Educación Futura

Etiqueta: violencia escolar

  • Apostar en favor del espíritu

    Apostar en favor del espíritu

    Hoy más que nunca urge crear un nuevo tipo de ser humano y renovar la fe en la humanidad

    Juan Martín López Calva

    La universidad se creó para hacer un nuevo tipo de hombre, para creer en él. Más que nunca, urge restaurar esa fe. Y para eso no hace falta pensar en superhombres, nos bastan los hombres de tamaño natural. Como aquellos universitarios de la Edad Media y del primer Renacimiento que supieron todo lo que sabían los hombres del pasado, que hay que fundar una nueva ciencia: la ciencia de ser hombre…A primera vista parece muy difícil renunciar a los bienes materiales para canjearlos por los bienes del espíritu. Pero un enano, subido en los hombros de un gigante, ve más que el gigante mismo. Somos pocos y pequeños los que apostamos en favor del espíritu, pero desde los hombros de la materia, vemos ya la salida del sol. Lo dijo Bernardo de Chartres en pleno siglo XII.
    Juan José ArreolaLa palabra educación, p. 74.

    Cada semana un escándalo, cada cierto número de días un nuevo horror, así vivimos desafortunadamente en este país que se sigue rompiendo día a día ante la inacción, la evasión de la responsabilidad, la criminalización de las víctimas, los “chistes” y la risa del presidente y la sólo aparente indignación de la sociedad que más que empatía con el dolor ajeno parece estar hambrienta de motivos para pelear contra sus adversarios ideológicos y defender a sus líderes políticos y sus intereses económicos.

    Hace una semana dediqué este espacio a la reflexión sobre el pésimo ejemplo que damos a los niños y adolescentes y la imposibilidad de exigirles ser mejores que nosotros, pero al mismo tiempo el deber educativo fundamental que es precisamente, tratar de formarlos para ser mejores que nosotros. Todo esto a partir del terrible caso del asesinato de Lizbeth Ramos a manos de una de sus compañeras de secundaria.

    La indignación fugaz que produjo esta tragedia inaceptable, un ejemplo entre los muchos que ocurren de violencia escolar cotidianamente, se desvaneció muy pronto y el interés y la viralidad en las redes fue ocupada por una nueva, indignante e inaceptable tragedia del incendio y la muerte inhumana de 39 migrantes, causada por la negligencia y la crueldad de las autoridades migratorias y la fallida política del gobierno federal en la materia.

    La reacción ante esta historia de horror y trato inhumano por parte del presidente fue la de culpar a las víctimas por la tragedia y desviar la atención con supuestos chistes de los que rió a carcajadas un par de minutos después de tratar el tema. La del Secretario de Gobernación, responsable directo del tema migratorio por mandato constitucional fue la de culpar al canciller -uno de sus “rivales” en la contienda por la candidatura presidencial-, la del canciller, de defenderse señalando la responsabilidad de Gobernación y la de los políticos y líderes de opinión en su mayoría fue la politización de la tragedia para atacar al gobierno desde la oposición o defenderla, desde el partido y los seguidores del presidente.

    A muy poca gente pareció importarle realmente el trato inhumano que se da a los migrantes en estos centros de detención que hacen el “trabajo sucio” al gobierno estadounidense y mostrar compasión ante la cruel muerte de las víctimas y el dolor de sus familias. En pocos días, seguramente este caso dejará de ser mediáticamente novedoso y dejará de causar interés en las redes sociales y en la sociedad en general.

    No cabe duda que hoy más que nunca, como afirma Arreola en el siglo pasado, urge crear un nuevo tipo de ser humano y renovar la fe en la humanidad y en las posibilidades de construir una sociedad en la que todos vivan de acuerdo a su dignidad. Como afirma la cita que sirve de epígrafe hoy, esto no significa pensar en superhombres -o supermujeres- sino simple y llanamente en seres humanos de tamaño natural.

    El obstáculo principal para lograrlo es este sistema mundo en el que importan de forma predominante y casi exclusiva los bienes materiales y el supuesto progreso que se deriva del tener posesiones y capacidad de consumo, más que del ser personas capaces de construir un proyecto de vida humanamente aceptable y una convivencia pacífica, democrática y compasiva que no excluya a nadie ni permita que a ningún ser humano se le trate como animal, como afirman los migrantes sobrevivientes de esta tragedia reciente.

    Sigue estando pendiente fundar una nueva ciencia: la ciencia de lo humano que investigue y nos oriente en el proceso difícil de renunciar a una vida centrada en los bienes materiales para valorar más los bienes del espíritu.

    La universidad, dice bien el maestro de Zapotlán El Grande, se fundó para crear un nuevo tipo de ser humano, a partir de esta ciencia de lo humano o tal vez viéndolo desde otro ángulo, desde una visión humanizante de todas las ciencias. Sin embargo, esta institución ha sido absorbida por este mundo centrado en los bienes materiales y se ha convertido en una parte más del sistema de mercado, en la que el conocimiento es una mercancía más.

    Las instituciones de educación superior están hoy demasiado ocupadas en ser competitivas, acreditar la calidad de sus programas, acreditarse institucionalmente a nivel nacional e internacional con la consecuente burocratización que las lleva a dedicar más tiempo a generar, sistematizar y someter a evaluación las evidencias de su excelencia, que a la formación de excelencia de ese nuevo ser humano que urge crear hoy para salir del mundo deshumanizante en que vivimos.

    Somos pocos -me incluyo porque al menos lo intento y trato de resistir a esta tendencia- y somos pequeños los que apostamos en favor del espíritu en las universidades actuales, pero como dice el maestro Arreola“desde los hombros de la materia vemos ya la salida del sol” y renovamos recurrentemente la esperanza que da sentido a nuestra profesión de educadores.

    En un mundo sumido en la oscuridad y la cultura del espectáculo y de la muerte, resulta cada vez más necesario sumar a un mayor número de docentes que mantengan el espíritu universitario vivo para seguir trabajando en la formación del nuevo tipo de ser humano que hoy necesita el mundo en este cambio de época.

    Hacer crecer esta comunidad de universitarios -siempre pocos, siempre pequeños, pero indispensablemente significativos- que apuesten con su resistencia, rebeldía, creatividad, criticidad, compromiso responsable y amor por las nuevas generaciones y por el mundo, en favor del espíritu en este contexto hipnotizado por el resplandor de los bienes materiales.

    Ante el embate y la fuerza aplastante de la sociedad de consumo que ha mercadizado el conocimiento y puesto precio incluso a la vida humana, resulta imprescindible recrear un espíritu universitario auténtico que esté a la altura de nuestros tiempos y sea suficientemente efectivo y atractivo para los jóvenes de hoy, convertirse en ese nuevo tipo de ser humano, no por indoctrinación, imposición o manipulación sino por invitaciónprovocación y testimonio.

    Además de sumar adeptos de esta apuesta por el espíritu, se requiere que las universidades hagan coincidir sus discursos humanistas con sus prioridades de gestión y su apertura para no sucumbir ante las exigencias del reinado de los bienes materiales.

    Publicado originalmente en e-consulta

  • Ser mejores que nosotros: la paradoja educativa

    Ser mejores que nosotros: la paradoja educativa

    Los estudiantes están expuestos a ejemplos de pérdida de valor de la vida y violencia

    Juan Martín López Calva

    Todos somos maestros de buena o mala conducta. Hay quienes al vernos, se apartan de la mala y siguen la buena. Otros proceden al revés. Todos enseñamos a los más jóvenes a ser lo que somos o lo que deberíamos ser. “Un padre educa a su hijo hasta con el mal ejemplo”, palabras de Hutchins, un educador norteamericano que nos recuerda eso que nos gustaría olvidar: los adultos somos maestros inconscientes: procedemos como si nadie nos viera. Impunemente damos mal o buen ejemplo a los jóvenes. ¿Podemos exigirles que sean mejores que nosotros?
    Juan José ArreolaLa palabra educación, p. 104
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    Este tema debí haberlo abordado en la entrega de la semana pasada, pero intencionalmente dejé pasar estos días porque en este mundo de la fugacidad y la inmediatez en el que vivimos, sobre todo a partir del reinado de las redes sociales como ejes de nuestra vida cotidiana, los asuntos graves, urgentes, que deberían preocuparnos y ocuparnos de forma permanente, son tratados con la frivolidad de lo novedoso y el morbo del escándalo que dura unas horas o tal vez un par de días hasta que los sustituye el siguiente hecho espectacular.

    Se trata del caso del asesinato de Lizbeth Ramos, a manos de una compañera que según sus familiares tenía ya tiempo de acosarla y que la golpeó de forma brutal, repetidamente con una piedra en la cabeza y en la cara hasta romperle la nariz y dejarla sangrando, en una pelea desigual al parecer pactada por la víctima que se atrevió a enfrentar a su acosadora.

    Según la nota del diario El País, firmada por Daniel Alonso Viña, lo que puede verse en el video tomado por una de sus compañeras de escuela, que ilustra el reportaje, la escena es desoladora:

    “La contrincante de Lizbeth, cuya identidad todavía no ha trascendido, tiene una piedra o algo similar en la mano derecha y con ella asesta golpe tras golpe a Lizbeth, que apenas es capaz de defenderse. A su alrededor, una horda de niños y niñas de su misma edad se ríen con cada nuevo golpe, gritan “¡Dale más fuerte!” y “¡Dale una en la cara!” mientras Lizbeth intenta levantarse del suelo, donde recibe muchos golpes en la cabeza…”

    Resulta demoledor humanamente hablando, tanto el acoso y la saña con que una adolescente de menos de quince años golpea con un objeto contundente a una compañera, causándole, además de la fractura de la nariz -único daño que fue atendido-, un traumatismo craneoencefálico que le causó la muerte unos días después.

    Igualmente terrible es ver en el video a los compañeros y compañeras de Lizbeth, de la escuela ubicada en Teotihuacán, no solamente no intervenir para detener esa pelea desigual sino reírse y alentar a gritos a la agresora pidiéndole que le pegue más fuerte, que le dé en la cara.

    Además de ello, la inacción de la directora de la institución -destituida ahora, en esta mexicana costumbre de tapar el pozo después del niño ahogado- ante las denuncias de acoso que había recibido por parte de la familia de Lizbeth.

    Pero este caso no debe verse aisladamente. Se trata de un caso de violencia escolar extrema que llamó la atención porque fue cubierto ampliamente por los medios de comunicación, pero diariamente, en muchísimas escuelas de todos los rincones del país ocurren actos de acoso y de violencia entre estudiantes de todos los niveles educativos. Casos tanto de acoso físico como de ciberacoso, de violencia física y verbal y de violencia digital.

    Además de ver este panorama desalentador y muy grave a nivel nacional, habría que poner atención al contexto socio-cultural en el que esta violencia en las escuelas y universidades está ocurriendo.

    Según reporta una nota de otro diario, El Economista, la organización civil Causa en común “…contabilizó que mientras en el 2020, al menos 171 mujeres fueron asesinadas con crueldad extrema, la cifra aumentó drásticamente a 490 para el 2021. Para el 2022 los casos se duplicaron al llegar a 801.

    De acuerdo con la misma organización, solamente uno de cada cinco casos de asesinatos violentos de mujeres es clasificado como feminicidio por la autoridad, por lo que los datos reales son mucho más altos que los que se pueden reportar si se consulta la información de las carpetas de investigación oficiales. Todo esto solamente en el caso de la violencia contra las mujeres -que tomo como ejemplo porque el caso de Teotihuacán es de una mujer-, puesto que como bien sabemos, las cifras generales de la violencia por parte del crimen organizado y de abusos por miembros del Ejército -como el asesinato de siete jóvenes en Nuevo Laredo- ha seguido aumentando sexenio tras sexenio.

    Como bien dice la cita del maestro Arreola, “todos somos maestros de buena o mala conducta” y algunos de los niños y jóvenes al vernos, al ver una sociedad en la que campea la violencia impunemente“se apartan de la conducta mala y siguen la buena”, pero otros, desafortunadamente por el fenómeno creciente de violencia escolar y de jóvenes reclutados por los cárteles y bandas delincuenciales, más bien terminan imitando y sumándose a estas malas conductas que siguen rompiendo el tejido social, causando muerte y desolación en muchas familias y truncando proyectos de vida humana como el de Lizbeth.

    Aunque pretendamos olvidarlo, todos los adultos -docentes, padres de familia y ciudadanos en general- somos de forma no explícita maestros y sin embargo, como dice Arreola, continuamos comportándonos como si nadie nos viera. Todos los adultos vamos por la vida dando buen o mal ejemplo a los jóvenes.

    Por lo que puede apreciarse en nuestra sociedad, en lo que destacan los medios de comunicación -interesados en ganar audiencia y dinero, más que en contribuir a la reconstrucción de esta sociedad rota- y en los comportamientos que van penetrando de manera muy preocupante en los niños, adolescentes y jóvenes de nuestras escuelas y universidades, lo que estamos dando es predominantemente y por mucho, malos ejemplos que están reforzando sistemáticamente las estructuras y la cultura de la muerte y el desprecio por la dignidad humana.

    Creo que en el caso de Lizbeth y en este escenario general que estamos padeciendo en nuestro país deberíamos preguntarnos respecto a las nuevas generaciones, como Arreola: ¿Podemos exigirles que sean mejores que nosotros?

    La respuesta para mí es una paradoja: no podemos darles ejemplos de trivialización de la violencia y pérdida del valor de la vida y exigirles que sean mejores que nosotros, pero sí debemos, de manera autocrítica y responsable revisar las maneras en la que todos estamos educándolos de forma explícita o implícita, formal o informal, para cumplir con el deber de trabajar para que las nuevas generaciones sean mejores que nosotros.

    Publicado originalmente en e-consulta

  • Jóvenes no ven a la escuela como garantía para mejorar sus condiciones de vida: experto

    Jóvenes no ven a la escuela como garantía para mejorar sus condiciones de vida: experto

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    En América Latina, los jóvenes de entre 10 y 29 años son los más propensos a verse envueltos en problemas ligados a la violencia en diversos ámbitos. El más preocupante es el escolar, donde no se ha podido establecer con claridad una opción viable para escapar de situaciones de riesgo que aquejan a las comunidades.

    Señaló Arturo Alvarado, Director del  Centro de Estudios Sociológicos (CES) de El Colegio de México, quien afirmó que, actualmente la escuela es concebida como un punto para poder prepararse y mejorar las condiciones de vida de los jóvenes, pero que no representa seguridad para el futuro, pues actualmente los jóvenes consideran que asistir a los centros escolares, no es garantía de encontrar mejores trabajos y oportunidades de desarrollo.

    Durante su conferencia “Violencia juvenil y violencia escolar. Cuatro estudios de caso”, realizada en el marco del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Violencia Escolar, Alvarado afirmó que aunque existen  muchos factores de la violencia entre los jóvenes, es importante la participación de la sociedad, el estado y las escuelas en la erradicación de la misma.

    En el estudio, donde se analizó a diversos grupos de jóvenes de México, Brasil, Colombia y Guatemala; Alvarado señala que las condiciones económicas afectan sustancialmente el desarrollo educativo de los jóvenes y su interacción con la violencia.

    Explicó que los adolescentes que viven en barrios de niveles socioeconómicos más integrados, con mejores servicios, que asisten a escuelas o incluso universidades, que trabajan, con acceso a servicios de salud, sobre todo privados y transporte, tienen mayores oportunidades y espacios urbanos públicos y privados para recrearse, al tiempo que:

    Expresan mayor conocimiento y conciencia de sus derechos, presentan mejores experiencias y formas de solucionar los episodios de violencia, que suelen ser menores, y tienen una mejor forma de ver su futuro y de construirlo.

    IMG_9548En contraste, indica, quienes habitan en barrios en donde está concentrada la pobreza y los servicios precarios, tienen menos conciencia de sus derechos; presentan mayores episodios de violencia y menos alternativas para resarcirse de sus consecuencias; quizá tuvieron experiencias traumáticas (de enfrentamiento) con la policía; algunos han sido detenidos y procesados, judicialmente, tienen menor acceso a servicios y al mundo de consumo de baja calidad; y muchos narraron experiencias de privación y de discriminación.

    “Algunos de ellos han tenido contacto con grupos delictivos y han trabajado en ese mundo; muchos de ellos viven amedrentados por esta situación en sus barrios, escuelas y en la ciudad. La policía los persigue, maltrata, extorsiona y mata”, aseguró el investigador.

    En la Ciudad de México, recalca que  las mujeres tienen una mayor desventaja y vulnerabilidad a la violencia y acceso a la educación

     

    La exposición a la violencia que viven los jóvenes tiene diferencias de género y también hace más vulnerables a las mujeres. Ellas viven muchas ocasiones hasta una situación de triple vulnerabilidad debido a su condición de jóvenes, de mujeres y por pertenecer a una clase económicamente baja.

    Esta situación, señala, se ve agravada porque la mayoría de las jóvenes, principalmente aquellas con una instrucción escolar baja, no conocen sus derechos.

    Estos derechos, finaliza, no son sólo violados por particulares, sino también por el Estado.

    Por último señala que, si bien las condiciones estructurales en las que viven la población y los jóvenes son el marco de numerosas conductas criminales, habría que establecer si la violencia es generadora o conductora de estas condiciones.

    “En este sentido, consideramos que los distintos espacios de la ciudad, tomando en cuenta su localización en la misma y su composición social, presentan diversos tipos de violencia e inseguridad y, en especial, que los espacios más segregados de la pobreza concentran la falta de satisfactores básicos y conductas violentas. En estos lugares la violencia es común en la vida cotidiana, y además en los últimos años ha ido en aumento junto con el crecimiento de la economía ilegal, la disponibilidad de armas de fuego, la impunidad, el clientelismo, la corrupción y la inexistencia de políticas públicas de prevención”, concluye.

  • Implementa SEP programa contra la violencia escolar en 18 mil escuelas más

    Implementa SEP programa contra la violencia escolar en 18 mil escuelas más

    bullying2La Secretaría de Educación Pública (SEP) presentó la segunda fase del Proyecto a Favor de la Convivencia Escolar (PACE), que involucrará a 18 mil escuelas en acciones por combatir el acoso escolar y mejorar el ambiente en los centros educativos.

    Durante ‎la Reunión Nacional de Convivencia Escolar, la Dirección General de Desarrollo de la Gestión e Innovación Educativa (DGDGIE), revisó los materiales que se integrarán al ciclo escolar 2015-2016: El Manual de Trabajo: Talleres para padres, madres y tutores, y el Manual para el Docente, cuyo propósito es involucrar a los padres de familia en la promoción de la convivencia inclusiva, democrática y pacífica en los salones de clase.

    Estos materiales se suman a los producidos anteriormente por la SEP para la instrumentación del PACE en las 18 mil escuelas participantes, así como a las diversas acciones de capacitación a supervisores, directores y docentes que se continuarán realizando en las mismas.

    Al respecto, Germán Cervantes Ayala, titular de la DGDGIE señaló que al proporcionar herramientas a los docentes y directores para gestionar un buen entorno en los salones de clase, el PACE se enmarca en la Política Nacional para una Escuela Libre de Acoso.

    El PACE se implementa en el tercer grado de primaria de las instituciones integradas a los programas de Escuelas de Tiempo Completo y Escuela Segura, especialmente en aquellas escuelas pertenecientes a municipios donde se desarrolla el Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia.

    Al encuentro acudieron representantes de las 32 entidades federativas, quienes acordaron diversas estrategias para fortalecer la implementación del Programa.

     

  • Envía EPN iniciativa preferente pro niñez para evitar violencia

    Envía EPN iniciativa preferente pro niñez para evitar violencia

    iniciativa preferente pro niñez

     

    También combate el acoso escolar o bullying, y contempla sanciones a adultos que no detengan o denuncien con hasta tres mil días de salario mínimo (201 mil 870 pesos), y garantiza la atención de niños migrantes no acompañados.

    Además, plantea crear procuradurías a nivel federal y local para proteger a los niños, asesorarlos y representarlos cuando estén involucrados en procedimientos penales y administrativos.

    Igualmente reconoce nuevos derechos para los niños migrantes no acompañados, como servicios de asistencia médica, sicológica y jurídica, que existan instalaciones adecuadas para su atención y que se les garantice asistencia consular.

    Al utilizar la figura de la iniciativa preferente, el Senado tendrá 30 días naturales para pronunciarse a favor o en contra de la reforma; en caso de avalarla, la turnará a la Cámara de Diputados, donde tendrán un plazo similar para pronunciarse.

    La figura se usa para impulsar proyectos que el Ejecutivo federal considera de importancia.

    La iniciativa incluye acciones para abatir el trabajo al que todavía son sometidos más de 2.5 millones de niños mexicanos, garantiza los derechos de los menores a la vida, a la protección contra la violencia, a la libertad de expresión y de religión.

    Evitarán violencia

    El proyecto propone también que estaciones de radio y televisión no puedan transmitir información, imágenes o audio que influyan negativamente en el desarrollo de los menores, promuevan la violencia, la ausencia de valores o hagan apología del delito.

    Se prevé que las autoridades vigilarán que los espectáculos públicos, películas, programas de radio y televisión, videos, impresos y cualquier otra forma de comunicación o información sean clasificados, para evitar que los contenidos perjudiquen el bienestar de la niñez.

    “Con la finalidad de hacer coercitiva las disposiciones de la ley, se contempla que además de la Procuraduría de Protección (que se creará para velar por los niños), cualquier persona podrá solicitar a las autoridades administrativas la imposición de sanciones”, destaca el proyecto.

    Al entregar la propuesta del Ejecutivo al presidente del Congreso, Silvano Aureoles, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, subrayó que se busca ampliar las garantías de los menores, así como velar por el principio del interés superior de la niñez.

    El proyecto de ley, que retoma el contenido de otras nueve leyes que protegen a los menores, contempla imponer obligaciones a las autoridades federales, estatales y municipales, para homologar la protección a niñas y niños y adolescentes, y se regulan con más profundidad los derechos de los menores; está dividida en tres vertientes.

    La primera, explicó el presidente Enrique Peña Nieto horas antes de que Osorio Chong entregara la iniciativa, define objetivos, estrategias y políticas para atender y proteger a los menores; prevé la elaboración de un Programa Nacional de Protección a Niñas y Niños y Adolescentes que establezca líneas de acción para garantizar el bienestar de la infancia.

    Se crea el Sistema Nacional de Protección Integral, con el objetivo de dar seguimiento a las políticas en la materia.

    Al encabezar en la residencia de Los Pinos el evento México sin trabajo infantil, el Presidente precisó que la segunda vertiente establece mecanismos para asegurar que los derechos de todos los niños sean respetados en todo momento.

    La tercera línea prevé medidas para que las niñas, niños y adolescentes de México crezcan en entornos libres de violencia. “Esta ley será un instrumento eficaz para combatir el bullying, que tanto lastima a quienes lo padecen y ofende a toda nuestra sociedad”, dijo.

    La iniciativa busca también adecuar las leyes secundarias, después de la reforma con la que se incrementa de 14 a 15 años la edad mínima para laborar.

    Publicado en El Universal

     

  • Preocupa violencia contra los maestros

    Preocupa violencia contra los maestros

    VIOLENCIA CONTRA PROFESORES

    Por Liliana Alcántara. El Universal

    La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) advirtieron sobre las diversas formas de violencia que también están sufriendo los maestros por parte de los alumnos en los centros educativos, y alertaron que esta situación ocasiona que los mentores estén más preocupados por su seguridad, en lugar de enfocarse en la educación de los estudiantes.

    En un documento de trabajo que elaboraron ambas dependencias para hacer frente al acoso escolar, señalaron que los maestros son víctimas de amenazas, contestaciones irrespetuosas, insultos, actitudes de desafío, negativa a obedecer indicaciones, así como robos y daños de bienes —autos, prendas de vestir y pertenencias—, golpes y empujones, por parte de los alumnos.

    Esto “a pesar de que deberían ser considerados como una figura de autoridad y protección a la que se debe respeto”, establece.

    El documento aclara que los casos de bullying se registran en mayor medida entre alumnos, pero que los maestros no escapan de las agresiones.

    Las formas de violencia que presentan en contra de profesores son diversas: la imposición de apodos —la más común—, las extorsiones para que los aprueben en su asignatura, insultos y amenazas de que sus padres o “su banda” actuarán en su contra si los llegan a regañar, castigar o reprobar, detalla.

    Los hechos más violentos que han sido denunciados por los maestros ante las autoridades educativas, son el impedimento para que entren al salón de clases, golpes, empujones, robo de sus pertenencias —computadoras, calculadoras y dinero en efectivo, principalmente—, así como daños en vehículos, tales como ponchaduras de llantas, rayones, quiebre de vidrios y en casos extremos, haste el corte de cables de los frenos.

    El acoso también sucede en las redes sociales, donde los mentores, según lo manifestaron a sus superiores, son ridiculizados, catalogados y discriminados por alumnos. Incluso, los profesores han detectado conversaciones abiertas en internet donde entre alumnos se aconsejan y se coordinan para hacer daño al maestro y “vengarse”.

    Aunque en menor medida, los educadores también han manifestado que sufren violencia, sobre todo de manera verbal, por parte de los padres de familia.

    Escolares que intimidan

    En el documento de trabajo elaborado para el Programa de Escuelas Libres de Violencia, la CNDH y el SNTE explican que la violencia en el entorno escolar se torna en acoso cuando involucra un desequilibrio de poder.

    Detalla que se realiza de manera repetida y constante entre la persona generadora de violencia y el receptor de la misma, e incluye acciones realizadas con la intención de humillar y someter abusivamente a una víctima a través de agresiones físicas, verbales, sicológicas, emocionales y sociales.

    Agrega que la violencia en la comunidad educativa puede manifestarse: entre alumnos; entre maestros y alumnos; entre padres de familia y maestros contra autoridades escolares, y entre padres de familia y los alumnos (cuando se trata de la hija e hijo de otro padre o cualquier otro alumno).

    Indica que en el caso de la violencia ejercida por alumnos contra sus profesores, estos tienen la principal finalidad de intimidarlos y poder establecer sus propias reglas.

    Especifica que los distintos tipos de agresión en un plantel educativo se manifiestan cuando hay problemas de disciplina con autoridades educativas; bajo rendimiento académico por parte de los estudiantes; deserción; conductas de intimidación, persecución física y sicológica contra otra persona a la que se elige como víctima; prejuicios y estereotipos, chistes, apodos e insultos hirientes que generan discriminación y exclusión; así como daños materiales en propiedad privada o comunal y violencia física que puede implicar abuso sexual.

    En cuanto al perfil del alumno agresor, el documento señala que éste es impulsivo y dominante; persuasivo, mentiroso, tiende a caer muy bien y sabe manipular a los demás; es envidioso, superficial y arrogante, le gusta criticar y humillar a las demás personas, no confía en nadie y tiene dificultades para seguir las reglas, le gusta tener el control de todo y demuestra poca tolerancia a la frustración.

    Asimismo, este acosador por lo general se rodea de otros alumnos que lo apoyan en sus acciones agresivas “y festeja toda agresión que resulte como reafirmación de su propia superioridad”.

    Para solucionar esta problemática, ambas instituciones indicaron que las relaciones entre padres, madres y docentes debe ser armónica y asertiva, basada en la comunicación permanente y encaminada al aprendizaje de los alumnos.

    Consideraron que los padres de familia deben involucrarse de manera positiva en las actividades de la escuela y sensibilizar a sus hijos acerca de la violencia, así como el fortalecimiento de prácticas de solución pacífica de los conflictos.

    “Si los padres no respetan a los maestros y autoridades escolares, es muy poco probable que los estudiantes lo hagan”, advirtieron.

    Nota completa en El Universal

     

     

  • Buscan evitar violencia en las escuelas SEP y CNDH

    Buscan evitar violencia en las escuelas SEP y CNDH

    sep-CNDH

    Un nuevo convenio que busca erradicar el acoso escolar de los centros educativos fue firmado este viernes por los titulares de la Secretaría de Educación Pública (SEP), y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Emilio Chuayffet y Raúl Plascencia, respectivamente.

    “Es claro que un ambiente de aprendizaje armónico es condición necesaria para que pueda darse el aprendizaje de calidad que la Reforma tiene como meta”, señaló Chuayffet Chemor durante la firma de este acuerdo que se llevó a cabo en el salón Hispanoamericano de la SEP.

    Este acuerdo se suma al convenio de colaboración con los secretarios de educación de todas las entidades federativas, el cual se signó en mayo pasado; y al proyecto a favor de la Convivencia Escolar, firmado a finales de julio pasado.

    “La escuela no es un mundo aislado sino un espacio que mantiene relación estrecha con otros entornos de formación. La violencia es un fenómeno social que tiene orígenes multifactoriales, los centros escolares, por tanto, deben evitar la propagación de las conductas violentas y fomentar el entendimiento y la paz entre los estudiantes”, aseguró Chuayffet Chemor.

    Por su parte, el presidente de la CNDH, Raúl Plascencia, reconoció que “en los últimos años se han dado a conocer hechos inéditos en la historia del país, los cuales han generado alarmas, tristeza y preocupación por los casos de acoso escolar”.

    Ante ello, resulta impostergable, “promover empatía y diálogo para construir escuelas libres de violencia”, de este modo, salvaguardar los derechos de la niñez para que se convierta en una práctica cotidiana en la familia y en la sociedad, señaló el titular de la CNDH.

    Con este acuerdo, la SEP y la CNDH, fijan las bases para emprender de manera conjunta una campaña nacional para buscar librar a la escuela de la violencia y así llevar a la práctica los derechos de la infancia, destacó Raúl Plascencia.

    El presidente del Consejo Nacional de Participación Social en la Educación (Conapase), José Sarukhán, entrevistado por Educación Futura, señaló que será difícil erradicar la violencia de las escuelas si no se trabaja en el mismo sentido con la violencia que se encuentra fuera de los centros escolares.

    Por lo anterior, Sarukhán señaló que una de las principales labores del Conapase, será vincular a los padres de familia con el trabajo de la prevención del acoso escolar. También resaltó que será importante el diálogo con los medios de comunicación, a fin de reducir el contenido violento que se difunde a través de los mass media.

    En el evento, Chuayffet Chemor, subrayó: “estamos convencidos de que la escuela es el bastión donde nace el entendimiento entre personas”, toda vez que “gracias a la educación aseguramos el desarrollo integral de la sociedad mexicana”, expresó.

  • Índice de violencia escolar, México el más alto con Brasil: Talis 2013

    Índice de violencia escolar, México el más alto con Brasil: Talis 2013

    Gráfico1.Violencia

    Ambiente escolar-violencia

    La información sobre violencia en las secundarias mostrada para México es congruente, más no comparable, con lo que ya reportaba TALIS en su primer levantamiento de 2008.

    Entre los aspectos evaluados en TALIS 2013, se destaca la percepción de directores y profesores sobre el ambiente escolar y la violencia generada dentro y fuera del aula. Si bien TALIS 2013 no permite hacer un ranking de países para esta variable, es alarmante que la información reportada por directores arroje que México cuenta con los niveles más altos de vandalismo y robo, intimidación verbal, daño físico y uso/posesión de drogas o alcohol por parte de estudiantes; esta situación es similar a las percepciones reportadas por directores brasileños y ambos países se encuentran muy por encima de lo que reporta el promedio de países TALIS.

    Los datos que ofrece TALIS deben revisarse con cuidado antes de sacar conclusiones y, más aún, diseñar políticas públicas a partir de sus resultados. Por otra parte, pueden advertirse espacios para profundizar más a partir de investigaciones que traten de explicar mejor ciertas paradojas como el hecho de que los maestros mexicanos son quienes piden más capacitación y, al mismo tiempo, son quienes más capacitación reciben. Lo mismo podría decirse sobre la disparidad entre la retroalimentación que dicen los directores ofrecer y la que los profesores declaran recibir. En cualquier caso, es pertinente la existencia de este ejercicio que permite valorar las percepciones de los maestros y directores, sujetos cuya voz suele soslayarse en el diseño de políticas públicas.

     

    Gráfico2.Violencia

     

  • Presenta SEP programa para motivar la convivencia escolar

    Presenta SEP programa para motivar la convivencia escolar

    Lic. Esther Oldak

    La Secretaría de Educación Pública (SEP), a través de la Subsecretaría de Educación Básica (SEB), presentó el Proyecto a Favor de la Convivencia Escolar (PACE), que busca favorecer la convivencia inclusiva, democrática y pacífica en las escuelas, a partir de diversas acciones; una es elaborar materiales que contribuyan al trabajo académico de maestros y alumnos en el aula, bajo el paradigma de fortalecer la convivencia a partir de la perspectiva de “aprender a aprender y aprender a convivir”.

    A los maestros se les dotará de una guía del facilitador para que tengan conocimiento y manejo del material del alumno, además de compartir estadísticas o situaciones cotidianas de acuerdo con su contexto particular, haciendo que “la temática cobre relevancia”, dio a conocer la SEP.

    Por su parte, los alumnos recibirán materiales didácticos que les permitan recapacitar y valorar las condiciones necesarias para mejorar su convivencia escolar enfocados principalmente en la autoestima, manejo de las emociones, convivencia, reglas, manejo de conflictos y la participación integral de la familia.

    En representación de la Subsecretaria de Educación Básica, Alba Martínez Olivé, el Director General de Desarrollo Curricular, Hugo Balbuena Corro, explicó que el PACE es un programa educativo preventivo que se implementaáa en las escuelas de educación básica, que busca fortalecer la convivencia basada en aprender a aprender y aprender a convivir.

    Balbuena Corro destacó ante autoridades educativas del país, que “desde todas las asignaturas que conforman el curriculum de la educación básica, se busca favorecer a los alumnos a compartir ideas, a que aprendan a escuchar y a ser escuchados, diriman las diferencias y adopten acuerdos. Todo ello, para que tengan las herramientas necesarias con el propósito de solucionar los desafíos intelectuales que el profesor les plantea”.

    Al hacer uso de la palabra, la responsable del proyecto PACE y Asesora de la Secretaría de  Educación Pública, Esther Oldak Finkler, comentó que en esta primera etapa se aplicará en alumnos de tercer año de primaria de Escuelas de Tiempo Completo para este ciclo escolar 2014-2015.

    Indicó que “en cada escuela y en cada aula que se aplique el PACE, se hará una autoevaluación con los alumnos en relación con lo aprendido con este programa, además se recopilarán los trabajos desarrollados y se dotará de bibliografías para ampliar la información”.

    Informó que, a su vez, se lleva a cabo la campaña #YoNoLeEntro en los medios masivos de comunicación (prensa, radio, televisión y redes sociales), con el fin de crear conciencia en la sociedad para apoyar la convivencia escolar en los planteles de educación básica, públicos y privados, en el ámbito nacional.

    En esta presentación estuvieron presentes el Director General Adjunto de Innovación Educativa, Álvaro Mayoral Miranda; el Coordinador de Asesores de SEB, Uladimir Valdez Pereznuñez y los Secretarios Técnicos del Consejo Nacional de Participación Social en la Educación (CONAPACE), Patricia Gámez Alarcón y Sabino Cárdenas Sandoval.

  • Progreso, bullying y realidad

    Progreso, bullying y realidad

    no al bullying

    Debemos prestar una mirada más amplia a la realidad que nos circunda”, responde Gao Xingjian, premio Nobel de Literatura 2000, a la pregunta sobre qué debemos hacer para que el progreso no se nos salga de las manos (El País Semanal, 15/06/14, entrevista de Jesús Ruiz). Tiene razón Xingjian porque es común que al momento de pensar que en algo avanzamos o progresamos, sorpresivamente, surge un hecho, acción o conducta que nos deja ver que “toda mejora real puede ser reversible”, diría John Gray, el destacado filósofo británico. Por esta aparente contradicción — “ilusión en el progreso”, dirían otros —, me parece muy pertinente la sugerencia de Xingjian de ampliar la mirada. El campo educativo, político y social de México demanda este acercamiento. Veamos por qué.

    Como era esperable, el gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo anunció que dejaría el puesto por “motivos de salud”. Su gris actuación aunada al desgobierno generado por las administraciones pasadas no le dejó otra salida al político cuyo puesto será ocupado por Salvador Jara, ex rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.

    Con un especial énfasis, los medios de comunicación señalaron que un “académico” gobernaría el estado de Michoacán. El Universal, por ejemplo, resaltó que Jara es considerado un “científico de izquierda progresista y de respeto académico internacional”. ¿Y esto bastará para combatir la anomia social que vive ese bello estado de la república? Según los legisladores michoacanos, Jara reúne los requisitos para hacer un cambio, pues no está vinculado al crimen organizado ni forma parte de ningún partido. Esto, según los representantes populares, “garantiza la interlocución con lo diferentes niveles de gobierno, así con los poderes del estado” (20/06/14 @El_Universal_Mx) 

    No conozco el trabajo académico de Jara ni tengo porque no desearle éxito en esta nueva aventura política — seguramente mucho más complicada que escribir papers y publicar en journals indizados —, sin embargo, sí soy escéptico de la relación que se establece entre ser un buen académico y tener la capacidad política de organizar grupos, resolver conflictos y producir el progreso que muchos michoacanos anhelan. 

    El conocimiento científico como base del progreso —material o político — es una idea que, por la simpleza con que se ha planteado, ha sido cuestionada por varios pensadores. Gray, por ejemplo, ha hecho notar que la “ciencia ha permitido elevar los niveles de vida en las sociedades industriales avanzadas; pero la industrialización mundial está dando pie a la lucha por el control de los recursos naturales cada vez más escasos.” He ahí un buen ejemplo para “prestar una mirada más amplia a la realidad que nos circunda”, como sugiere Xingjian, y no irse con la finta de que un académico de “izquierda progresista” podrá sacar del hoyo a un gobierno y a una sociedad que tristemente se hundió hace tiempo.

    Una segunda viñeta de lo complejo que es la realidad educativa, social y política de nuestro país es el caso del bullying en las escuelas. Pavorosos han sido los diversos casos mostrados por las Redes Sociales (RS) y por los medios de comunicación masiva. Si algo bueno hemos aprendido a raíz de este terrible e injustificable fenómeno es lo siguiente. Primero, no se puede normalizar el acoso u hostigamiento escolar. Ante el daño físico y psicológico de los infantes, los argumentos de que “así somos los mexicanos”, “el bullying siempre ha existido” y “es que así aprenden los niños a ser machitos”, suenan, por decir lo menos, crueles.

    Segundo, el bullying nos ha puesto a pensar en los orígenes de un acto profundamente inhumano dentro de uno que por antonomasia no lo es: educar. Tercero, al acoso escolar ha servido también para que diversos actores tomen una postura clara al respecto. La SEP, por ejemplo, reaccionó estableciendo un convenio de colaboración con las autoridades educativas para combatir la violencia. Del discurso del secretario Emilio Chuayffet sobresalen al menos tres puntos (30/05/2014). El primero es que hizo referencia a los estudios e investigaciones sobre el tema, segundo, propuso 15 acciones concretas para actuar contra el bullying; y tercero —quizás aun más importante— ubicó el tema del acoso escolar dentro de la necesidad de respetar los derechos humanos. ¿Para cuándo un ombudsperson de la educación?

    Pero pese a los aciertos en el discurso de Chuayffet, extrañé una visión menos idílica de la escuela del titular de la SEP. De hecho, este servidor público abrió su discurso diciendo que las causas de la violencia son multifactoriales y que la escuela no opera “en un mundo aislado”. Aunque hay algo de razón en ello y por lo tanto, no creo conveniente “criminalizar a las escuelas”, como dice Eduardo Weiss, sí es necesario “prestar una mirada más amplia a la realidad que nos circunda” (Xingjian) y señalar que las reglas con que operan algunas escuelas sí pueden apuntar hacia una acentuada falta de responsabilidad de los agentes escolares cuando ocurre un caso de acoso escolar y esto, precisamente, es lo que hay evitar desde la política pública.
    Va un ejemplo. En la Escuela Primaria Centenario 1867-1967 de la Ciudad de Querétaro, un menor de edad (Carlitos) fue agredido por una de sus compañeras mientras la maestra (Nayeli) estaba ausente. La niña de 12 años le enterró un lápiz en el ojo izquierdo a Carlitos ocasionándole la perdida de la visión. Pese a la denuncia de los padres en Facebook, el tema pronto desapareció de los medios (¿camino hacia la impunidad?). Por indagaciones de Universidad Crítica, se sabe que la maestra de Carlitos falta a clases recurrentemente, que está protegida por el director y que a pesar de la terrible agresión, “las autoridades escolares han evitado toda responsabilidad, alegando que ni USEBEQ (la SEP en Querétaro), ni la escuela, ni los padres de la menor son responsables”. (http://hazmeelchingadofavor.com/2014/04/29/justicia-para-carlitos/) 

    Habrá que seguir investigando sobre el caso de Carlitos y no dar por sentado que “la verdad está afuera”; sino comprender más profundamente el funcionamiento interno de las escuelas mexicanas. Descargar de responsabilidades a los actores escolares es tan erróneo como declarar que nomás “el modelo neoliberal es el caldo de cultivo para el bullying” (La Jornada, 06/06/14, nota de Laura Poy). Sin duda alguna, debemos “prestar una mirada más amplia a la realidad que nos circunda”.

    Profesor de la Universidad Autónoma de Querétaro (FCPyS).

    Publicado en Campus milenio