Educación Futura

Etiqueta: educación pública

  • La “nueva” USICAMM: una tomada de pelo

    La “nueva” USICAMM: una tomada de pelo

    Abelardo Carro Nava
    Abelardo Carro Nava

    En un país donde las cosas que suceden parecen no tener sentido, se encuentra una más que mírese por donde se mire, fácilmente podría ser catalogada como una locura. Resulta que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum “ha decidido” eliminar una de las propuestas que el expresidente Andrés Manuel López Obrador llegó a concretar al inicio de su mandato porque, según recuerdo, en ese entonces el sistema educativo requería de un mecanismo que lograra la tan anhelada y cacaraqueada “revalorización del magisterio”; me refiero a la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, mejor conocida como USICAMM.

    Sin embargo, debe recordarse que esta “fabulosa” idea no surgió de las entrañas del lopezobradorismo o de la “cuatro T” que lo cobijaba, sino de lo más rancio del neoliberalismo que hoy, igual que antaño, se crítica hasta el hartazgo. Veamos.

    Allá por el 2008, cuando se firmó la Alianza por la Calidad de la Educación entre Felipe Calderón y la líder del sindicato Elba Esther Gordillo, surgió un esquema que tenía entre sus líneas la profesionalización de los maestros y las autoridades educativas, con tres indicadores fundamentales: el ingreso y la promoción; la profesionalización; y los incentivos y estímulos.

    El cierto, alguien con mucha certeza y seguridad dirá que ese esquema de alguna forma se contemplaba en el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica de 1992, y es correcto, porque durante el periodo salinista es que se concretó el programa denominado Carrera Magisterial, cuya premisa era la de evaluar a los profesores de educación básica y, para ello, se diseñó y echó andar una estructura que terminó siendo una estrategia de estímulos salariales cuyo control recayó en la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Aquí valdría la pena preguntarse: ¿mucho ha cambiado para que todo siga igual en estos días tan surrealistas que se están viviendo en México? En fin.

    Volviendo al tema que me ocupa, no debe olvidarse que, durante el calderonismo, el tema del control de las plazas (ingreso) por concurso nacional se planteó como un mecanismo que aseguraría la calidad educativa en las aulas y en las escuelas; con ello se comenzó a sembrar la idea de que las niñas, niños y adolescentes tenían que contar con las mejores maestras y maestros de México, como si un examen fuera el único instrumento que permite valorar la capacidad de una profesora o profesor frente a un grupo de 35 o 40 estudiantes.

    Con este antecedente, obviamente sin perder de vista la injerencia de organismos internacionales como la OCDE o el BM, entre otros, en el 2013 el peñanietismo concretó lo que otros sexenios no pudieron; me refiero a aprobar una reforma educativa, de carácter punitivo, con procesos de ingreso, permanencia, promoción y reconocimiento del magisterio. ¡Qué no se olvide! Mario Delgado, Secretario de Educación con Claudia Sheinbaum, fue parte del Pacto por México que impulsó y logró la aprobación, en el senado y en la cámara de diputados, de la reforma educativa de 2013.

    ¿Qué criterios quedaron establecidos para el ingreso en 2013? a) Perfil con formación pedagógica o áreas afines que correspondieran a los niveles educativos; b) Parámetros e indicadores con base en criterios para el examen y asignación de plazas: congruencia, pertinencia, suficiencia, generalización y claridad; c) Instrumentos de evaluación previo registro para determinar: idóneo/no idóneo; d) Examen presencial en sedes; e) Listas de prelación; f) Asignación de plazas. ¿Cuáles fueron los criterios para la promoción en función de los incentivos en el marco de la evaluación del desempeño? a) Parámetros e indicadores con base en criterios para el examen y asignación de incentivos: congruencia, pertinencia, suficiencia, generalización y claridad; b) Instrumentos de evaluación previo registro: 1) No suficiente (regularización por tutoría y formación continua). 2) Suficiente (permanencia por 4 años y participación en programas de desarrollo profesional). 3) Destacado (participa en el programa de promoción en la función); 4) Incremento (ascenso en el programa en la función); c) Examen para la obtención del nivel; d) Lista de prelación (7 niveles de incentivos); e) Asignación de niveles.

    Pasaron los meses y López Obrador llegó al poder con la reiterada promesa de que revalorizaría al magisterio y, para ello se abrogaría la reforma educativa de 2013 y todo lo que esta representaba. No tarde ni perezoso, ya con la reforma en las manos, de un plumazo desapareció a la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente (CNSPD, organismo que aplicaba a rajatabla lo mandatado en la ley de 2013) y el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (que, entre otras tantas cosas, se encargaba del diseño de ciertas “políticas”, digamos evaluadoras) y surgió la USICAMM y la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la educación (MEJOREDU); esta última ya desaparecida por, digamos, ya no servir a los intereses del gobierno sin considerar que, con ello, una promesa de campaña de Obrador se fue al caño, porque su eliminación fue contraria al motivo que le dio su razón de ser: REVALORIZAR AL MAGISTERIO después de tanta denostación peñanietista. En fin.

    En los hechos, en 2019 la CNSPD de 2013 quedó intacta, salvo por la eliminación de la palabra permanencia, todo lo demás quedó prácticamente de la misma forma en el nuevo organismo llamado USUCAMM. Para el ingreso se estableció: a) Parámetros e indicadores para el ingreso al SPD; b) Parámetros e indicadores como referente de la buena práctica y el desempeño eficiente del docente; c) Instrumentos de valoración previo registro a partir de elementos multifactoriales: 1) conocimientos y aptitudes, 2) formación docente pedagógica, 3) acreditación de estudios, 4) promedios general, 5) cursos extracurriculares, 6) movilidad académica, 7) experiencia docente (además del curso en línea de la NEM); d) Exámenes presenciales en sedes (aunque con la pandemia todo se cambió a “en línea”); e) Lista de ordenamiento; f) Asignación de plazas. Para el programa de promoción horizontal por niveles con incentivos: a) Perfiles, criterios e indicadores como referente de la buena práctica en el desempeño eficiente de la función docente (rasgos y características de los perfiles profesionales); b) Instrumentos de valoración previo registro: 1) antigüedad, 2) reconocimiento al buen desempeño, 3) grado académico, 4) desarrollo profesional, 5) instrumento de valoración (examen), 6) instrumento de valoración de recursos personal y práctica (¿otro examen?), 7) entrevista; c) Aplicación de instrumentos de valoración; d) Lista de resultados (8 niveles); e) Asignación de niveles.

    Con este esquema, como bien dirían en mi pueblo, se evidenció aquello de que: “es la misma burra nada más que revolcada” o, en este caso: fue la misma burra nada más que revolcada, ¿cuál cambio o transformación entonces?

    Hoy se anuncia con bombo y platillo un “nuevo” esquema de ingreso y reconocimiento que ahora sí “revalorizará al magisterio”; es más, hoy, tomados de la mano SEP y el SNTE, viven una novela de amor tan romántica como en los buenos tiempos de La maestra con Salinas, Fox o Calderón, amor que los ha llevado a afirmar que por fin el Sindicato tendrá presencia en los distintos procesos cuando en realidad siempre la han tenido, la realidad es que NO HAN HECHO NADA. En fin.

    Vivimos tiempos tan inverosímiles que nos llevan a pensar que la “nueva” USICAMM es y será una tomada de pelo para el magisterio.

    Al tiempo.

  • Me equivoqué

    Me equivoqué

    Jesús Carlos Ornelas Navarro recibe el nombramiento de Profesor Distinguido en la UAM.
    Jesús Carlos Ornelas

    Hace más de un año que su puesto legal caducó, pero sigue en la silla que ocuparon caciques de la talla de Jesús Robles Martínez, Carlos Jonguitud Barrios y Elba Esther Gordillo. No hay otra forma de justificar la ilegitimidad, sólo el uso del poder y el refrendo al régimen.

    Erick Juárez Pineda y Abelardo Carro Nava, colegas de Educación Futura, pusieron el punto sobre las íes. No con esas palabras, pero sí con ese significado, apuntan que la permanencia de Alfonso Cepeda Salas en la secretaría general del Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación es ilegítima e ilegal. En dos de mis artículos anteriores en nuestro Excélsior especulé. No observaba en el jefe del SNTE el espíritu de cacique. Erick y Abelardo recapitulan que Cepeda Salas cumplió su plazo legal en la jefatura en febrero de 2024. De plano, me equivoqué, Cepeda Salas le sigue dando al mando del poderoso aparato de control de los maestros.

    Además, Erick y Abelardo recuerdan que el artículo 41 de los estatutos del sindicato prohíbe a los dirigentes ocupar puestos públicos y de elección popular, mientras detenten el cargo. El secretario general es senador por Morena, acaso por ello nadie del gobierno exige que se cumpla con el reglamento y abandone el cargo. ¿Cómo?, si prometió afilar a cinco millones al partido gobernante (docentes y sus familias). Pero extraña que dentro del magisterio no haya protestas. Claro, los líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación atacan al charro, pero no promueven acciones legales para quitarle el cargo. Quizá les sea funcional que siga allí, porque con él en la cabeza del CEN la Coordinadora ha crecido, es un buen blanco para el insulto y muestra del charrismo que defiende a la Cuatroté.

    Cepeda Salas, cual zorro político, intuyó que el gobierno de López Obrador sería más acomodaticio a los intereses de su facción si forjaba una alianza explícita con él y su partido. Cuando se discutían en el Congreso federal las enmiendas a los artículos 3, 31 y 73 de la Constitución, el jefe del SNTE se puso a las órdenes de López Obrador: “Por eso hoy la mayoría de quienes integramos este Sindicato, la expresión institucional, que es casi el 90 por ciento de los dos millones 400 mil trabajadores que integramos al SNTE nos declaramos aliados del señor Presidente de la República y nos ratificamos como el ejército intelectual que, como ha sido siempre, está del lado de las instituciones y estará apoyando al primer mandatario en esta gran hazaña que se ha echado a cuestas” (SNTE: Versión de la conferencia de prensa que ofreció Alfonso Cepeda Salas, 26 de abril de 2019).

    Incluso, contó una mentirijilla; afirmó que “más de 80% de las iniciativas propuestas en el dictamen que se discutía, fueron presentadas por el gremio magisterial”. Es bien sabido que los partidos de oposición todavía tenían voz y voto efectivos y apadrinaron la propuesta que hizo un grupo de académicos de la Red Educación y Derechos. Eso completó la iniciativa que el presidente envió el 12 de diciembre del año anterior. Pero no es novedad que los líderes del SNTE hagan caravana con sombrero ajeno.

    En su mensaje del 15 de mayo de 2019, Cepeda Salas selló el pacto de subordinación con el régimen, claro, a cambio de concesiones. En nombre del SNTE aceptó la respuesta al pliego de peticiones y la oferta del presidente López Obrador. Y, como la CNTE lo había criticado, incluso acusó que las mudas en la Constitución que promovió AMLO, ratificaban el enfoque neoliberal. Cepeda Salas expresó: “Lo único que logran es afirmar nuestra determinación de defender el patrimonio colectivo de los trabajadores de la educación, porque este Sindicato no es patrimonio personal de nadie, no es heredable, nadie tiene el derecho a reclamarlo para sí mismo, estamos decididos a evitar un nuevo asalto”. Tal parece que quien asaltó el poder del SNTE es él.

    Hace más de un año que su puesto legal caducó, pero sigue en la silla que ocuparon caciques de la talla de Jesús Robles Martínez, Carlos Jonguitud Barrios y Elba Esther Gordillo. No hay otra forma de justificar la ilegitimidad, sólo el uso del poder y el refrendo al régimen. Y no, el magisterio no es el ejército intelectual de la Cuatroté. Se parece más a la definición de Jonguitud, “plomeros electorales”.

    • RETAZOS

    Pedro Hernández, líder de la Sección 9 (CNTE), expresó: “No se equivoque, Presidenta, no piense que nos vamos a ir con las manos vacías”. Y así fue.

  • ¿En las aulas o en las calles? A propósito de la CNTE

    ¿En las aulas o en las calles? A propósito de la CNTE

    Irma Villalpando
    Irma Villalpando
    El aula como trinchera

    Miguel Ángel es profesor multigrado de la telesecundaria Ricardo Flores Magón, ubicada en la localidad Estación Méndez, municipio de Pánuco al norte de Veracruz. Tiene 33 años y una década como docente. Obtuvo su plaza por concurso durante el sexenio de Peña Nieto. Su rutina es exigente: se levanta a las 4:00 a.m., hace ejercicio, prepara su desayuno y su lunch, conduce su camioneta durante hora y media por caminos semirurales y, por fin, llega a la escuela a las 7:30 a.m., revisa las aulas e instalaciones y recibe a sus alumnos.

    A su escuela —a la que él llama con cariño “Mi pequeña Finlandia”—, asisten 19 estudiantes: 10 de primero, 4 de segundo y 5 de tercero. Miguel Ángel enfrenta en solitud su tarea y su función. No hay en su escuela director, ni conserje, ni secretaria, ni pedagogo, ni orientador ni psicólogo. Solo él, frente a su grupo. 

    Miguel Ángel imparte las materias de los tres grados de secundaria. Su favorita es matemáticas, que enseña todos los días; español, tres días; inglés, deportes, historia y formación cívica y ética, dos días cada una. En los recreos, juega futbol o platica con sus estudiantes; los escucha si tienen algún problema. Con el apretado horario y tantas materias se las ingenia para dar clases de arte, preparar festivales y concursos, gestionar la burocracia escolar y asear el plantel incluyendo la limpieza de los baños, con la ayuda de sus alumnos.

    Aunque se trata de una telesecundaria, no hay ninguna TV en su aula: dado que no recibían la señal y necesitaban recursos, las madres de familia decidieron venderlas. Miguel Ángel usa su propia computadora para planear sus clases y cumplir con los reportes que exige la SEP.

    A su aula le hace falta pintura y mantenimiento en general, sus ventanas son muy pequeñas y el calor apenas se combate con un pequeño ventilador. El patio no está techado y en época de calor “sí le sufrimos”, dice. Le pregunté si se habían beneficiado de la “Escuela es Nuestra” (programa de la administración federal que entrega dinero a los padres de familia para mejorar la infraestructura de la escuela), me respondió que sí, aunque con resultados cuestionables. “Los papás compraron mesabancos de muy mala calidad que tuve que quitarles la paleta, porque se movían mucho. También arreglaron las puertas de los baños, pero el herrero hizo un mal trabajo y ya no funcionan algunas. También pusieron un Rotoplas, pero ya no alcanzó para un techo del patio. Son muchas las necesidades”, lamenta.

    De sus estudiantes le inquieta especialmente una niña que no sabe leer ni escribir y que tampoco puede hacer sumas simples: “Se cayó de pequeña y desde entonces le dan ataques; tiene muchas dificultades para aprender”. También le preocupa el crimen organizado que “siempre anda merodeando” a sus estudiantes. 

    Muchos de sus alumnos provienen de hogares disfuncionales: la mamá de una niña está en prisión; varios de sus estudiantes viven con madres sustitutas, algunos con sus abuelos, porque sus padres migraron a Monterrey o Estados Unidos para trabajar. El 90 % de sus estudiantes tiene celular y usa redes sociales; los muchachos son fanáticos de Free Fire, les gusta andar en moto y hacer competencias entre ellos. Algunos trabajan por las tardes o fines de semana en la parcela; las niñas ayudan en tareas domésticas en sus hogares. 

    Miguel Ángel está en desacuerdo con la Nueva Escuela Mexicana (NEM). “Para mí, la NEM es una red de caminos que no conducen a ningún lugar por sí solos, ya que si eliges el camino del plan de estudios, te pierdes; lo mismo con los libros de texto o los proyectos”. Este año tuvo que pedir a sus estudiantes, por vez primera, que compraran una guía de matemáticas, porque no vienen ejercicios en los nuevos libros.

    Miguel Ángel percibe un salario neto mensual de diez mil pesos. Lo conocí hace tres años en un seminario; a menudo me pregunta sobre libros de pedagogía o didáctica. Se interesa por metodologías nuevas y sabe que si aprende más, puede enseñar mejor. Por el uso del espacio y la simetría en su escritura, los pizarrones que hace Miguel cuando explica su clase son los más hermosos que he visto. 

    El sábado 8 de junio, mientras se escribía este artículo, se anunció el retiro de la CNTE de la CDMX. Dado que los docentes dejaron las aulas el 14 de mayo y posiblemente regresarán el lunes 9, es posible calcular que más del millón de niños y niñas de las escuelas afectadas estuvieron casi cuatro semanas sin clases. ¿Qué tan mala es esta noticia? Es mala, ni duda cabe. El mejor lugar de los niños y adolescentes es la escuela; si no están en ella, ¿dónde están?, ¿en las calles, en el celular, con sus abuelos, en las motos? 

    Recibir educación es un derecho de los niños y en este caso se viola este derecho. Los docentes de la CNTE anteponen su derecho de lucha laboral al derecho de los niños de tener clases. Los maestros pueden hacer paros para luchar por sus derechos; los niños, no. 

    Aunque la CNTE esté conformada por maestros, en sus objetivos no figura la mejora de los procesos de enseñanza. Su interés se centra en alcanzar mejores condiciones laborales y fortalecerse como fuerza política; los niños y sus aprendizajes no son parte de su lucha. 

    Para la CNTE, la lucha de clases es la tensión que sostiene la realidad social. Sus demandas laborales las hacen desde la crítica marxista al capitalismo, el cual, afirman, en su fase neoliberal intensifica en la población una fuerza vertical de opresión y dominio. Solo desde el antagonismo entre quienes poseen el capital y quienes no —traducido en la dualidad de opresores y oprimidos— es posible entender el desposeimiento que denuncian y la naturaleza de sus demandas: 100 % de incremento salarial y cambio al sistema de pensiones, entre otras peticiones. 

    No es la CNTE, es el gobierno

    Los estados con mayor presencia de la CNTE son Oaxaca, Chiapas, Michoacán y Guerrero, entidades que registran los más altos niveles de rezago educativo. Ese rezago no es responsabilidad de la CNTE, sino consecuencia directa de la pobreza estructural y el histórico abandono de sus comunidades. Eso también hay que decirlo.

    A la CNTE se le puede reprochar su ausencia en las aulas y su negativa a reponer las clases en periodos compensatorios. Eso no hacen los maestros interesados en sus estudiantes. También se le puede cuestionar sus mecanismos de presión: la alteración del orden social y la beligerancia que algunos de ellos muestran, esas conductas tampoco son propias de educadores. Lo que no podemos atribuirles es el rezago educativo de sus comunidades, eso es una debilidad estructural de nuestro sistema educativo.

    El actor clave para entender los problemas de rezago escolar y reproducción social de la pobreza es el gobierno. No hay calidad educativa sin condiciones materiales mínimas y equipos de trabajo integrados para atender a los niños. Las escuelas sin recursos ni acompañamiento no logran librar el desafío de una sociedad lacerantemente desigual. La escuela de Pánuco es apenas un botón. 

    A pesar de que Miguel Ángel hace su mayor esfuerzo, su escuela no alcanza a ser un mecanismo que saque a los estudiantes de su contexto de pobreza y los lleve a mejores oportunidades de desarrollo personal y social. Su aula, como tantas otras, es apenas un velero enfrentando el tsunami de la pobreza y la desigualdad.

    La CNTE existe porque desde hace décadas el gobierno optó por el corporativismo asfixiando la democracia en los procesos de elección sindical. Con el tiempo, los gobiernos de los diferentes partidos políticos han gestado la formación de dos fuerzas políticas: un SNTE oficialista con personalidad jurídica propia y una CNTE, disidente, sin personalidad jurídica pero con reconocimiento de facto como fuerza política en tanto el gobierno negocia y pacta con ella. Dos expresiones de un mismo mecanismo que opera intercambiando el respaldo político por intereses de grupo. 

    Los millones de pesos gastados en iPads para afiliar a un millón y medio de nuevos morenistas son recursos que deberían ir directamente a las escuelas de los estados más pobres. Los niños de estas comunidades necesitan más personal especializado y mejores entornos de aprendizaje. 

    Por su parte, tanto el sindicato como su disidencia tendrían que defender los legítimos derechos laborales de los docentes, pero sin comprometer el interés superior de la niñez: tener una educación pública de calidad. La lucha gremial, por más legítima que esta sea, no puede ir en contra del aula.

    Reflexión final

    Los fines de la educación deben estar por encima de los antagonismos de clase. Los maestros de la CNTE equivocan su rol social cuando pregonan que “luchando también se está enseñando”. Los niños y las niñas no van a la escuela a recibir lecciones de lucha. 

    Las escuelas no deben ser de izquierda ni de derecha; su camino es instruir de la mejor manera a sus estudiantes, cultivar en ellos el placer de leer y asegurarse de que comprenden lo que leen; alimentar su pensamiento con conocimientos y razonamientos lógicos y bien argumentados. Esta es condición previa para que, cuando adultos, participen en la vida política de una sociedad que desea construirse a través del diálogo y el razonamiento.

    Exijamos que la escuela cumpla sus objetivos de instrucción: con ello aleja a sus estudiantes del sometimiento que da la ignorancia. Ser cultos es la única forma de ser libres, decía Martí. 

    Un buen gobierno debe construir una escuela pública de calidad con equidad; garantizar que los niños y niñas tengan las oportunidades reales para salir de la pobreza de sus hogares de origen. Países de alto nivel educativo lo hacen. 

    Continuaremos con la crisis educativa si los gobernantes no colocan, en los hechos, la educación como prioridad. Su desinterés por garantizar un futuro digno a niñas y niños es la prueba más contundente que tenemos para negarles el derecho a llamarse un gobierno humanista. 

  • ¡Mentira, mentira, la misma porquería!

    ¡Mentira, mentira, la misma porquería!

    Abelardo Carro Nava
    Abelardo Carro Nava

    La soberbia que ha manifestado en estos días un “representante del pueblo” de apellidos Fernández Noroña es mayúscula.

    Aún recuerdo la “humildad” con la que este político se acercaba a diversos sectores sociales para expresar sendos discursos donde, por más increíble que pudiera parecer en estos días, invitaba a los presentes a “que no se dejara engañar”, pues los regímenes neoliberales habían saqueado al país y, por esas y otras razones, había llegado el momento de lograr un cambio, según recuerdo: de transformación.

    Palabras como lucha social, justicia, igualdad, equidad, u otras como desobediencia civil quedaron en el baúl de los recuerdos. Allá por el 2013, quien se viste hoy de senador, aseguraba que el magisterio movilizado, ante las injusticias y atropellos cometidos por quien detentaba el poder, era un ejemplo de lucha, porque con su actuar lograba que ciudadanos como él se pusieran el corazón en su lugar. El llamado era claro: una desobediencia civil, porque si el pueblo paraba todo, no habría gobierno que se sostuviera (https://www.youtube.com/watch?v=0F4DtWRIDKI).

    Hoy el discurso es otro ante las demandas del mismo magisterio movilizado (CNTE) que lucha por la abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007, porque, extrañamente, en estos momentos “el recurso no da para más”, y no es que no sea “por falta de cariño” como este político lo aseguraba en días pasados, sino porque “nadie está obligado a dar lo imposible”. Lo más irrisorio de todo este asunto es la firmeza con la que este senador llegó a asegurar que en 40 años la “izquierda mexicana” no iba a salir del gobierno porque la mayoría del pueblo lo respalda, así como a su presidenta, ya que esta tiene el 85% de apoyo popular. En fin.

    Hace algunos meses, la presidenta Claudia Sheinbaum, durante su campaña política rumbo a Palacio Nacional, prometió al magisterio lo mismo que su antecesor, el ex presidente López Obrador: “se van a echar para atrás las reforma a las pensiones del 97 y del 2007” porque habían condenado a las trabajadoras y trabajadores del estado y afiliados al seguro social a pensiones de miseria; la preocupación en ese entonces expresada en voz de la actual mandataria nacional era: “nosotros pensamos en las trabajadoras y trabajadores de México” y, por tal motivo, había que dejar atrás al neoliberalismo. Dicha promesa de campaña, según lo expresaba la candidata, “se iba a lograr con el apoyo de senadores y diputados” (https://www.youtube.com/watch?v=52iEaQiQHd0) .

    Hoy el discurso es otro, porque además de que se niega a sentarse en una mesa de diálogo con las maestras y maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que llevan años, no días, años estableciendo esta justa demanda para las y los trabajadores de la educación por la aplicación de esta ley que afectó y vulneró sus derechos laborales, profesionales y humanos, los trata con desdén e indiferencia enviando a dos “flamantes” secretarios de estado y al director del ISSSTE para proponerles lo siguiente: a) La emisión de un decreto para reducir progresivamente la edad de jubilación hasta alcanzar la edad previa a la reforma del 2007 en el caso de los que están en el décimo transitorio de la Ley del ISSSTE; b) la creación de un colectivo interdisciplinario para revisar los esquemas de jubilación; c) la desaparición de la USICAMM y la construcción de una alternativa con la opinión de todas las maestras y maestros en foros por escuela; d) La continuidad de las comisiones tripartitas para atender demandas estatales en los estados; y, e) el establecimiento de un nuevo registro del régimen de jubilación, para aquellos que no lo hicieron en el 2007.

    Bien se dice que “del dicho al hecho hay mucho trecho” y es cierto; muchos podrían asegurar que todos los políticos hacen lo mismo, prometen un cambio y no llega porque las demandas siempre van a estar ahí en virtud de que nos enfrentamos a problemas estructurales, y también es cierto. Lo lamentable de este asunto es que esos problemas estructurales no surgieron por sí solos, sino por personas, políticos, diputados, senadores o presidentes que permitieron que un puñado de magnates de apoderara de la vida de otras tantas personas. Es obvio que, si te anuncias y te vendes como “La esperanza de México”, ese sector social que ha sido afectado por varias décadas debido a esos problemas que ellos no generaron, encontrará una alternativa mediante la cual se puedan atender y resolver sus demandas y necesidades, y por obvias razones, te brindará su voto. Vaya, esto es de esperarse, no tendría que ser uno ingenuo para no darse cuenta de ello.

    El gran problema que “no han entendido quienes hoy son gobierno” y sus aplaudidores, es la enorme y profunda contradicción que cimbra sus posibles “cimientos”: la defensa de unos cuantos administradores de las AFORES y el olvido de la clase trabajadora por la que decían luchar y trabajar. En otras palabras, para haber si así entiende: es la traición de una “izquierda mexicana” a los principios por los que dicen luchar y trabajar. Desde mi perspectiva: no hay proyecto de izquierda en y desde el gobierno, y punto.

    Dicen ser pueblo y se trasladan en camionetas de lujo y blindadas para estar con el pueblo; dicen ser pueblo y viajan en primera clase a países del viejo mundo a supuestas convenciones de congresistas; dicen ser pueblo y se sientan a dialogar con empresarios por un supuesto programa para evitar el consumo de comida chatarra; dicen ser pueblo y sí se sientan a dialogar con un Slim o los mismos banqueros, pero no con los maestros. Sí, dicen ser pueblo, pero no son pueblo. ¡Mentira, mentira, (es) la misma porquería!

    Si hoy son gobierno y tienen el control en ambas cámaras de representantes, ¿qué esperan para actuar para y por el pueblo? Menuda resultó ser la “esperanza de México”. Bien se dice que el pueblo se ha acostumbrado a la desigualdad y las injusticias que, cuando un grupo de personas se levantan para manifestar sus demandas y necesidades, ipso facto de convierten en villanos.

    ¡Duro maestr@s!, ¡duro!

  • No es contra un partido, es contra un modelo

    No es contra un partido, es contra un modelo

    Mauro Jarquín Ramírez
    Mauro Jarquín Ramírez

    Padre e hijo caminan al lado del plantón magisterial en el Zócalo de la CDMX. El joven pregunta por las razones de la movilización y el padre responde: “ellos luchan, pero todos ganamos. Mira, ahí dice Issste. La ley contra la que pelean también me afecta a mí”. 

    La sucinta explicación muestra mucho más profundidad que la enorme cantidad de tinta que comunicadores afines al obradorismo, magnates empresariales y al prian han dedicado a hablar sobre las movilizaciones de la CNTE los últimos días, al mantener un abordaje en el cual todo proceso político en nuestro país es permanentemente reductible a la relación gobernantes-gobernados, o al gobierno y la oposición. Para esa perspectiva, la política únicamente existe en la competencia partidista-electoral, el control de las instituciones y el ejercicio del poder en el aparato de Estado. 

    De forma preocupante, este abordaje reduccionista ha echado plenamente raíces también en Morena, lo cual puede ser visto prácticamente con cualquier intervención pública de sus dirigentes, comunicadores afines o incluso en el “sentido común” de la militancia. Esto representa, de antemano, una renuncia abierta a un elemento fundamental del análisis político de todo proyecto de izquierdas: el materialismo. 

    Es decir, el análisis de las condiciones concretas en las cuales se desarrolla el proceso político, de los intereses objetivos de quienes intervienen en dicho proceso y, particularmente, de la dinámica de clases presente en determinadas coyunturas. 

    Debido a esta renuncia a una epistemología de izquierdas, no sorprende la coincidencia entre comentaristas pro 4T y aquellos a sueldo del gran capital sobre el contenido de sus mensajes. A unos y a otros les resulta conveniente no abordar la dimensión de clase en el debate pensionario: al capital, porque así aleja la discusión del problema esencial de quién se queda con la riqueza producida socialmente, y al obradorismo porque le permite circunscribir los problemas nacionales a la falsa dicotomía entre 4T-oposición partidista, con lo cual obtiene mayor capacidad de gestión del debate público. 

    En el contexto actual de lucha magisterial para cambiar el sistema pensionario, los poderes económico y político se han unido nuevamente en una campaña contra la CNTE. Así, han buscado evitar a toda costa que la clase trabajadora afectada por la ley del Issste de 2007 (trabajadoras y trabajadores al servicio del Estado) sea interpelada por la movilización magisterial. Para ello han echado mano tanto de una campaña mediática de desprestigio, como de la operación de estructuras corporativas de control sindical. 

    Aunado a esto, persiste una instrumentalización del hecho de que más de la mitad de la clase trabajadora en el país está en la informalidad (otra herencia del neoliberalismo), y por ende, cualquier lucha por mejoras en las condiciones laborales y de pensión puede ser percibida como búsqueda de privilegios. 

    En este panorama es fundamental aclarar que de lo que trata la coyuntura política actual es, en estricto sentido, de lucha de clases. No hablamos de una movilización de trabajadoras y trabajadores contra un partido, sino contra un modelo. Un “modelo neoliberal” que durante décadas ha afectado a las grandes mayorías y que, aunque fue decretado “abolido” el 17 de marzo de 2019 por el ex presidente López Obrador, aún goza de buena salud. 

    El magisterio nacional encabeza así una lucha por la recuperación de la riqueza producida por el trabajo, expropiada por el capital con apoyo de gobiernos neoliberales y de la fuerza del aparato estatal. Como le decía el padre a su hijo, es una lucha que no compete únicamente a las trabajadoras y trabajadores de la educación, sino sus implicaciones son extensivas a otros sectores del trabajo. 

    Es verdad que el contexto actual (nacional y global) no es sencillo para el gobierno mexicano. Hay espacios de resistencia al cambio en distintos terrenos estratégicos del Estado cuando el obradorismo opta por avanzar en algunas propuestas que benefician al interés popular. Es cierto también que el neoliberalismo no es “cualquier cosa”. Superarlo implica cambios profundos a nivel de reglamentación, organización política y correlación de fuerzas. 

    Por ende, cambiar radicalmente el esquema pensionario en México tampoco es una tarea sencilla. El capital financiero ocupa un espacio fundamental en la formación del empresariado a nivel nacional y global, y goza de facultades reales de presión a los gobiernos cuando alguna política atenta contra sus intereses. 

    Sin embargo, fue en dichas condiciones cuando tanto el ex presidente López Obrador como la entonces candidata Claudia Sheinbaum, se comprometieron públicamente a construir un régimen pensionario favorable a los trabajadores, y si se posicionaron de esa forma estando en funciones o cuando buscaban el apoyo popular, fue porque sabían que tal cambio era posible, fortaleciendo al sector público y no el interés privado. 

    El camino necesario es el del diálogo franco. Y con ello, la búsqueda de soluciones que fortalezcan al sector público, considerando la experiencia internacional y las propuestas generadas por el propio magisterio. Ello requiere reconocer públicamente que lo que está en juego no es el vulgar vaivén electoral en el cual la 4T ha querido encerrar toda discusión pública y que tanto daño hace a la democracia, sino el futuro de millones de trabajadoras y trabajadores que han dedicado su vida a servir a México.

  • CNTE niega boicot electoral y rechaza vínculos con grupos conservadores

    CNTE niega boicot electoral y rechaza vínculos con grupos conservadores

    La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) negó que su movilización busque boicotear las elecciones del 2 de junio y rechazó las acusaciones de tener vínculos con grupos conservadores o intereses partidistas.

    En conferencia de prensa realizada frente a las instalaciones de Televisa Chapultepec, dirigentes del magisterio disidente señalaron que sus demandas son legítimas y de carácter laboral, no político-electoral. “No hemos declarado ningún boicot. Lo que queremos es una respuesta puntual a nuestras exigencias, especialmente la abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007”, afirmó Pedro Hernández, líder de la Sección 9.

    “Gobierne quien gobierne, vamos a defender nuestros derechos. No estamos con la ultraderecha ni con ningún partido. Quienes nos acusan de eso deben ponerse de acuerdo y dejar de estigmatizar nuestra lucha”, subrayó el dirigente.

    La CNTE denunció que hasta ahora las autoridades han respondido con documentos sin contenido claro y mensajes informales. Exigen una mesa de diálogo directa con la presidenta electa y señalaron que, mientras no haya respuesta, continuarán las protestas y el paro nacional.

    Eva Inojosa, dirigente de la Sección 18 de Michoacán, reiteró que el magisterio ya no confía en una institucionalidad que “promete mesas pero no soluciones”. Añadió que la Asamblea Nacional Representativa será la instancia que defina el rumbo del movimiento, aunque subrayó que “no queremos llegar al primero de junio sin una respuesta”.

    La CNTE también exhortó al Congreso de la Unión a pronunciarse y asumir su responsabilidad ante las demandas del magisterio.

    “Somos maestras y maestros que llevamos décadas formando ciudadanía crítica. No vamos a permitir que se repitan las campañas de desprestigio de gobiernos anteriores”, concluyeron.

  • Entre la protesta y la promesa: lo que nos dice el conflicto con la CNTE

    Entre la protesta y la promesa: lo que nos dice el conflicto con la CNTE

    Arcelia Martínez Bordón
    Arcelia Martínez Bordón

    Desde el 15 de mayo de 2025, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) mantiene un paro nacional indefinido con plantones y movilizaciones en diversos puntos del país. Sus acciones, que incluyen el bloqueo al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y al Palacio Nacional, han vuelto a colocar al magisterio disidente en el centro del debate público.

    La coyuntura es especialmente compleja: el conflicto estalla entre el cierre de una administración federal y el arranque de una nueva, encabezada por Claudia Sheinbaum, quien como candidata se comprometió a revisar las políticas que hoy la CNTE cuestiona con mayor vehemencia.

    ¿Qué pide la CNTE?

    Las demandas de la CNTE no son nuevas, pero se han intensificado con el cambio de gobierno:

    • Abrogación de la Ley del ISSSTE de 2007 y retorno al régimen solidario de pensiones.
    • Aumento salarial del 100%.
    • Cálculo de pensiones en salarios mínimos, no en UMAs.
    • Basificación universal de plazas.
    • Desaparición de la USICAMM (Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros), que consideran excluyente y burocrática.
    • Contratación directa e inmediata de normalistas sin procesos adicionales.
    • Restablecimiento de la bilateralidad entre SEP y sindicato para procesos de ingreso, promoción y permanencia.

    Aunque varias de estas exigencias tienen un trasfondo legítimo —como la necesidad de asegurar pensiones dignas y condiciones laborales estables—, también es cierto que algunas resultan difíciles de concretar en el marco de las finanzas públicas actuales.

    ¿Qué significa volver al régimen solidario?

    Una de las demandas clave es regresar al régimen de pensiones anterior a 2007, en el que el Estado garantizaba una pensión fija a cada trabajador al jubilarse, independientemente de cuánto hubiera aportado. Este sistema, basado en la solidaridad intergeneracional, funcionaba mientras había suficientes trabajadores activos financiando a los jubilados. Sin embargo, ante el envejecimiento de la población y el crecimiento del empleo informal, el modelo se volvió fiscalmente insostenible.

    Reinstalar este régimen implicaría que toda la población —vía impuestos— financiara pensiones magisteriales que en muchos casos superan lo que recibe la mayoría de los trabajadores del sector informal o del propio sistema de Afores. En otras palabras, un beneficio que solo aplicaría para un grupo, pero costeado por todos.

    ¿Cuánto costaría ceder a las demandas?

    No hay aún una estimación oficial detallada sobre el impacto fiscal de cumplir con todo el pliego petitorio, pero especialistas del sector calculan que regresar al régimen solidario y duplicar salarios implicaría un gasto adicional de entre 1.5 y 2 puntos del PIB anual. Esto es más que todo el presupuesto anual de programas prioritarios como el de becas Benito Juárez o La Escuela es Nuestra.

    El Fondo de Pensiones para el Bienestar, propuesto por el gobierno, intenta resolver una parte del problema al complementar las pensiones de quienes ganan hasta 16 mil pesos mensuales, sin comprometer la viabilidad de largo plazo. Pero la CNTE rechaza este esquema por considerarlo insuficiente y discrecional.

    Una movilización con rostro político

    La fuerza de la CNTE se concentra en entidades como Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán, aunque ha extendido su influencia a Ciudad de México, Zacatecas y Veracruz. Agrupa a más de 500,000 docentes y mantiene una narrativa que mezcla la defensa laboral con el rechazo a un modelo educativo tecnocrático y “neoliberal”.

    En esta coyuntura, sus movilizaciones también han tenido un impacto político: han logrado forzar la cancelación de reuniones, copar espacios en medios y poner en jaque a una presidenta electa que todavía no toma posesión. La paradoja es clara: protestan contra una administración que aún no inicia, pero que les prometió —en campaña— revisar las reformas estructurales que hoy denuncian.

    ¿Y el SNTE?

    En contraste, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), encabezado por Alfonso Cepeda Salas, ha optado por un silencio institucional. Aunque ha respaldado aumentos salariales y manifestado inquietudes sobre la USICAMM, se ha mantenido al margen del conflicto. Su cercanía con el gobierno y su liderazgo prolongado más allá de los estatutos han mermado su legitimidad para actuar como mediador o contrapeso.

    Una educación de calidad comienza por valorar al magisterio, no por paralizar clases

    El paro indefinido de la CNTE ha dejado sin clases a más de 1.2 millones de estudiantes desde el 15 de mayo, afectando a casi 20,000 escuelas de educación básica. En estados como Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán, hasta el 95% de los planteles han permanecido cerrados. Las principales afectadas son niñas y niños de comunidades rurales e indígenas, que ya enfrentaban enormes desigualdades educativas.

    Este escenario pone en evidencia una contradicción fundamental: mientras se exige la revalorización del trabajo docente, se interrumpe el derecho a la educación de millones de estudiantes. Se puede y se debe exigir justicia laboral sin negar la justicia educativa.

    Una educación de calidad no puede lograrse sin docentes bien formados, motivados y con condiciones laborales dignas. Para ello, muchos hemos insistido en que se necesita:

    • Fortalecer la formación inicial y continua, dotando a los maestros de herramientas pedagógicas y éticas sólidas.
    • Mejorar las condiciones materiales de trabajo: infraestructura, seguridad, recursos didácticos, acompañamiento.
    • Defender la autonomía profesional, para que los docentes puedan ejercer su labor con responsabilidad, sin estar sujetos a liderazgos sindicales que utilizan la educación como herramienta de presión política.

    Revalorizar el magisterio no implica aceptar tácticas de chantaje. Implica construir una relación de confianza, corresponsabilidad y profesionalismo entre gobierno, docentes, comunidad y estudiantes.

    Reflexión final: entre la promesa y la gobernabilidad

    El conflicto con la CNTE obliga a mirar de frente una de las tensiones estructurales más complejas de nuestro sistema educativo: ¿cómo garantizar derechos laborales y pensiones dignas sin comprometer la sostenibilidad fiscal ni afectar a otras poblaciones igualmente vulnerables? ¿Cómo dar respuesta a compromisos de campaña sin abrir la puerta a demandas inviables o asimétricas?

    La protesta magisterial, en este sentido, es también una prueba para el nuevo gobierno. No se trata solo de negociar tablas salariales o estructuras de promoción, sino de plantear una política educativa que reconozca el valor del trabajo docente, pero sin poner en riesgo la equidad, la calidad ni las finanzas del país.

    El reto no es menor. Pero esquivarlo sería, también, una forma de traicionar las promesas que le dieron fuerza y legitimidad a la victoria política de la presidenta Claudia Sheinbaum.

  • ¿Están con los profesores o con las Afore?

    ¿Están con los profesores o con las Afore?

    Lev M. Velázquez Barriga
    Lev M. Velázquez Barriga*

    Durante la conferencia mañanera del 26 de mayo, Mario Delgado presentó las bondades del Fondo de Pensiones del Bienestar, creado desde el gobierno anterior y que ahora se presenta como una solución, mejor todavía a la demanda de abrogación de la Ley del Issste. Aunque la propuesta ya ha sido desechada por los docentes, ha pasado por el filtro de los especialistas en seguridad social, quienes la consideran un parche con variadas inconsistencias, pongo a debate razonamientos que contradicen la versión gubernamental.

    A partir de la reforma calderonista, toda persona que ingresa al servicio público federal no tiene otra opción que las cuentas individuales. En esa condición, se encuentran 76 por ciento de los trabajadores; pero, según el secretario de Educación, son el universo mayor de beneficiados por el fondo referido. Para esta inmensa mayoría, el decreto de congelación de la tabla de jubilación no es aplicable; los 58 y 56 años de edad para hombres y mujeres es una medida exclusiva para quienes se fueron al Pensionissste en aquel logro que obtuvo la CNTE, luego de 2.5 millones de amparos; pero no es elegible para quienes desde entonces han sido forzados a las Afore personales.

    Un egresado normalista obtiene su nombramiento de maestro, entre los 22 y 23 años de edad; desde el inicio, ya no goza del derecho social a la jubilación, porque éste le fue arrebatado en el momento en que lo condenaron a que su retiro dependiera de sus propios ahorros, mermando así, su ya precarizado salario docente. Ahora, para acceder al tan ovacionado fondo, tendrá que cumplir el requisito de 65 años de edad; es decir, si quiere jubilarse con su último salario, y no con la raquítica pensión que le suministrará el banco, deberá trabajar de 42 a 43 años, sin distinción de género.

    Antes de la Ley de Calderón, el ahorro para el retiro se nutría también con aportaciones estatales; entonces, una maestra se podía jubilar a los 27 años seis meses de servicio y un profesor a los 29 años y medio. ¿De dónde deduce el secretario Delgado que su propuesta es mejor que abrogar la reforma del Issste de 2007? Por si fuera poco, sentenció con el mayor descaro que, si bien las Afore administran 20.3 por ciento del PIB (el doble dentro 15 años, según cálculos oficiales), esto corresponde a 70 millones de cuentas, y no se trata de dinero de los bancos, por consecuencia concluye que no es posible recogerlo por la administración pública porque pertenece a los trabajadores; en efecto, los fondos son propiedad de los ahorradores, pero no así las multimillonarias ganancias que obtiene la banca privada al cobrarles comisiones ni por las inversiones que hacen en sus propios negocios o producto de la actividad usurera del dinero ajeno.

    Un llamado al diálogo, anticipando en mesas de atención a la CNTE que no habrá más ofrecimientos y declarando públicamente, como lo hizo la titular de Gobernación un día antes de la reunión con la Presidenta, es un diálogo de antemano infructuoso, que cancelaba toda posibilidad de solución y negociación. Sin embargo, en todo momento, el magisterio democrático ha mostrado, por lo menos tres vías para resolver sus demandas.

    Los legítimos y únicos dueños de sus propios ahorros autorizan al gobierno de la Cuarta Transformación que, los dineros depositados por ellos en sus cuentas sean transferidos de las instituciones privadas con fines de lucro, a un sistema de administración de interés social. La implicación es mayúscula, de inicio se trata de 3 millones de trabajadores al servicio del Estado fortaleciendo la banca pública, muchos de ellos incluso, cuyo salario fue tarjetizado por decisión propia o de manera obligatoria, estarían dispuestos a llevar su nómina, por ejemplo, al Banco del Bienestar, lo cual le permitiría un crecimiento sin precedentes, sólo comparable con el intento de comprar Banamex en el sexenio anterior.

    Los maestros de México están manifestando, a través de una actitud de infinita solidaridad, que los depósitos de ahorro de los trabajadores en activo sirvan para sostener la jubilación de los trabajadores en retiro, a los que ya no se les descuenta de su percepción salarial para este fin; tal medida abre un círculo virtuoso de beneficios en cadena y de generación en generación, que mantendría siempre vivo un fondo intergeneracional de las pensiones.

    Ante el argumento de que no hay manera de financiar las propuestas de la CNTE para una reforma pensionaria porque implicaría el desfalco hacendario del gobierno, además del punto anterior, los profesores y otros servidores públicos, como los pertenecientes al sector salud, implícitamente, están dando la anuencia para que el Estado mexicano disponga de las ganancias que inmoralmente, y sin consentimiento de los titulares de las cuentas, están llenando por miles de millones de pesos anuales los bolsillos de la banca privada. Un manejo justo y moderado de acumulación de las ganancias podría refinanciar, incrementar paulatinamente y redistribuir equitativamente el fondo solidario de pensiones.

    Es posible resolver el conflicto magisterial, pero la decisión se resume en dos alternativas: estar con los profesores o con las Afore.

    *Doctor en pedagogía crítica

  • Entre la consulta y la simulación. El incierto destino del sistema de carrera docente

    Entre la consulta y la simulación. El incierto destino del sistema de carrera docente

    Sergio Martínez Dunstan
    Sergio Martínez Dunstan

    El pasado 15 de mayo, en el marco del Día del Maestro, la presidenta de México anunció su intención de desaparecer la USICAMM, respondiendo a una exigencia reiterada del magisterio nacional. Bajo la bandera de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), propuso que los colectivos docentes definan un nuevo mecanismo de promoción, sugiriendo incluso una evaluación entre pares.

    Este anuncio, revestido de una narrativa participativa, encierra implicaciones jurídicas, políticas y pedagógicas que exigen una lectura crítica. En el discurso expuso:

    “Durante el periodo de campaña, fue recurrente la petición de muchas maestras y maestros: ‘¡Que desaparezca la USICAMM, que desaparezca la USICAMM!’ Yo me comprometí a ello, y ese compromiso sigue en pie. ¿Qué lo sustituirá? No queremos que sea la Secretaría de Educación Pública (SEP) quien imponga una propuesta. Nosotros no vamos a imponer nada. Queremos que la nueva propuesta surja de las maestras y los maestros, porque creemos en ellas y ellos como protagonistas de los procesos de promoción. Por eso, el planteamiento es ir a las escuelas, para que ahí se decida colectivamente qué mecanismo debe reemplazar al actual.

    El objetivo es claro: si va a haber evaluación, debe ser entre pares. Esa noción de la excelencia educativa en la que otros, desde fuera, evalúan el trabajo docente es equivocada. ¿Quién mejor que ustedes para hacerlo? Yo fui maestra universitaria, y en las universidades quienes evalúan son los propios docentes, a través de pares elegidos por la comunidad académica. Esa es una posibilidad, entre muchas.

    Lo que queremos es que decidan ustedes, en diálogo con los principios de la NEM. Si hay que fortalecerla, será con ustedes, con nadie más. Porque si alguien sabe enseñar a leer y escribir, si alguien sabe cómo fomentar la colaboración entre niñas y niños, son las maestras y los maestros de México.” 1

    Siendo así, extraigo algunas conclusiones preliminares:

    1.- Una promesa de campaña camuflada de consulta

    La supresión de la USICAMM emerge como una promesa de campaña que busca materializarse un año después, en un momento clave: la negociación salarial. Paradójicamente, el gobierno no propone una alternativa concreta, sino que transfiere la responsabilidad al magisterio a través de una “Consulta Escuela por Escuela”. Aunque la titular del poder ejecutivo se inclina por una evaluación entre pares.

    2.- Confusión conceptual y desliz legal: ¿USICAMM o Sistema de Carrera?

    Se percibe cierta confusión entre lo que es el Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros y la Unidad que lo administra. Para aclararlo habrá que recurrir, al menos, en tres postulados jurídicos sin dejar de considerar que esos principios debieran reformarse en caso de insistir en la desaparición de la USICAMM han venido insistiendo.

    La confusión entre el sistema de carrera (SICMM) y la unidad que lo gestiona (USICAMM) es evidente. Pero desmontar la USICAMM sin reformar el marco legal vigente —Artículo 3º constitucional y la LGSCMM— implica un desacato normativo.

    1. El Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (SICMM), en sus funciones docente, directiva o de supervisión, así como los procesos de admisión, promoción y reconocimiento, deben realizarse mediante concursos públicos que garanticen igualdad de condiciones, transparencia, equidad e imparcialidad, considerando conocimientos, aptitudes y experiencia. Párrafos 7 y 8, Artículo 3 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
    2. La Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (LGSCMM) regula el SICMM como un instrumento del Estado que garantiza una carrera justa y equitativa. Artículo 1.
    3. Esta misma ley establece que la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM) es un órgano desconcentrado, con autonomía técnica, operativa y de gestión, adscrito a la SEP. Cuenta con una junta directiva que aprueba políticas, normas y programas para el cumplimiento de sus atribuciones. Artículos 26 al 30 — Título Tercero, Capítulo Único — LGSCMM.

    Por tanto, eliminar la USICAMM sin reformar el marco jurídico implicaría una contradicción legal.

    Diagnóstico oficial y sus limitaciones: ¿dato o percepción?

    Asimismo, la Consulta Escuela por Escuela será un punto a desarrollarse en la Séptima Sesión Ordinaria del Consejo Técnico Escolar de acuerdo con las orientaciones emitidas por la autoridad educativa federal. Para ello, se ponen a su disposición diversos insumos.

    El primero, titulado “Principales enfoques de evaluación docente”, retoma —sin mayor contextualización— el texto de Guzmán Marín (2018), que analiza la imposición del Servicio Profesional Docente derogado desde hace tiempo. La pregunta resulta inevitable: ¿por qué recurrir a un texto que analiza un sistema derogado, en lugar de uno que evalúe el SICMM vigente?

    A directivos y supervisores se les solicita preparar la consulta. En una de las orientaciones podemos encontrar una luz hacia donde se pretende encauzar el análisis: la reflexión colectiva sobre la práctica. Éste aspecto se encuentra estrechamente asociado a la evaluación entre pares. Considero que pretenden inducir hacia ese punto la desaparición del USICAMM y el mecanismo que lo reemplace.

    El segundo, es una carpeta informativa, cuyos capítulos 2 y 3 explican el funcionamiento del SICMM y sus procesos. No obstante, el capítulo 3 es especialmente revelador: expone, desde una perspectiva oficialista, las dificultades identificadas por las y los docentes. Entre ellas se encuentran:

    1. Se limita el derecho a la movilidad, pues para cambiarse de centro de trabajo se requiere permanecer dos años en una escuela.
    2. Existen fallas en la plataforma de la USICAMM, ya que constantemente se cae la página, no existe información clara y no está disponible las 24 horas.
    3. Falta de transparencia en la asignación de plazas, porque la autoridad educativa no respeta el listado de ordenamiento.
    4. Opacidad en el registro de las plazas vacantes en el Sistema Abierto y Transparente de Asignación de Plazas, porque la autoridad educativa no reporta los espacios.
    5. No se toma en cuenta la experiencia de maestras y maestros en servicio, porque se prioriza al personal recién egresado para darles una mejor plaza.
    6. Se priorizan los registros y los eventos públicos en línea, lo que produce falta de transparencia en el desarrollo de los procesos.
    7. Inequidad de los elementos multifactoriales, porque no se toma en cuenta el desarrollo profesional o la antigüedad de las maestras y los maestros.
    8. No se da oportunidad a las maestras y maestros con menor número de horas y que perciben menos salario, para que participen en el proceso de promoción horizontal.
    9. Existe burocracia en el desarrollo de los procesos.
    10. La representación sindical únicamente es considerada como observadora en la mesa tripartita donde se dan a conocer los resultados de los procesos.

    La inclusión de la carpeta informativa oficial, plagada de inconsistencias operativas más que abrir el debate, parece orientar el diagnóstico hacia una solución prefabricada. Se presentan quejas sin un sustento claro. ¿Cuál es el respaldo metodológico de esas afirmaciones? ¿Son resultado de investigaciones serias o meras percepciones oficiales? ¿Tienen sustento técnico? ¿Derivan de un levantamiento riguroso de información? ¿Son estas las únicas problemáticas? ¿De dónde provienen estos hallazgos? ¿Se escuchó a todo el magisterio? ¿Qué voces fueron silenciadas?

    El tercer anexo es el instrumento para la Consulta Escuela por Escuela, que aún no está disponible, aunque se ha anunciado que incluirá preguntas cerradas, abiertas y un espacio para sugerencias. Se solicita a los colectivos docentes revisarlo previamente. También se les pide deliberar las características y sus propuesta para el nuevo sistema para las maestras y los maestros además de registrarlas en la plataforma tecnológica dispuesta para tal fin a partir del 30 de mayo de 2025.

    4.- De la evaluación entre pares al regreso de la meritocracia

    Si el magisterio exige la desaparición de la USICAMM es porque el marco jurídico fue sistemáticamente violentado por quienes estuvieron facultados para hacerlo. La gestión de esa unidad administrativa se desvió de lo establecido en la ley, y es la autoridad educativa —la SEP— quien está obligada a hacerla cumplir. Entonces, ¿cuáles son los verdaderos motivos que subyacen a conducir hacia una evaluación docente entre pares en lugar de garantizar el cumplimiento de la ley haciendo que la unidad que administra el sistema para la carrera de las y los maestros se apegue a legislación vigente?

    En vez de corregir, el gobierno propone reemplazar. Acota el debate a los procesos de promoción y plantea, veladamente, sustituir un sistema de carrera por un mecanismo de evaluación docente… entre pares. ¿Estamos, acaso, ante una nueva forma de meritocracia? ¿Una simulación de participación para legitimar un retroceso?

    No vayamos a encontrar cierto paralelismo con la reforma anterior, que se dijo derivaba de una Consulta Nacional por una Educación de Calidad con Equidad, cuyo supuesto hallazgo fue que las y los maestros proponían la construcción de una Nueva Escuela Mexicana. De manera similar, no vaya siendo que, para esta nueva reforma, el magisterio ahora propongan un Sistema de Carrera para las Maestras y los Maestros basado en una evaluación docente entre pares.

    Aunque la evaluación entre pares podría parecer una alternativa democrática, si no se garantiza su implementación bajo principios de justicia, transparencia y pertinencia pedagógica, corre el riesgo de convertirse en una nueva forma de control corporativo o clientelar.

    Al presentar la evaluación entre pares como modelo deseable, se omite una discusión fundamental: ¿evaluación para qué? ¿para la mejora profesional o como filtro meritocrático para acceder a mejores condiciones laborales? La Nueva Escuela Mexicana prometía dignificación y formación continua, no competencia entre colegas.

    5.- ¿Reforma o contrarreforma?

    La extinción de la Mejoredu y la anunciada desaparición de la USICAMM configuran una contrarreforma silenciosa. Se abandona la política de mejora continua y de actualización docente y se desecha la revalorización magisterial. En lugar de fortalecer el desarrollo profesional y la actualización docente, se reciclan lógicas meritocráticas bajo nuevas narrativas.

    El gobierno federal, sin declararlo abiertamente, parece estar desmontando, de forma soterrada, la reforma educativa más reciente —la de 2018–2024—. A este giro, lo llaman “el segundo piso” de la Cuarta Transformación educativa. ¿Continuidad? ¿Cambio? ¿Es este el “segundo piso” de la transformación educativa? Más bien, una peligrosa ambigüedad.

    En lugar de fortalecer la mejora continua y la actualización docente, ahora transita hacia una forma de evaluación que recuerda modelos punitivos del pasado. Este giro contradice el discurso de revalorización del magisterio y pone en entredicho la coherencia de la Cuarta Transformación en materia educativa.

    Cierre

    En este contexto, la consulta se perfila más como una simulación que como un ejercicio democrático auténtico. Delegar en los colectivos escolares la responsabilidad de proponer un nuevo sistema sin condiciones claras, sin información verificada y sin una revisión del marco normativo vigente, es tanto como trasladarles la carga de una decisión profundamente política y estructural.

    Si la USICAMM incurrió en irregularidades, lo que corresponde es investigar y sancionar a quienes hayan violado la ley, no desmontar todo el sistema. Lo contrario implica impunidad y oportunismo. El magisterio merece un sistema de carrera justo, no una nueva improvisación revestida de consulta.

    La narrativa oficial propone una transformación desde las aulas, pero sugiere —sin admitirlo— una ruta trazada desde el poder. La consulta podría ser legítima si realmente se abre a la pluralidad de voces. Pero si se limita a validar decisiones ya tomadas, estaremos ante una simulación participativa que, lejos de dignificar al magisterio, lo vuelve a colocar en el centro de disputas políticas que poco tienen que ver con la mejora educativa.

    Porque cuando la participación es dirigida, cuando se evita la autocrítica institucional, y cuando las reformas educativas se anuncian sin sustento legal ni pedagógico sólido… estamos más cerca de una simulación que de una transformación.

    Carpe diem quam minimum credula postero

    Facebook: sergio.martinez.dunstan.2025

    Twitter: @SergioDunstan

    1 La primera oración de esta larga cita la cambié de orden para favorecer la temporalidad de la narrativa. El resto del párrafo fue modificado ligeramente a fin de facilitar su comprensión. El discurso se encuentra revisar en https://www.youtube.com/watch?v=60hTfwOyS5w&t=3686s. Y en particular, este fragmento de 1:09:36 al 1:16:22.

  • En el corazón vibrante de México: la CNTE

    En el corazón vibrante de México: la CNTE

    Abelardo Carro Nava
    Abelardo Carro Nava

    El 15 de mayo, desde hace varias décadas, ha sido una fecha simbólica para el magisterio mexicano, pues ese día se celebra el Día del Maestr@.

    En muchas escuelas, es común que se organicen festivales, convivios u otro tipo de actividades que rompen con la rutina caracterizada por el abordaje de contenidos, exámenes, clases de computación o educación física.

    Obviamente, no podían faltar aquellos pequeños y humildes detalles de las y los alumnos; tal vez una paletita, un chocolate o un chicle, acompañado de una nota cuyas palabras tienen un gran significado: ¡gracias maestr@!

    Sí, no son letras doradas inscritas en el senado de la República, tampoco otras que se escriben en tarjetas para los discursos de los políticos; son letras y dos palabras que generan satisfacción por el deber cumplido en el servicio. Un servicio que se desarrolla en las aulas o, como alguien diría, en el campo de batalla que, por ejemplo, algunos “luchadores sociales” dicen conocer.

    Es cierto, de unos años a la fecha, el gobierno en turno, ya sea de derecha o de izquierda, que para el caso es lo mismo, ha empleado esta celebración para anunciar los incrementos salariales y otras “mejoras” sustanciales para el magisterio, resultado, según dicen, de intensas negociaciones con las organizaciones sindicales y con las Secretaría de estado, Hacienda es un claro ejemplo de ello. Esto sin perder de vista los rimbombantes y pomposos discursos que desde el pulpito presidencial se vociferan hasta el hartazgo: ¡La revalorización del magisterio al fin ha llegado! Una letanía que se ha vuelto costumbre cual rosario de velorio. En fin.

    Dos hechos, dos actos, que indudablemente están marcados por una gran diferencia; el primero, surge muchas veces del corazón noble de un estudiante, porque, aunque alguien pudiese pensar lo contrario, no todos agradecen o regalan algo; es un gesto que nace y jamás muere, porque cuando sucede, sacude las fibras más profundas de la o el docente que lo recibe. El segundo, es parte de lo que muchos llaman “política”, ese monstruo de mil cabezas que va y viene a su antojo, pero que de vez en cuando deja ver la podredumbre que la caracteriza; y es aquí donde todo se desdibuja, porque, al fin de cuentas, unos son los gobernantes y otros los gobernados.

    Nuestro maravilloso país, tras más de siete décadas de padecer uno de los peores males que aquejan a cualquier territorio que se dice democrático como el autoritarismo, vivió un momento esperanzador y, tal vez, prometedor en 2018: el viejo régimen había caído. De hecho, los discursos en ese entonces se llenaron de palabras que no eran tan conocidas entre el pueblo: humanismo, igualdad, equidad, diversidad, justicia social, respeto, entre otras tantas más que cobraban mucho sentido cuando desde ese bendito púlpito de Palacio Nacional se aseguraba: ¡Primero los pobres! Un mensaje que, insisto, generó una expectativa importante entre varios sectores sociales y, como decía, la esperanza de un cambio o transformación necesaria, tras un pesado letargo.

    Era obvio pensar que de la noche a la mañana las cosas no iban a cambiar; sería ilógico asegurar que esto pasaría. No obstante, ¿no acaso la caída de un régimen asegura la posibilidad de lograr poco a poco pequeñas transformaciones? Irrisoriamente, cierro estas líneas asegurando que poco o nada ha cambiado; la mayoría de las cosas se ha quedado en palabras huecas que no han hecho sentido en las personas porque generan una disonancia importante. Para el caso que me ocupa, el del magisterio, esta disonancia ha movilizado a lo largo y ancho del país a miles de maestras y maestros en estos días.

    Su reclamo no es para menos; el régimen neoliberal y tecnócrata gobernante por varias décadas, violentó los derechos laborales y profesionales de los trabajadores de la educación al imponer leyes cuyo propósito fue beneficiar a los más ricos y afectar a los que menos tienen. Caso concreto, las reformas de Zedillo y Calderón en materia de pensiones, sin olvidar lo que se conoce como UMA impuesta en el periodo de Peña Nieto. ¿No acaso López Obrador y Sheinbaum Pardo prometieron acabar con ese sistema pensionario por ser injusto?, ¿no acaso se dijo hasta el hartazgo que los intereses de unos cuantos, materializados en ese capitalismo bancario, era uno de los tantos males que habría que erradicarlos en pro de una justicia social para generar una mejor y mayor distribución de la riqueza y, por ende, beneficiar a los más necesitados? Palabras huecas que no han quedado en el olvido, es más, en el corazón de nuestro país, en la Ciudad de México para ser más preciso, se ha dejado sentir la fuerza magisterial de una forma importante en nueve o diez días de manifestaciones constantes. Sí, ese ese magisterio disidente que hoy vive uno de los embates mediáticos jamás imaginados, irrisoriamente generado por quien detenta el poder, es decir, del gobierno en turno, ¿pues no que no eran iguales? Gatopardismo puro o puro gatopardismo.

    Y para variar, del otro lado se encuentra un magisterio callado, sumiso a los designios de un intento de virrey que hoy despacha en el senado y, de manera ilegítima, en lo que alguna vez fue conocido como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación SNTE, hoy auSNTE, sin detenerse a pensar que el reclamo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación CNTE beneficia a todas y todos. ¡Ah, pero eso sí! Según los medios y la presidencia de la República, unos son los buenos y otros son los malos; con unos sí se habla porque obedecen y con los otro no porque son malos muchachos ¡Vaya humanismo mexicano!

    Se dice que no hay presupuesto y que esto ya se había comentado con las y los maestros; se dice que el 9% es un buen aumento porque desde el gobierno anterior ya se les había incrementado como nunca se había visto; se dice que todo marcha de maravilla con el sistema de pensiones, pero no se habla de la afectación que genera por la aplicación de las UMA, en fin; lo que no se dice o de lo que no se habla es de lo que atinadamente señaló Lev Velázquez en una entrevista: “hay 7.2 billones de razones porque las que no se quiere tocar al capital bancario”. Por mi parte, pienso que hay 7.2 billones de motivos por los cuales se explica ese embate mediático en contra de la disidencia magisterial. Vaya manera de traicionar, pero no al magisterio mexicano, sino a los supuestos ideales que definen a un gobierno que se dice de “izquierda”.

    Extrañamente, hoy esa “izquierda mexicana” cuestiona la movilización social por sus formas y propuestas; qué rápido se les olvidaron las formas que alguna vez emplearon al movilizarse.

    La maestra o el maestro que está en la calle manifestándose, entiende que combatir la ignorancia y la hipocresía, y luchar por una justicia social para todas y todos es fundamental para impulsar un cambio que beneficie a los más necesitados. Lo sabe, y tan lo sabe, porque cada 15 de mayo muchas veces, de manera humilde recibe un: ¡gracias maestr@, de ti he aprendido o me has apoyado bastante!

    Es cierto, la CNTE puede ser en extremo criticada y cuestionada por las formas en que se manifiestan y/o movilizan, pero mírese por donde se mire, es preferible alzar la voz que permanecer sumisos antes las injusticias tan obvias y, en este caso, tan reconocidas por la propia presidenta de la República. En fin.

    ¿Por qué callar si se ha nacido gritando?