¡A mover las pedagogías del presente!

Piensa en un círculo dibujado en el patio de la escuela donde sueles estar, en tu salón, en la calle, en el parque o un jardín. Ahora, en que caminas rodeando su perímetro al ritmo que te gusta caminar cuando no tienes prisa alguna. Camina, camina… poco a poco aumenta la velocidad hasta alcanzar la que necesitas cuando no quieres llegar tarde a clase. Corre, corre, corre… vuelve a bajar la velocidad y ahora camina en dirección contraria a la que iniciaste. ¿Qué otra forma se te ocurre para transitar ese círculo, por qué no, más allá de su perímetro? Entrar a todo su espacio e ir de un lado a otro saltando, gateando, “de cojito”. Parece que las posibilidades se tornan infinitas, sobre todo si consideramos las habilidades de movimiento y ritmo que, como seres humanos, tenemos.

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