Los descalzos de Urique

En días pasados, mi compañero de escuela primaria el profesor Francisco, me contaba sobre el drama que vive una de sus alumnas de quinto grado. Resulta que cada mes se ausenta 2 días de la escuela, porque junto a su madre y sus dos pequeños hermanos tienen que viajar religiosamente a la ciudad de Durango a visitar a su papá que está recluido en el Cereso, una visita que logran financiar los integrantes de la joven familia, realizando innumerables actividades como la recolección de cartón, plástico y aluminio, el aseo de casas y la comercialización de todo lo que pueda dejar un peso. Aunque también hay veces, que el dinero lo consiguen de la caridad que les da la divina providencia, diría el gran Juan Rulfo.

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