No caben las confusiones/Gil Gamés

Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil pensaba en la lógica. Oigan esto: un juez federal ordenó a la Secretaría de Educación Pública reactivar la evaluación docente. Cómo lo oyen, luego de que la SEP “suspendiera indefinidamente la evaluación”, el inexistente secretario de Educación Pública anunció que los exámenes se realizarían en las fechas previstas y que nunca fueron cancelados sino suspendidos. Gamés se llevó los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz y meditó con el tumbaburros entre las manos: cancelar y suspender. Al gordito de la SEP no le falta razón, para qué más que la verdad. Cancelar: anular, hacer ineficaz un instrumento público; suspender: detener o diferir por algún tiempo una acción o una obra.

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