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¿quién hace investigación educativa en las escuelas formadoras de docentes y por qué se hace?

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El maestro José Luis Montoya Eguía, de la Escuela Normal Superior “Profr. Moisés Sáenz Garza”, de Monterrey, participante en el Foro de consulta sobre el modelo educativo en Educación Normal, realizado en Coahuila el 12 de febrero, durante su participación, estableció en su reflexión en torno al plan integral de diagnóstico, rediseño y fortalecimiento para el sistema de normales públicas, que si bien dentro del ámbito de la formación docente hay pocas oportunidades de practicar la investigación educativa de manera formal, esto se debe principalmente a distintos factores  que pueden considerarse como un obstáculo para su práctica extensiva.  Algunos autores como Roberto Hernández Sampieri, Carlos Fernández Collado y Pilar Baptista Lucio (1991), argumentó Montoya Eguía,  señalan que la simple palabra investigación está relacionada con ideas equivocadas acerca de su naturaleza y función: La visión de que hacer investigación es algo sumamente complicado y difícil, que solamente es practicada por especialistas y genios; o bien que la investigación no está vinculada a la realidad  cotidiana, sino que solamente se lleva a cabo en centros e institutos especializados.

De la misma forma, estos autores sugieren que “la investigación científica es en esencia como cualquier tipo de investigación, solo que más rigurosa, especializada y se lleva a cabo cuidadosamente. Cualquier ser humano puede hacer investigación y hacerla correctamente si aplica el proceso de investigación correspondiente. Lo que se requiere es conocer dichos procesos y sus herramientas fundamentales (1991, p. xxxvii ).

El maestro Montoya Eguía se pregunta  ¿quién hace investigación educativa en el ámbito de las escuelas formadoras de docentes y por qué se hace?

Por otra parte, en el ámbito educativo, es difícil encontrar espacios y programas que apoyen de manera abierta la investigación como tarea de todo el personal docente, sino que se circunscribe casi exclusivamente a las personas que “deben” hacer investigación. Es decir, los docentes pertenecientes a los llamados cuerpos colegiados o adscritos a programas de apoyo del profesorado (PROMEP, a partir de este año llamado Programa para el Desarrollo Profesional Docente) donde el rasgo principal que define el perfil deseable como candidato a los mismos se determina por la cantidad de horas en propiedad dentro de una plaza laboral (tiempo completo).

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