¿Por qué me puse en huelga de hambre?

Cuando uno se decide a participar en una lucha social no debe preguntarse si tiene
posibilidades de triunfar, sino cuidar, éticamente, que tu lugar se encuentre al lado de la
justicia y la razón. El enemigo puede pisotearte pero no puede matar tu dignidad. El opresor
puede imponer su fuerza pero no puede imponer la razón.
No estoy arriesgando la vida para derrotar a nadie, sino para denunciar el atropello y la
violencia de la que ha sido víctima la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) en el Estado
de Chihuahua. Primero, César Duarte, descentralizó la UPN para ponerla al servicio de la
maquinaria electoral y financiar los latrocinios del régimen priista. Después, Javier Corral ha
mandado al congreso del estado una iniciativa de reforma para imponer en la UPNECH una
estructura rígida y autoritaria en donde la figura del rector centraliza la toma de decisiones
sin tomar en cuenta la voz de la comunidad universitaria. Ahora, Victoria Chavira Rodríguez,
la actual rectora de la UPNECH, intenta amordazar la voz de la comunidad universitaria
destituyendo de la dirección al compañero Arturo Limón, y desdeñando al movimiento estatal
que se ha levantado en su contra.
Levantarme en huelga de hambre de forma indefinida no fue una decisión personal, es una
estrategia de lucha colectiva para enfrentar la violencia y la sinrazón del poder. No pueden
derrotarnos porque nuestra lucha es justa. Somos la voz de los oprimidos, los pasos de los
marginados de siempre. Somos los brazos de los hijos del pueblo, las manos de la clase
trabajadora, y los pies cansados de la madre cariñosa. Somos la conciencia de la historia y el
corazón de la patria. No podemos perder, no merecemos perder, no vamos a perder. Porque
aunque nos maten y nos entierren siempre florecerá de nuestra sangre la dignidad rebelde.
Juárez, Chih., 01 de marzo de 2018, a 24 horas de huelga de hambre.
Rigoberto Martínez Escárcega

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