Retos y desafíos del profesorado ante la evaluación del desempeño profesional

Alma Ma del Amparo Salinas Quintanilla*

En años recientes, a partir de los 90 del siglo pasado, en México se ha resaltado el rubro de profesionalización como un aspecto que debe rescatarse para ofrecer educación con calidad. Desde 1992 con el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB) se creó el Programa de Carrera Magisterial en el que se ofertaron estímulos al desempeño docente como una estrategia para revalorar la función social del profesor a través de seis factores, entre los que destacó la preparación y el desempeño profesional; sistema de evaluación que estuvo vigente hasta la entrada de la Ley del Servicio Profesional Docente (2013) cuyo objetivo es “regular el Servicio Profesional Docente en la educación básica y media superior que imparte el Estado; establecer los perfiles, parámetros e indicadores que sirvan de referente para la buena práctica profesional docente, así como regular los derechos y obligaciones derivados del mismo” (Diario Oficial, Considerando, parr. 5) que en coadyuvancia con el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) despliegan estrategias para el ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia de los diversos atores educativos en el Servicio Profesional Docente.

Pero ¿qué entendemos los profesores como desempeño profesional? un 48% de los profesores encuestados expresaron que “estar actualizado permanentemente de acuerdo a los propósitos y enfoques establecidos en el plan y programa de estudios, así mismo que responda a las necesidades de los alumnos y demandas de la sociedad” expresó una jefa de sector de Educación Primaria.

En el desempeño profesional se requiere de la “Participación del docente en la actualización y superación con la intención de aplicar nuevas estrategias y deseos de que la práctica sea mejor y con resultados positivos” fue el concepto vertido por una profesora de Educación Preescolar; expresiones que denotan una relación entre ser profesional y la actualización permanente; conceptualizaciones en las que se considera el ser profesional como una serie de experiencias y conocimientos que se adquieren a través de estrategias de entrenamiento que son ofertadas por la institución, sin considerar las necesidades de los docentes y del contexto (Hargreves, 1993).

Además, el 24% expresó que el desempeño profesional está relacionado con un concepto de saber especializado y sistemático:

“las diferentes profesiones o grado académico que se cursa por parte del docente, toda su preparación profesional en términos generales” (supervisora de Educación Primaria).

“Se refiere a la preocupación constante del trabajador de la educación por mantener al día la investigación educativa y brindar un servicio de calidad” (profesora de Educación Primaria) connotaciones que permiten percibir una conceptualización del ser profesional reducida a la posesión de conocimientos.

Un 12% lo relacionó con acciones de mejoramiento, como lo expresado por una asesora técnico pedagógica de Educación Inicial respecto al desempeño profesional “Ofrecer un mejor desempeño de mis funciones como propiciador de aprendizajes, con los conocimientos teóricos que sustenten las actividades docentes”. Al respecto, Arias y Flores (1999) señalaron que los docentes expresan que las estrategias de actualización presentes consisten en cursos muy interesantes, pero que no tienen que ver con las problemáticas que ellos viven en sus contextos, por lo que se hace necesario pensar y practicar nuevas formas de actualización que permitan el desempeño profesional de los mismos.

Solamente un 16% mencionó que en el desempeño profesional están presentes los valores y que se requiere, sobre todo, ser un agente de cambio “El docente debe asumir su responsabilidad como agente de cambio en su práctica, a la vez estar accesible al cambio y prepararse continuamente, el estar actualizado le permite tener un panorama crítico y reflexivo de su práctica docente” (asesora técnico pedagógica de Educación Preescolar).

Por lo que se puede deducir que no existe una única definición del desempeño profesional, si no que coexisten diversas conceptualizaciones que están determinadas por un marco social, cultural e ideológico que confluye en las prácticas cotidianas; y que, ante un proceso de evaluación de esta tarea, el profesorado se sumerge en una vorágine de ideas, que lejos de tener claridad en el quehacer profesional lo circunscribe a participar en cursos, ofertados por diversas instituciones, entre ellas la sindical, que continúan con un concepto equivocado y difuso del quehacer profesional.

Pero ¿cuáles son los retos y desafíos para el profesorado y las instituciones encargadas de velar por el desarrollo de prácticas educativas con calidad?

Primeramente, se tendrán que dilucidar los propósitos y el proceso de evaluación del desempeño, porque la mayoría de los actores educativos señalan que los procesos son ambiguos; y permea en el ámbito educativo la función coercitiva de la evaluación.

Los profesores encuestados conceptualizan a la evaluación del desempeño como una tarea impostergable, tendiente a elevar la calidad de la educación. “La considero indispensable, porque permite al sistema educativo nacional conocer las competencias de los docentes, además la evaluación ha fomentado la autoformación y capacitación profesional, lo que se traducirá en mejores prácticas docentes” (profesora de Educación Preescolar). Por otra parte, expresaron que el proceso de evaluación permitirá la actualización para responder a las necesidades del servicio, sobre todo para profundizar sobre temáticas como el enfoque por competencias, fundamento de planes y programas de estudio de la educación básica.

Sin embargo, enfatizaron en que

La experiencia es que todo fue muy estresante, sobre todo la duda de cómo sería el examen y toda la exageración de bibliografías para leer, el momento del examen muy cansado por tanta lectura, pero no muy difícil, ya que sólo eran 154 preguntas de casos y la mayoría sobre el programa de estudios en secundaria en inglés de los tres grados y unas cuantas preguntas acerca de las experiencias como docentes en el cuidado y protección de nuestros alumnos. La planeación argumentada fue algo difícil porque no estamos acostumbrados a hacerla sin ver el programa, ya que sólo te dejaban escoger un aprendizaje esperado y de ahí realizar todo el plan de clase y argumentar y relacionar todo lo planeado con el contexto interno y externo de la institución, las características del grupo, materiales, tiempos, evaluaciones, etc. (profesora de Educación Secundaria).

Considerando que anteriormente no se había presentado una situación similar, ante lo que los profesores expresaron que fue algo pesado y que existió, previamente, mucha desinformación al respecto. Por lo que sugieren para próximas evaluaciones

Que se den las condiciones necesarias para llevar a cabo un buen desempeño de dicha evaluación, que se realice bajo cada contexto específico del cual se está realizando nuestro quehacer docente, que se den a conocer de manera clara los resultados y los criterios con que se va a evaluar. (profesora de Educación Primaria).

Que todo se dé con más tiempo, bueno, la primera etapa que fue más apresurada, el expediente de evidencias de enseñanza. Se dio la lista de los maestros seleccionados cuando ya casi no teníamos alumnos y algunos docentes tuvieron problemas para conseguir las evidencias y ya cuando muchos de nosotros habíamos subido las evidencias, cambiaron las fechas y yo creo que no se debió haber cambiado, se debió respetar lo estipulado con anterioridad y en el informe de cumplimiento de responsabilidades profesionales el director nos debería informar lo que nos calificó y con qué resultado. (profesora de Educación Secundaria).

La importancia de recoger de la propia voz de los actores, las dudas, percepciones y sugerencias sobre la evaluación del desempeño, sin duda, permitirá la optimización de estos procesos y la adecuación de los mecanismos creados para ello, de acuerdo al contexto en el que se realizan dichas prácticas evaluatorias. Pero ¿para qué sirve la evaluación del desempeño profesional? y ¿cómo asume el profesorado su participación en la evaluación del desempeño profesional? En este sentido, los profesores, respondieron

Considero que es esencial el conocimiento de los planes de estudio del grado o grados que se atiende, principalmente de los aprendizajes esperados, ya que constituyen la pauta para la intervención didáctica y para lograr en cada uno de los propósitos educativos. Además, resulta útil identificar las características de los alumnos hacia los que se dirige la práctica docente, esto significa conocer y considerar sus ritmos y estilos de aprendizaje, los tipos de agrupamiento y materiales didácticos con los que se desenvuelven mejor.

Es fundamental llevar un registro de la práctica con la ayuda de diversas técnicas e instrumentos que permitan llevar un seguimiento sistemático del desempeño en la labor, para que se establezca una reflexión y análisis, en busca de una mejor práctica. No basta con llevar a cabo las acciones y estrategias planeadas con anticipación, definitivamente ahí no concluye el trabajo educativo, éste se ve nutrido al observar y tener presentes las actividades que resultaron favorecedoras en el desarrollo de las competencias, para seguir realizando acciones que resultaron efectivas. (director de Educación Primaria).

Por lo que, la participación de los profesores en las diversas etapas del proceso de evaluación del desempeño profesional, son asumidos, en gran parte, como una imposición necesaria; que poco a poco permitirá la creación de una cultura de la evaluación. Por lo que los retos y desafíos que tendrán que enfrentar el profesorado y las instituciones que participan en el proceso de evaluación radican en la migración de prácticas escolares estereotipadas hacia experiencias educativas autónomas y situadas que se caractericen como buenas prácticas. El profesorado tendrá que soltar sus miedos para ejercer acciones de mediación y reflexión del quehacer cotidiano; por su parte, las instituciones están obligadas a reconsiderar los modelos rígidos de la evaluación para encontrar evidencias de cada práctica educativa.

Queda mucho por hacer, vayamos poco a poco, empecemos por el análisis y reflexión de las prácticas cotidianas de profesorado y habremos de iniciar la jornada con el pie derecho.

bonum satus

Referencias

Arias, M. y Flores A. (1999). Los profesores nos decidimos por el cambio. Red Nacional de Tebes. Transformación de la Educación Básica desde la Escuela. México: UPN.

Diario Oficial. (1992). Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica. México: Autor.

Diario Oficial. (2013). DECRETO por el que se crea la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente como órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Educación Pública. México: Autor.

Hargreves, A. (1993). Individualism and Individuatity: Reinterpreting the Teacher Culture, International Journal of Educational Research, 19(3), 227-246.

*Maestra en Administración de Centros Educativos Instituto Tamaulipeco de Investigación Educativa y Desarrollo de la Docencia y Doctora en Psicología

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