Educación Futura

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  • Un acuerdo por consenso

    Un acuerdo por consenso

    Miguel Casillas

    Marisol Silva

    Al Foro el derecho a la educación superior y la equidad convocado en el marco de los Foros IBERO por México, realizado a mediados de marzo, fueron invitados una veintena de expertos en educación superior, de muy diversas especialidades y distintas universidades, públicas y privadas. Fue una convocatoria amplia y tuvo como base los principios de un diálogo democrático, franco, respetuoso y sin dogmatismos. El balance inicial de la discusión fue realizado por un entusiasta equipo de colaboradores y expuesto en la sesión plenaria. La Ibero le dará difusión.

    En este texto queremos destacar uno de los acuerdos que tuvo mayor consenso: el rechazo al fraude educativo y a las ofertas de educación superior que no pueden comprobar niveles mínimos de excelencia. Se trata de un problema central en la educación superior de México, pues los regímenes anteriores dieron pie a la conformación de un circuito de instituciones de educación superior (IES) -públicas y privadas- que no garantizan que los aprendizajes de sus alumnos sean significativos y pertinentes, que no pueden demostrar que la experiencia escolar de sus estudiantes es de alta calidad, satisfactoria, con sentido; con una formación profesional actualizada, pertinente, comprometida con su sociedad y la protección del medio ambiente. Se trata de instituciones que tienen una oferta fraudulenta, pues sus egresados no dominan los conocimientos profesionales ni son portadores de certificados que tengan algún valor en el mercado profesional. 

    Este hecho es notable en el caso de las instituciones particulares que en la década de los 90 se expandieron sin una regulación adecuada. Pasaron de ser 155 en 1990 a 521 en 2000, y a concentrar la tercera parte de la matrícula del nivel, cuando a inicios de esa década tenían sólo el 18%. La inusitada expansión permitió que hoy en México existan 2,109 IES particulares (69% del total de 2,910 IES existentes en el sistema de educación superior). La gran mayoría son establecimientos pequeños (menos de 500 alumnos) que carecen de los recursos fundamentales para brindar educación de calidad, el más importante: profesores calificados y de tiempo completo. En esos entornos prevalecen los valores económicos sobre los criterios éticos. 

    En el caso de las instituciones públicas con frecuencia han sido un recurso de intercambio político para ganar legitimidad y respaldo político. En la mayoría de las ocasiones, la expansión y diversificación de las IES públicas se ha basado en una distribución presupuestal inequitativa que no garantizan un gasto por estudiante comparable al de las instituciones más prestigiadas y que restringe el potencial de calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje.

    Desde hace muchos años, la investigación educativa ha denunciado que la expansión de la matrícula en instituciones de baja o nula calidad resulta contraproducente, tanto para los estudiantes, como para la propia sociedad. Para los egresados, pues no tienen las habilidades, conocimientos, competencias y disposiciones culturales para ejercer responsablemente su profesión. Desde el punto de la vista de la sociedad es nocivo, pues dispone de profesionistas incapaces de participar del mercado laboral y escasamente socializados en torno a los valores y referentes culturales que aporta la educación superior para la ciudadanía. Al final siempre es un problema para los individuos y para las familias que los apoyaron.

    La desigualdad educativa opone dos tipos de experiencia escolar: por un lado, la que se distingue por procesos formativos de alto nivel de exigencia, con profesores con alta formación académica y buenas condiciones de trabajo, en buenas instalaciones y con acceso a recursos educativos actualizados y suficientes, la que ocurre en instituciones con una vida normada por legislaciones legítimas, con una intensa vida colegida y procedimientos establecidos formalmente. Por otro, la que ocurre con profesores mal habilitados, sin condiciones de trabajo, con instalaciones precarias o insuficientes, sin bibliotecas, laboratorios o centros de cómputo, sin una vida institucional formalizada y sin garantía de un gobierno legítimo y eficiente. Incluso, en ocasiones, ofreciendo títulos sin validez ni reconocimiento oficial de estudios. Se trata entonces de un problema público de la mayor importancia que exige una pronta intervención del Estado pues es su responsabilidad garantizar que la educación superior que se ofrezca sea de excelencia, como dice la Constitución de la República.

    El RVOE hubiera podido ser un instrumento eficaz para delimitar la calidad de los estudios ofrecidos por las instituciones, pero tanto la corrupción como la liberalización que favoreció la privatización de la educación superior en la era neoliberal, lo han vuelto un instrumento relativamente inútil para frenar el fraude educativo.

    Nos preocupa que el gobierno de la 4T no se haga cargo del problema que sufren miles de estudiantes en las universidades que no pueden demostrar una mínima calidad en sus procesos y resultados; hay un déficit de atención pública para poner freno a la simulación y al engaño.

    Nos preocupa más todavía que el modelo de las Universidades Benito Juárez termine siendo un referente para la política pública hacia la educación superior, pues muchas no cumplen siquiera con los requisitos mínimos exigidos por el RVOE, como lo muestra una reciente evaluación hecha a 30 de estas instituciones (https://contralacorrupcion.mx/universidades-benito-juarez-en-el-limbo/#resumen). Resulta dudoso que puedan garantizar una experiencia escolar de excelencia para sus alumnos.

    Si esta administración está comprometida realmente con el derecho a la Educación Superior es fundamental no sólo que garantice el acceso a instituciones de educación superior, sino que esas instituciones sean diversas para responder a las necesidades de los diferentes grupos culturales que conforman nuestra nación y, sobre todo, que sean de excelencia académica. Sólo así será posible revertir la inclusión excluyente que han sufrido las poblaciones empobrecidas cuando asisten a instituciones educativas precarias que sólo reproducen las desigualdades sociales existentes.

    En el Foro mencionada hubo consenso en demandar al gobierno una política que haga viable el cumplimiento del derecho a la Educación Superior para alcanzar en el 2024 al menos una tasa bruta de cobertura del 50 por ciento. Esto exige una articulación de estrategias que fortalezcan la excelencia académica y la equidad para revertir las desventajas acumuladas que padecen los jóvenes provenientes de sectores empobrecidos. Repetir los caminos ensayados en el pasado no transformará la injusticia educativa. Tampoco es hora de ocurrencias. Consideramos imprescindible reforzar las instituciones públicas para ampliar su matrícula con calidad y crear nuevas instituciones allí donde no existen otras opciones, pero instituciones sólidas, no remedos. Solo así, se camina hacia la justicia, dando más a quienes menos tienen.

  • Nuevo modelo educativo carece de elementos pedagógicos concretos: especialistas

    Nuevo modelo educativo carece de elementos pedagógicos concretos: especialistas

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    Durante el Foro de análisis “Una mirada desde Instituciones de Educación Superior”, diversos especialistas en materia educativa coincidieron que el nuevo modelo educativo presentado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), carece de elementos pedagógicos concretos, originalidad en su contenido y de un fondo educativo profundo que impacte en las necesidades del México actual.

    En el encuentro realizado en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, el investigador del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE), Ángel Díaz-Barriga, aseguró que el documento que se presentó como propuesta educativa contiene fuertes contradicciones entre lo que dice el artículo tercero constitucional, Ley General de Servicio Profesional Docente y los lineamientos del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), sobre todo en lo que corresponde a la evaluación educativa y el uso de los resultados de las mismas.

    En este sentido, dijo que si lo que busca el Estado es recuperar la autonomía de la educación, con la reforma educativa y los nuevos modelos, está sucediendo todo lo contrario.

    “Se ha visto que la SEP ha llamado al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) para fingir una negociación con el magisterio; todo esto se da frente a una presión constante que ha realizado los docentes disidentes encabezados por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE)”, afirmó.

    Por su parte, Marisol Silva, coordinadora del  Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación de la Universidad Iberoamericana (INIDE), advirtió que desde la SEP, se está confundiendo aprendizaje con información, argumentando que el nuevo modelo educativo privilegia más lo segundo, dejando fuera los aprendizajes necesarios para el desarrollo integral de los niños y jóvenes del país.

    El nuevo modelo y la reforma educativa no plantea un cambio relevante en los aprendizajes, pues pareciera que estimula solo la retención de información.

    Adicionalmente, señaló que aunque esta propuesta tiene “buenas intenciones” en diversos aspectos, no explica puntualmente cómo se desarrollaran, por lo que carece de estrategias puntuales en su aplicación.

    Para Juan Carlos Silas, investigador del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, en teoría, la nueva propuesta educativa se ve bien, sin embargo, no existen las condiciones necesarias para su correcta aplicación.

    Este nuevo modelo educativo, dijo, solo es una propuesta de ideas sin concretar, llena de un gran centralismo ignorante que olvida la gran pluralidad de contextos que tiene el sistema educativo nacional.

    Finalmente, Isabel Royo, académica de la Ibero Puebla, consideró necesario que desde las instituciones de educación superior se debe crear una fuerte unión para mejorar las propuestas educativas, todo con una visión de emprendimiento social que incluya a todos los sectores de la sociedad.

    Ante ello, puntualizó que se debe “trabajar más y mejor para tener un impacto de desarrollo más profundo e integral en materia educativa.”

     

  • Consulta y consenso, las vías para reformas en educación superior

    Consulta y consenso, las vías para reformas en educación superior

    MGA

     

    Alejandra Galván. Héctor Rojas. Educación Futura

    Hasta el momento, las instituciones de educación superior han procesado sólo de dos formas las consultas a su comunidad académica, las formales o institucionales y las asambleas, no obstante, ambas, al momento de tomar decisiones importantes para las casas de estudio, han resultado ineficaces, alerta el investigador de El Colegio de México (Colmex), Manuel Gil Antón.

    Los mecanismos formales, a través de los consejos universitarios como el que tiene la UNAM, pueden ser falibles; de no ser así, la huelga de fin de siglo, que duró todo un año, no habría sido posible en la máxima casa de estudios.

    Las asambleas suelen estar dirigidas por estudiantes que son activistas políticos, cuya labor más relevante es alargar lo más que se pueda una asamblea hasta que se tomen las decisiones cuando quede el número menor de personas, por lo cual, tampoco son eficaces, señaló el investigador de El Colegio de México y director académico de Educación Futura.

    Al analizar la problemática con los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Gil Antón, sugirió utilizar las redes sociales para consultar a los estudiantes, porque “tal parece que los mecanismos tradicionales ya no están siendo útiles”.

    Es el caso de las autoridades del IPN, que “sí emitieron una convocatoria para consultar entre la comunidad los cambios al reglamento, pero esta convocatoria no tuvo éxito”, por lo que se vuelve necesario “encontrar mecanismos atractivos y eficaces para la consulta, no sólo del Politécnico sino de todas las Instituciones de Educación Superior (IES) en el país”.

    Gil Antón recalcó que el modelo cardenista con el que fue creado el IPN, pertenece a un espíritu socialista de nación, que por lo menos, constitucionalmente, ya no existe.

    Entrevistado por separado, Imanol Ordorika, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien fue uno de los organizadores y dirigentes, del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) durante las movilizaciones de 1987, considera que el actual movimiento estudiantil, está recogiendo las mejores tradiciones de movilización del Politécnico y de otros movimiento estudiantiles, pues el contexto en el que se desarrolla ha sido no violento y muy organizado, descartando acusaciones típicas que hacen las autoridades de que son gente de fuera y manipulados.

    Coincidió en que el conflicto estudiantil evidencia, una vez más, que cuando las autoridades toman decisiones relevantes que afectan a la comunidad y no son consensuadas, el episodio concluye en conflicto, tal como hoy se ve en el IPN.

    Para Ordorika, especialista en temas estudiantiles, las reformas se tienen que hacer con la participación y consenso de la comunidad; de otra manera, “lo que sucede es que surgen conflictos como el que vemos ahora, o bien, que estas reformas resulten irrelevantes”, señaló.

    Al respecto, también coincidió la directora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE), Marisol Silva, quien consideró que el conflicto que se ha presentado responde a que la manera de tomar las decisiones y analizar los problemas en el IPN debe modificarse.

    Autonomía para el IPN

    De acuerdo con Marisol Silva, una institución de la dimensión del IPN, debería ser autónoma, para de este modo fortalecer sus acciones a favor de la calidad y la equidad en la educación superior.

    “El tema de la autonomía se ha venido postergando, es hora de resolverlo y conviene aprovechar este momento para dialogar sobre la autonomía y la funcionalidad del ‘Poli’ en la sociedad mexicana”, dijo la directora del INIDE.

    Imanol Ordorika recordó que, cuando Vicente Fox era presidente de México, y siendo Miguel Ángel Correa Jasso director del IPN, Fox ofreció iniciar un proceso para otorgar autonomía al ‘Poli’, pero por razones desconocidas se detuvo la iniciativa.

     

     Para ver la entrevista completa con Manuel Gil Antón, puedes hacerlo al dar  click aquí