, a final de cuentas, vulnera sus aspiraciones profesionales y calidad de vida. Tal es el caso de lo que actualmente sucede con las maestras y maestros que prestaron sus servicios profesionales en el Servicio Nacional de Bachillerato “Prepa en Línea” quienes, para acabar pronto, han sido despedidos masivamente dada la reforma que, en este sexenio se aprobó, con la finalidad de regular el outsourcing.

Como se sabe, “Prepa en línea” es un servicio educativo que surgió en el año 2014 con la intención de brindar una modalidad no escolarizada, opción virtual, a aquellos estudiantes que acreditaran haber concluido sus estudios en nivel secundaria; para este propósito, se emitió el Acuerdo Número 09/09/14 por el que se estableció el plan de estudios del Servicio Nacional de Bachillerato en línea, “Prepa en línea” y, en el que se especificaba, que su estructura curricular estaría organizada en 23 módulos que permitía, a quienes lo cursaban, continuar los estudios de tipo superior o incorporarse al ámbito laboral (Acuerdo 09/09/14).

Sobre este punto, Rodolfo Tuirán y otros escribieron: “La educación en línea ha sido considerada una herramienta central y un complemento armónico de otras modalidades educativas, así como una alternativa viable para brindar acceso a millones de personas a una educación de calidad. Quizá por eso, la educación a distancia ha sido percibida, ante todo, como un instrumento de democratización y una alternativa para enfrentar los enormes rezagos en el acceso a la educación (Tuirán, Limón y González, 2016). Democratización y alternativa que es y se antoja viable, pues ante los avances tecnológicos que impone la globalización, aunado a la precariedad de los sistemas educativos, como el nuestro, se demanda de una oferta educativa que resulte ser necesaria e indispensable para abatir esos niveles de rezago, pero también, para brindar otras posibilidades de educación a toda la población. Tan necesaria e indispensable que, el autonombrado gobierno de la Cuarta Transformación, a pesar de su antipatía con toda política “neoliberal” que ha permeado en nuestro país, la ha mantenido hasta nuestros días.

Cierto, en algún momento la Secretaría de Educación Pública (SEP) subcontrató este servicio a un corporativo ejecutivo o empresas (cosa que no sucedió al inicio de su operación) a las que se les asignaban cantidades millonarias para que pudieran cubrir, entre otras cosas, los honorarios del personal que laboraba bajo este esquema, pero ¿qué responsabilidad tuvieron los profesores que en éste trabajaron para que la SEP haya avalado, en su momento, esta subcontratación?, ¿qué responsabilidad tuvieron los profesores para que, bajo esquema, el del outsourcing, prestaran dichos servicios durante varios años? Vaya, es importante mencionar que, durante esos mismos años, estos maestros y maestras no recibieron su pago en tiempo y forma por la actividad realizada durante semanas o meses, y bueno, de las prestaciones a las que podrían tener derecho mejor ni hablamos: una precariedad total.

Hoy, cuando las cosas parecen haber cambiado en el territorio mexicano, pues la promesa de una transformación construyó ciertas esperanzas en varios sectores de la sociedad y educativos, de la noche a la mañana, como ya he dicho, ya no serán contratados cientos de profesores (mal llamados asesores virtuales o tutores escolares) que por años prestaron sus servicios profesionales en este Sistema Nacional de Bachillerato. ¿La razón? Se halla en la reforma que en este sexenio se aprobó y cuya finalidad estriba en regular el referido outsourcing. Reforma que trajo consigo modificaciones a 7 leyes: la Ley Federal del Trabajo, ley del Seguro Social, ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, Código Fiscal de la Federación, ley del Impuesto Sobre la Renta, ley del Impuesto al Valor Agregado, y ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, reglamentaria del apartado B) del Art. 123 Constitucional. Reforma que, en pocas palabras, reafirma el que un trabajador pueda ser tratado con la punta del pie cuando ya no es necesario. Entonces, ¿en la SEP sí son, o no, neoliberales?

Al respecto pienso, que tal reforma se requería pues, como sabemos, bajo el famoso outsourcing se han cometido serias atrocidades al erario público, sin embargo, legislar sin conocer las consecuencias directas que traerán dichas modificaciones a ciertos trabajadores, es un atropello mayúsculo, sencillamente porque ésta no valoró el trabajo realizado durante los periodos de contratación anteriores a su implementación. ¿No acaso Prepa en línea fue fundamental para que miles de estudiantes continuaran sus estudios en momentos en los que pandemia no daba tregua?, ¿de qué manera se valoró todo el esfuerzo, dedicación, empeño, capacidad y conocimiento de cientos de profesores que han acompañado la formación académica y profesional de quienes se inscribieron a este sistema de bachillerato porque no tuvieron la posibilidad de tomar otro camino que les permitiera concluir sus estudios, en otras instancias y bajo otras modalidades, por diversas circunstancias?

Pero aún hay más, ¿por qué no se hizo un balance de los beneficios que ha traído este Servicio Nacional a millones de estudiantes que lo han cursado?, ¿por qué no se pensó, y mucho menos consideró, las afectaciones que traerían consigo esas modificaciones al personal que, por muchos años, ha laborado en dicho Servicio y que han sido fundamentales para el logro de los propósitos establecidos dado el egreso de cientos de estudiantes de este Sistema?, ¿por qué establecer, de la noche a la mañana, una serie de criterios que no permitirán que aquel profesional de la educación contratado bajo este esquema pueda tener otro trabajo cuando sabemos que los salarios de las maestras y maestros no alcanzan para cubrir sus necesidades de vida y profesionales? 

Resulta irrisorio que, de un momento a otro, se eche a andar una “normativa” para que el personal que sea contratado en lo sucesivo, lo haga bajo un esquema de honorarios que, ciertamente establece una temporalidad, pero también, una serie de derechos que posiblemente no serán otorgados dadas las medidas de “austeridad” impuestas desde arriba. Habría que revisar dichos contratos, y si éstos fijan un horario determinado y si establecen la emisión de instrucciones directas para el cumplimiento de este trabajo pues, en caso de considerar estas dos cuestiones, la ley bien podría otorgarles ciertos derechos. En fin. 

Se esperaba que un gobierno que se dice humanista, pudiera tener un poquito de sensibilidad sobre este tema, u otros, por ejemplo, la serie de atropellos que constantemente sufren los profesores que prestan sus servicios en el Programa Nacional de Inglés (PRONI) o en los Centros de Atención a Estudiantes con Discapacidad (CAED); servicios que, de acuerdo a la propuesta curricular 2022 que ha dado a conocer la Dirección de Desarrollo Curricular, serán fundamentales para el logro de los propósitos educativos y para el “progreso” que ahí se comenta.

¿Tanto ha cambiado para que todo siga igual? 

Los hechos ahí están.

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